Se que no está bien, pero no puedo evitar pensar en el cuerpo que tiene mi sobrino. Voy a ser infiel, hasta que deje de darme la posibilidad de ser suya

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Bueno espero que hayan leído mis anteriores relatos, sobre todo la primera parte de estos dos relatos, de la reconciliación que vivimos, de la noche de sexo que tuvimos. Espero que sigan disfrutando, también acabo de leer mi correo electrónico y estoy respondiendo poco a poco sus comentarios. Muchas gracias por su lectura, por sus buenos comentarios y espero que comprendan que no a todos les puedo responder.

Continuando, a la mañana siguiente, me desperté, mi sobrino seguía aun dormido, busqué mi celular, eran casi las 10 de la mañana, había dormido mucho debido a la gran faena de la noche anterior. Mi marido y mi hermana me habían llamado, devuelvo sus llamadas, a ambos les digo que Santi estaba conmigo, que nos habíamos quedado en la finca, que volveríamos en la noche de ese domingo. Que no habíamos respondido, porque nos habíamos acostado temprano y que estábamos organizando desde temprano todo en la finca, ambos me creen, pues era algo normal que mantuviera con mi sobrino.

Subo mi sobrino aún sigue dormido, veo mi hilo y me lo pongo, me acuesto al lado de él, a pensar en lo bueno que me espera, en porque habíamos dejado de hacerlo por tanto tiempo, si lo disfrutamos demasiado, lo miro y veo su cuerpo y me encanta. Le doy un beso y lo despierto.

T – Hola Santiaguito mi amor.

S – Hola a la tía más hermosa del mundo.

T – ¿Cómo amaneces amor?

S – Super bien, quien no duerme feliz y se levanta feliz así. (Nos damos otro beso)

T – Amor ya hablé con mi esposo y tu mama. (Le cuento todo)

S – Vale tía, eres una pilla.

T – Como siempre un secreto, ¿No amor?

S – Obvio si tía.

T – Que tal si nos organizamos, organizamos todo y vamos a almorzar.

S – Dale tía, pero ven relajémonos un momento. Veo que tienes otra vez tu hilo.

T – Bueno amor. Si jajaja me encanta sentir tu olor.

Nos damos un beso más apasionado. Me acuesto encima de él, y nos relajamos por un par de minutos, nos levantamos ambos, yo voy solo en hilo, con mis tetas al aire, mi sobrino solo se pone unos bóxeres, vamos y empezamos a recoger todo el desorden. Al par de minutos, sentimos que tocan la puerta, me pongo la camiseta de mi sobrino y voy a abrir, mientras mi sobrino recoge toda nuestra ropa, la botella y las copas. Abro y es el vigilante del conjunto donde tenemos la finca, haciendo su ronda de todos los días. Me saluda, mira que todo esté en orden y su mirada se le escaba hacia mis pechos y piernas, nos despedimos.

S – Fijo te habrá mirado mucho ese vigilante.

T – El muy morboso, no dejo de repararme las tetas y mis piernas.

S – Pero si estas buenísima tía.

Ponemos a lavar la ropa, secamos los chorreones que habíamos dejado, lavamos las copas y dejamos la finca en perfecto estado. Subo me baño, me organizo mientras mi sobrino se baña. Mi sobrino se pone un jean roto, tenis, camiseta y gafas de sol. Yo por mi parte, me pongo un hilo negro, brasier blanco, una minifalda negra, una blusa de tiras negra, tenis y gafas de sol. Nos besamos ambos, algún par de toques, y salimos en el carro, mi sobrino manejando, hacia un restaurante campestre que queda cerca de la finca y nos gustaba mucho. En el camino poco hablamos, nos dábamos besos, lo tocaba, pasamos por la carretera de piedra y llegamos al restaurante, a eso casi de las dos de la tarde.

Al llegar al restaurante todo fue normal, almorzamos, nos tocábamos los pies por debajo de la mesa e hicimos una charla normal, para que nadie dijera nada en las mesas alrededor. Después de almorzar, entre al baño, decidí quitarme el hilo y seguir el día así, quería algo de libertad, decidimos caminar alrededor, de los lagos de pesca del lugar y hablar, de temas algo más morbosos, ya que estábamos más solos, le conté de la anécdota en la que hacía algo más de un mes, le había sido infiel a mi marido, en un viaje que tuve a la capital, con un chico de 19 años, que conocí en el hotel donde me quedaba.

S – Guau tía, me encanta que seas así de putica. (Me abraza por atrás, y me da un beso).

T – Amor acá no, nos pueden ver.

S – Tía mira donde estamos (Habíamos caminado tanto, que apenas se veía a lo lejos el restaurante, solo veíamos los lagos y solo se veían dos personas al otro lado del lago donde estábamos pescando)

T –Amor estamos muy lejos.

S – Tía relájate, que no pasa nada. (Me da otro beso y coge mi trasero) Me calentaste con ese relato tía.

T – Que bueno que te haya gustado amor, ven guardémonos del calor, en esta caseta.

Vamos hacia la caseta, algo escondida, me lleva abrazada por la espalda hacia la caseta y me va subiendo la falda lentamente, a lo que intento bajarla. Llegamos a la caseta y besa, yo llevada por la situación me dejo llevar y le sigo su beso. Intenta subir mi falda.

S – Guau tía, ¿Te viniste sin nada?

T – Jajaja amor, quería libertad.

S – Esa es mi tía, me encanta que seas así. (Me voltea y me deja frente a él).

T – Gracias amor. (Nos damos otro beso, nos mordemos, me toca mi trasero y lo manosea).

S – Tía que delicia mira como me tienes. (Le toco su verga por encima de su pantaloneta, mientras intenta sacar mis tetas de mi blusa).

T – Amor, acá no. Nos puede ver.

S – Tía estamos casi solos acá, acá nadie nos ve. Además, ¿No te gustaría una locurita?

T – Jajaja amor eres un loco.

S – Toca ponerle picante a esto, tú lo dijiste. (Saca mis tetas de la blusa y los chupa, a lo cual gimo suavemente).

T – Ay es verdad amor, toca disfrutar. ¡Eres un loco!

S – Ven tía. Me encantan esas tetas

Siguió chupando mis senos, luego me beso mientras masajeaba mi trasero, ya para ese momento estaba super mojada, que alguien nos pudiera descubrir, además hacía mucho tiempo sin coger con él, ¡me tenían loca!

T – Amor que delicia, quiero que me la metas ya, quiero esa verga.

S – Tía es toda tuya. (Mete su mano a mi vagina) Tía ese gallito esta todo mojado.

T – Amor me tienes empapada, quiero ya esa verga. (Le bajo su pantaloneta y sus bóxeres, su verga esta super parada).

Inmediatamente el me sube la falda, me pega a una pared de guadua que había dentro de la caseta, estando de frente, carga una pierna mía con una mano de él, yo agarro su verga con mi mano y la meto en mi vagina, la deslizo dentro de mi vagina toda mojada, pego un gritico y el arranca con su mete y saca a un ritmo medio, yo le agarro la cabeza y le gimo en la oreja.

T – ¡Amor sigue no pares, me excita este morbo!

El sigue gimiendo, y mientras hace eso, me le monto encima de él, me carga. Mis piernas las cruzo por su espalda y le salto suavemente, mientras el coge mi trasero y nuestro ritmo se intensifica, yo saltando más duro encima de él y el con su mete y saca más rápido.

S – Tía que rico pichas, me encanta que seas así.

T – Amor sigue, ¡soy tu putica! (Seguíamos a un ritmo medio, yo pegada a la pared, cargada por él, mientras lo besaba).

S – Tía me voy a venir.

T – Amor vente, dentro de mí. Ya dentro de poco me harás venir a mí también.

Siento sus gemidos y posterior, toda su leche dentro de mi vagina, yo sigo aferrada a su cuello y mis piernas lo entrecruzan por la espalda. Me sigo moviendo encima de él, se mueve a son de sus venidas. Siento muchísimo semen dentro de mí, me bajo y le doy la espalda.

S – Tía que delicia como haces venir (Empieza a besarme, su verga me la roza en mi trasero y me masturba fuertemente) Tía quiero que te vengas.

T – Amor que rico, no pares.

Seguía masturbándome, aun le salía semen y quedaba en mi trasero. A los minutos tengo un orgasmo, sale de mi un par de chorros, junto con su leche y quedo en brazos de él.

T – Amor que delicia, lo que me haces. Esto me hacía falta.

S – Me encanta que te vengas y te sientas tan bien conmigo.

T – Ven amor, vamos para la finca.

Me abraza por la espalda, mientras nos besamos suavemente, se pone su ropa, mientras yo descanso. Me subo mi brasier y mi blusa, saco mi hilo del bolso que llevaba, me lo pongo sin secar, inmediatamente se moja de su semen y de mis fluidos, bajo mi falda, nos besamos nuevamente y salimos de aquella caseta.

Mientas vamos camino al restaurante, hablamos, nos reímos y le comento que me está bajando su semen y está parando en mi hilo negro, son casi las 4:30 de la tarde. Nos despedimos de las personas del restaurante, damos las gracias, subimos al carro y nos marchamos. La idea es ir a la finca recoger todo y volver a la ciudad. Así fue, fuimos a la finca, recogimos todo, organizamos todo, dejamos todo en su lugar, hable con mi marido, y antes de las 6 de la tarde subimos todo lo pertinente al carro y salimos de la finca ambos, camino a la ciudad. De la finca a la ciudad el recorrido es de aproximadamente una hora y quince minutos. En el carro fuimos hablando, riendo, diciendo lo cornudo que es mi marido, lo bueno que lo hacemos y las locuras que podemos hacer.

Eran aproximadamente las 6:30 de la tarde, íbamos algo más de mitad de camino, y verlo, me dieron ganas de tener más sexo. Así que mientras el manejaba, le empecé a tocar su verga por encima de su pantaloneta. La tocaba y le empecé a bajar la cremallera de su pantaloneta.

S – Calma tía, me harás chocar.

T – Amor ve entonces despacio, porque quiero tu verga otra vez. Me dieron muchas ganas.

S – Guau tía, pero estamos en plena carretera. (En ese momento pocos carros pasaban por esa carretera, entonces le baje sus bóxeres, él se dejó y mientras manejaba le saque su verga, ya algo parada. Me quité mi hilito y se la puse en la palanca de cambios).

T – Amor que rico (Me quite el cinturón, me arrodille en el puesto del pasajero y busque su verga, le daba lamidas a su verga, mientras con mi mano la cogía y se iba parando algo más).

S – Tía que rico me la mamas, y mira esta tanguita tuya esta empapada.

T – ¿Te gusta amor? Me mantienes así, empapado este gallito. (Le daba lamidas a su verga ya mucho más parada y me la metía a mi boca).

S – Tía me vas a hacer que yo pare.

T – Si amor mejor, para. Busca un lugar donde poco nos vean.

No recuerdo bien, a los minutos no sé dónde paro, yo estaba arrodillada, lamiéndole su verga. Estaciono el carro, ya estaba muy oscuro, tiro su silla, la del conductor bien para entras. Yo le bajé toda su pantaloneta y bóxeres, seguí chupando su verga, luego sus huevos, los lamia, mientras masturbaba su verga. El gemía fuerte, su verga estaba tiesa, lo que más me encantaba de él, era que siempre la tenía dura para mí y se venía muchísimo, lo cual me encantaba. Se quito la camiseta y acomodo mucho mejor su silla, yo mientras tanto quite mi blusa y mi brasier.

S – Tía que delicia, que rico mamas y esas tetas más me excitan.

T – ¿Ah sí amor? (Pasaba su verga, llena de mi saliva por mis tetas y la volvía a lamer)

S – Tía me harás venir.

T – Amor vente, quiero que vuelva y explote esa verga (Volvía y me la metía toda en la boca).

S – Tía sigue, me encanta, que rico la chupas

T – Si amor vente encima de mí.

A los minutos, siento sus gemidos. Saco la verga de mi boca y siento como se viene en mi cara y mis tetas, lo masturbo mientras sale más de su leche.

S – Tía ven súbete encima mío, todavía tengo más leche para tu gallito

T – Ese es mi sobrino, el insaciable. Que delicia amor.

Me bajo completamente mi minifalda y me monto encima de él, el tendido en la silla del conductor, agarro su verga llena de semen, aun parada y la empiezo a montar, a moverme en círculos encima de él, mientras el me agarra de la cadera y sigue mis movimientos. Luego empiezo a saltar encima de su verga, se siente super caliente. Y me empiezo a masturbar encima de él, mientras el mueve su verga a un ritmo medio dentro de mí, y agarra mis tetas fuerte, las aprieta, pasa sus dedos por mis pezones y los hace poner más duros, así pasamos un par de minutos.

S – Tía que delicia, como te tocas toda.

T – Amor sigue, no pares de tocarme mis tetas.

S – Tía me encantan, son muy ricas.

T – Sigue amor, no pares de tocarlas.

Me dejo de masturbar, y empiezo a saltar fuertemente sobre su verga, los gemidos, y los sonidos del golpeteo de mi trasero y vagina, contra él, solo son apaciguados, por la música suave del carro. Ya se ve todo totalmente a oscuro por las ventanas del carro, y nuestra faena continua.

S – Tía que rico pichas por Dios.

T – Amor me hacía mucha falta comerte, y hacer todas estas locuras. (Mi ritmo sigue fuerte saltando sobre él, el continua con mis tetas en sus manos, sobándolas de todas las formas posibles).

S – Ay tía, que delicia, dentro de poco me volveré a venir.

T – Amor eso es lo que quiero, toda tu leche.

S – Es para ti tía, no más.

T – Ay Santiaguito amor, que delicia de verga.

Ya en ese momento sentía mi vagina muy mojada, veía a mi sobrino muy sudado y sentía como las gotas de sudor bajaban por mis tetas y mi espalda, continuo un par de minutos más, siento un par de gemidos fuertes y siento más semen dentro de mi vagina, el me agarra duro mis tetas, y se mueve al son de sus venidas, yo sigo saltando a un ritmo menor, siento toda su leche que va saliendo de mí y en par de minutos, un orgasmo me invade, me muevo enérgicamente, grito y un par de gotas salen de mi vagina, camino a su verga, quedo casi inmóvil, encima de mi sobrino, los dos jadeando, el cogiendo mis pechos. Un par de instantes después caigo en su pecho.

S – Guau tía me dejaste seco.

T – Esa es la idea amor, esto lo tenemos que repetir mucho de acá en adelante. Déjame te limpio. (Me paso para la silla del pasajero, cojo el hilo de la palanca, me lo pongo y dejo que se manche de su semen. Y luego, me arrodillo, cojo su verga aun algo dura la llevo a mi boca y le limpio todo el semen que tenía, como en sus testículos y la zona alrededor).

S – Tía eres la mejor, me encanta que te la tragues (Acabo de limpiarlo bien)

T – Amor me encanta ser una puta contigo.

Busco toallas húmedas en mi bolso, le digo que se acabe de limpiar, y mientras también acomoda toda su ropa, me limpio mi cara, mis pechos, mis piernas, el me limpia parte de la espalda y mi trasero.

S – Tía, pero ese hilo esta super mojado.

T – Déjalo amor, siempre cargo otro por si algo. (Saco una menta y la llevo a mi boca).

S – jajaja me encanta que seas así (Me agarra mi cara y nos besamos fuertemente, pasamos la menta entre ambos, jugamos con ella y nuestras lenguas).

T – Amor arranca.

S – ¿Te iras así?

T – Mientras manejas me acomodo la ropa. También dejo que me baje toda tu leche a este hilo y luego me lo cambio.

S – Vale tía.

Me agarra, me da otro beso fuerte, me toca mis pechos. Paramos y arranca el carro, coge nuevamente la carretera, busco primero mi brasier, lo pongo y luego mi blusa. Así voy sin falda, llegamos a la ciudad, y me quito el hilo, mientras el sigue manejando, lo detallo, está lleno de semen, se lo muestro.

S – Eres una pervertida tía, lástima que mi tío no te aproveche.

T – ¿Pero tu sí?

S – Claro que si tía. (Pone su mano en mis piernas, las abro y el baja, mete dos dedos a mi vagina, los mueve por un par de segundos y los lleva a mi boca, yo los lamo y suelto una risa).

T – Me encanta como me haces sentir.

Voy casi 15 minutos por la ciudad, con las piernas abiertas, sin hilo, vamos riendo y hablando de lo bobo que es mi marido. Minutos antes de llegar a la casa de mi hermana, saco mi hilo, lo pongo, también pongo mi minifalda. Lo hago parar un par de cuadras antes de llegar y lo beso. Un beso sexy, romántico, con todos los matices.

T – Amor me encanto estos dos días, quiero seguirlo haciendo así contigo.

S – Así será, tendré contenta a mi tía favorita.

T – Esto fue como una reconciliación.

S – Quiero más reconciliaciones con esta mamacita. (Nos reímos, nos besamos nuevamente)

T – Vamos amor, nos deben de estar esperando.

El arranca el carro, llegamos a su casa, saludo a mi hermana brevemente, luego yo me dirijo a mi casa, a descansar feliz de lo que había vivido, y de todo lo que vendrá con mi sobrino.

Bueno así acaba esta historia, de la reconciliación. Ojalá les haya gustado, pronto les estaré publicando más relatos de cosas que han ido pasando, ¡gracias por todo!

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