Termino pagando los impuestos con sexo bien rico

Valorar

El inspector de hacienda. Sexo con impuestos.

El inspector de hacienda llega a mi puerta. Está obsesionado con controlar el pago de mis impuestos, insiste en que tengo entradas adicionales por servicios que ofrezco a particulares, que me son muy bien remunerados.

– «Buen día señorita Cristal, estoy aquí para que me aclare estos ingresos que no están muy claros, y de paso se ponga al día con el pago».

– «Sí, Sr. Inspector, permítame explicarle. Soy una Puta. Una Zorra que le encanta ser tomada y usada para saciar cualquier antojo de hombres malvados y perversos. Me pagan por eso, pero lo disfruto tanto que de verdad no lo veo como un ‘ingreso’, Sr. Inspector; Ahora bien, si Usted está de acuerdo puede usarme como  su puta y cerramos esa cuenta».

– «Pues empecemos de una vez,  tienes que trabajar mucho para dejar tu cuenta a 0.»

Y así comencé a trabajar para el Sr. Inspector. Era el hombre más vicioso y perverso que había conocido. 

Abrió su maletín, que pensé estaría lleno de formularios, pero para mi sorpresa estaba repleta de juguetitos sexuales.

Sacó unas esposas,  y me dijo «serás mi esclava y sumisa, harás todo lo que yo te ordene».

Me puso a 4 patitas y me ató las manos a la espalda. Me azotó el culo con sus manos que eran muy fuertes, me azotó hasta dejármelas marcadas.

Me prohibió hacer ruido, solo podía gemir bien bajito. Sentí que empezaba a mojarme.

Metió un plug en mi culito, bien despacito. Lo movía un poco a los lados para provocarme un ligero dolor, lo que no sospechó era lo mucho que me gustaba. 

– «No grites, puta, mantente calladita. Ssshhhh»

En ese mismo momento, aun con el plug en mi culito, me masturbaba, me daba palmaditas en mi sexo, me tiraba el clítoris, me estaba volviendo loca de placer.

Me arrodilló en la cama, y entonces él se puso en 4 patitas y me ordenó comerme su culo, lamerlo rico por mucho rato. Y desde ahí atrás también me ordenó chuparle  sus huevos, mmmm, primero me metía uno en la boca, lo besaba, lo lamia, después el otro, me gustaba chupárselos, y su polla empezó a ponerse tan dura como una piedra. 

El Sr. Inspector se puso de pie y metió su polla en mi boca.

-«Ya casi me pagas todo zorrita, sólo te falta sacarme toda la leche, pero no te la puedes tragar, tienes que aguantarla en tu boca para que yo la vea, y después te doy el permiso para que te la tragues todita».

Creo que fue la mejor mamada que había dado en mi vida. Me comí esa polla hinchada y enorme  completita, desde los huevos hasta la punta, lamiendo todo el tronco, succionando el glande… fue exquisito.

Saqué toda su leche, y estando yo aún de rodillas, le mostré como la tenía en mi boca. 

-«Ya puedes tragarla», me dijo

Se despidió dándome las gracias por haber puesto mi cuenta al día.

Quería decirle que deseaba estar atrasada en mis pagos, otra vez…

Deja una respuesta 0

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *