Mi mamá nos sorprende teniendo sexo entre amigas

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Nos habíamos quedado solas aquella noche porque mamá tenía una cena de trabajo. Cuando volvió, bastante tarde, llegó tremendamente excitada.

Nosotras compartíamos una tableta en la que, tumbadas en el sofá, veíamos porno, llevándonos las manos de vez en cuando a nuestra entrepierna, con lo que la entrada de mamá nos cogió en caliente, lo que contribuyó al resultado de lo que ocurriría cuando ella empezó a tocarnos.

Teníamos la tele puesta para disimular, todo preparado para que cuando llegase mamá apagar la tableta rápidamente y hacer como si estuviésemos viendo una película.

Yo ya había tenido experiencias sexuales, pero sólo con chichos, incluso ya había follado a pesar de mi corta edad, pero mi hermanita no tenía ni idea de lo que era un pene, y apenas sabía tocarse, cosa que estaba aprendiendo conmigo esa noche. Yo la invitaba a mirar cómo me tocaba cuando veía que apretaba los muslos y necesitaba hacer algo más, incluso la tocaba yo misma, pero nunca dio pie el asunto a hacerlo entre nosotras, era algo más «educativo» que otra cosa.

Cuando mamá abrió la puerta cerramos inmediatamente la tableta, nos secamos las manos, y con apariencia de aburridas disimulamos ver la tele. Ella apenas nos dijo qué tal nos había ido la noche, ni nos recriminó el estar levantadas tan tarde. Sencillamente se sentó a nuestro lado y se unió a la película que veíamos.

Me di cuenta enseguida de su excitación, apretaba los muslos y se los frotaba sin apenas disimulo. Yo le pregunté, un poco por ponerla en un aprieto, qué tal había ido la cena, y si había ligado, le lancé esa pregunta medio sonriendo, esperando una evasiva por supuesto. Lo que no pude imaginar fue la respuesta tan directa que me dio.

Mamá: pues mira, me ha ido bastante bien, y sí he ligado, de hecho, un compañero me ha follado en los servicios de un pub, y depués de eso, una amiga, que se ha percatado de ello, ha hecho lo mismo, y yo jamás lo había hecho con una mujer, así que me sorprendió muchísimo al principio, pero luego ha sido tan maravilloso y tan excitante que me ha sabido a poco, y estoy deseando hacérmelo con otra mujer, ahora mismo, estoy supermojada.

Me quedé de piedra, no sabía articular palabra ni reaccionar ante semejante respuesta.

Mamá: Qué, se te ha comido la lengua el gato?, no me digas que tú no sabes de estas cosas, porque virgen no eres, no vayas a venirme ahora con historias, eh pequeña zorrita?, y te has follado a alguna chica?, a lo mejor puedes enseñarme…

Con la boca abierta y los ojos como platos me levanté toda enfadada por cómo se estaba comportando mi madre, máxime estando la mocosa delante. Me iba a marchar cuando ella me sujetó fuerte por la muñeca y me atrajo hacia sí haciéndome caer sentada en su regazo. La mocosa tenía una cara que era un poema, yo intenté zafarme de mi madre pero no lo conseguía, hasta que un bofetón me dejó completamente callada y quieta.

Mamá: Pero os creeis que soy idiota?, creéis que me voy a tragar que estabáis viendo esta película de mierda?, estabáis viendo porno en la tableta, y la prueba es que tú también estás mojada.

Una vuelta de tuerca más a la situación, mi madre llevó su mano a mi entrepierna y metiéndola por dentro de las mallas que llevaba puestas abrazó mi coñito que, efectivamente, estaba empapado. Empecé a protestar seriamente, no me podía creer lo que estaba ocurriendo, gritaba mamá!! mamá!! suéltame!! quiero irme!!! pero mi madre me dio un vuelco y sentándome de espaldas a ella, me rodeó con el brazo con el que me sujetaba la muñeca inmovilizándome y con la otra mano empezó a masturbarme.

¡¡¡Mamá por favor qué haces!!!!!!!!! pero ella no dejaba de frotarme el chocho y el clítoris, yo empezaba a ceder ante el placer y a olvidarme quén era la persona que me estaba procurando esa satisfacción. Mi respiración se entrecortaba y mis gemidos comenzaban a ser incontrolados. Eché la cabeza hacia atrás apoyándola en el hombro de mamá, quien sabiéndose vencerado dio un paso más y me metió el dedo en el coño hasta los nudillos. Yo di un respingo y empujé la cadera hacia delante buscando esa penetración, que mamá repitió varias veces. Besó mi rostro y buscó mi boca, aunque yo todavía la rechazaba, a lo que ella contestaba con un lamido en las mejillas, en mi oreja o en el cuello. No tardó en vencer otra vez y giré la cara para besarla, encontré la boca de mi madre con unos labios carnosos cuyo contacto me llevó al séptimo cielo, su lengua invadió toda mi boca, tocó mi lengua, mis dientes, mis encías, la sacaba y me lamía y me besaba toda la cara, la nariz, los ojos, inclusó me escupía y volvía a lamerme la cara donde había echado su saliva, y vuelta a besarme en la boca y meterme la lengua todo lo que podía. Metió otro dedo en mi coño follándome intensamente con los dos sin darme respiro. Soltó mi muñeca para tocarme groseramente las tetas. Me metió la lengua en la oreja, la recorrió por todos sus pliegues…yo estaba rendida a tanto placer y deseaba correrme…y que esto no acabara nunca. Mamá metió su mano por debajo de mi camiseta para tocarme los pechos directamente y apretarme los pezones. Yo chillaba de placer cuando hacía eso…

Mamá: Quítate la camiseta nena, déjame chuparte esas tetitas

Yo me quité la camiseta y dejé mis pechos descubiertos, pequeños y redondos. Mamá sacó sus dedos de mi chocho y me giré para ponerme de frente a ella, sentándome a horcajadas sobre sus muslos. Chupó los dedos mojados y volvió a meterlos esta vez desde atrás, y como si se tratase de una cria mamando, abrió su boca y se metió casi toda una teta dentro lamiéndola y chupándola sonoramente. Yo gozaba inmesamente pero sólo recibía placer, hasta que mamá cogió mi mano y se la llevó a sus pechos sin dejar de chuparme las tetas. Comencé a sobarle sus pechos, grandes, los amasaba aprentándolos con fuerza a lo que mamá respondía con gemidos y chupadas más intensas de mis tetas. Me dijo que escupiera mis pechos, y en cuanto los cubría con mi saliva ella la lamía y chupaba. Pensé que a ella también le gustaría que yo hiciese lo mismo, así que comencé a quitarle la chaqueta y la blusa que llevaba, saqué sus tetas sin quitarle el sujetador y las amasé hasta que ella empezó a escupir en ellas, yo recogía su saliva con mi lengua, mi boca y hasta restregaba mi rostro por sus tetas ensalivadas.

En esas, me ordenó levantarme para quitarme las mallas, me las quitó y las lamió profusamente, estaban empapadas completamente y ella lamía con fruición mis jugos, se las restregó por la cara, las tiró, y ordenándome que me apoyara en el respaldo del sofá hundió su rostro en mi coño. Superexcitada como estaba lo pasé por toda su cara, mojándola de arriba abajo, hasta que ella me detuvo y empezó a penetrarme con su lengua, la metia y succionaba, yo me volvía loca. Dejé caer todo mi peso sobre su rostro y cerré las piernas en torno a él. Ella hundía su lengua recorriendo mi chocho profundamente, y frotando por momentos mi clítoris con su nariz, me volvía loca. Sentí entonces que apoyada un dedo en mi ano y después de trazar unos círculos lo metio dentro, intenté sacárlo pero ella insistió. Yo sabía que estaba cargado, pero a ella parecía no importarle, y yo estaba demasiado caliente para seguir luchando, así que me concentré en el mayor placer que jamás había recibido.

Durante todo este tiempo, habíamos dejado a la mocosa, primero asustada, luego sorprendida, y ahora, aplicando mis enseñanzas, frotándose su chochito, presa también de una gran excitación. Me percaté de ello y, vencida por tal situación de máximo placer, olvidé toda barrera moral y le dije que le quitara a mamá la falda y que la desnudara. La mocosa asintió, pero viendo mi desnudez y que mamá también iba a quedar desnuda, hizo lo propio dejando su cuerpo totalmente desnudo. Mamá metió otro dedo en mi culo y eso, y la visión del cuerpo desnudo de mi hermana, que pasó de ser algo inocente a volverme loca y desear tocarlo y lamerlo, hizo que comenzara a cabalgar frenéticamente el rostro de mamá sientiendo su lengua dentro de mí hasta que con un apretón de mis piernas y lanzando un grito alcancé el orgasmo, el mayor de mi corta vida, seguí gimiendo al tiempo que restregaba lenta y fuertemente mi chocho por el rostro de mamá para caer después rendida en el sofá con la respiración totalmente acelerada. Mi madre me miraba sonriendo, con la cara empapada de mis jugos y los dedos con los que me había estado follando el culo completamente sucios. Mi hermanita se afanaba en desnudar a mamá quitándole falda y bragas, y como habría visto que antes había lamido mis mallas, ni corta ni perezosa empezó a lamer las bragas de mamá.

Mamá apoyo sus enormes tacones en el sofá abriendo las piernas lo que hacía que su chocho se mostrase a la mocosa. Se lo empezó a tocar…

Mamá: Mocosa, has visto lo que le he hecho a tu hermana, crees que puedes hacerme tú lo mismo a mi

Y una vez más mi hermana, sorprendiéndonos a las dos, hundió su lindo rostro entre las piernas de mamá, no hizo ascos ni mueca ninguna, mamá la guíaba y empezaba a gemir profusamente, lanzando la cadera hacia delante y cerrando por momentos sus piernas sobre la carita de la mocosa. Mi chocho empezó a palpitar de nuevo, y más aún cuando ví que mi madre se llevó los dedos sucios a su boca y los chupó hasta dejarlos limpios. Lejos de darme asco, y no sé por qué razón, eso acabó por depertarme de nuevo y me lancé a besar su boca y conocer el sabor de mis heces en su boca. A mamá también le excitó sobremanera mi reacción y con una mano apretó la cara de la mocosa contra su chocho y con la otra volvió a meterme un dedo en el culo, pero esta vez intentando sacar caca. Lo sacó otra vez sució y volvió a lamerlo y yo volví a comerle la boca. Lo intentó dos o tres veces más pero sólo lo sacaba manchado, así que me puse en cuclillas y empecé a empujar, un chorizo de caca cayó sobre su vientre y rodó hasta la frente de la mocosa, mi madre se revolucionó tanto que cogió con ambas manos la cara de mi hermana y le restregó el chocho hasta correrse, por un momento pensé que la iba a asfixiar, pero mi hermana lejos de prostestar sacaba la lengua para recibir los restregones del chocho de mama. Cuando se hubo corrido soltó a la pequeña y se incorporó, la besó en la boca y le lamió la cara para limpiársela, y mirándola a los ojos le dijo que se lo había comido muy bien, y que ahora iban a hacer caca como yo, y que ibamos a jugar con ella. Se puso en cuclillas sobre el sofá con mi hermana enfrente y empezaron a empujar hasta que una detrás de la otra cagaron y se mearon sobre el sofá. Mamá cogió la caca de las tres y la mezcló formando una masa que a continuación usó para embadurnase ella y a nosotras por toda la cara y cuerpo.

Embadurnadas con nuestras cacas, y presas de una absoluta excitación, nos fuimos a la cocina donde mamá puso la caca sobrante en una bandeja y la metió la nevera. Cogió dos jarras grandes y volvimos al salón, diciéndonos mamá que la próxima vez que quisiésemos orinar lo hicieramos en las jarras.

Las siguientes dos horas las pasamos limpiándonos los cuerpos y los culos con nuestras bocas, compartiendo saliva y caca, escupiéndonos y frotándonos hasta alcanzar varios orgasmos.

Rendidas completamente subimos al cuarto de baño de mamá. Nos duchamos las tres, unas a otras, y nos lavamos bien la boca.

Perfectamente limpias nos acostamos en la misma cama…

La mocosa se levantó de repente, y de un salto salió de la cama y se bajó al salón…al poco la vimos volver con las jarras del pis…

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Carla

Carla

Tal como se describen los personajes no queda duda que, por lo menos, la «mocosa» tiene que ser menor de edad, no creo que este relato deba ser accesible por más tiempo.