Mi pareja me pidió que la domine, yo le hice caso y le metí mi mano fuertemente haciéndola doler y gritar del placer

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Esa noche mi pareja me pidió una sesión de sado, le dije que sí pero que tendría que aceptar mis condiciones, las cuales no podría negociarlas, ella estaba tan deseosa que acepto mi propuesta y dijo “vale cuales serían las condiciones” le dije, Mare esta noche no te voy a penetrar tendrás que aceptar mis  deseos y si no cumples serás castigada, quizás al final puedas saborear mi leche, quítate la ropa y totalmente desnuda ponte en cuclillas con las manos detrás y la cabeza gacha, a todo responderás “si Amo”.

Ella dijo “si amo” y se desvistió poniéndose en la posición que le había yo pedido, me acerque a ella por detrás y puse una máscara tapando sus ojos a partir de ahí, ella no fue consiente de cada cosa que le iba a suceder, prepare todo lo que iba a utilizar tomándome mi tiempo mientras ella permanecía en esa posición retire unos cuadros que tapaban unas argollas las cuales permitían que yo la atase a la pared y tome unas pinzas y consoladores que utilizaría.

En ese momento le di la orden de pararse, a lo que ella respondió “si amo” le hice levantar sus brazos y la guie hacia la pared, coloque unas esposas en sus muñecas las cuales me permitieron agarrar cada mano a una argolla quedando así de frente con los brazos abiertos, coloque en sus piernas una barra de expansión para que quedasen más abiertas, sentí la agitación en su cuerpo. Tome las pinzas y coloque una en cada pezón, si bien le dolían el dolor era soportable, luego coloque dos pinzas en cada uno de los labios vaginales ahí si note en su cara una muestra de dolor esa zona era muy sensible, cuando las ponía vi que de su coño ya brotaba un líquido viscoso indicándome que su calentura era mayor, tome una pluma y empecé a jugar por todo su cuerpo, el placer y el dolor avanzaba en ella, pase mi dedo del coño hacia atrás y lo metí fuertemente en el culo pego un gemido de dolor pero cuando comencé a moverlo  dentro ella y mi mano se deslizaba de adelante hacia tras no pudo aguantar y empezó a jadear,  explotando en un fuerte orgasmo que mojo toda mi mano y apretó el dedo que tenía dentro del culo, fue ahí cuando le dije, “Mare yo te he autorizado a correrte”, ella respondió, “no amo” ”siento haberlo hecho”, a lo que respondí “recibirás tu castigo” .

Desabroche ambas esposas de la pared, quite los broches de sus pechos y su coño, la di vuelta y la volví a abrochar, quedando ahora ella de espaldas esposada con sus brazos abiertos y sus piernas abiertas por el espansor, tome un látigo y le dije, cuenta cada uno de los azotes que recibirás por correrte sin permiso, “si amo” y comencé a azotarla, ella dijo “uno, dos y así llegamos hasta diez” cada golpe hacia salir un gemido de su garganta, sus nalgas quedaron marcadas, ella soporto el castigo y cuando dije que habíamos terminado, respondió “Gracias amo”.

Esta situación me excitaba mucho y mi polla estaba muy dura, pero al tener los ojos vendados ella no veía lo que me estaba pasando.

Quise notar si el castigo había sido suficiente y comencé a provocar nuevamente la excitación en ella, continuaba atada dándome su espalda, tome una crema y comencé a expandirla sobre las marcas que habían dejado los azotes para que mis manos le produjesen excitación, recorrí su cuerpo volviendo a notar su agitación, quite las esposas de sus manos y la guie hasta la cama le costaba caminar por tener sus piernas abiertas con el expansor, la empuje haciéndola caer de espaldas sobre el colchón, tome sus manos y las volví a esposar a unas argollas que había al costado de la cama, quedando así con sus manos y piernas abiertas. Decidí excitarla a full viendo si aguantaba sin tener su orgasmo para evitar el castigo, tome dos velas y las prendí, haciendo que cayeran a su cuerpo gotas de cera caliente, mirando los gestos que provocaban cada una que tomaba contacto con su cuerpo, notaba que Mare nuevamente empezaba a excitarse, yo sabía muy bien sus puntos vulnerables, tome un hielo y lo empecé a frotar en sus pezones, los mismos se ponían cada vez más duros, ya brotaba un hilo de jugos en su coño que se sumaba a los anteriores. Ella se mantenía callada pero su agitación aumentaba a cada momento, me lubrique bien mi mano ya tenía en mente lo que haría, sus piernas abiertas me permitirían trabajar su coño quería que este nuevo orgasmo que estaba al llegar tuviese su parte de dolor, fui metiendo un dedo, dos, tres, cuatro cinco en su coño moviendo mi mano como si fuese mi polla, ella gemía cada vez más, presione fuertemente y mi mano la penetro entrando en su vagina, no pudo dejar de escapar un grito de dolor pero inmediatamente comenzó a tener un largo orgasmo, el cual no cesaba de repetirse varias veces, cuando quite mi mano ella ya no grito su coño estaba completamente dilatado, esta vez no quise castigarla por el orgasmo ya el dolor de penetrar mi puño había sido un castigo. Ella entonces dijo nuevamente “gracias amo”.

Subí a la cama y me senté sobre su pecho poniendo mi polla a la altura de su boca,  mi excitación me decía que pronto explotaría abrí su boca con mis dedos, tome mi polla la masturbe y en pocos instantes mi semen estaba dentro de la misma, ella lo saboreo y lo trago, y dijo “amo, este ha sido uno de los mejores polvos que he saboreado en mi vida, gracias por aceptarme, mi vida le pertenece”

Me hice a un lado desate sus piernas, luego sus manos, quite la venda de sus  ojos y comencé a besarla, ella nuevamente era mi pareja, la que tanto amaba.

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