Degustando las tetas enormes de mi compañera de trabajo

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Hace 15 años trabajé para una empresa de logística que le prestaba servicios a una multinacional de cosméticos, en ella era común tener reuniones con las chicas encargadas de captar vendedoras, todo comenzó en una fiesta que habíamos pautado para acercarnos a las responsables de las vendedoras y su jefa.

La tensión sexual que se da en este tipo de trabajos es ancestral, desde siempre supe que habían historias de chicas que terminaban en rolletes con los chóferes, ayudantes y más. Yo era supervisor de la empresa y por ese entonces estaba por casarme.

La verdad es que mi noviazgo tenía fallas enormes en el plano sexual, mi novia había decidido hacerme la vida un cuadro en el sexo, le achacaba esto a ser muy joven, al temor de que sus padres la descubriesen y a que la forma más rica que ella sentía era siempre siendo masturbada y haciendo el misionero, así que no dejaba probar nada distinto, eso causó en mí cierta frustración que con el tiempo canalice cogiendo con otras mujeres. En ese momento ya había decidido que iba a buscar fuera de casa lo que allí era imposible conseguir.

Llegó el día de la famosa fiesta donde íbamos a atender a las compañeras de trabajo que están en la calle, se había alquilado un restaurante en la zona de trabajo de ellas para hacer una reunión que acabaría en festejo, recuerdo que fuimos 4 hombres y ellas eran como 15 mujeres, era lo típico de esas reuniones, habían muchas más mujeres. Ese día en cuestión hablamos de las cosas de trabajo, acordamos para recibirlas con unos mariachis y ellas estaban muy encantadas con nosotros.

Yo era nuevo en la empresa y era una novedad para ellas mi presencia. No tardaron un par de chicas en venir a sacarme fiesta, pero la verdad es que ninguna de ellas llamó mi atención, así que con cordialidad las supe ir despachando con el cuidado de no crear un conflicto.

Iban pasando las horas y todos estábamos tomando, ya habían pasado unas 3 horas de estar bebiendo cuando me doy cuenta que había llegado una chica que antes no estaba. Ella definitivamente sí llamó mi atención, era una mujer mayor que yo, debía tener unos 35 años y yo para ese momento sólo tenía 22, ella debía medir 1,60m, siempre me han atraído las chicas pequeñas, así que ella estaba a buena medida para mis 1.8m de altura. Para ese entonces yo estaba saliendo de la universidad, era un ingeniero recién graduado de buen ver, cabello negro medio ondulado, brazos y piernas fuertes, buen cuerpo en general.

Ella era una chica de pocas nalgas, sonrisa simpática, cabello castaño por media espalda liso y lo que me llamó la atención fueron sus dos enormes tetas. De siempre he sido fanático de las tetas grandes y especialmente de las grandes y naturales, para ese momento no sabía que era tetófilo; lo cierto es que ambos sentimos atracción química al vernos, me di cuenta inmediatamente que no le era indiferente y ella notó lo mismo en mí. En una de esas la invité a bailar y gustosamente aceptó, en ese momento no se había puesto de modas el reggaeton, así que fue la salsa la que me permitió pegar mi cuerpo al suyo y sentir esas dos grandes tetas recostadas a mí. El ritmo era bueno para tenerla cerquita, y el alcohol ya nos tenía a todos alegres, así que sin reparos estaba bailando con mi cuerpo sobre el suyo y una de mis piernas siempre en medio de las de ella.

Recuerdo que era uno de esos set de música donde las canciones se mezclan, para la tercera canción ya estaba empalmado, ella descansaba sobre mi pecho dejando en señal de entrega, de seguro podía notar como mi pene estaba a reventar por ella, porqué yo podía sentir un calorcito que salía del roce de mi muslo con su entrepierna. Me perdí mentalmente del contexto y me dediqué a disfrutar del baile, su figura y ese perfume embriagante que tenía.

La canción terminó y nos fuimos a la mesa con el resto de compañeros, desde ese momento nos sentamos juntos y nos dedicamos a bromear con todos, uno de los que fue con nosotros era músico, así que estaba tocando canciones y como ya nos conocíamos y a mí me gusta cantar, pues me acompañó para cantar una llanera. Esa canción se la dediqué a mi guapísima compañera y ella un poco sonrojada sonrió de gusto.

La noche seguía y nosotros hablando y riendo con todos, había cierta confianza y complicidad que dejaba tácito que había una chispa entre los dos.

En un momento recuerdo que ella fue el baño y le dije que iba a aprovechar para ir también, la dejé caminar adelante y definitivamente sus nalgas no eran lo que más me atraía, pero el frente y su tetamen me tenía loco desde hace ratos. Cada uno se fue a su baño y al salir decidimos ir por dos cervezas más para conversar de trabajo. Nos apartamos del grupo, de la música y salimos un rato del restaurante. Ella comenzó a hacerme unos planteamientos de trabajo y yo hacía esfuerzos por prestarle atención y no encajar mi vista en su canalito. Tenía una blusa blanca ceñida al cuerpo del tipo que llegan hasta el cuello, pero tenía una abertura en medio de las tetas en forma de corazón que dejaba ver ese canalito a la perfección.

De pronto le dije.

_ Hagamos algo, el lunes te llamo y acordamos lo que debemos hacer de trabajo, mira que ahora no estoy en mis cabales y tú con esa camisa no me dejas concentrarme en lo que dices.

Ella rio con picardía y dijo.

_ Creo que es lo mejor, porque hoy estás fuera de foco, mejor te habló al teléfono y así ya no puedes verme el corazón.

_ Qué me iba a imaginar yo que iba a venir a una reunión y me iba a conseguir con una mujer tan divina y que baila riquísimo.

_ Yo tampoco pensé en encontrarme alguien que se acoplase tanto a mí y fuese tan agradable.

Al ella terminar de decir eso me acerqué a su boca y con determinación pero sin prisa nos comenzamos a besar. Fue un beso entregado, un beso que demostraba las ganas que cada uno tenía de salir de la tensión del formalismo y pasar a lo sexual. La agarré de la cintura y la atraje más a mí, ella se dejó y terminé recostado contra una pared besándonos divinamente. Mis manos perdieron todo juicio, se posaron en sus tetas y pude comprobar que definitivamente no cabían en mis manos ¡y hay que ver que las tengo grandes!. Ella por un momento se dejó y puso su mano sobre mi paquete, apretando con fuerza para comprobar lo duro que estaba.

De pronto salió del trance y me dijo…

_ Aquí no por favor, está mi jefa y puedo tener un problema.

_ Olvidemos a la jefa y vamos a disfrutar de esto que estamos sintiendo.

_ No, no lo hagas, necesito detenerme…

Me dio otro beso fugaz y salió despavorida al salón de la reunión.

Como pude me acomode la erección para que no fuese tan notoria, estaba todo vestido de negro, jeans y camisa manga larga, removí mis 17cm de erección y me dispuse a entrar de nuevo al local. Ella estaba conversando con las dos chicas que me habían abordado al inicio, yo aproveché para sentarme un rato a conversar con otras de las asistentes. La verdad es que esta chica era la que más resaltaba del grupo, el resto de chicas eran mayores y no tenían ese sexappeal que la chica del corazón derrochaba, hablando con ellas caí en cuenta que no sabía el nombre de la chica a quien minutos antes había besado, aproveché para preguntarles a ellas.

_ Estaba hablando con su amiga algo de recanalizar las rutas de entrega, pero qué vergüenza que no recuerdo su nombre.

_ Ella se llama Yuraima, es la mano derecha de la jefa, así que préstale atención, – dijeron ellas en tono de broma –

Por un momento sonreí con picardía y les dije,

_ Es cierto, mejor voy y sigo escuchando lo que tiene que decir.

Me levanté y aproveché que estaba sonando un merengue para pedirle bailar nuevamente, caminando a ella pude ver cómo me miraba aproximarme mientras estaba hablando con sus amigas.

_ Hola chicas, ¿me permiten bailar esta canción con Yuraima?

Ella con una sonrisa respondió.

_ Ya vuelvo muchachas.

La tomé de la mano y en el camino me dijo,

_ Así que ya te aprendiste mi nombre Alejandro.

Comenzamos a bailar y le dije,

_ Tenía que saber cómo te voy a llamar cuando estemos cogiendo.

_ Jajajajajajajajaja… Estás muy lanzado, me contaban las chicas que te habían sacado fiesta al inicio.

_ Sí, es cierto, pero estaba esperando a que llegase la doctora corazón para lanzarme sobre ella.

En medio del baile y ya con más confianza, nos fuimos a una zona más oscura y alejada, a propósito me quedé cerca que una esquina, yo le daba la espalda a todos y ella quedaba “cubierta” por mi cuerpo y la penumbra de ese rincón. El ritmo cambió y ahora sonaba un vallenato, la verdad es que esa música no me atrae, pero es sabrosa para bailar en plan cachondeo. Bajé mis manos con toda la confianza y les hice espacio entre sus jeans negros y su piel, llegué directo a sus nalgas, que sin bien es cierto no tenía un culazo, pues tampoco es que eran inexistentes. Ella se pegó más a mí, tenía una de sus manos en mi nuca y yo terminé de volver a erectarme con esas uñas sobre mí.

Sus nalgas se sentían frías, sus pezones desafiantes estaban rozando mi cuerpo, mi pierna derecha en medio de las suyas y ambos sabíamos que la tensión sexual era inminente. Dejé que mi mano derecha se metiera en medio de su culito, aparté un poco la liga del tanga y puse mi dedo sobre su ano.

_ Me vas a hacer volar si no paras.

_ No solo quiero que vueles, quiero cogerte y dejarte llena de leche para que guardes un buen recuerdo.

_ Quiero que me cojas y me saques este calentón.

Ya había conseguido mi objetivo, ahora solo quedaba un detalle… ¿Dónde cogerla? si estaba a dos horas de distancia de mi casa, no había llevado coche y por lo que sé ella tampoco tenía, estábamos en un restaurante lleno de compañeros de trabajo y a pesar de que todos éramos adultos, iba a ser muy descarado que dijese que me iba a quedar allá. El baño era una de las opciones, pero es que no había nadie más en el local que no fuésemos los del trabajo… Así que pensé por un momento y recordé que habíamos traído unos regalos para todas las chicas de la reunión, estaban en la camioneta de mi jefe que estaba aparcada en una zona distante de la entrada del restaurante y que daba una buena privacidad para poder coger.

Ella estaba gimiendo y jadeando sobre mí, había mojado mi dedo en la humedad de su chocho chorreante y ese dedo lo había metido dentro de su culo.

_ Sigue que estoy por acabar… Me haces emputecer… Ahhhhhhh!!!

Hice caso a su petición y con mayor velocidad hice que mi dedo vibrase dentro de ella, mi pierna la sostenía, dado que había casi que dejado caer su cuerpo sobre mi muslo. Faltaron un par de sacudidas más para que apretase mi cuello y mirándome a la cara tuviese un delicioso orgasmo furtivo.

Ese orgasmo llegó con la coincidencia del cambio de ritmo, decidimos parar y le dije…

_ Ve al baño y luego me esperas afuera, ahora me toca acabar a mí.

_ Estás loco, aquí no lo podemos hacer…

_ Tú tranquila, sólo espérame a la salida del restaurante.

Nos separamos, tomé un poco de aire y una cerveza para despejar algo la mente y me acerqué a mi jefe para pedirle las llaves de la camioneta con el pretexto de buscar los regalos de las chicas. Mi jefe estaba bastante tomado y rodeado de mujeres, así que ni mucho caso me hizo, sólo me dio las llaves. Fui a la salida del restaurante y allí estaba ella esperando, le dije que me acompañase a buscar unos regalos que trajimos para ellas.

La camioneta estaba parada de retroceso al fondo del estacionamiento, había que caminar un minuto para llegar a ella, al llegar la tomé de la mano y nos fuimos detrás de la grand cherokee, abrí la maleta y fue en ese momento que agarré sus tetas sin reparos, la excitación que sentía era máxima, comenzamos a besarnos poseídos por el deseo, ambos sabíamos que debía ser un polvazo de esos aquí te pillo, aquí te mato. Desabroche mi pantalón, lo deje caer hasta las rodillas con el boxer, la agarré por el pelo y le dije.

_ Chúpalo y déjalo lleno de saliva.

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Ella no se hizo rogar, pero antes de bajar al pilón, se bajó su pantalón y sus tangas, se puso en cuclillas y comenzó primero a escupir mi miembro erecto. Ambos estábamos tomados, ella estaba más salida que yo, así que seguramente estaba siendo más puta de lo que en otro momento fuese sido. Metió mi verga al fondo de su garganta y casi llorando subió su mirada llena de lujuria. Le di un par de sacudidas en su boca y antes de sacarla ella volvió a escupírmela para dejarla bien lubricada.

_ Hoy estás de suerte papito, estoy en mis días fértiles y no quiero correr riesgos, así que te vas a comer lo que tu dedo probó hace ratos.

En ese instante mi mente dio mil vueltas, a pesar de que para ese entonces ya había tenido un par de infidelidades y tenía unos 6 años de noviazgo con una chica que tenía un culazo de campeonato, jamás en mi vida había cogido a nadie por el culo.

Eso terminó de ponerme a tope y la subí sentada sobre la maleta de la camioneta, ella quedó boca arriba como el misionero rodeada de los regalos que íbamos a buscar. Entendió mi fascinación por sus tetas y subió su camisa, había salido del baño sin el brassier, así que ese par de tetas enormes cayeron un poco a los lados y yo por mi parte le pase bien la lengua por su ano caliente y lo dejé lleno de saliva para cogerla en condiciones.

_ Ahhhhhhh, esto era lo que estaba esperando!!!

Fue lo primero que salió de su boca.

_ Y yo, solo que no me imaginé que serías tan puta de darme el culo así a las primeras!!!

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Comenzamos a coger duro, sostenía sus tetas mientras sus piernas estaban sobre mi pecho. Sentía por primera vez un apretado culo estrujando mi verga. El ritmo era fuerte, ella agarraba mis brazos y me decía.

_ Aprovecha que no siempre soy así.

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Solté una de sus tetas y puse mi dedo en medio de sus piernas para masturbar su clítoris, ella comenzó a pegar gritos de gusto, el estar fuera y haber música tan alta dentro nos daba el resguardo perfecto para terminar cogiendo a la intemperie.

_ Me encanta lo apretado de tu culo, había soñado con coger así pero eres mi primera vez anal.

_ Entonces disfruta y lléname de tu leche.

En ese momento comenzó a apretar y soltar su ano, además de la pura penetración, podía sentir como por un momento estrujaba más mi verga dentro de ella. Sentía ese deseo de soltar mi leche dentro de ella, pero quería hacerla acabar y disfrutar de su orgasmo. Bajé hasta ella y comencé a chupar sus senos divinos, mordisqueaba sus tetas y de pronto sus manos en mi espalda comenzaron a arañarme sobre la tela de la camisa.

_ Sigue que voy a acabar, no pares.

_ Acaba putona que me vas a hacer estallar dentro de ti.

_ Sííííííííííí, no dejes de cogerme.

Sentí los espasmos de su culo contrayéndose, sus caderas se movían sin control y mi verga comenzó a soltar chorros de leche que quedaban dentro de ella. El tiempo era poco y al levantar mi vista pude ver que sus dos amigas venían a unos 20 metros.

_ Párate que vienen tus amigas!!!

Rápidamente nos medio vestimos y para cuando llegaron las chicas hicimos que estábamos recogiendo los regalos.

_ Vinimos a ver si necesitan ayuda.

_ La verdad es que unas manos extras no nos caen mal – respondió Yuraima –

_ Estábamos pensando en dar dos viajes porque no íbamos a poder solos – respondí –

_ Ya veo – Dice una de las chicas mientras acomoda la blusa de su amiga que sin darnos cuenta había dejado un pezón fuera del corazón.

Todos reímos y Yuraima dijo,

_ Es que estaba buscando un regalo especial que él me había traído.

_ Seguro que ya te comiste el regalo… -Volvimos a reír todos –

Terminamos de llevar las cosas y la reunión llegó a su fin, ella y yo nos comenzamos a escribir desde la mañana siguiente y ambos sentimos una divina conexión. Estuvimos un mes chateando, pasándonos fotos y vídeos, hasta que volvimos a coincidir para pasar una noche juntos y volver a comerme esas divinas tetas… Pero eso se los voy a contar en el siguiente relato.

Sus comentarios y valoraciones siempre son bien recibidos, debo confesar que estaba comenzando a escribir la historia de un casting que hicimos Valentina y yo con una chica para ser la presentadora de un sexshop, pero recordé esta aventura y terminó viniendo a mi mente el primer culito que me comí.

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