El incesto siempre me pareció algo desagradable, pero después de follar con mi madre mi visión de esto cambio rotundamente
Mi nombre es Mariano tengo 20 años y vivo en Argentina. No
soy muy bueno para escribir y contar historias, pero en esta ocasión tengo ganas
de hacerlo, e intentare hacerlo lo mejor posible
La historia con mi madre es bastante simple y no tiene
antecedentes. El incesto nunca fue un tema que me interesara, siempre me pareció
desagradable, y aun hoy, después de lo ocurrido.
Soy hijo único, vivo con mi madre y una persona que en alguna
ocasión puede llamarse padre. No tengo ganas de explicar el porque de esto
ultimo, solo acepten que la relación con mi padre por parte mía y de mi madre es
casi desastrosa.
Esta relación tensa con mi padre hace que mi madre tenga
momentos de angustia y depresión que a mi no me hacen muy bien.
Hace un mes atrás, en Diciembre de 2004, encuentro a mi madre
en uno de esos momentos de depresión, y aunque no soy «demostrativo» me acerque
a decirle que todo se iba a arreglar (como siempre) y que dejara de preocuparse.
Yo no soy de hacer ese tipo de cosas, aun hoy no se porque lo hice; pero creo
que eso le provoco algo diferente hacia mi, pensando de que hacia mucho que
alguien no la entendía como yo acababa de hacerlo, aunque fueran 5 minutos.
Luego de ese día, los venideros empezaron a hacer bastante
«sexuales». Mi madre empezó a hacer comentarios que rara ves hacia antes como
«Estas saliendo con alguien?», «Te cuidas?», «Que lindo estas hoy¡», «Para
cuando los nietos?», y agregado a esto me toqueteaba el culo, o roces «de
casualidad». Tengo que admitir que para mi, hablar de esto siempre fue algo que
no me espanto, debido a la confianza extra que hay entre padres con respecto a
los hijos únicos; pero esto ya era otra cosa.
Una tarde que por supuesto mi padre no estaba, decidí tomar
un baño debido al calor; al salir yo nunca me cambio, me gusta andar con la
toalla por mi casa, lo hago desde pequeño. Cuando andaba por ahí mi madre estaba
por la casa, di un par de vueltas y suponiendo los comentarios me fui a cambiar
a mi habitación. Mientras me cambiaba apareció mi madre:
Mira esas bolas peludas como han crecido desde que las
cambie…
Mi madre siempre me ve desnudo, pero nunca con esos
«comentarios». Yo respondí
Viste!!
Cuantas chicas las abran tocado ya, no?
Y…
Sentándose a mi lado me dice:
Che, y la tenés grande?
Ese comentario fue el tope de mi paciencia
Bueno, ya esta má, basta!!!. Andáte y dejáme cambiar.
Esta bien, no te enojes. Preguntaba nada mas. Además…
soy tu madre.
Porque sos mi madre te digo basta
Dale, dejáme ver…
Ya estaba arto, pensé que me estaba probando; y sin pensarlo
se la ofrecí levantando un poco la cadera, dejando mi pija al descubierto, lista
para ella.
– Queres ver si es grande? AGRANDALA¡¡¡¡. Le dije, pensado
que nunca lo haría. Pero me equivoque, la empezó a acariciarla suavemente con
una de sus manos.
Que bien, hijo. Se te para rápido. Y es bastante
grande…!!
Yo no lo podía creer, se había animado. Yo estaba casi sin
habla, mientras mi madre me la estaba pajeando. Y en ese preciso instante, creo
hoy, que fue un rayo de lujuria y desenfreno sexual que me motivo a seguirle el
juego hasta ver a que limite llegaría. Siempre pensé que mi madre, sin ser una
mujer de un gran atractivo físico, era muy caliente a la hora del sexo, algo que
supongo también me llevo a este limite.
Viste que buena pija tengo, y se pone mas dura. Dije esto
mientras ya le estaba acariciando la espalda.
Mi madre me miro medio segundo a los ojos, y se fue derecho a
mamarmela. Yo la tome por encima de su cabeza mientras le marcaba el ritmo; la
muy puta me la estaba chupando excelente. Tenia mi pija bien agarrada desde la
base, y con cada lengua que le daba a mi pija, me pajeaba; empezó haciéndolo
despacio, pero su ritmo fue aumentado cada ves mas hasta que mi pija estuvo a
punto de explotar. Chupo, chupo hasta que me vine a chorros dentro de su boca.
Yo quede un poco exhausto, pero a ella no le importo y siguió chupando, lo que
hizo que mi pija se endureciera nuevamente. Con esta nueva erección tenia
pensado llegar al limite y un poco mas allá.
Le aparte la boca para que dejara de chupar, la tendí en la
cama y la acomode justo en el borde. Ella solo me miro y no dijo nada; es mas,
entendió muy rápido lo que venia. Mientras desabrochaba su pantalón y sacaba su
bombacha, ella ya se había sacado su blusa y corpiño. Estábamos los dos desnudos
en mi cuarto y a punto de tocar el limite. Separe su piernas tomándola desde la
rodillas, tome mi pija muy dura, la apunte a su cocha peluda y mojada, y se la
clave suavemente hasta que mis bolas se chocaron con su concha.
Comencé a cojerme a mi madre, primero suave y aumentando el
ritmo. Mientras me la cojia podía ver como sus senos se movía al compás de mis
embestidas, y escuchaba sus gemidos, iguales a los que ella tenia daba cuando
tenia sexo con mi padre hace mucho tiempo; estas dos cosas me excitaban mas y
mas. La cojí por mas o menos tres minutos; dure bastante porque acababa de
eyacular con su mamada. Durante ese tiempo jugué con sus tetas, cosa que después
ella misma empezó a hacer; también presionaba sus rodillas para abajo y hacia su
cuerpo, así se abrían mas las piernas y mi pija entraba mejor.
No quería terminar dentro de ella, así que la saque rápido, y
se vino a chupar todo, otra ves. Me chupo toda la pija de la manera mas puta,
relamiéndose los costados y tratando de metérsela bien hasta la garganta, esto
despertó un instinto de mas sexo de mi parte y decidí que ahora me la quería
culiar; le quería romper el culo.
Cuando termino de chupar me miro a los ojos, y le dije:
Todavía falta. Y le di la vuelta, quedando justa para mi
intención.
Creo que no entendió muy bien lo que quería decir con ese
«todavía falta», pero cuando se vio dada vuelta, no tuvo mas remedio.
Pensé de que el ano era distinto de la concha y que haría
falta una lubricación extra, así que decidí buscar la crema para manos del baño,
que esta a 1 metro de mi habitación.
Me puse bastante crema en mi pija todavía erecta, y en el ano
de mi madre. De igual manera apunte mi pija a su ano y comencé a presionar
suavemente. Mientras hacia esto logre escuchar un «cuidado» de mi madre al que
no di importancia. Seguí con mi tarea de lograr que entrar toda mi pija,
acompañado por los gemidos y los «para» de mi madre, cosas que tampoco di
importancia.
Luego de una tarea dolorosa para mi, y para ella seguro;
empecé a disfrutar del maravilloso sexo anal. Con cada embestida que daba era un
gemido casi grito, pero no de dolor, sino de placer.
La tome de la cintura para poder aumentar el ritmo, luego
sentí con mi mano derecha como sus tetas se movían con cada enculada. También
escuchaba el sonido de mis bolas chocando con su culo. Todo esto me excito tanto
que sin darme cuenta me vine en torrentes dentro del culo. Saque mi pija y
seguía saliendo leche; mi madre se dio vueltas como pudo y chupo algo, Yo me
tire a un costado de la cama muy cansado y ella dejo de chupar y se sentó en un
costado de la cama.
En ese momento volví a razonar y pensé lo que había echo, y
no lo entendía. Me sentí muy culpable, también escuche a mi madre sollozar y
preguntándose «que hice, que hice?». Me incorpore, y me pare a su lado, y sin
ganas de consolarla le dije con voz dura.
Olvidemos todo, lo que paso, paso. Mantente callada y lo
olvidaremos.
Sin decir nada, se fue. Pero yo quede seguro que había
entendido.
En toda la tarde no salí de mi habitación y dormí hasta el
otro día. A la mañana siguiente la relación estuvo tensa, comunicándonos lo
necesario; mi padre se daba cuenta, pero habrá pensado que nos habíamos
discutido o algo de eso.
Los días transcurrieron, y todo fue volviendo a la
normalidad. Hoy tenemos la misma relación de antes, sin roces de casualidad ni
comentarios por demás sexuales. Solo quedara como un echo que murió cuando todo
ese sexo termino. Algo que paso.