Por andar bastante caliente me termine quemando de la mejor manera

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Gracias a este foro podemos expresar las vivencias que no puedes platicar con la familia, amigos y otras personas cercanas , casi todos tenemos un lado depravado, es lo que creo y sé que podría darle un giro más “sexoso” a lo que relato, pero terminaría perdiendo la esencia de lo que en ese tiempo pensaba, hace 10 años eran otros tiempos y otras ideas, y lo que les relato no le fantaseo, es la mente de un joven recién cumplidos los 17 que físicamente media 1.66 y pesaba cuando mucho 60 kilos, complexión delgada, que no definía lo que sentía y lo que quería.

Después de lo sucedido, tuve que dejar de frecuentar el metro, porque podría encontrarme con el anciano violento, nunca supe su nombre y su edad, pero estaba seguro que si llegaba a encontrarme era capaz de hacer un escándalo, y era lo que menos quería. Afortunadamente terminaba el semestre, me había ido muy bien y eso significaba que podía trabajar, sin preocuparme de exámenes extraordinarios, así que los últimos días me fui en el micro hasta la escuela.

Salí una semana antes, la ventaja que se tiene al no reprobar es que no tienes que esperar resultados y puedes encontrar trabajo rápidamente. Y lo encontré en una tienda de ropa por el centro de la ciudad de México, debido a mi preparación me dieron el puesto de entrega y reparto de un almacén, por lo tanto tenía que estar presentable, se usaba ropa de vestir y no tuve problema alguno.

Junto conmigo entraron los que he considerado mis mejores amigos de toda mi vida, se llamaban Andrés de 20 y Enrique de 25 años, eran unos tipazos, desde el primer día me cayeron bien, eran muy simpáticos, entre broma y broma me dieron a entender su preferencia sexual eran gay, y a pesar de contarnos tantas cosas, nunca les expuse mi situación, mi indecisión, lo que sentía y los dos me consideraban su amigo heterosexual, me respetaban, nunca se propasaron conmigo. Con ellos empecé a conocer lugares donde se divertían tomando y bailando, en ese tiempo era un chico hogareño que iba de su casa y a la escuela. A veces entre las reuniones que me invitaban sus amigos me confundían y me trataban de ligar, pero como les dije no me atraen los jóvenes, y mucho menos los afeminados.

Bueno pues paso un mes, y como las ventas se estaban incrementando, el dueño contrato a un ayudante extra este tipo tendría como de 28 años llamado José Luis, que a pesar tener las mismas preferencias sexuales, este se veía parco, triste, opaco, trate de incorporarlo al grupo pero ni él quiso, ni ellos quisieron, sé que van a pensar que casualidad otro Gay, pues no sé si daban exención de impuestos por contratarlos o estaban de moda, que se yo, pero ahí llego. Como supe que era gay, si era parco al hablar, pues por que en la noche paso un tipo de tez blanca, alto como 1.80 cm de estatura, que se veía fuerte y muy recio por él, que lo abrazo tal como llego, fue así como nos dimos cuenta.

Este José Luis era un tipo moreno su estatura pues 1.75 cm., muy desgarbado, con su cabello necio, tenía sus labios gruesos y pues físicamente poco atractivo. Y tanto Andrés y Enrique no podían creer que José Luis tuviera semejante pareja. Andrés y Enrique eran simpáticos, eran chaparritos un poco más altos que yo como uno 1.70 cm, semi-llenitos, muy simpáticos y era su fuerte. Cuando vieron a la pareja de José Luis se emocionaron, y planearon quitárselo, esa noche en el bar de siempre al calor de las copas trazaron un y mil planes para hacerlo, conocer a Oscar fue un acontecimiento para ellos.

Cada noche el patrón le pedía a uno de nosotros quedarse afuera de la tienda, para que al abrir no nos sorprendieran. Al primero que le toco fue a Andrés, y nos contó que Oscar esperaba a José Luis a un lado de la puerta, y que estuvo todo el tiempo a su lado, pero como él era muy penoso, no le hablo. José Luis le toco al día siguiente, nada más los vimos partir al salir de la tienda, el Miércoles totalmente decidido Enrique le toco estar afuera, empezamos a escuchar murmullos, no se oía lo que decían, al observar a José Luis se notaba totalmente descompuesto, enojado desesperado por salir pronto. Cuando salimos vimos a Enrique dándole la mano a Oscar con una sonrisa, no así José Luis que se lo llevo molesto. Enrique nos contó que lo había invitado al bar donde nos íbamos cada viernes y que acepto salir con nosotros dentro dos semanas.

Cuando conocí a Oscar después que lo vi partir con José Luis y lo emocionado que estaban, me sentí atraído por su fuerza que emanaba, pero como les dije nunca he sido ofrecido, y desde aquella vez con el anciano, no había vuelto a dejar fluir esa personalidad alterna que tengo, así que decidí permanecer a la expectativa de todo, no propiciar nada, y dejar que lo que tuviera pasar, pasara. Al día siguiente vi triste a José Luis y molesto con Andrés y Enrique, no ha si conmigo. Pasaron las horas y en la noche me toco salir, por primera vez lo tuve cerca, al verlo me ruborice, no pude sostenerle la mirada, y me aleje lo más posible. No me percate cuando se acercó:

-Hola, como estas-me dijo

-Bien gracias- le respondí

-Te caigo mal, te soy molesto-insistió

-No solo que José Luis se enoja si te ve platicando con nosotros-le dije y me aleje de regreso a la puerta de la tienda justo en el momento que salían

Después de ese día muy dentro de mi deseaba llegara ese Viernes para salir y por primera vez desde que los conocí a mis dos amigos , los vi como enemigos, ellos harían lo posible por quitárselo a José Luis, yo haría lo imposible por quitárselo a ellos. Durante los días siguientes, escuchaba sus planes de conquista, yo no opinaba nada, me dijeron como pensaban terminar con Oscar en la cama, que estaban dispuesto a compartirlo. Siempre después de las reuniones en el bar compartíamos la habitación y la cama en un hotel, claro pagando un extra, pero esta vez les dije que como estarían ocupados, tomaría una habitación lo más lejos posible. Ambos apoyaron mi idea, todo estaba saliendo como lo estaba planeando.

Llego el viernes, busque una combinación de camisa gris obscuro y pantalón de vestir negro, como les mencione cuando me pongo ropa ajustada, me veo bien porque se notan mis nalgas firmes. Y fue tanto el éxito de mi ropa que al verme, Enrique me dijo que si no quería ser el premio de consolación de la que perdiera, le dije claro que no, con cara de desagrado, les dije que solo en el bar estaría hasta la media noche, y que no me hospedaría, que no era necesario, alcanzaba el metro hasta mi casa. Se preocuparon pero los convencí, lo cierto es que ya había reservado una habitación por si la dudas. En la tarde le hablaron a Enrique por Teléfono, era Oscar le dijo que por obvias razones no podían llegar afuera del establecimiento, que nos veríamos en el metro Insurgentes y que de ahí nos íbamos. Al llegar la noche al salir, ver la cara de José Luis al no estar Oscar esperándolo y la alegría de Enrique al verlo irse solo y su mofa para que se diera cuenta que se iba a ver con Oscar. Es un claro ejemplo que en la guerra y en el amor todo se vale.

Como lo supuse al verme Oscar, no pudo evitar mirarme con deseo, e inmediatamente se puso a mi lado, ante eso Enrique trato de ponerse en medio, era obvio que Enrique no iba a respetar el compromiso con Andrés, lo quería para él solo. Me aleje en primera para no dar muestras de lo que pensaba hacer y en segunda para darle a entender a los dos, en primera que no me interesaba el macho y en segunda para crear más interés en Oscar. Ya en el bar como supuse, Enrique se convirtió en el alma del grupo, quiso sacar a Oscar a bailar, para presumirlo y le dijo Oscar que él no bailaba, que bailara si quería, ante eso Enrique dijo no y estuvo una media hora sentado a su lado contando trivialidades, hasta que se aburrió y se paró a bailar.

Cuando se fue Enrique le dije a Andrés en voz alta para que me escuchara Oscar, pues había decidido jugármela el todo por el todo.

-Sabes Enrique se puso ya en mal plan, ya me voy, no tiene caso quedarme me estoy aburriendo, nos vemos mañana-

Andrés me respondió:

-Pero si apenas son las 10.30 pero si tienes razón, nos vemos mañana y te platicamos como nos fue-se levantó para despedirse y se dirigió a buscar a Enrique.

Me quede solo en la mesa con Oscar y fue cuando le dije:

-Oscar ya me voy, hasta mañana que te diviertas-sin dejar de mirarlo y sonriéndole me despedí

-Que lastima, que viene tu novio por ti-me respondió

-No tengo novio, y no viene alguien por mí-sin dejar de mirarlo.

-Espera, si quieres te llevo-levantándose y tomándome del brazo

-Si me gustaría, pero deja irme primero-voltee para ver si Enrique y Andrés me veían antes de decirle-te espero en diez minutos en la esquina, espera que lleguen a la mesa y te sales, está bien.

-Sí, este bien-me dijo sentándose nuevamente.

Mientras me dirigía a la salida, vi llegar a Andrés y Enrique a la mesa, sentándose a lado de él. Pensé como podría deshacerse de ellos, y si logran convencerlo que se quede. Y no me quedo más remedio que esperarlo en la esquina.

La espera por fin termino, salió del lugar me encontró en la esquina, me abrazo y me dijo a dónde quieres ir. Le dije a donde quieras, caminamos y me quiso llevar a un café, le dije que no me gustaba exhibirme, entonces quieres ir a… Me quede pensando un momento y le dije sí, me tomo del brazo, retomamos el paso hasta el hotel donde había hecho la reserva, Entramos al hotel y al llegar a la recepción pedí las llaves, se las di y deje tomara el control de la situación.

Entramos al elevador me abrazo por la espalda sentí tus fuertes brazos, su aroma, me empezó a morder el oído, mientras su pene me lo repegaba, me deje llevar por lo que sentía, puse mi mente en blanco, sentía una mezcla de miedo y felicidad. Salimos del elevador, nos dirigimos a la habitación, tomo la llave y abrió la puerta. Entre primero y el atrás de mí. Dejo la llave en el tocador, se quitó su camisa, pude admirar sus fuertes pectorales, sus brazos, no supe que hacer.

-Qué te pasa-me pregunto, acercándose a mí y tomando de la mano

-Es que no sé qué hacer-le respondí

-Ven acércate, confía en mi-me dijo llevándome a la cama, me sentó poniéndose enfrente de mí.

Sin más que hablar se quitó su bóxer y su pantalón, mientras sentado lo observaba, su pene ya erecto, se acercó y hacia donde estaba sentado. Me tomo con una mano del cabello, mientras con la otra me coloco su pene en la boca, abrí mis labios para introducir ese pene totalmente erecto lo chupe, mientras con mis manos tomaba sus nalgas duras y el dirigía mi cabeza una y otra vez hasta hacerlo jadear, no sé si lo hacía bien pero ya relajado le acaricia las nalgas sus piernas, me levanto con una facilidad para besarme mis pezones, me prendí le mordí el cuello, le acariciaba el cabello le rasguñaba la espalda, me tomo con fuerza mis nalgas y las masajeaba una y otra vez, me llevo en la cama me puso boca arriba mientras recorría con su boca mis hombros, la espalda y al llegar mis nalgas las besaba y aprisionaba ya con lujuria. Con su mano acerco el aceite para bebe, lo abrió me lo empezó a llenar con sus dedos en el ano…

-Para, por favor-le dije

-por qué, que pasa-me respondió sin dejar de morderme las nalgas.

-Tengo temor me duela, nunca lo he hecho-no me quedo más remedio confesárselo.

-Tranquila no pasa nada-me dijo con una sonrisa

Me puso en posición, sin dejar de besarme la espalda con sus manos acomodo mis nalgas para recibir su pene, lentamente lo fui recibiendo hasta que me dio una estocada con fuerza que si me dolió y aguante la segunda y la tercera, finalmente el dolor disminuyo, vino un placer indescriptible , por primera vez sentirse poseído por un hombre tan varonil que me deseaba, que no dejaba de darme una y otra vez, que me daba para besos en el cuello, cada vez que sentía se venía, para aguantar lo más que pueda y no terminar. Sentí su eyaculación dentro de mí, caliente, quedamos tendidos en la cama de espaldas, una de sus manos se posesiono de mi trasero, no se tal vez dando a entender que desde ahora mi cuerpo era suyo. Podría ser

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