Yo hago nudismo, tengo una amiga que hace lo mismo y eso la verdad es que me calienta mucho, demasiado y solo tengo fantasías con ella
Hola, después de leer unas cuantas fantasías y relatos, aquí estoy excitado perdido, y voy a contar una fantasía que tengo con una amiga que también hace nudismo como yo.
Con el tiempo y a pesar de que nos veíamos poco, cada vez que nos juntábamos con los amigos que teníamos en común aprovechábamos para saludarnos y hablar un rato. Ella estaba soltera y yo también, y a pesar de que nos salía la típica sonrisa al vernos, era una amistad sana, sin aparentemente segundas intenciones. Nos seguíamos mutuamente en redes sociales, y así nos enterábamos de cómo le iba a cada uno. Yo hacía años que practicaba el nudismo, y muy de vez en cuando subía alguna foto picarona (sin enseñar mucho, o por decirlo de otro modo, enseñando poco pero siempre con el intento de provocar), a Instagram, donde siempre acompañaba algún hastag haciendo referencia al nudismo. Me encontré un día una foto chulisima, que era un triángulo como una señal de trafico, pero con fondo blanco y unas letras que ponían “WARNING!! I’m nudist”. Me gusto tanto que le hice captura de pantalla, y la subí a mi perfil de Instagram. Un par de horas después, me encontré un comentario de esta amiga (que de aquí en adelante la llamaré Lau), en el que ponía “I’m too”, y claro, le di a me gusta a su comentario para que supiera obviamente que la había leído. No tarde ni dos días en escribirle a través de Instagram, le dije que como estaba, como le iban las cosas, y que a ver si nos veíamos pronto! No me corté, también le dije, que vi lo del comentario en mi foto, y que si a ella le apetecía y no le daba vergüenza, podríamos ir a un camping nudista al que yo iba y frecuentaba que estaba muy bien y así pasar una tarde juntos y hacer nudismo juntos. Por supuesto, me respondió pasadas unas horas y me dijo que vergüenza ella no pasaba y que por supuesto, que ella encantada de quedar conmigo un día.
Lau era una chica rubia de pelo liso y melena larga, muy morena de piel, de las chicas que les gusta la playa y no pierden la oportunidad de estar ahí cuando hace buen tiempo. Delgadita, con unos pechos más bien algo pequeñitos pero firmes, un culito durito y redondo y un tipazo!
Llego el día en que Lau y yo habíamos quedado para ir juntos al camping nudista y así enseñárselo ya que ella no lo conocía aún. Al vernos en la entrada del camping, nos saludamos, nos plantamos dos buenos besos en las mejillas y empezamos a hablar. Una vez dentro del camping nos dirijimos directos a la playa. La playa del camping tenía zonas de piedra, zonas de piedra y arena, y zonas solamente de arena. A mí la parte que más me gustaba era la zona de las piedras, porque estaba digamos en un lateral de la playa, ya que yo ya tenía la idea de poder estar lo más pegados posibles a la montaña y que solo quedase un lado para los mirones. Ella no tuvo problema ya que no le importaba estar en la zona de las piedras ya que yo le dije que era la zona más tranquila. Una vez que llegamos al lugar idóneo, ambos soltamos los chismes, colocamos las toallas y yo me dispuse a poner una sombrilla la cual tenía dicha sombrilla parte lateral, aunque para disimular no clave la parte lateral de momento. Yo estaba ansioso por verla desnuda, y ansioso porque ella me viese a mi desnudo también ya que me gusta sentirme observado. Una vez desnudos, nos tumbamos en las toallas y empezamos a hablar con total naturalidad, aunque ella se me adelantó y se empezó a echar protector solar, yo la imité y cogí en este caso, mi aceite protector, que me gusta más. Le dije que si quería que le ayudase para echarle el protector solar por la espalda, y me dijo claro, y luego me echas tú a mí, termine yo. Y así hicimos. Me moría de ganas de sentir mis manos en su piel, de tocarla y acariciarla. Después de media horita, ya no aguantábamos del calor que hacía y nos fuimos al agua, y allí en el agua nos refrescamos y nadamos juntos un rato disfrutando de la preciosa playa en la que estábamos.
Volvimos a las toallas después de habernos refrescado, nos tumbamos y seguimos hablando. A medida que iba pasando el rato, la conversación entre ella y yo, iba cogiendo más confianza, hablamos de parejas, de rollos, y claro, hasta que tocamos el tema del sexo. A partir de ese momento, ambos nos empezamos a calentar.
Una vez ya secos en la toalla, yo le dije, oye, q te parece si te echo protector solar, pero haciéndote un masaje, y luego me lo haces tú a mí? Te parece? Ella accedió. Se tumbó boca abajo y yo me senté encima de ella, dejando mi polla un poquito más arriba de sus nalgas. Cogí mi aceite protector, y empecé a echarle por la espalda, bastante cantidad y de forma lenta, para recrearme lo maximo posible en su cuerpo y su piel. Ella se recogió la melena y se la echó a un lado de la cabeza para que no me molestara. Estaba bastante excitado pero intentaba controlar mi excitación para que no se me pusiera la polla dura. Le hice un buen masaje en la espalda y el cuello durante unos quince minutos. Ella estaba disfrutando, ya que tenía la cabeza de lado y le veía la cara de relajación y quizá disimulando cierto placer. Le dije: Lau, te puedo hacer las piernas y el culete? -Lau: Claro que si! -Yo: Ok! Así que me quité de encima de ella, me puse en un lado, al lado de las piernas y empecé desde los pies hasta las nalgas. Le untaba bastante aceite para que estuviera la piel bien lubricada, y le recorría las piernas con mis manos apretando lo justo para ejercer cierta presión, que ella sintiese como yo disfrutaba tocándola y acariciándola. Llegue a las nalgas, ufff, como me gustaba tocarme el cielo con la sensación del aceite protector, le tocaba cerca de las ingles pero sin llegar a rozar en ningún momento sus labios vaginales. Estuve así otros diez minutos hasta que le dije, -¿Quieres que te haga masaje por delante también? Ella no me respondió, automáticamente se dio la vuelta y se puso boca arriba, me miro y me dijo: -Lau: Espero que me hagas boca arriba lo mismo que me has hecho boca abajo. Solo con escucharla, me puse súper cachondo, se me empezó a poner dura, y sabía que llegados a este punto, no podía disimular que estaba cachondo y que los dos estábamos disfrutando. No me empalme del todo pero si me había puesto morcillona. Le pregunté -Lau, te puedo tocar sin problema? Ella me respondió solamente Sí. Me senté encima de ella, mi polla estaba encima de su vientre, cogí el aceite protector y empecé a echarle por el pecho, vientre, hombros y brazos. Y empecé a recorrer mis manos por su piel, le empecé a acariciar los pechos, de la forma más natural posible, es decir, sin detenerme en ellos, sino que recorría mis manos por todo su cuerpo, lentamente sin obsesionarme en acariciarle las tetas, aunque no tardó ni un minuto en tener los pezones duritos. Los noté duritos y descaradamente presionaba con un poco más de fuerza sus tetas rozando con mis manos sus pezones. Ufff, yo por mi parte seguía con la polla encima de su vientre, ni flácida ni empalmada, pero me encontraba muy muy cachondo disfrutando del placer de tocar y acariciar su cuerpo. Me baje nuevamente de encima de ella y me puse a un lado de sus piernas, ya que tanto boca abajo como boca arriba, no quería abrirle las piernas y ponerme en medio porque no sé qué parecería, cualquier cosa menos sutil. Le eché más aceite en los pies y en las piernas y empecé a subir por ellas, hasta que llegue a sus caderas, le masajeaba los muslos y metía mis manos por la parte interior de los muslos, acercándome esta vez si, a sus labios vaginales, pero sin llegar a tocarlos. Repetí mis caricias tres o cuatro veces. Ella tenía los ojos cerrados, e intentaba disimular sin mucho éxito que se estaba excitando por momentos, ya que su respiración la delataba. Al final con la tontería, llevaba tres cuartos de hora metiéndole mano a Lau, y entre q estaba cachondo perdido y muerto de calor, le dije a Lau: -Bueno, bebemos un poco de agua y coges el relevo? Ella se rió de buena gana, y con su risa me hizo a mí reír. Aunque no hablábamos con palabras, los dos sabíamos perfectamente lo que nos estábamos diciendo y hacia dónde íbamos. Ella se inclinó para sentarse en la toalla, se secó la frente de la calor, cogió la botella de agua para beber, y después me dice: -Lau: Venga, tumbate que me toca hacerte disfrutar un ratito, me dijo ella con sonrisa picarona.
Me tumbé boca abajo, aunque levante un momento el culo para colocarme la polla lo más cómoda posible, y para mi sorpresa ella me pego un cachete en el culo, me reí y no dije nada. Ella antes de sentarse encima de mi, me preguntó, -Lau: Oye, la parte lateral de la sombrilla? -Yo: Está dentro de mi mochila, dentro de la funda de la sombrilla. Ella misma, cogió la parte lateral de la sombrilla y la colocó en un momento ya que se pegaba con velcro. Yo no dije nada mientras tanto.
Se sentó justo encima de mi culo, ufff, y que sensación sentir su cuerpo embadurnado en aceite encima de mi. Cogió el aceite protector y empezó a echármelo por la espalda, y se dispuso a masajearme. Sus manos me acariciaban la espalda, el cuello, los hombros y los brazos. Estaba disfrutando muchísimo de aquél momento juntos. Ella estuvo otros quince minutos más o menos dándome el masaje en la espalda, de forma natural y relajadamente, quizá para tomarnos una pausa sobre nuestra excitación, aunque yo sentía ansiedad por comernos y sentirnos el uno al otro. Después de estar un buen rato masajeándome la espalda, se bajó de encima mía, y se puso al igual que yo, en un lado a la altura de mis piernas. Cogió nuevamente el aceite protector y me empezó a embadurnar las piernas y el culo también. Lau siguió el mismo proceso que hice yo con ella, es decir, empezó por acariciarme los pies, después las piernas, hasta que llegó a mis nalgas, y entonces, empezó a apretar un poco más fuerte con sus manos para agarrar bien mi culo. Ufff, que sensación tan placentera que me metiera mano en el culo, me encantaba que se recrease con mi culo. Empezó a pasar sus manos por la parte interior de mis muslos llegando casi a rozar mis huevos, y al subir las manos, noté que paró un momento, cogió un poquito más de aceite protector y me lo echó nuevamente en el culo, pero esta vez en la rajita, y sin cortarse un pelo, con el dedo índice y corazón, empezó a tocarme la ramita del culo. Ufff, cuando Lau hizo eso, me excite de tal manera, que mi reacción fue abrir un poco más las piernas para que ella siguiera tocandome y percibiera que obstáculo ninguno, sino todo lo contrario. Ella siguió tocandome la rajita del culo unos cinco minutos más, hasta que me dijo -Lau: ahora la parte de arriba, date la vuelta.
Estaba muy excitado, porque no paraba de pensar, que pasaría cuando me diese la vuelta y ella se sentase encima de mí. Tenía la polla dura, durísima, en ese momento si que no podía disimular mi excitación, aún así, decidí no ocultar mi excitación, me daba igual que me viera con la polla empalmada, y de esa manera quise demostrarle mi excitación y a la vez mi naturalidad. Acaté y me di la vuelta, la miré, y vi cómo ella me miraba a mí, y me miraba la polla. Lau al verme con la polla empalmada y ver que no me escondía, me dijo -Lau: Me gusta ver que estás disfrutando, a lo que yo le respondi por supuesto con una sonrisa cómplice. Lau me dice nuevamente -Lau: Bueno, intenta relajarte un poco y cierra los ojos, bebo agua un momento y sigo, a lo que yo le respondí, de acuerdo.
Cerré los ojos como Lau me pidió, la escuché coger agua de su nevera y beber. Yo hice un esfuerzo por relajarme, respiré profundo y conseguí relajar un poco mi sexo. Cuando Lau estuvo lista, no se sentó encima de mi, se puso sentada al lado de mi cuerpo, se acercó a mi cara y me susurró, -Lau: Intenta relajarte y estar tranquilo vale? Yo respondí -Yo: Sí. Lau cogió nuevamente el aceite protector y empezó a echármelo por el pecho, el cuello, los hombros y los brazos y empezó a acariciarme, pero solo para esparcir bien el aceite, luego me echó más aceite en el vientre, me lo acarició, y después de acariciarme el vientre, se fue directa a los pies, me echó aceite en los pies, las rodillas, los muslos, y me acarició todas esas partes, pero solamente para esparcir el aceite. Yo tenía los ojos cerrados, y a pesar de intentar respirar lentamente y estar tranquilo, no podía obviar la ansiedad que sentía ni las ganas que tenía de que me tocase la polla, hasta que después de acaricierme y esparcirme Lau el aceite por los muslos, me empezó a echar aceite en los huevos y luego en la polla, con su mano derecha, empezó a acaricierme los huevos y la polla, pero solamente un instante para lubricar bien esa zona. Yo no le veía la cara mientras ella me tocaba, pero me quería imaginar su cara y su excitación mientras lo hacía. Seguidamente, una vez que me había embadurnado de aceite el cuerpo entero, dejó el aceite protector a un lado, y se sentó encima de mi con mucho cuidado. Muy despacio, noté como su coño se sentaba encima de mi polla. Una vez que ella se sentó encima de mi polla, no se movió, y empezó a masajear mi pecho, mi vientre, mis hombros y mis brazos. Estaba extasiado de placer, tenía los ojos cerrados, pero me moría de ganas de abrirlos y mirarle la cara, quería saber que expresaba su cara. Mientras Lau me estaba dando el masaje, mi polla se puso dura, no pude evitarlo, estaba muy cachondo, y la situación era muy caliente, Lau estaba igual de cachonda, aunque sentía que ella no quería precipitarse. Aun así, ella se acercó de nuevo a mi cara, y me susurró -Lau: Me encanta verte disfrutar, pero sigue así, no te muevas y sigue con los ojos cerrados vale? -Yo: Vale.
Lau, dejó de darme el masaje de cintura para arriba, se levantó de encima de mí, se dió la vuelta y se volvió a sentar apoyando su coño encima de mi polla, pero dándome la espalda mirando hacia mis pies. Se inclinó un poco hacia delante para llegar a acariciar mis pies, y al realizar ese movimiento, noté como ella ejercía un poquito más de fuerza rozando su coño con mi polla. Estaba que me moría de la excitación, me daba miedo hasta incluso de que me fuera a correr de lo cachondo que me encontraba. Ella seguía haciendo su masaje, primero los pies, luego las espinillas y las rodillas, y después los muslos. Sus manos cada vez estaban más cerca de mis ingles, levantó su cuerpo para poner su culo y su coño un poco más arriba sobre mi vientre, y me empezó a acariciar los huevos y la polla. Mi polla parecía un ladrillo, y ella me la cogía y me la acaricibia con suma delicadeza, me la rodeaba con su mano, y luego subía hasta el prepucio y lo acariciaba lentamente. Yo no aguantaba más, tenía unas ganas de follar con Lau que me moría, y sabía que llegaría, pero no quería precipitarme, ya que esos preliminares estaban siendo dignos de los dioses.
No me preocupaba, al menos a mi, que hubiera gente que nos estuviera viendo, aunque el día era perfecto porque era entre semana y tampoco era uno de esos días en que la playa del camping estaba abarrotada. Estábamos en una esquina de la playa, con una sombrilla que tenía un trozo de tela que tapaba un lateral, y precisamente con ese poquito, nos era suficiente para meternos mano como estábamos haciendo. Los dos sentíamos que estábamos ya encaminados, la situación era muy morbosa y caliente.
Lau, se detuvo, se levantó, se volvió a dar la vuelta, y se volvió a sentar encima de mi polla, cogió de nuevo el aceite protector, y me lo volvió a echar esta vez, directamente en la polla, mientras me la agarraba y me la esparcía, después Lau se echó aceite ella misma en sus pechos y en su coño, soltó el aceite a un lado, se inclinó un poco hacia delante, me agarro de los brazos acercando su cara a la mía, y me dijo -Lau: ¿Te gusta? ¿Estás disfrutando? -Yo: Tú que crees? Estoy cachondo perdido. -Lau: ¿Quieres meterme la polla? -Yo: Quiero follarte, quiero sentirte y quiero hacerlo mil veces. Lau me tenía agarrados los brazos, mientras me estaba dando un beso en la boca, y a la vez, empezaba a rozar de forma suave su coño con mi polla, su coño resbalaba encima de mi polla, notaba sus labios vaginales como se rozaban con mi polla hacia arriba y hacia abajo. Yo me moría de gusto y de placer, empezaba a mover mi cuerpo y mi cintura, queriendo penetrarla, pero ella se resistía, así estuvimos un par de minutos, hasta que Lau, relentizo el roce de su coño con mi polla, me agarró aún con más fuerza los brazos para que yo no me moviera. Acercó su coño a mi polla muy despacio, y al final, ella se echó para atrás hasta que mi polla entro dentro de su coño, se clavó con tantas ganas y tanta ansiedad, que tanto Lau como yo, gemimos los dos. Estábamos muy cachondos y muy calientes, de repente me soltó los brazos, se tumbó encima de mí, y yo pasando mis brazos por su espalda la agarré de los hombros para hacer aún más fuerza y poder meterle la polla hasta el fondo. Empezamos a follar, a besarnos, estábamos excitadisimos y ya no aguantábamos más. Estuvimos así unos minutos, yo le agarraba el culo mientras ella me cabalgaba, mi polla entraba entera dentro de su coño, la pasión nos había vuelto locos a los dos. -Yo: Lau, túmbate boca abajo. Lau se levantó, yo me levanté, se tumbó boca abajo, y yo me puse encima de ella, la penetre nuevamente, empecé a follarla mientras ella giraba la cara y nos besábamos. Así estuvimos una media hora hasta que finalmente nos corrimos.
Después de esa follada, nos fuimos al agua, estábamos abrasados por el calor, pero dentro del agua, volvimos a follar. Nos fuimos del camping, y nos fuimos a casa de Lau, y nos tiramos toda la noche follando hasta que no pudimos más y caímos rendidos.
Ésta es una fantasía que tengo con una amiga. Espero y deseo que os haya gustado. Y ya sabéis, si os gusta la playa, y os apetece un día, podriamos cumplir esta fantasía!
Un beso!