Combatiendo el estrés con la verga de mi mascota

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He estado ausente por un buen rato pero eso no significa que no me haya estado divirtiendo con mi perro y amante, es solo que no considero necesario escribir cada experiencia que tengamos ya que no todas son igual buenas y solo quiero redactar las mejores; pero si ustedes no están de acuerdo háganmelo saber en los comentarios si es que quieren saber hasta los rápidos que tenemos y hablando de comentarios, de hecho leí los pocos que dejaron y los tendré en consideración bastante. Pero bueno sin más creo que es momento de comenzar con lo que de verdad les interesa.

Bien pues la última vez que me hizo su perrita fue este miércoles, yo había tenido un día un tanto pesado en el trabajo y mientras iba de regreso a casa solo pensaba en relajarme de alguna manera, entre mis pensamientos se me vino a la cabeza como quizá ya imaginen el dejarme ser cogida por mi querido Max y entonces pensé “Que mejor manera para bajar el estrés que con una buena cogida de mi bebé” y es que realmente me encanta sentir toda su verga dentro de mí, entonces no me quedo la menor duda, ese día me tocaba verga e iba a calentar a mi amante para que no le faltaran ganas de hacerme su hembra. Llegue a casa cerca de las 7 pm una buena hora para ser suya pues aún hay ruido suficiente para que los vecinos no me escuchen gemir y gritar mientras recibo el pene de mi perro y no había razón para contenerme en ese aspecto, así pues él me recibió como de costumbre pero esta vez yo me calenté porque ya sabía que habría acción en unos minutos y solo con esa pequeña interacción basto para imaginarlo dentro de mí.

Después de ir a mi habitación y dejar mi mochila que llevo al trabajo no tarde en ir directo hacia donde estaba mi Max y me senté en cuclillas mientras lo llamaba, él se me acerco y comenzó a lamerme la cara yo me metí la mano en el pantalón para tocarme un poco luego se la di a oler y dije “Ten bebé lame esto” le gusto como era de esperarse y él sabe muy bien de donde viene ya que después de un rato de lamer mi mano puso su hocico en mi entrepierna y entre risas le dije “Ya eres un experto mi amor, hasta sabes de donde sale…y hoy te toca hembra”. Después lo acosté y comencé a acariciar su trozo sintiendo como poco a poco reaccionaba e iba creciendo con mi ayuda para después cuando sentí que ya estaba un tanto grande comenzar a jalársela, mientras hacia lo mío lo miraba jadear y veía su verga también como empezaba a salir de su funda y sonriendo le pregunte “¿Te gusta como tu mami te la jala?, ¿Cómo te excita?” obvio no obtuve respuesta pero el cómo movía su pata y como hice que saliera su vergota roja y venosa fueron suficientes para saber que en efecto así era y a él le encantaban mis manualidades.

Yo me mordía los labios imaginándolo montándome pero también porque quería su pene en mi boca, no perdí más tiempo y comencé a lamerle la punta dándole vueltas con mi lengua ensalivándola para poder ir más a fondo y entonces me la empecé a tragar poco a poco mientras lo volteaba a ver, estaba con su lengua de fuera y haciendo ruidos parecidos a gruñidos (suele hacerlos cuando jugamos o nos ponemos amorosos, ósea cuando está feliz) yo acomode mi cabello haciéndolo a un lado para poder empezar a mamársela bien, así pues cerré mis ojos y comencé a chuparla toda hasta el fondo subiendo y bajando cada vez más rápido y atragantándome mientras él se chorreaba en mi boca y mientras aventaba su leche me lleve su verga hasta la garganta y me trague directo su regalito mientras abría los ojos y veía su trozo mientras la iba sacando de mi boca.

“Ojala te queden ganas de seguirle Max porque ahora sigue lo bueno” le dije mientras me desnudaba, el aún tenía la verga de fuera y cuando me vio al natural esta reacciono palpitando y echando lubricante yo reí un poco y solo dije “Si todavía”. Entonces me puse en cuatro en el suelo como toda una buena perra comenzando a mover mi culo y dar unas leves nalgadas lo cual llamo su atención y se acercó a lamer mi puchita por un tiempo, yo gemía sintiendo su lengua áspera estimulándome, “Monta a tu mami, ¡Hazla tu puta perrita!” dije excitada y queriéndolo adentro obviamente y el gustoso obedeció a su dueña, me agarro de la cadera jalándome hacia él y ensartándome su pene metiéndolo y sacándolo lentamente mientras yo lo disfrutaba gimiendo y pidiendo más sintiendo como iba agarrando ritmo embistiéndome más y más rápido, yo comenzaba a gritar “¡Ahhhh … así mi amor cógeme, cógeme soy tu puta perra y tu eres mi macho!” el me daba muy fuerte y rico tanto que hasta me puso cara al suelo y con el culo bien arriba recibiendo su verga por completo ya que entro su bola, dejándome abotonada y muy empinada, yo comenzaba a venirme ya estaba bastante excitada y el no paraba mientras le dije entre gemidos “Mmmmm, no pares…tu sigue échame tu lechita adentro” él soltó mi cadera y puso su patas en mi espalda mientras daba unas ultimas arremetidas en mi húmeda vagina que sonaba con cada metida y es que entre mis fluidos y los suyos el logro acabar.

Yo le grite “¡Eso así bebé así, lléname toda ahhhhh soy tu puta!” el solo se puso erguido apoyando su patas en mi espalda demostrando quien manda en el sexo mientras aventaba la leche que le quedaba y poco después el dio un tirón intentando sacarla pero no pudo ya que estábamos bien atorados, enseguida lo supo y ambos solo esperamos a que se le bajara y la pudiera sacar. Mientras yo agarraba el semen que escurría de mi puchita para beberlo y cuando la saco solo se fue a recostar y yo igual me tendí en el suelo riendo un poco ya que valla que sirvio para quitarme el estres.

Y eso sería todo por esta vez y si llegaste hasta aquí dime que te pareció y si aún puedo mejorar con la forma en que lo cuento para también seguir escribiendo de mis experiencias.

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