Aprovechándome de mi hermanito mientras duerme
Salí a desayunar como si la noche anterior no hubiera contemplado como mi padre se follaba a mi hermano. Como si no me hubiera puesto cachondo perdido al ver como los 21 cms de polla de papá, entraban y salian de la boca y el culo de Carlos. Como si no me hubiera corrido al mismo tiempo que mi padre inundaba el interior del intestino de mi hermano y como si al retirarse, no fuera consciente de que papá me había visto e incluso me había guiñado un ojo.
Salí de mi habitación al escuchar el sonido del exprimidor, y lo hice tal y como estaba durmiendo. Vestido solo con un minúsculo pantaloncito de pijama, que apenas podía esconder mi erección matutina, y lo hice sin pensar. Al verme en la cocina, medio desnudo, empalmado y recordando como mi padre follaba a Carlos, se me cayó el mundo encima, pero se me pasó todo al ver que mi padre tambien vestía solo un ajustado short.
Estaba de espaldas a mí. Admiraba sus fuertes piernas, su ancha espalda y sobre todo su culo prieto.
Tras unos segundos de fascinación, moví una silla para dar a conocer mi situación en la sala.
– Buenos días David.-Dijo papá al verme aparecer.
– Buenos días papá. -le contesté mirando sin querer a su paquete y tocandome el mio.
– ¿Qué tal has dormido?¿Has tenido algún sueño interesante?. -Me preguntó agarrandose la polla por encima del short, y mostrándome que la tenía morcillona.
– Si papá, ya lo creo. He tenido un sueño muy caliente, tanto que mira como voy. -le contesté bajándome el elástico del pijama y mostrándole mi polla erecta.
Mi padre riendo, se acerco a mí y cogiendome el rabo me dijo:
– Hay que ver hijo, como se nota que llevas mis genes. Mira con lo joven que eres, el pollón que te gastas. Ahora guardatelo que vendrán tus hermanos, pero no se acabará el día sin que me cuentes tu sueño.
– Me encantará compartirlo contigo, además estabas tú en el. -Le contesté.
– Lo sé David, lo sé.
Me senté en el sofá, hasta que el dasayuno estuviera preparado, mirando a papá y tocandome ante sus ojos.
Interrumpiendo mi provocación, apareció en la cocina mi hermano pequeño. Solo nos llevamos un año, pero el cabrón tiene la polla mas grande que yo. Tambien vestía solo el short de dormir y al igual que nosotros, iba empalmado.
– Buenos días papá, Buenos día David.
Cesar, aún medio dormido, se sentó a mi lado en el sofa, agarrandome del brazo y reposando su cabeza sobre mi hombro, como para seguir durmiendo.
– Buenos días peque.-contesto mi padre
– Buenos días Cesar.-fue mi respuesta.
Mi hermano estaba zombi y mi padre se había vuelto a la cocina a terminar de preparar el desayuno. Aproveché la situación, y tumbé a Cesar con la cabeza sobre mis piernas. Me saque la polla y la puse en sus labios, mientras le metía mi otra mano en su pijama, agarrándole la polla y pajeandola. La verga de Cesar, enseguida se puso dura del todo y con mis movimientos, mi hermanito empezó a gemir suavemente. Le pasaba mi capullo por sus labios abriendole cada vez más su boca sin dejar de pajearlo.
Tanta era la excitación de mi hermanito entre sueños, que empezó a lamerme el glande y por fin, acogio mi herramienta en su boca. Aumente el ritmo de mi paja, al tiempo que Cesar me la chupaba cada vez con mas empeño, hasta que sin poder evitarlo, su cuerpo se tensó y de su verga empezaron a salir chorros de semen adolescente.
En el mismo momento en que Cesar se corría mientras me la chupaba, papá entraba en el salón con la jarra del zumo en la mano. Se quedó mirando el cuadro. Sonrriendo dejó la jarra en la mesa y volvió a la cocina. Regreso con una balleta humeda y la paso por el vientre de mi hermanito, para limpiar su corrida.
Mi polla seguia en la boca de mi hermano.
– Vamos David, pórtate bien y deja a Cesar tranquilo, que despues hablaremos tu y yo. -Me dijo papá, apartando la cabeza de mi hermano y dejándolo sentado en el sofá.
Me escondí la polla y mi padre volvió a la cocina.
– ¡ Buenos días familia ! -gritaba mi hermano Carlos al salir de su habitación.