No puedo evitarlo, me gusta demasiado el sexo. Mi marido llego muy tarde, ahora tiene una mujer que es mas puta de lo que ya era

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Al final mi deseo se cumplió y durante gran parte de la noche  tuve un macho montándome como yegua en celo, oportunidades como esas no se dan tan seguido y yo me esforcé en sacarle el mayor provecho, lo que para Jess había sido una tortura, para mi había sido un placer, el poder tener un macho potente en la cama era un premio a mi calentura y mi putería.

Por la mañana y por supuesto después de coger, nos arreglamos para bajar a la zona de la alberca juntos, ya liberada usé sin ningún pudor una mini tanga y me dispuse a disfrutar el último día de vacaciones.

Cuando bajamos ya era tarde, mi marido y Jess ya habían bajado, yo ya estaba en mi papel de puta y caminé moviendo alegremente mi culo tomada de la cintura de mi nuevo macho, quería que mi marido se diera cuenta que pensaba putear y quería que él estuviera de acuerdo.

No me pude contener la curiosidad y en la primera oportunidad abordé a Jess para preguntarle como le había ido con mi esposo:

–          Uy Dani, de lo mejor, fue de lo más tierno, además pude dormir como bebé, terminó y nos quedamos dormidos, no sabes como deseaba una noche como esta

–          Y terminaste?

–          Claro que no, pero eso me vale madre, tu marido me dio justo lo que necesitaba, ternura y descanso

Vaya con las mujeres, las putas quieren ser tratadas como damas y las damas quieren ser tratadas como putas, yo feliz de ser cogida como mi marido no puede, y ella encantada de ser tratada como mi marido si sabe.

Para ese entonces ya todos en la casa se habían dado cuenta de nuestro intercambio de parejas, la verdad en el ambiente en el que estábamos poco importó, nadie hizo algún comentario al respecto.

Me sentí caliente, puta y liberada, como digo tenía la intención de disfrutar ese día sin preocuparme mucho por nada, así usé tacones con el traje de baño justo para sentirme aún más puta.

Mi marido y yo apenas nos mirábamos, cada uno se encontraba atendiendo a su pareja temporal, en el trascurso de esa mañana estuvimos en la alberca, yo no me separé de mi nuevo amante, le restregaba el culo y las tetas, quería su cuerpo y su verga, lo deseaba como pocas veces había deseado a un hombre, nuestras conversaciones siempre estuvieran llenas de morbo y de sexo, creo que nunca platicamos de otra cosa.

Platicaba realmente muy a gusto con él, en este lapso le conté mis fantasías más íntimas y perversas, cosas que pocas personas conocían de mí.

Entrado el mediodía mi marido y su chica nos informaron que subirían a arreglarse, nos avisaron que pretendían salir a comer y pasear un rato, estarían gran parte del día fuera, pensé que los deseos de Jess por fin se cumplían una tarde tranquila para turistear en plan de pareja decente, seguro era algo que valoraba bastante.

Un parte de mi le daba gusto el que mi marido me dejara sola por obvias razones, pero por otra parte mi lado más morboso deseaba seguir  puteando gusto en las narices de mi esposo.

La verdad es que le confesé este sentimiento encontrado a mi amante, sólo sonrió y me dio un beso delicioso mientras masajeaba mis tetas de puta.

Estuvimos un rato y pasada una media hora me tomó de la mano y me llevó a la sala de la casa, ahí nos sentamos en un sofá y empezó a cachondearme, me sacó las tetas  me las mamó riquísimo y me dedeó al mismo tiempo.

Creo que en un momento dado, él escuchó pasos en la parte de arriba de la casa, sabía que en algún momento mi marido y su nueva amiga bajarían y debían de pasar por la sala al querer salir.

Dicho lo anterior me tomó de la nuca y me hizo mamarle su hermosa verga, estaba muy entretenida con mi trabajo cuando la pareja bajó y mi marido pudo ver a su dulce esposa devorando tal enrome pedazo de carne, yo concentrada en lo mío no me di cuenta que en ese momento ya teníamos compañía.

–          Saluda tu esposo Daniela

Entonces abrí los ojos y pude ver la cara de mi esposo mientras yo le mamaba la verga a su amigo, pude ver que no había coraje en sus ojos, creo que al igual que la puta con la que había dormido la noche anterior, mi marido sentía un raro descanso al saber que no tenía que satisfacer a una puta como yo y que tenía a un macho que podía cumplir con ese rol sin necesidad de presionarse.

Al mismo tiempo la chica nos miraba y sonreía, se veía que también la causaba mucho morbo esta situación

–          Bye maridito, que te vaya bien yo aquí me quedo muy bien atendida

Ahora por iniciativa propia me levanté y me acerqué a ellos, así con tacones, tanga y con las tetas de fuera me acerqué y le di un beso de despedida a mi esposo, así con mi boca con sabor a verga extraña, luego me acerqué a la chica y le pegué un buen cachondeo, nos dimos unos besos riquísimos mientras rozábamos nuestras tetas, realmente me calentaba mucho esa puta.

Ambos se despidieron aunque no sé qué tanto les despertamos sus deseos de quedarse, al despedirme sólo podía pensar en verga dada la calentura que tenía.

Mi macho me había dado un gusto y pensaba seguir disfrutando de su enorme miembro, de esta forma regresé con él y de inmediato me senté en su vergota, con la calentura que tenía, no dudé en hacerlo de manera salvaje, me senté en su pene y pensé únicamente en mi placer, que rico era hacerlo así, sin preocuparse de la otra persona, teniendo la seguridad que pasara lo que pasara tendría un orgasmo, creo que esa confianza te abre la mente y te simplifica el proceso, el no pensar en el orgasmo te hace llegar más fácilmente a él.

–           Ahhhhh si¡¡¡ siiii¡¡¡¡ que rico ahhhh¡¡¡ como me calientas cabrón uy¡¡¡¡¡

No duramos mucho cogiendo pero fue suficiente para razonablemente bajarme las ganas, digo razonablemente porque me habían dado lo justo para no desesperarme pero mi calentura seguía latente, estaría en eses condiciones el resto del día.

Regresamos entonces a la zona de alberca y ahí estuvimos un rato tomando y bailando, en unas horas el ambiente estaba de los más animado y los chicos nos alentaron a que nos quedáramos topless yo bien metida en mi papel, no dudé en ser la primera en despojarme del  bra, era un puta y me iba a portar como tal.

Estuvimos todavía un buen rato ahí, la verdad en ese tiempo, me metieron mano mi amante y varios de sus amigos, esto me calentó mucho, el ser parte de todo esto y ser tratada como puta simplemente me tenía a mil, además las chicas aprovechamos cada oportunidad para besarnos rico, acariciarnos y besarnos las tetas.

Al caer la tarde los chicos se retiraron a conversar, a leguas se veía que estaban poniéndose de acuerdo en qué hacer con sus putas, nosotras así lo sabíamos y no teníamos objeción en que fueran ellos quiénes dictaran el destino del día, ellas porque para eso les habían pagado y yo únicamente por el gusto de ser tratada como una golfa.

Al terminar su conversación se acercaron a nosotros y nos informaron que debíamos arreglarnos para continuar la fiesta, así lo hicimos y nos dirigimos a nuestras habitaciones, yo pensaba que debía alistarme para salir a cenar y tal vez de ahí ir a algún bar, así que usé un vestido súper sexy muy entallado y escotado.

Como siempre me tomé mi tiempo, cuando bajé ya los hombres estaban bebiendo desde hace rato en la sala, aún era temprano y me incorporé a la fiesta, me causó un poco de sorpresa el haber sido la primera mujer en bajar, esto con el antecedente que el resto de los días había sido siempre yo la última en terminar de arreglarse.

Sin reparar mucho en el ello, me senté al lado de mi macho, me sirvieron una bebida y en segundos ya estaba completamente integrada a la plática, la cual como era de esperarse estaba llena de doble sentido y sexo.

Me gustaba como me trataban, sin ningún pudor o pero siempre con un cierto respeto que merece la puta de un amigo, no sé, no me trataban como dama sino como una mujer más abierta sexualmente, a pesar de ello respetaban el hecho de que yo ya tenía macho, seguro el resto de las chicas tienen experiencia en ese tipo de convivencia pero para mí era nueva y muy interesante.

Además me prestaban toda la atención, pero sobre todo me encantaba el hecho de que no preguntaban por mi marido ni por mi vida cotidiana, se habían enganchado en este juego en el que por esos días yo era una más de las mujeres que habían llevado ahí con el único objetivo de divertirse.

Me la pasaba tan bien con ellos que se me pasó el tiempo muy rápido, por un momento pensé que prefería que las chicas tardaran mas tiempo en bajar, no porque no quisiera convivir con ellas al contrario, sino porque quería seguir siendo el centro de la atención de esos hombres perversos e infieles.

Fue cuestión de tiempo para cuando me pareció demasiado el tiempo trascurrido sin que la chicas bajaran, pregunté entonces por ellas y Alex me informó que habían bajado antes que yo y que se habían ido de compras, me sorprendí bastante por el hecho, no esperaba tal situación, me dijeron que decidieron alistarse rápido y que como era el último día querían hacer algunas compras antes de irnos.

Al final no reparé mucho con esto, mi intención era pasármela bien y lo estaba haciendo, así que con mujeres o sin ellas yo seguiría viendo que me deparaba el resto del día.

La bebida fluía y yo que no soy muy buena para tomar fue cuestión de tiempo para cuando ya me sentía alegre y aún más desinhibida y caliente.

También fue cuestión de tiempo para que me pidieran que les bailara un poco evidentemente no iba a negarme, prácticamente estaba rogando que me pidieran algo así.

Me levanté y la ritmo de regetton empecé a bailar lo más sexy posible, movía las caderas una barbaridad, veía a mi público con los ojos abiertos al máximo y más caliente me sentía

Quería restregarles mi culo y mis tetas a todos pero el hecho de que estuviera mi macho presente me hacía contenerme, a pesar de ello la calentura era demasiada para no buscar sentir el contacto de una verga grande y dura sobre mi enorme trasero.

Así que dicho lo anterior saqué a bailar o más bien a bailarle a mi macho, lo tomé de la mano y lo hice incorporarse, moví la cadera generosamente y le restregué las tetas mientras él estaba casi inmóvil.

Después de un rato me llevó contra la pared y ahí me pagó una calentada terrible, entre besos y manoseos descarados, en un momento dado me puso de espaldas, yo puse mis manos contra la pared y como toda una profesional me dediqué a restregarle el culo por encima de su pantalón, bailé y bailé con el solo objetivo de sentir su enorme verga entre mi gran trasero, por fin un culo como el mío tenía a su disposición la verga que se merecía.

Estaba ardiendo, me sentía de lo más puta y me encantaba, desde hace mucho había descubierto mi verdadera condición de mujer caliente y perversa, sabía lo que me gustaba pero esto me estaba gustando demasiado, de alguna manera había conservado una fachada de mujer casada convencional, con amantes esporádicos y aprendiendo a sobrellevar una convivencia con un marido poco diestro en la cuestiones del sexo, pero esto era tan intenso que me cuestionaba seriamente mi capacidad de seguir con el modo de vida que tenía.

Quería sentirme puta, quería la vida que mis nuevas amigas tenían y de la ellas estaban hastiadas, menudos caprichos de la vida.

Mientras más caliente estaba y mientras más movía el culo mi amante se acercó a mí y me susurró al oído

–          Hoy te cumplo tus fantasías

Resulta que durante nuestras conversaciones y mi apertura sexual hacía él, le había confesado muchas de mis fantasías, algunas veces en conversaciones normales, pero las más intensas y sinceras habían sido mientras me cogía salvajemente, fue de los más excitante confesarme mientras cogía.

En una de esas salvajes cogidas, mientras yo me sentaba en su enorme verga, le confesé que me excitaba mucho la idea de coger delante de la gente, que me encantaba exhibirme y quería que me vieran coger, mi fantasía no era que me cogieran varios al mismo tiempo, solo que me vieran y se masturbaran mientras yo me sometía a un macho.

Fue tal mi calentura que mientras confesaba todo esto tuve un orgasmo de lo más intenso, la verdad es que no pensé que la conversación trascendiera mas allá de la pasión del momento, pero ahora y para mi sorpresa parecía que mi macho pensaba en hacerla realidad.

Repasé brevemente lo sucedido en el día y empezaba a darme cuenta que las cosas no se habían dado por casualidad, la salida de mi marido, la salida de la chicas, eran cosas sumamente sospechosas, al parecer Alex había convencido al grupo de darles a las putas algunas hora libres para que los hombres se quedaran a solas conmigo, tenía mucha certeza que todas las mujeres del viaje estaban complacidas con la situación, la chicas por tener tiempo de descanso sin necesidad de complacer a estos viejos calenturientos, y yo precisamente por la posibilidad de calentar a estos viejos calenturientos.

Ya con todas las cartas sobre la mesa me dejé llevar, me habían servido en charola de plata la oportunidad y estaba segura que ese tipo de situaciones eran complicadas de repetirse.

Mientras yo seguía bailado pegada a la pared y dando la espalda, mi amante fue despojándome poco a poco de cada una de mis prendas, en unos segundos más sólo mi pequeña tanga y mis tacones altos me acompañaban en mi perverso baile.

Para entonces los chicos habían dejado listo el escenario del show, había colocado un sillón pequeño al centro de la sala y ellos ya estaban sentados alrededor del mismo.

Alex me tomó de la mano y me llevó al centro de la acción, yo caminé detrás de él, semidesnuda con las tetas de fuera y con una diminuta tanga metida en mis enormes nalgas me sentía dominada y caliente al extremo.

La escena me terminó de poner al límite, caminé despacio y me aseguré de mover las caderas al extremo, el estar en esas condiciones exhibiéndome delante de unos tipos que apenas conocía, el verlos contemplar mi putería en silencio, mientras yo deseaba ser sometida y usada era francamente de lo más excitante.

La acción era seguida en silencio, no había gritos ni palabras, parecía que todos eran cómplices de mi fantasía, justo así lo había soñado, justo así lo había deseado, no quería un público similar al de una partido de futbol que gritara y maldijera, quería el público de un concierto de música clásica o de una obra de teatro, quería que se concentraran en el espectáculo, que no perdieran detalle, quería que el final reconocieran la calidad del show; en el concierto el reconocimiento sería con aplausos en esta obra sería con su leche escurriendo por sus perversas vergas.

Ya en el centro de la sala sacó su deliciosa verga, no se quitó una sola prenda, solo se sacó su enorme miembro, luego me puso delate de él y me hizo agacharme hasta alcanzar su pene erecto, no me hizo arrodillarme, quería que estuviera de pie y al agacharme pudiera exhibir de mejor manera mi gran trasero, yo no iba a oponer resistencia a nada ese día y menos al inicio de la sesión, así que entendí sus claras intenciones e hice lo que de mí se esperaba.

Comencé a mamar y la sensación era por demás placentera, si de por si me encanta mamar la verga, el hacerlo en estas condiciones y con la calentura que me cargaba simplemente me temía a mil.

Con tal nivel de deseo aceleré el ritmo y de poco necesitaba más comodidad, así que sin querer en un  momento dado ya me encontraba de rodillas saboreando tan delicioso manjar

Estaba excitada al máximo, gozaba como nunca el darle sexo oral a este cabrón que me trataba como la hembra que siempre soñé.

De reojo veía como mi público me miraba sin perder detalle, puede notar sus ojos bien abiertos mientras comenzaban a tocarse sus miembros por encima de sus ropas.

Después de un rato en esa posición en donde me di gusto mamando su deliciosa verga, me hizo ponerme de pie, ahí justo al centro de la sala con sus amigos alrededor nuestro, regresó a mi boca, me besó delicioso mientras me metía mano a placer; mi cuerpo desnudo, solo acompañado de mis tacones, reaccionaba a sus caricias, yo gemía disimuladamente mientras apretaba mi muslos y movía mis caderas víctima del placer.

Volvió entonces a colocarme su cinturón en mi cuello cual vil perra en celo, acto seguido me hizo ponerme en cuatro patas, con el cinturón en el cuello, me hizo gatear por el suelo, paseándome como su perrita sumisa, así me llevó por toda la sala, la intención era que en el recorrida pasara cerca de cada uno de sus amigos, me estaba exhibiendo como ganado a vender, como su trofeo sexual, como si les gritara a cada uno “miren bien a esta yegua que estoy a punto de montar”.

Durante el paseo moví el culo lo más que pude, el proceso fue lento con toda la intención de acrecentar el morbo de todos los presentes, no puedo hablar por los demás pero al menos conmigo la estrategia estaba funcionando al extremo.

Cada vez que me acercaba a uno de ellos, mi excitación aumentaba, no eludía la mirada y los miraba a cada uno de ellos a los ojos, llena de morbo y deseo, quería que vieran claramente que me encantaba lo que estaba pasando y lo que estaba por pasar, luego mordía mis labios en clara señal de excitación y al hacerlo dirigía mi mirada a sus vergas ya descaradamente erectas.

Luego del paseo me colocó en cuatro patas justo en el centro de la sala, después se acercó a mí y sólo me ordenó:

–          Tócate¡

Luego se retiró y tomó asiento, yo me quedé sola en medio de todos, en cuatro patas sacando mi enorme culo, ahí estuve un tiempo tocándome, a rato cerraba los ojos y a ratos los abría para observar a mi público, todos me miraban con morbo y se tocaban sus vergas, todos menos mi macho, él solo me miraba sin perder detalle y sin mostrar una mínima expresión.

Todo el entorno conspiraba en mi calentura, estaba muy excitada, no dejaba de tocarme con una mano, mientras que con la otra acariciaba uno de mis senos, luego apoyé mi cara contra el sofá y saqué aún más el trasero.

Estaba al límite cuando mi amante se acercó a mí y me dio una nueva orden:

–          Termina¡

Eso encendió un interruptor dentro de mí, pareciera que el tipo controlaba mi cuerpo y así nada más podía controlar mis orgasmos, era una completa paradoja que mi marido tenía años queriendo lograr que yo pudiera tener algún orgasmo con él con resultados por demás desalentadores y este tipo que acaba de conocer hace apenas unos días ahora me ordenaba tenerlos, como si fuera tan sencillo, bueno pues para él gracias a todo lo que me había hecho hacer y todas sus perversiones si lo era, era de lo más sencillo.

Sentí entonces una descarga de electricidad recorrer todo mi cuerpo, aceleré el ritmo, moví mi enorme culo a la mayor velocidad y entré un delicioso orgasmo que me hizo gritar de placer.

–          Ahhhhhh mmmmmmm¡¡¡¡¡

Después del intenso orgasmo me quedé un rato tendida con el culo al aire, fueron solo unos segundos para cuando mi amante se colocó detrás de mí y por fin me dio el gusto de tener dentro su enorme verga

Comenzó entonces un espectáculo de sexo salvaje, Alex me daba verga con una maestría notable, yo no podía más que gemir y pedir por más.

–          Ahhhhh sii que rico¡¡¡ ayy papi que rico coges¡¡¡

–          Te gusta puta

–          Me encanta papito uyyy ahhhh dame dame

El ritmo no paraba y yo sentía como mi conchita era taladrada de lo más delicioso con un mete y saca divino.

–          Se ve que estas muy necesitada de verga zorra¡

–          Si papito uyyyy si rey, no sabes lo que me gusta la verga¡¡¡ ahhhh

–          Y el pendejo de tu marido no te coge como lo mereces

–          No papi ayyy, es un pendejo que la tiene chiquita uf¡¡ ahhhhhh

–          Te gusta mi verga puta?

–          Ahhhhh me encanta uyyyy, la tienes enorme rey, ahhhh que rico¡¡¡¡ mas mas¡¡¡

Me encantaba que no nada más me cogiera delante de sus amigos, me encantaba que me hablara sucio que me tratara como puta, como su puta

–          Qué es lo que eres?

–          Una puta papi, tu puta¡¡

–          Y cómo te tiene mi verga

–          Bien pendeja amor ahhhhhhh

Terminé nuevamente, la sesión era por demás intensa y era complicado que mi amante aguantara mucho tiempo más, entonces aceleró aún más el ritmo mientras me pegaba un par de nalgadas que eran el complemento perfecto a todo lo que estaba pasando.

Para entonces sus amigos ya se habían sacado sus vergas y se masturbaban sin disimulo, yo en cuatro patas, desnuda siendo penetrada salvajemente, con mi amante aún vestido y rodeada de tipos calientes masturbándose, la escena era de lo más excitante y perversa, todo eso vino a mi mente y más caliente me ponía, de esta forma tomé un poco más la iniciativa y me dedique no solo a recibir las embestidas, también movía mi trasero al encuentro de sus movimientos, no sé si era necesario para mejorar el placer pero mi calentura así me lo ordenaba.

–          Ahhhh ohhhhh que rico que rico¡¡¡¡¡ más papito así as¡¡¡

Con todo ese panorama sentí la necesidad de soltar un nuevo orgasmo, era demasiado todo el morbo que estaba viviendo

–          Ohhhhhh ahhhhhhh me vengo otra vez¡¡¡¡¡ que rico lo haces cabrón¡¡¡¡¡ ahhhh¡¡

Mi amante sabía que a ese ritmo difícilmente podría aguantar mucho, así que tomó un respiro, saco su verga y me cambió de posición, entonces se subió encima de mí, y siguió con su trabajo en un ritmo más lento y pausado, quería prolongar mi placer al máximo y yo lo agradecía.

Yo cerraba los ojos y seguía experimentando placer aunque a un nivel menos intenso, la posición ahora me dificultaba el ver que estaba haciendo mi público pero aun así me las ingeniaba para voltear a ver como se seguían tocando a placer.

Ahora mientras me cogía, me besaba la boca y me besaba las tetas, yo abrí mis piernas lo más que podía mientras seguía recibiendo ese delicioso pedazo de carne

Luego tomó mis piernas y las llevó a sus hombros, así la penetración era nuevamente más intensa, yo reaccioné al cambio y comencé a gemir de manera más sonora

–          Si papi, si, dame así, así como me gusta ahhhhhh uuuuuyyy

El tipo seguía concentrado en su trabajo y continuaba dándome rico, veía su cara llena de deseo, dese la primera vez que lo vi me pareció morbosamente desagradable, ahora me parecía morbosamente sexual y atractivo

–          Te gusta puta?

–          Ahhhh me encanta papito, ahhhh que rico coges cabrón, ahhhhhhh

Así aceleró el ritmo mientras me tomaba de la nuca, yo sabía que la corrida de mi amante era inminente, luego no pudo más sacó su enorme verga y terminó en mis enormes tetas

Busque su semen y lo embarré en mis tetas, mientras me llevaba una parte de su leche a mi boquita, le pidió a sus amigos que terminaran encima mío, nadie me podía tocar solo regalarme su leche, esa era mi fantasía y la estaba llevando a cabo.

Uno a uno se fueron acercando a mí, jalándose sus vergas y terminando en mis tetas, mientras tanto ya me tocaba como  loca, la escena era a lo sumo excitante, mi cuerpo se iba llenado de leche, mientras mi cuerpo se llenaba de placer al mismo tiempo.

La verdad poco caso le hacía a los tipos, me interesaba mi placer y su leche, con cada gota que caía en mu cuerpo, mas puta me sentía y más duro me masturbaba, para cuando todos terminaron, mi cuerpo está lleno de mecos, yo no podía dejar de tocarme, y sentirlos en mi mano libre, me los embarraba en las tetas y me los llevaba a la boca, así terminé riquísimo presa de un placer que me es difícil describir

–          Ahhhhhh mmmmm ohhhhhhh

Así tuve el mejor de mis orgasmos, sola,  de manera egoísta, explorando mi cuerpo y llena de leche por todas partes, estaba en el cielo, me sentía de los más puta, llena de deseo y placer.

–          Ahhhhh uffff mmmmmmmm

Luego me quedé tendida en el sofá por varios segundos con las piernas abiertas y con la mirada perdida, estaba completamente complacida, relajada y satisfecha, podía haberme quedado ahí por horas pensando en lo intenso de toda la sesión.

Después de un rato desperté de mi estado inconsciente y me incorporé poco a poco a la realidad, sin decir mucho me dirigí a asearme un poco y vestirme, al regresar a la fiesta, todos me aplaudieron y me recibieron con gusto, yo estaba feliz y la noche apenas empezaba.

Me informaron que las chicas no tardarían en llegar para seguir la fiesta, todos le cuestionaron a mi macho sobre el premio que se habían ganado ya que ni una mamada de verga se habían llevado, yo para mis adentros pensé que todo eso tenía solución y que una nueva fantasía se asomaba en mi mente.

Mi macho estuvo de acuerdo que algún premio debían de recibir y ya veríamos como esta puta pagaba por el favor, creo que me mojé nuevamente al saber que nuevas cosas pensaban hacer con mi cuerpecito de puta pero eso será otra historia, solo les diré que mi marido llegó ya muy tarde y para entonces su mujer era ya más puta…

Comentario personal: estoy pasando por situaciones un tanto complejas que me hacen difícil publicar; para aquellos que pueden encontrar interesantes mis textos, les informo que no tengo certeza sobre proximas publicaciones, espero seguir haciendolo pero hoy no tengo certeza de los tiempos, puede ser que me lleve más tiempo o tal vez siga publicando con la misma regularidad

Un abrazo a todos

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