Solo tenía 14 años cuando comencé a experimentar los placeres del sexo y siento que todavía me falta mucho por conocer
Hola soy Karolina, esta historia se remonta cuando a penas tenía 14 años, era una chica normal, no tan normal, citadina, pero algo tímida, de una familia integrada por sietes personas, mis dos padres y mis cuatros hermanos, y yo era la menor, para ese momento era algo delgada, con un poco de chiche y nalgas, prácticamente una plana, con un color piel canela, unos ojos muy grandes, cabello negro y largo, más o menos tenía una estatura de 1.60 m. Aproximados.
Bueno, como les repito era una chica timida y por esa razón pasaba como un ratoncito en la biblioteca y por tal razón toda una niña aplicada, obvio era la admiración de mi familia porque no bajaba mi promedio de entre 8 y 9. Por la misma razón de ser tímida no conocía y no convivía con muchas personas en mi grado o en la biblioteca, mi rutina diaria era viajar de mi casa al colegio y del colegio a la biblioteca, esta se encontraba a unas cuantas cuadras del colegio; mi estilo de vestir para ir al colegio era un desastre cabello amarrado en coleta, lentes, blusas muy flojas, no tengo pie plano pero los zapatos parecía ortopédicos, qué decir de la falda casi parecia vestido, bueno ni tanto pero pasaba de bajo de la rodilla y los calzones que casi parecían carpa de circo y siempre usaba una licra tipo short para cubrirme el calzón, si, si lo se toda una típica santulona y cuando no asistía al colegio pues lo santulona aún lo mantenía.
Es decir que por la misma forma en que mis padres me habían criado y habían inculcado una religión mi forma de pensar y ver las cosas era muy cerrada, tanto a sí que aún para esa edad, no había tenido novio, ni había dado un beso y me imagino que mi apariencia era la de un bicho raro, no llama la atención de nadie, pero a pesar de eso no me llamaba la atención estar besuqueándose con alguien, lo miraba asta asqueroso.
Para esos tiempos la revolución del sexo era un tabú que iba en gran crecimiento y tocar esos temas era un pecado, pero aún a si, los hermanos siempre andan las hormonas alborotadas y siendo mayores que yo, tenían alquiladas peliculas triple xxx, de lo cual ni uno de nuestros padres sabia, solamente ellos y su consciencia, como el vhs en nuestra casa casi solo estaba de adorno nadie lo usaba y solo lo usaban mis hermanos y que un día por error o por confiados dejaron la cinta en el vhs mismo día que yo decidí ver un documental que me habían prestado sobre Egipto, como no sabía mucho sobre el uso de esto, me dispuse a ver cómo funcionaba, encendí la tv, puse la opción para el vhs y por error precione play y automáticamente siguió la cinta donde apareció la escena en la tv donde un hombre empezaba a desnudar a una chica joven con uniforme de colegiala, el hombre acariciaba su cuerpo y besaba sus pechos, yo solo quería sacar la cinta y estaba preocupada, no quería ver eso, seguí asustada pero esta escena se quedo tan marcada en mi mente y causó y poco de pudor a pesar de que no tarde menos de 3 minutos en quitarlo por mí misma ignorancia de saber cómo se usa. Luego de ese percance me dispuse a ver el documental pero distraída en mi mente con la escena que había visto, nunca había visto otros pechos que los míos y ver cómo estaban de desarrollados me hiso que empezara a inquietarme y la tranquilidad de mi mente desapareció, no podía dejar de pensar como ese hombre acariciaba a la mujer, tales pensamientos hicieron que empezara a mojar, aclarando que nunca había tenido algo similar y yo lo estaba relacionando con orina y no sabia como detener lo mojado porque me daba pena mencionar lo, y preguntar qué era lo ocurría y que seguramente me me regañarían, esto me hizo olvidar lo de la escena, me dispuse a secarme la vagina, entre lo de la escena, el documental y lo mojado de mi vagina se llegó la noche y pude descansar tranquila y sin ningún otro pensamiento que más que el de dormir.
Mi día volvió a empezar después de la escena del día anterior, estaba con la mente muy despejada y muy dispuesta para dirigirme hacia el colegio y como de costumbre yo siempre viajaba en el autobús público, y como sabemos eso es un caos, parecen latas de sardinas, todos tocándose entre todos pero ese día pasó algo muy peculiar un hombre muy apuesto entre toda la muchedumbre se puso a mis espaldas a una distancia se podría decir que eran unos cuantos centímetros y con mucho despiste por los movimientos del autobús rozaba algo entre mis planas nalgas, no sé porque pensé que quizas era su paraguas o alguna otra cosa y se mantuvo por un buen trayecto del recorrido a sí y ya me empezaba a incomodar de lo cual me dispuse a solo dirigir mi mano y quitarlo de mis nalgas porque no me sentía cómoda y en ese momento senti la tela de su pantalón y tome lo que me ponía en las nalgas, admirada por lo que sentí dirigí mi mirada hacia él y entre labios
me dijo ¿ te ha gusta mi pene ?
yo super apenada volví mi mirada hacia el frente y pensé que por lo sucedido se quitaría pero el muy descarado siguió en el mismo lugar pero esta vez me acarició mi cabello y puso su mano en mi hombro y
me susurró tranquila yo sé que te gustara pero si te incomoda puedes quitarte y pasar a otro lugar porque de lo contrario no me moveré.
fue en ese momento que sentí como su pene estaba más duro y me lo acercaba con más fuerzas y en un bache y mucha táctica toco mi pecho del lado izquierdo y en ese momento recordé la escena de la película de mi hermano y fue ahí cuando todo mi cuerpo se apoderó de una sensación caliente que recorrió mi cuerpo, una sensación como un tipo de escalofrío, no sabía qué hacer, estaba perpleja ante tal situación, pero volvió a suceder de que mi vagina empezó a mojar después de ese escalofrío y que por alguna extraña y loca razón no me moví y me quede ahí pero esta vez era yo la que acercaba mi cuerpo a él para que volviera a hacer lo de tocarme,
Me sonrió y me dijo muy buena elección