Mi suegro no solo me pidió que follara con uno de sus amigos, si no que además me pago para que lo haga y yo putita lo disfrute

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Estaba en casa de una amiga, veíamos una película, una de esas románticas que a mí me parecen aburridísimas, debo de decir que habemos muchas mujeres que ese tipo de películas nos parecen muy malas, yo sentí que en cualquier momento me quedaría dormida, mientras que ella estaba muy emocionada viéndola. Habíamos estado toda la tarde haciendo tarea y esas cosas, ya eran como las 7, sonó mi celular, contesté y era mi suegro Humberto. Le dije a mi amiga que tenía que tomar esa llamada, así que me fui a la cocina.

P –Hola suegro.

H –Hola, ¿quieres ganarte un poco más de dinero?

Con mi suegro siempre ganaba mucho dinero así que no lo dude ni por un minuto.

P –Claro suegro.

Me dijo que al siguiente día su chofer me recogería en el lugar de siempre, que estuviera ahí a las cinco de la tarde, le pregunté si quería que fuera vestida de alguna forma en particular, él me dijo que no, que fuera normal, nos despedimos.

Yo regresé con mi amiga, ella seguía muy entretenida en la película, le dije que ya tenía que irme. Me fui a mi casa, mientras manejaba iba pensando en lo bien que era ganar dinero con algo tan rico como coger.

Cuando llegué estaban en la casa una de mis tías con su hijo Omar. Con Omar ya había cogido varias veces, él era dos años menor que yo, los saludé, Omar no me dejaba de ver, yo quería estar un rato con él, no sabía cómo hacerlo, sabía que no sería fácil pues al parecer no tardarían en irse, se me ocurrió decirle que le quería enseñar unas cosas que había comprado, su mamá le dijo que no nos tardáramos.

Subimos a mi cuarto, cerré la puerta.

P –No tenemos tiempo.

Me agache enfrente de él, le saque el pito y se lo chupé, le di unas cuantas chupadas, solo quería sentirlo un poco en mi boca, le pasé la lengua por todos lados, me la saqué y me la pase por la cara, yo ya estaba muy caliente, me la metí otra vez, le di otras ricas chupada, después me lo saqué y me bajé el pantalón y las bragas, puse mis manos sobre la cama, doblando mi cuerpo hacía adelante.

P –Vamos mi macho méteme esa verga.

Él la apuntó hacía mi concha, en un solo movimiento me la metió toda, yo iba a gritar pero recordé que nos podían descubrir, solo le dije.

P –Que rica verga tienes, dame duro.

Él empezó a moverse, primero lo hizo lento y después rápido, se agachó sobre mi espalda y me dijo al oído.

O –Que rica estas primita, coges bien rico.

Yo me movía más, sentí como mi vagina se abría cada vez más, su verga era muy gruesa, el placer que me estaba dando era mucho, jalé la colcha y la mordí, pues si no lo hacía me iba a poner a gritar, me estaba cogiendo tan rico que era lo más normal empezar a gritar pero no podía, él me decía.

O –Te está gustando verdad putita.

Yo disfrutaba mucho, llegué al orgasmo, me dejé caer sobre la cama, él me tenía agarrada por la cintura así que me siguió cogiendo, me jalo muy fuerte hacía él y se me vino, sentí como mi coño se llenaba de su leche caliente. Me sacó su verga y se la guardo en el pantalón, yo me subí las bragas y el pantalón.

Regresamos a la sala, ellos se fueron pocos minutos después. Mientras me ponía mi pijama me di cuenta de todo el embarradero de semen que se había hecho en mi ropa, me acosté a dormir.

Al siguiente día me levante muy temprano para bañarme súper bien, quería estar lo más limpia posible para mi macho, si me pagaba tan bien por lo menos debía de ser una puta limpia, me fui a la escuela, toda la mañana no pude concentrarme pensando en que me gastaría el dinero que me darían, el cual parecía que esta vez iba a ser más.

Antes de las cinco ya estaba en el lugar de siempre, a las cinco en punto llegó el chofer de mi suegro, se bajó como siempre a abrirme la puerta. Cuando llegué al departamento, mi suegro de inmediato me llevó a su cuarto, pensé que andaba muy urgido el caliente. Sobre la cama había tres cajas, me imagine que era ropa muy sexy que mi suegro me habría comprado para verme bien puta.

H –Un amigo te va a pagar el doble que yo por cogerte, ponte la ropa de las cajas.

Ahora no solo era la puta de mi suegro, sino que ahora tenía que estar con uno de sus amigos.

P –Sí, está bien.

Humberto salió del cuarto, abrí las cajas, la ropa era hermosa, me quite la ropa primero tome la lencería que había, toda negra, era de una marca muy cara, una tanga de esas con un triángulo para cubrir el culo, un brassier que solo cubría hasta arriba de los pezones, de esos que no van hacia los hombros, después un vestido negro, de la cintura hacía arriba muy pegado, me llegaba a la mitad de los senos, era un gran escote, de abajo iba suelto poco más debajo de las rodillas, unos tacones negros, toda la ropa era muy fina, yo pensé que sería ropa para verme muy puta pero era una ropa muy bonita, esperaba que me dejaran quedarme con ella.

Salí de la habitación, quería avisarle a mi suegro que ya estaba lista. Él al verme me dijo que me veía hermosa, que su amigo estaba por llegar, me senté con él en la sala, una persona comenzó a arreglar el comedor, prendió velas, todo se veía súper bien, cuando acabo llegó el amigo de mi suegro. Humberto nos presentó, su amigo se llamaba Vicente, el me besó la mano y me dijo que era una mujer muy hermosa, yo le di las gracias.

Mi suegro se despidió, cuando iba a salir del departamento dijo.

H –Esta puta está para darte placer.

Cerró la puerta, Vicente me tomó de la mano y me llevó a la mesa, me ayudo con mi silla, la persona que había puesto la mesa nos sirvió una copa de vino, yo estaba extrañada, un trato así lo esperaba de algún novio no de un hombre que pagó para cogerme.

Este señor le preguntó que si servía la cena, yo solo los veía, Vicente me vio.

V -¿Quieres cenar ya?

P –Como tú quieras.

Le dijo al señor que fuera a la cocina, que él se comiera la cena, que nosotros no cenaríamos, me sorprendió que dijera eso, pero al final era él quien mandaba.

V –Quise ser educado porque eres la nuera de mi amigo pero por lo visto, tú no eres más que una puta, así que ven aquí y mámame la verga, esta será tu cena.

Separó su silla de la mesa, yo me puse entre él y la mesa, él se bajó el pantalón y su bóxer, salió un pene pequeño y para una puta como yo parecía diminuto, pero quería ganarme el dinero que me daría Vicente, así que me puse a mamársela, primero le pase la lengua, después me la metí en la boca, mi lengua iba para todos lados, su verga ya estaba completamente ensalivada, él comenzó a gemir, yo comencé a masturbarlo con mi boca, él cada vez gemía mucho más fuerte, me gustaba saber que estaba satisfaciendo al macho que le tocaba cogerme. Me sacó la verga y me llevó al cuarto.

V –Quítate la ropa puta.

P –Sí papi.

Me desnudé, me acerqué a él, con mucha fuerza me hizo darme la vuelta, me hizo doblar la mitad del cuerpo hacía adelante, saqué mucho mi culo, no sabía que haría él, pero deseaba que deseara mis bellas nalgas, esas nalgas que están hechas para el placer de los machos.

Él me dio una muy fuerte nalgada, yo grité, me nalgueó otra vez, más fuerte, comenzó a darme varias nalgadas muy rápido.

V –No eres más que una puta, no mereces que te traten bien, solo te importa la verga.

P –Pero pagaste por cogerme, no sé qué quieres que haga.

V –Cuando tu suegro me enseño fotos tuyas, me pareciste la mujer más hermosa que había visto, pensé en tener algo serio contigo, pero no eres más que una puta.

Yo me alegre de que pensara eso, y es que no quería nada serio con nadie, mucho menos con una persona de esa edad. Me aventó contra la cama, me hizo ponerme en cuatro, me la metió toda.

P –Aaaahhhh cógeme como a una puta, eso es lo que soy, dame verga.

V –Toma puta, te gusta la verga pues toma.

P –Sí papi dámela toda.

Él me tomaba de la cintura, me la sacaba y metía extremadamente rápido, yo también movía mi cuerpo, se escuchaban los golpeteos de nuestros cuerpos, los dos ya estábamos gimiendo. Estuvimos así un rato, cuando sentí como puso uno de sus dedos en mi ano, siguió cogiéndome, el dedo aún lo tenía sobre mi ano, se paró, no se movió, metió todo su dedo en mi ano, no me lubrico ni nada.

P –Aaaahhhh no te pases, por lo menos avísame.

V –Puta cállate, te deben de haber metido cosas más grandes por el culo.

Comenzó a moverse, su pene en mi concha, su dedo en mi ano, mientras se movía más me hacía gemir más.

P –Sí soy una puta, cógeme, cógeme fuerte.

Empecé a sentir mucho placer, sentía como entraba cada vez más, mi concha se abría y cerraba mientras esa verga entraba y salía, yo gemía, no aguanté más y tuve un orgasmo.

P –Síííííííííííííííííííííííííííííííííííí me vengo, me vengo, que rico coges.

Me sacó el dedo del ano y me metió toda su verga por ahí.

P –Aaaahhhh sácamela.

V –No puta, mejor disfrútala porque se va a quedar ahí hasta que me venga.

Sentí como me la sacó casi toda, yo pensé que tal vez me la sacaría, pero cuando comenzó a salir la cabeza, me la volvió a meter toda, yo volví a gritar, de ahí él comenzó a moverse muy rápido, yo solo lo deje que siguiera, no me moví, quería que él se viniera, estuvo un rato cogiéndome así, yo esperaba que con lo cerrado que estaba mi ano, le diera mucho placer y ya acabara. Él me dio una fuerte nalgada.

V –Muévete puta.

Empecé a moverme, lo hice lento, él me dio otra nalgada, me grito que me moviera más rápido, yo lo hice aumenté el ritmo con el que movía el cuerpo. Él empezó a gemir, los dos nos movíamos muy rápido, sentí como su verga se hinchaba, yo sabía que estaba por venirse, así que me moví más rápido aún.

P –Así mi macho, vente en tu puta, lléname el culo de leche.

Él ya gritaba, poco después se vino, sentí como toda su leche caliente entraba en mi ano, cuando terminó de venirse me la sacó, yo me quede en cuatro, cuando me volteé él ya se había vestido, la ropa que me había puesto para esperarlo estaba tirada, él la tomo y rompió el vestido, después la ropa interior, los tacones también los rompió.

P –¿Qué haces papi?

V –Rompiendo la ropa, una puta como tú no se la merece.

Sacó el dinero que me había dicho mi suegro, me lo dio.

V –Toma puta.

P –Gracias papi.

Él se fue, yo me puse la ropa con la que había llegado, baje del departamento, el chofer de mi suegro me esperaba, me llevó al centro comercial, fui por mi carro, y mientras iba a mi casa pensaba en que no me gustaba que mi suegro me hubiera pedido que estuviera con su amigo.

Cuando llegué a mi casa, pensé en hablarle a mi suegro para decirle que no podía ponerme a coger con sus amigos, pero decidí decírselo la próxima vez que lo viera, ese día mejor iba a descansar, me costaba un poco caminar, me dolía un poco el culo por la cogida que me dio el amigo de mi suegro. Yo cada vez era más fácil, me fascinaba ser así.

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