Salgo de fiesta después de mucho tiempo y me entrego a un desconocido
Nunca he negado que me encanta el sexo. Soy de las mujeres que si tiene pareja, diario le da una buena sesión oral por lo menos y de no tener, es básico dedearme al menos dos veces al día. Me encanta esa sensación de mi clítoris hinchado de placer, mis pezones duros y mi concha mojada.
Estaba saliendo con un muchacho, más grande que yo, en edad y en tamaño, y viendo su estatura y sus manos gigantezcas, moría por saber que tan grande tenía la polla. El solo hecho de pensarlo me mojaba mucho. Salimos varias ocaciones, cenas y películas, y únicamente nos besabamos y yo estaba enloquecida por que me agarrara de las tetas o por lo menos de las nalgas, pero no pasaba nada. Eso sí, besaba delicioso. Su lengua jugueteaba con la mía y eso hacía que mi concha palpitara. Moría por tener esa lengua en mi clítoris.
Un día pasó por mi para ir a cenar, yo estaba con las hormonas al mil puesto que para mi mala suerte, mi periodo habia empezado. Se veía guapísimo, quería quitarle el pantalón y darle una buena mamada. Cenamos delicioso y antes de subirnos al carro, me besó. Como es más alto, me apretó contra él mientras me metía la lengua y me recorría toda la boca. Una de sus manos tenía mi cabeza detenida con sus dedos entre mi cabello, y la otra rodeaba mi cintura. Yo como no alcanzaba, solo tenía mis manos en las tiras donde va el cinturón. De pronto, él comenzó a apretarme más contra su cuerpo y sentí como aparecía un bulto, lo bastante grueso como para saber que no se trataba de su móvil. Comence a mover lentamente mi cadera, quería sentirlo puesto que no iba a ser posible que me follara. El aún me tenía detenida cuando llevó mi mano a su bulto para que lo acariciara. Me desprendí de sus labios y le dije que fuéramos a otro lugar.
Sentía el corazón al mil, mi concha la sentía palpitar con tantas ganas de querer ser llenada. Nos subimos y comenzó a manejar. A medio camino empezó a querer meterme mano, pero lo detuve. Le expliqué porque no podía y me dijo que no importaba. A mi sí, me incomoda a veces, así que lleve su mano a mis tetas para que las jugara un rato. Me sacó una de la blusa y retorcía mi pezón que estaba durísimo. Metió sus dedos en mi boca y volvió a mi pezón, mientras que yo seguía acariciando ese tremendo bulto.
Por fin llegamos a su casa, me invitó a pasar y en lo único que podía pensar era en tener su polla dura y gruesa en mi boca. Me llevó a su recamara y seguimos besándonos. Se recostó en su cama y yo me monté en el, mis caderas se movían en círculos sobre su bulto aún atrapado en el pantalón, me sacó las tetas y se llevó ambas a la boca, jugando con mis pezones, cosa que me hizo gemir y eso lo excitó más.
No aguante, le quité como pude el cinturón y deje salir esa verga tan deliciosa. Era perfecta, gruesa, con unas venas que me hicieron babear, un capullo brillante, que pedía a gritos ser lamido. Mínimo unos 20 cm. Estaba en el cielo. Sin pensarlo dos veces, me la lleve a la boca. La sensación fue indescriptible. Estuve mamándosela un buen rato hasta que me avisó que se iba a correr, yo quería tragarme su leche, pero el quería echarmela en la cara. Accedí. Me disparó una deliciosa leche espesa, muy blanca y caliente. Yo me sentía como toda una puta, y como saben, eso me pone al mil. Tuve que controlarme para no pedir que me follara. Nos limpiamos y me llevó a mi casa.
Pasaron unos días más, identicos al anterior puesto que era lo único que podía hacerle cuando por fin terminó mi periodo, esa mañana me masturbe tan rico pensando en la follada que me daría esa noche y así fue. Fuimos a un bar por unas cervezas y por debajo de la mesa comencé a rozar su pierna. Le besaba la oreja y empecé a decirle guarradas al oído, cosa que lo excita mucho. Él pensaba que yo seguía con mi periodo, pero no sabía que esa noche por fin me iba a clavar su polla hasta lo mas profundo. Le dije que nos fuéramos, que quería mamarselo un rato y regresamos a su casa como las veces anteriores, solo que esta vez al entrar al cuarto, me desnudé. Me había puesto un conjunto de encaje negro y cuando me vio quitarme el vestido, vi su cara brillar con una calentura y vi como su verga se ponía más dura.
Me abalance sobre ella para dejarla bien lubricada mientras él llevaba el ritmo con mi cabeza. Me cargó y me colocó en la orilla de la cama, me arrancó la tanga de un solo movimiento y la sorpresa que tenía preparada, me la llevé yo. Me comió la concha taaan rico. Sentía su lengua entrar y salir, sentía como la movía y vibraba todo. Me corrí en su cara y él me limpió con la lengua todos mis jugos. Eso me hizo gritarle que me cogiera, que quería su verga en mi concha. Yo estaba acostada frente a él, me abrió las piernas y vi ese trozo exquisito de carne, lo colocó sobre mi concha y empezó a frotarlo para esparcir todos mis jugos. Con su verga me dio golpes en mi clítoris y yo ahí estaba, abierta de piernas, gritando que me cogiera, escurriendo de ganas de sentirlo dentro de mi.
Me la clavó. Lo más profundo que pudo. Yo subí mis piernas en sus hombros y sentí que me perforaba los pulmones, pero aún así, el placer era mucho más. Me volteó y me puso en 4. Masajeaba mis nalgas con una mano y con la otra me jugaba las tetas. Le dije que me jalara del cabello y me nalgueara. Lo hizo con tanta fuerza que mis gemidos se volvieron gritos de placer. Me preguntó si yo era su puta y en ese instante le pedí que me rompiera el culo: -«soy tu puta papi, rompeme el culo por favor, quiero que tu verga me lo abra» le dije, y el se puso aún más duro de lo que estaba. Ya me había corrido tres veces pero aun tenía jugo para soltar.
El me colocó boca abajo con las nalgas paradas. Con su mano recogío mis jugos y los embarró por mi ano. Estaba extasiada cuando de pronto, pegó su cara entre mis nalgas. Comencé a gritar. Me encanta que me mamen el culo. Su lengua recorrió mi ano y me la empezó a meter. Ya estaba dilatado de tanta lubricada. Sentí cuando me escupió y colocó su capullo hinchado.
Apesar de que me gusta que me den por el culo, lo tengo muy cerrado, lo que hace que al inicio me duela mucho pero después goce. Sentí como el capullo me abría todo. Grite de dolor pero quería que siguiera. La sola idea de sentir esa verga gruesa dandome delicioso por atrás ya me tenía escurriendo. El no hizo nada por apresurarlo, lo hizo lento, haciendo que me volviera loca y le gritara que me lo metiera ya, así jugueteo conmigo hasta que de pronto, de un solo golpe tenía su polla atorada en mi culo, sus manos en mis caderas evitando que me zafara y comenzó a darme. Sus embestidas eran muy fuertes, sentía que me partían en dos pero era más mi puteria que el dolor. Me jaló el cabello hasta que me arquee, mientras me decía al oido:»eres mi perra?, te gusta mi verga en tu culo?» le grite que si y me lleve sus dedos a la boca. Me encanta tener la boca ocupada mientras me cogen.
No aguantó mucho, sentí como su verga comenzó a palpitar y de pronto el chorro de leche me inundaba. Asi, con su verga en mi culo aún, nos recostamos. El encima de mi, hasta que vovió a quedar flacida y salió. Yo sentía todo abierto y que escurría delicioso. Algo que también me excita mucho es que se corran dentro de mi, ya sea en la concha o en el culo y vestirme sin limpiarme, para que al caminar se me salga todo. El sentir que huelo a sexo y sentir mis bragas mojadas me excita mucho. Así que eso hice, me paré y me puse la tanga de nuevo. Me vestí y me llevó a mi casa. En el camino, el recargó pilas y cuando llegamos, su verga pedía a gritos que me la metiera en la concha. Lo invité a pasar pero no fue necesario. Nos quedamos en la entrada, el se sacó la verga y me subió el vestido, hizo de lado mi tanga y me la clavó. Le dije que quería que se viniera en mi concha y eso hizo. Cuando me la sacó, me agache a limpiarla con mi lengua.
Él se fue pero yo estaba al mil, así que subí rápidamente a mi habitación, me desnudé y saque mi dildo. Cuando me avisó que ya estaba en su casa, le dije que tenía un regalo para él y le marque por videollamada. Quería que viera como me masturbaba con su leche. Me metí el dildo en la concha y cada metida me embarraba más. Me corrí de nuevo dejando un charco enormeeee de fluidos. El ya había terminado de jalarse la verga, colgamos. Limpié todo y me fui a dormir.