Íbamos de viaje, mi madre tuvo que ir sentada encima mío. Lo mejor fue el camino de piedra donde dimos muchos saltitos
Hola a todos, hace tiempo no publicaba un relato y es que no tenía nada que contar, sin embargo lo que me sucedió esta vez fue completamente real y quisiera compartirlo con ustedes. Resulta que hace dos semanas nos fuimos de vacaciones con mi familia a la casa de mis abuelos de parte materna. Ellos son unos viejitos muy carismáticos y tranquilos que tienen una bella casa en el campo. Es una casa antigua que tiene por lo menos 20 habitaciones y donde uno puede perderse fácilmente si es recién llegado. Les cuento un poco de mí, tengo 23 años, no soy un tipo atlético, soy algo gordito pero no en exceso. Mi madre por otra parte, es una ama de casa que se cuida mucho su cuerpo y su alimentación; cada tanto va al gimnasio, siempre está haciendo alguna dieta y sintiéndose gorda por lo que sea que coma. Para serles sinceros, de chico fantasiaba con ella y es que tiene un culo tremendo, el cual suele verse aun más grande, ya que le gusta usar calzas o jeans ajustados. Además tiene una carita hermosa, como esas mujeres que parecen muy tiernas, y es que además es muy tierna. También vivo con mi hermana que tiene 20 pero ella es normal, no sacó la hermosura de mi madre y mi padre, que tiene dos años más que mi madre, 46.
Bueno, ese día nos fuimos en auto a la casa de mis abuelos y mi padre, como de costumbre iba manejando. Mi madre llevaba un vestido de suave tela de seda, blanco, con una abertura a lo largo por lo que se le veía casi la totalidad de una de sus enormes y carnosas piernas. El vestido además, resaltaba sus epzones y dejaba ver algo de sus hermosas tetas . De pronto sonó el teléfono de papá.
-Alo??
-Hola Luis! que tal como estás? soy tu hermana como estás? (era mi tía)
-Bien Ana y tu?? cuentame?
-Yo muy bien gracias, perdoname que te moleste, sé que debes estar ocupado manejando ya que debes ir de viaje al campo. (ella ya sabía que iriamos)
-Sí, de hecho sí, me llamaste justo cuando estoy manejando, pero cuéntame que sucede?
-Es que quería pedirte un favor… lo que pasa es que yo tambien iré con mi hija y bueno quería saber si me puedes llevar en tu auto ya que mi casa queda cerca del camino.
-Emm…no lo sé, es que el auto es para 4 personas, y ya somos 4, con ustedes seríamos 6…
-Sí entiendo, pero yo puedo llevar encima mio a la karen (mi hermana) y nos acomodamos, por favor!!! además será por poco tiempo, nos demoraremos como maximo 20 minutos.
Mi padre miró a mi mamá algo confuso pero vio que mi mama asentia así que le dijo que sí.
-Ok Ana, te pasamos a buscar en un rato, quedate atenta.
-Gracias hermanito querido!!!
Yo no entendía nada porque el auto ya iba lleno y con 2 personas más, no sé, tendría que irse uno arriba del auto y otro en el maletero para que cayeramos mas o menos bien, eran los calculos que iba haciendo en mi mente. Llegamos a la casa de mi tía y ella ya nos estaba esperando con mi prima, que es algo gordita, por lo que lo mas probable es que ella se iria sentada sola. Nos saludamos, todo muy afectuosamente y entonces llegó la hora de subir al auto. La primera que tomó la palabra fue mi tía.
-Ok, yo me voy con karen (mi hermana por si se les olvidó). Ella se puede ir encima de mi, ya que es muy flaquita. -Mi hermana se sonrió con un dejo de lo que pude notar coquetería…
-Sí, no hay problema, yo me voy con la tía- dijo mi hermana
-Bueno entonces yo me voy con el nico (yo). – En ese momento quedé paralizado, mi corazón se quedó como helado por unos instantes mientras mi madre volteaba a mirarme sonriente, con sus linda boquita y sus lindos labios carnosos y sus mejillas hermosas sonriendo. Todos voltearon a verme pero no pude notar con qué forma me veían pues aun estaba pensando en lo que habiá sucedido. Estaba en esa reflexión viendo el rostro hermoso de mi madre, cuando mi padre, golpeando sus manos dijo
-Ya, no hay tiempo que perder, debemos llegar lo antes posible porque me muero de hambre, asi que todos arriba del auto.
Nos subimos y mi madre hizo un gesto de que dejara subir a mi prima primero y luego yo, ella se iría sentada encima mio. Asentí sin dudarlo ni mirarla a la cara.
Me senté y entonces vino ella, con su enorme culo en su vestido que ahora casi se traslucía por la luz y la cercanía. Se veía que llevaba una tanga con encajes de color negro y unos sostenes del mismo estilo. Yo andaba con unos shorts bastante delgados, por lo que cualquier erección se sentiría al instante. cuando sentí el roce y luego el peso de sus nalgas, suaves pero firmes por el gimnasio, fue como haber descubierto el cielo. Intenté pensar en cualquier cosa para distraer mi menté de aquellas imagenes y sensaciones tan libidinosas pero tan ricas a la vez.
-Estas bien hijo? o te estoy aplastando mucho? – me interrogó mi madre.
-No mamá tranquila, estoy bien.
-Cualquier cosa me dices ok?
-Si madre, no te preocupes, estoy bien.
Seguía pensando en que si estuvieramos solos, le habria rajado el vestido con las manos, le habría apretado esas tetas enormes que tiene masajeando sus pesones para meter lentamente mi mano en su vagina. En ese momento le habría empezado a besar el cuello lentamente, mordiendo sus hombros y orejas suavemente mientras introduzco un dedo en su vagina… No puedo pensar en eso!!!! No puedo tener una erección ahora, bueno, no una que se note tanto porque ya llevaba varios minutos con el pene duro. En ese momento, mamá sacó su celular y comenzó a leer algo cuando se le cayó de las manos.
-Qué distraida, donde estará?? – decía mientras se agachaba poniendome su culo justo sobre mi pene duro, aun sin tocarlo. Pude ver su ropa interior con toda claridad. La fina tela de la tanga con encajes se perdia entremedio de su culo, en una imagen que solo había en pornos. «Esto no puede estar pasando» me decía.
-Al fin lo encontré- dijo mientras se volvía a sentar totalmente encima mío- sintiendo obviamente algo diferente.
-Sentí como su espalda se paralizaba por unos segundos, como tratando de entender lo que pasaba. Yo, muerto de la verguenza, solo miraba el paisaje de la calle compuesto por verdes arboles y un sol muy fuerte que se colaba por la ventana.
-Afirmense porque ahora se viene el camino de piedra… -dijo mi papá cuando empezamos a sentir las irregularidades y saltos que ofrece un camino así.
Desgraciadamente (o afortunadamente) esto no favorecía en nada a mi situación, ya que si antes era solo mi erección lo que mi madre sentía en su culo, ahora eran puntadas, fuerte puntadas que crecían con intensidad pues yo me iba poniendo cada vez más caliente con la situación. En una parte pasamos por un hoyo gigante que había en el camino y dimos con una pequeño gran salto. Como el auto es bajo, temí porque mi madre se golpeara en la cabeza así que la agarre de la cintura y me quede así hasta terminar el camino. A cada metro que avanzabamos los saltos eran mas continuos y los embates que le daba con mi pene al culo de mi madre eran mayores. Ella no decía nada, parecía estar totalmente confundida, absorta pensando en que estaba pasando. La cosa es que ya no trataba de disimular mi erección y es más, trataba de acercar la entrada de su vagina a mi pene cada vez que el auto daba un salto y ella se acomodaba. Sentí que ella se resistía pero estaba igualmente excitada con la situación, por eso no reaccionó ni dijo nada, es más, en cierta ocasión sentí que me ayudaba y se movía sutilmente pero de una forma que me hacía delirar. Cuando faltaban pocos metros para estacionarnos, acabe dentro de mis calzoncillos, con mi madre y su culo pegado a mi pene, sus tetas levemente más salidas del escote con tantos saltos y con una gota de sudor recorriendo parte de su espalda. Me acerqué a oler su pelo y fue la sensación más hermosa y rica que he sentido en la vida. Cuando dejé de abrazarla, dejé una de mis manos agarrando firmemente una de sus piernas. No opuso resistencia; incluso abrió un poco mas las piernas y estiro su espalda.
Bueno amigos, este fue el relato que es 100% verídico. Luego sucedieron otras cosas que les iré contando a medida que me alcance el tiempo. Saludos a todos!