Me encanta que mi papá me haga daño. Que abuse de mí, de su nenita

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Al siguiente día cogí mis cosas y las trasladé a mi casa. No me llevé ninguna de las prendas de ropa que ellos me compraron. Intuía lo que iba a ocurrir. Sonó mi mobil, era un mensaje de ella.

» Puta rastrera, traidora, cerda mentirosa, ¡ cómo me engañaste !. Ni se te ocurra responder a este mensaje, no quiero saber más de tí, guarra.»

A pesar de lo duro del mensaje, respondí: » Lo siento »

Llamé a Luis, pero no cogió el teléfono. Le envié un mensaje de voz: «necesito hablar contigo, llámame», pasaron las horas y no me llamó.

Tumbada en el sofá, mirando al techo y llorando sin parar, pensaba: «¿ que está ocurriendo, porqué no me llama ?. Lo de ella lo entiendo, se ha enterado de todo y supongo que es el hazmereir de sus amigos, pero Luis…….. está claro se ha acojonado y ella lo tiene cogido por los huevos». Hablándome a mí misma en voz alta, dije.

– ¿ Qué voy a hacer ?, apenas tengo 2.000 euros de la liquidación de la empresa y lo peor de todo, vuelvo a estar sóla, en el vacío más profundo, pero no voy a hacer pucheros, no voy a volver a llorar jamás. Jajaja, me encuentro sin trabajo y casi sin dinero, ¡ vaya negocio he hecho !. Pero….. ¿ qué estoy diciendo ?, claro que tengo trabajo, ¡ soy puta ! me guste o no, lo soy y lo sabe mucha gente, todos sus amigos pero no tienen mi teléfono, ¡ seré imbécil !. Hablaré con Amparo la poxeneta o la madam, cómo se diga…….

Horas después, sonó el teléfono, era él.

– Dime Luis.

– Melissa………………….. siento no haberte llamado antes.

– Ya, supongo que tendrías mucho que hacer.

– Me ha llamado…… ella, no sabes como está, como un basilisco.

– Sí lo sé, recibí un mensaje muy «cariñoso». ¿ qué quieres Luis ?.

– ¿ Que te dijo ?

– ¿ Además de puta rastrera, traidora, cerda mentirosa y guarra ? jajaja, que no quiere saber más de mí.

– Cuánto lo siento, nena………….

– Joder, ni soy tu nena, ni tu niña, ni……… tus gilipolleces, ¿ qué quieres Luis ?. No perdamos el tiempo que tengo que pensar en mi futuro, y en él no estás tú.

– Melissa, de momento tengo dinero tuyo y quiero entregártelo, además tenía una cita para mañana con un cliente, aunque no sé si estás para eso.

– El dinero me vendrá muy bien, aunque puedes quedarte la parte de tu comisión. Respecto a la cita……. ¿ porqué no ?, estoy sin trabajo y soy puta, no sé hacer otra cosa, tú me acostumbraste. Pensaba llamar a Amparo, así que dime dónde y cuánto voy a cobrar.

– Me están saliendo lágrimas al escucharte Melissa. -dijo sollozando.

– A mí ya se me secaron todas las lágrimas. Ya no soy llorona, ya ves tú. ¿ Y el domingo, no tienes alguna cita para mí ?.

– No ciel….. Melissa, el domingo no podría estar contigo.

– Ya caigo, San Sebastian. Luis, hablemos claro, ya no es necesario que me acompañes, si me consigues algún otro cliente, me dices, dónde, cuándo y cuánto está dispuesto a pagar, yo te diré cómo iré vestida y él que se ponga un clavel o una boina o lo que sea para que nos identifiquemos. Yo te reservaré tu comisión. Mañana, sí que deberás estar, por lo del dinero de Fer.

– Meli, ¿ de qué comisión hablas ?. – gritó furioso.

– De la de mi chulo, ¿ no es eso lo que has sido ?. Yo tu puta y tú mi chulo y por mí puedes seguir siéndolo, prefiero tus clientes a los de Amparo.

– Me cago en la hostia, ni he sido ni seré tu chulo. No quiero ninguna comisión y mañana estaré en la cita con tu dinero, él estuvo en la cena así que te conoce, te daré el dinero de Fer y me largaré, no tendrás que soportarme.

– Vaya, está dolido el nene. Sin embargo yo estoy encantada contigo y con nuestro negocio, así que te soportaré mientras me traigas clientes. Espero tu mensaje con el nombre del hotel y del cliente, la hora y cuánto le debo cobrar.

– Pensaba darte los teléfonos de los que me han mandado mensajes, que son bastantes ¿ o prefieres que les dé el tuyo ?, tú decides. Respecto a mañana, su nombre es Rafael, la hora a las 6, el hotel, el mismo que estuvimos y el servicio Star, 2.500. Deberías ir pensando en alquilar un apartamento, aunque el hotel lo pagan ellos, tú verás. Y ya sé que no quieres saber nada de mí, pero si tienes algún problema con alguno me lo dices, como amigo o cómo quieras, y lo pondré firme.

– Gracias Luis espero que seas mi amigo, lo pasado, pasado está. Creo que lo mejor es que les des mi teléfono. Mañana estaré a las 6 y el precio ¿ya lo sabe él ? lo del apartamento, lo pensaré y no quiero que te enemistes con tus amigos ni que los pongas firmes, tengo que aprender a arreglarme sóla.

– Les daré pues tu teléfono. El sabe el precio y ni se te ocurra bajarlo, te lo dará en efectivo y debes pedirlo siempre así, en metálico y si me enemisto o no, no es tu problema. Yo llegaré sobre las 6,15, así os vais conociendo en la cafetería. Adios Melissa.

– Buenas noches Luis.

Seré imbécil, sigo enterneciéndome con él, no puedo evitarlo pero lo superaré. Quiero que sea mi amigo por puro egoismo, por el negocio, pero no caeré en sus brazos de nuevo, lo juro.

A las 6 en punto entré de nuevo en el hotel, vestía de forma similar a la vez anterior, vaqueros, camiseta gris y zapatillas y con el pelo en melena. Directamente entré en la cafetería, al hacerlo ví que un hombre alzaba su brazo mientras me miraba, estaba sentado en una mesa y me dirigí hacia él. Era joven, treinta y tantos, alto y bastante guapo.

– Hola Melissa, soy Rafa -dijo estrechando mi mano. – Supongo que tu hombre te ha hablado de mí.

– ¿ Te refieres a Luis ? – no me gustó su gesto, ni sus palabras. – Él no es mi hombre, es mi amigo. Y sólo me dijo tu nombre y qué me conocías de la cena, aunque no te recuerdo.

– Jajaja, ¿ tú no eras su sobrina, chata ?. Baja los humos que quiero que seas dócil y me hagas lo que yo quiera que para eso pago, yo no soy Fernando, ¿me explico?.

– Primero, no soy tu chata, ni voy a ser dócil y lo que tú quieras se lo haces a tu….. abuela, por no decir algo peor, y la propina se la das a ella ¿me explicooooooo?. -dije levántándome y dirigiéndome hacia la salida.

Luis entraba en ese momento al hotel.

– ¿ Que pasa Melissa, no has visto a Rafa ? – preguntó extrañado.

– Sí he visto al grosero y prepotente de tu amigo. Me largo que yo tengo mi orgullo, aunque sea puta.

– Espera un momento, por favor.

A través de los cristales ví cómo se acercaba a Rafa, que se había levantado. Luis le sacaba varios centímetros de estatura, y le apuntaba con el dedo índice a la cara. Estaba pegándole una bronca, eso seguro, mientras el otro habría los brazos, parece que disculpándose. Al final, Luis pegándole un empujón con la mano en el pecho, se giró y volvió a mí.

– Vámonos Melissa. – dijo saliendo del hotel.

Yo corrí tras él, pues andaba a grandes zancadas, rojo de ira. Se paró y mirando hacia el hotel, dijo:

– Voy a romperle la cara a ese cabrón.

– Por favor Luis, no lo hagas déjalo correr. -dije sujetándolo, abrazada a él.

Seguimos andando juntos, alejándonos del hotel en silencio. Pasamos frente a una cafetería y dijo:

– Vamos a tomar un café, si no te importa, todavía estoy muy nervioso.

Nos sentamos en una mesa y pedimos dos cafés y el consabido whisky para él.

– No sabes cuánto lo siento Melissa. Al niñato ese ya lo cogeré por mi cuenta, será joputa. – dijo mirando el café.

¿Pero qué me pasa?, – pensé. – me sentía orgullosa de él, segura con él. No pude evitar poner mi mano instintivamente sobre la suya.

– Luis, olvídalo son gajes del oficio supongo, y yo he sacado mi genio, mi mala leche, vamos. Quizás no debí hacerlo, sobre todo porque era tu amigo. Pero gracias por ser tan, tan……. amigo. – no quise decir hombre, que es lo que pensaba.

– Hiciste lo que debías nen.. Melissa, no permitas nunca que nadie te humille. – dijo retirando su mano de la mía, sacó un sobre de su bolsillo y me lo entregó. – Son tus 3.000, quizás debería darte también lo que has perdido esta tarde, ha sido mi culpa, pero no llevo más encima.

» Seré imbécil», mis ojos se humedecieron y una lágrima resbaló por mi mejilla. Me la quité de un manotazo y traté de sonreir.

– Hasta cierto punto, no me importa que me humillen, sé lo que soy para ellos, pero cuando habló de tí con sarcasmo y desprecio, me encendí. Luis…….puedes seguir diciéndome tus gilipolleces…… . Nena, niña, zorrita…. y tómame la mano, que la sienta sobre la mía. Lo necesito, papá, mira si soy pava.

– Gracias por llamarme papá, lo echaba de menos ¿No digiste que ya no ibas a llorar ?, tonta. – dijo con una alegre sonrisa y tomando mi mano.

– Te odio, que lo sepas, pero aunque me resisto a hacerlo……….sigo amándote con locura, con desespero. Pasa la noche conmigo, papi, te compro yo y te perdono lo de ésta tarde y estamos en paz, jajaja.

– Nena, mañana tomo un avión a las 9, pero hasta entonces…. ¿ en tu casa ó en la mía ?. Estoy loco por tenerte entre mis brazos, sentir tus besos……. y ya sabes……..

– Lo sé papi, en mi casa, quizás sea nuestra última noche. Quiero sentirte mío.

Salimos de la cafeterìa y tomando con su brazo mi cintura nos dirigimos hacia una tienda dónde compramos algo para cenar y, por supuesto vino y whisky pues yo tenía la nevera vacía.

– En una hora estaré contigo, cariño.

– No tardes papá, quiero que tomemos un whiski entre los dos. Tendré preparada la cena. – dije sonriendo.

Él se fué a su casa para preparar el equipaje, yo tomé un taxi hacia la mía. Antes de una hora escuché el timbre de mi puerta.

– Voooyyyy cariñooooo. – Me colgué de su cuello, de puntillas y mordí sus lábios, los lamí, quería comerlo entero.

Dejó su maleta en un rincón y nos sentamos en el sofá. Había abierto la botella de whisky, preparado un vaso y montado la mesa para cenar, con dos velitas ! vaya pijada !. Tengo que comprar copas, pensé.

– ¿ No tienes frío, nena ? vas muy fresquita.

Yo llevaba puesta mi vieja camiseta, amplia, con tirantes y que llegaba hasta las rodillas. Y una pequeña braguita.

– No papi, hace buena temperatura. Si no te gusta lo que llevo, me cambio.

– No seas boba, recuerdo esa camiseta, pero la vez anterior que te ví con ella no llevabas bragas, estabas y estás muy guapa, muy deseable.

– Pues eso lo arreglo ya, papi. – me quité las bragas y las tiré. – Te pongo un whiski, pero no tengo hielos.

Me arremangué la camiseta hasta las caderas, me monté en sus piernas y abracé su cuello con uno de mis brazos. Dí un gran sorbo del vaso y busqué su boca, él sorbió el whiski de la mía chupando mi lengua, mientras estrangulaba mi cintura con sus brazos. Comencé a restregar mi vagina y mi culo sobre su bulto que ya estaba hinchado. – ¡ Dios mío, qué placer siento con mi hombre , qué calor ! – pensé mientras jadeaba.

– Nenaaaa, vamos a dejarlo para después que vas a hacerme correr y se me va a ensuciar el pantalón.

– Valeeee papi, con lo que estaba disfrutando de tííííí. – Dejé de moverme y lo descabalgué, aunque seguí lamiendo sus lábios un poco más.

Nos sentamos en la mesa muy juntitos, con las velas encendidas, – ¡ vaya pija que me he vuelto !, pero me encanta. – pensé. Comimos la cena fría que papá había elegido: jamón, patés, quesos variados y varias cosas más y un vino excelente. Yo que siempre había bebido agua del grifo, me he acostumbrado al vino de papi y lo paladeaba con fruición.

Ya en la cama, cuando él salió de la ducha, dije: – Te he subido un vaso de whisky, papi, por si te apetece tomarlo en los descansos. Esta noche, te haré trabajar muuuuucho, hoy soy yo el ama, recuérdalo, para eso te pago, jajaja.

– Tengo una hija muy zorra y ésta noche tu papi será un sátiro. Te voy a destrozar.

– Destrózame papá por todos los sitios, lléname de tí. – susurré abrazando su cuello mientras su cuerpo estaba sobre el mío. Besé su boca con más pasión que nunca, lo volví loco, bajó su boca hasta mis tetitas y mordisqueó mis pezones con tanto entusiasmo que grité: – aaaaaaaayyyyyyyyy papi, me haces dañooooooooo.

– Perdona cariño, es que estoy………………………

– No pares papá, sigue, hazme daño. Te quiero ver así, abusando de tu nena, maltrátame, rómpeme, dame tu amor. – Sentí su glande apoyado en mi vagina, ayudándose con la mano la empezó a restregar por toda ella y muy lentamente me penetraba, suavemente, amorosamente. – ¿ Que me has dado esta noche, cómo lo haces ? me estás matando de gustooooooo, métela hasta el fondoooo, me estoy corriendooooooooo, métela toda joder, – grité convulsionándome.

– ¿ No te lo hago bien cariño, no te gusta ? – me miró a los ojos sonriendo.

– Me muero de gusto, papá. Siento tu amor, que eres mío, hoy sólo mío. Dame más de tu amor, no la saques y fóllame como el sádico que eres, hasta el fondo, hazme daño.

Empujó hasta el fondo de mí y grité, aaaaaaaaayyyyyyyyyy, parecía que iba a explotar mi vagina, estaba llena, la tenía mas gorda y grande que nunca. La metía y sacaba con violencia. Yo arqueaba mi cintura, sintiéndola aún más dentro empezaron mis convulsiones y explosioné con orgasmos, uno tras otro, no paraba de correrme y me costaba respirar. Yo creo que su pene llegaba hasta mis pulmones, me ahogaba en medio de un placer glorioso. Nos agarrábamos el uno al otro con furor y sentí como él emvaraba su espalda y metiéndola con ganas fluyó su esperma dentro de mí, un chorro y otro y otro. Nos corrimos los dos a la vez.

Jadeando y abrazados, descansó su cuerpo sobre el mío.

– Papá, que pesas un huevo y necesito respirar. – reí mientras lo empujaba hacia un lado. Puse mi cabeza sobre su pecho y susurré en su oído. – Nunca me he sentido tan mimada y tan amada por nadie, y escúchame Luis y mírame a los ojos porfa: nadie te ha amado cómo te amo yo, no se puede amar más. – Puse, mi mano sobre su pene y exclamé: – Joder, está chopado. – E inclinándome lo metí en mi boca y lo limpié a lametazos y también sus huevos y su pubis y………. todo.

– Nena, súbete, pon tu vagina en mi boca.

Lo hice y sentí su lengua lamiendo todo, vagina, muslos, pubis, culo y sobre todo clítoris.

– Papáááááááá, no sigas porfa. ¿ Quieres que que me corra otra vez ? , estoy agotada.

Me descabalgué y le preparé un whisky.

– Tomátelo amor amío, y descansemos un poco. Mi culito te espera ansioso, recuerda que pago un servicio Star.

– Melissa…. – malo, pensé al oirlo, ni nena, ni niña. ni….. – Te sientes amada, porque te amo, te amo con pasión y yo siento tu amor profundo, incluso cuándo estás furiosa.

– Perooooo – le respondí.

– Sin peros ni condiciones. Estoy enamorado de tí.

– Perooooo

– Mañana me reuniré con ella y se lo diré claro, que te amo. Vamos a ver cómo se lo toma, perooooooo estamos casados, juntos hace más de 20 años y no sólo nos une el matrimonio, están los temas patrimoniales, de vivencias, de profesión…….. A mí no me importa que se haya acostado con otro, ni que lo siga haciendo ¡ no faltaba más !, pero tendrá que aceptar que no te voy a dejar. Ella no quiere saber nada de divorcio, me lo dijo ayer y tampoco de tí, así que veremos que solución tomamos entre los tres.

– Tenemos que solucionarlo Luis. Aunque me duela, la entiendo a ella y su postura. Pero yo tampoco voy a renunciar a tí, por nada del mundo y tampoco volvería a vuestra casa a convivir con ella. Lucha por nuestro amor papi, confío ciegamente en tí y tú encontrarás la solución, lo sé. – dije besando sus lábios.

– Y ahora, ponte de culito niña, que tienes un Star y quiero saldar mi deuda.

Me levanté hacia el baño, donde estaba la crema que había comprado esta misma tarde. Encantada, me puse de perrita con un almadón bajo mi pubis, le entregué la crema para que me la pusiese.

– Verás cómo ya lo tengo dilatado, papá.

Chupó mi ano y de paso lamió mi clítoris, me lubricó con dos dedos enterrándolos en mi ano, revolviéndolos en el culo, sentí dolor pero callé. Al momento, apoyó su glande mientras abría mis glúteos y lentamente empezó a introducirlo.

– Papááááááá me dueleeeeeeeee, ¿ porqué coño la tienes tan gorda ?.

– Digiste que ya lo tenías dilatado, nena.

– Pero no para ésta tan monstruosa. Ve con cuidado cielo, poco a poco y llega hasta el fondo, lo quiero entero en mi culo, así, así, ya cabe toda, la noto en mi estómago y ya casi no duele ¿ lo ves papi ?, fóllame, así, así, asssssíííí, que gusto tenerte en mi culo ¿ te gusta mi culito papi ?.

– Me encanta, nena, tienes un tesoro escondido en él y me siento feliz de haberlo estrenado.

– Me voy a correr papá, no sólo siento placer en mi culo, también por tus palabras, me abrasas cuando me hablas asííííííííííí, que gustoooooooooooo, me corrooooooo,…………………………no te corras tú todavía, aguanta papá, quiero tenerla dentro toda la noche. – Empecé a mover el culo en círculos, adelante y atrás, dándole sentones y metiéndola toda en mí, ¡ qué bien me follaba el culo mi hombre !, tuve un nuevo orgasmo alucinante, largo, grandioso, quedé aletargada, mi cara sobre mis brazos, mi culo relajado, el seguía follándolo sin descanso, hoy sí me lo va a dilatar por completo – pensé .

– Nenaaaa, ya no puedo aguantar más, que gusto me das ¿ puedo correrme ya ? – preguntó mientras hincaba sus dedos en mis nalgas.

– Sí papá, llena de leche mi culo, está sediento. – Sentí sus convulsiones y mi ano a punto de reventar por sus embestidas. Mi cuerpo reaccionó al sentir sus chorros de leche, mis piernas temblaban y nuestros orgasmos se juntaron nuevamente. Permanecimos así un rato, saboreando nuesto placer, amándonos.

Al día siguiente cogimos un taxi al aeropuerto, yo insistí en acompañarlo, aunque él se resistía. Estábamos en la sala de espera, cerca de la puerta de embarque de su vuelo.

– Papi ¿ cuándo volverás ? – pregunté mirando sus ojos con tristeza.

– Espero hacerlo mañana, pero no lo sé. Sabes a lo que voy y necesito solucionarlo.

Ultima llamada a los pasajeros del vuelo…………………………………………….. Era su vuelo.

– Es la hora nena, debo embarcar. Te llamaré y te diré lo que hay.

Cogiendo mi cara entre sus manos, me besó la frente y se marchó hacia la puerta.

– Papááááá – Lo llamé, él se giró hacia mí.

Corrí hacia él, me colgué de su cuello y besé su boca con desepero. Tomando mi cintura respondió a mi beso, largamente.

– Vuelve a mí, te espero, no me dejes. – le dije sollozando.

La gente nos miraba, otros pasaban sin más.

Se marchó Luis, mi papi, mi amor.

Tomé el autobús de vuelta a la ciudad. Volví a sentir mi habitual soledad, mi desconcierto, mis dudas.

El me quiere, lo sé – pensé – pero lo tenemos difícil. Lo quiero para mí, pero sé que ella también, y es más lista que yo. Pero soy una luchadora y lucharé por mi amor, hasta el fín.

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