Mi amiga me pide que desvirgue a su hijo

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Perla es una amiga que conocí en una de las tantas orgifiestas a las que he ido. No me imagine que en esas fiestas conocería a alguien que se volvería mi amiga. Pero es que desde que conocí a Perla me cayó muy bien. Era una mujer que al igual que yo disfrutaba mucho su sexualidad, también estaba casada, ella era muy infiel pero quien le hizo rozar sus límites fue su suegro.

Perla creo que no era tan puta como yo, pero se esforzaba en lograrlo. Un día en una fiesta en casa de su suegro, después de que ella terminó de coger con su suegro y yo con un amigo de mi esposo, me pidió hablar conmigo. Le dije al esposo de mi amigo que iría con Perla a tomar un café.

Nos fuimos en su carro, le pregunté qué de que quería hablar me pidió esperar a llegar su casa. Estaba intrigada, de que quería hablar Perla, primero pensé que tal vez su suegro me quería coger, después pensé que tal vez ella quería cogerse al amigo de mi esposo, pero deje de imaginar y preferí esperar.

Llegamos a su casa, preparó café, lo sirvió acompañado de unas galletas y nos sentamos en la sala.

Pe –Querida amiga, tu sabes que siempre nos hemos tenido mucha confianza.

Yo escuchaba con atención.

Pe –Quiero platicarte algo que está pasando en mi casa.

Pa –Sí, dime que pasa.

Pe –Hace algunas semanas descubrí a mi hijo masturbándose, fue algo extraño ya que para mí siempre será mi bebé. Platiqué con él, me comentó que era virgen, que ninguna mujer le hacía caso, lloró un poco él se siente feo.

Yo no conocía a su familia, se paró por una foto y me la enseño. Él tendría como 17 años, muy delgado, con un gran problema de acné en la cara. Las facciones de su cara eran toscas, realmente no era muy agraciado. Yo no podía decirle lo que pensaba a Perla, tenía que suavizar mi opinión.

Pa –Bueno Perla, con un poco de ejercicio y controlando el acné quedará un joven atractivo, también se debe de trabajar en su autoestima.

Pe –Amiga, me dolió mucho verlo tan desesperado, se masturbaba viendo un video en internet en él salía una muchacha con muy buen cuerpo, pero lo que realmente me llamó la atención fue la belleza da la chica, tenía una cara como de muñequita.

Pa –Algún día tendrá una novia hermosa, no te preocupes, ya lo verás.

Pe –Ahorita no creo que se de eso, por eso me atrevo a pedirte un gran favor, un favor que solo se le puede pedir a una amiga como tú.

Pa –Dime amiga, si yo te puedo ayudar con mucho gusto lo hago.

Pe –Pamela, por favor, Pamela amiga, por favor, acuéstate con él, se su primera vez.

Yo no supe que decir, me puse nerviosa, es rico ser la primer mujer en la vida de un hombre, pero el muchacho era feo. Perla me veía con los ojos llorosos. Que más daba, era por hacerle un favor a Perla y quería ser la primera vez de otro hombre más.

Pa –Está bien Perla, lo haré con mucho gusto, seré su primer vez.

Pe –Gracias Pamela, eres una gran amiga, jamás olvidaré esto.

Pa – Y ¿Cómo va estar todo, cuando será, en donde, etc.? Además ¿no me has dicho el nombre de tu hijo?

Pe –Se llama Juan, la idea sería que se fueran un hotel, y cuando tú puedas.

Pa – ¿Pero él sabrá que tú lo estás organizando?

Pe –Sí, le dije que le iba a conseguir una mujer para su primera vez.

Pa –O.K. entonces, yo puedo el viernes de la siguiente semana, que te parece que yo lo vea en tal bar, ahí tomamos algo y después me lo llevo a un motel discreto que conozco.

Pe –Me parece perfecto, muchas gracias Pamela.

Pa –De nada para eso somos las amigas, y para eso soy tan puta.

Las dos nos reímos.

Llegó la siguiente semana y el viernes. En la mañana le dije a mi esposo que iría en la noche a una reunión de amigas. Para ver a el hijo de Mónica escogí un vestido negro muy ajustado, con una tanga muy pequeña, un brassier también muy pequeño, tacones de aguja negros, un pequeño collar con un dije. Dejé que mi cabello cayera sobre mis hombros. Me puse una pulsera en una muñeca, en la otra el reloj, me puse uno de mis mejores perfumes, mi maquillaje era discreto.

Llegué al bar, en la entrada ya me estaba esperando Juan, llevaba un ramo de rosas en la mano.

P –Hola Juan, yo soy Pamela.

J –Hola, eres mucho más hermosa de lo que esperaba.

Le di un beso en la mejilla, el me dio las flores.

P –Gracias eres todo un galán.

El llevaba un pantalón de mezclilla, una camisa blanca y un saco azul, trato de verse bien. Olía a una de mis lociones favoritas. Entramos al bar, pedimos unas cervezas y estuvimos platicando de todo, definitivamente no era guapo, pero era muy divertido, me tuvo riendo todo el tiempo. Yo le acariciaba la pierna, su compañía me era agradable.

Después de aproximadamente dos horas le dije que pidiéramos la cuenta. El la pidió, cuando yo iba a sacar dinero de mi bolsa, él tomó mi mano, me la besó.

J –No princesa, yo invitó ya vas a hacer mucho por mí, no voy a dejar que pagues nada.

P –Gracias.

Le di un pequeño beso en la boca. Pagó y salimos. Lo llevé al hotel, aunque unas dos cuadras antes, estacione el carro.

P –Quiero que lleguemos caminando.

Bajamos del carro, las dos cuadras que seguían estaban muy oscuras. Dimos unos pasos, lo jalé y lo besé largamente, nuestras lenguas jugaron. Caminamos como media cuadra tomados de la mano. Nos volvimos a besar, le dije.

P –Agárrame las nalgas, fájame rico.

Comenzó a agarrarme las nalgas, pasaba como desesperado sus manos por mi culo. Me di cuenta de que en su pantalón había un bulto, se lo agarré lo empecé a sentir a lo largo, era una maravilla, una verga de más de 20 centímetros. Creí que me había sacado la lotería.

P –Que grande tienes la verga, que rico que yo seré la primera que la usará.

Seguimos caminando y llegamos al hotel, el pagó la habitación. Subimos a ella. Al entrar ya nos esperaba una botella de champagne, la cual yo había pedido para brindar por la primer vez de Juan.

El la vio y me sonrió.

P –Es para que festejemos tu despedida de la virginidad.

J –Gracias.

P -¿Quieres quitarme la ropa o me la quito yo?

J –Quítatela, yo me quitare la mía.

Los dos nos desnudamos, nos vimos.

P –Que súper verguisima tienes.

J –Tú tienes un cuerpazo, date una vuelta.

Me la di lentamente para que el disfrutara cada parte de mi cuerpo.

J –Que culo más grande.

Él estaba sentado en la cama, me acerqué a él y me senté en sus piernas, lo abracé.

P –Gracias por darme tu virginidad, dejarme ser la primera.

J –Gracias a ti por aceptar, no me imagine que la amiga de mi mamá estuviera así de buena., me ha dicho que eres muy puta, que vuelves locos de placer a los hombres y a algunas mujeres.

P –Que te ha platicado de mí.

Le dije esto con mucho asombro.

J –No te preocupes, lo sé todo, sé que ella es una puta, mi abuelo se la coge. A mí no me importa tiene derecho a disfrutar, mi papá le pone el cuerno con muchas mujeres, porque ella no haría lo mismo.

P –Que bueno que pienses así mi amor, ¿te gusta que la primera vez que tengas sea con una mujer muy puta como yo?

J –Claro que sí, oye y como empezaste con la mujeres.

P –Por una prima hace algunos años, estando en su casa platicando en una fiesta, ella se había dado cuenta de que su suegro y yo nos tirábamos la onda, en el baño platicamos de ello nos calentamos y empezamos a fajarnos, eso me gusto y de ahí me di la oportunidad de probar con mujeres, aunque no han sido muchas.

Me paré, me acosté en la cama, le pedí que destapara el champagne y lo sirviera, así lo hizo, me dio una copa. Yo la levanté.

P –Brindo por tu primera vez, que sea maravillosa, que quedes satisfecho.

J –Con una mujer como tú sería imposible que no fuera así.

Le di un trago a la copa, y lo demás me lo eche en las tetas.

P –Chúpamelas.

Él se acercó y comenzó a chuparme por todos lados.

P –Espera, toma mis tetas con tus manos, y chúpame alternadamente los pezones.

El así lo hizo.

P –Chúpame despacio, que rico sigue así.

Estuvo algunos minutos chupándome los pezones. Se separó tomó su copa, y vertió lo que quedaba sobre su verga.

J –Ahora tú chúpame a mí.

Lo hice sentarse en la cama, yo me hinqué en el piso, tomé su verga y con la lengua fui limpiando el champagne, una vez que me la tomé toda, me metí su pene en la boca, no lo cubría todo pero trataba de tragar lo más posible, pasaba mi lengua por el tronco de forma muy despacio. Moví mi boca para que solo quede su cabeza en ella, ahí pase muy rápido mi lengua por todos lados. Juan comenzó a gemir, después a gritar, él disfrutaba mucho de la chupada, empezó a correrse, yo como buena puta me lo tragué todo.

Él después de recuperarse con cara de pena y preocupación se disculpó, le dije que era bueno que se hubiera corrido, quería decir que yo la mamaba bien, y que aún había tiempo para que me la metiera en el coño.

Después de un rato, de estarlo abrazando y haciendo cariños, me acosté en la cama.

P –Ven ponme tu verga en la cara.

Se la mamé un poco, cuando ya la tuvo bien parada le dije.

P –Ponte arriba de mí, métela despacio, aparte de larga la tienes muy gruesa.

J – ¿Me pongo condón?

P –No, quiero que en tu primera vez sientas una vagina sin nada que se interponga.

Realmente él tenía una vergota. Se puso encima de mí y poco a poco me la metió, hasta que me llenó toda. No se movió solo me vio.

J –Gracias, muchas gracias.

P –A ti mi amor.

Empezó a moverse lentamente para a todos lados. Le dije que primero de adentro hacia afuera, un rato hizo eso, después le pedí que se moviera en círculos.

P -¿Lo estás disfrutando?

J –Sí, muchísimo.

Le dije que cambiáramos de posición, lo hice acostarse y yo me senté en su verga.

P –Vas a sentir lo rico del sexo, vas a sentir lo que es que una mujer te coja.

Comencé a bajar y subir en su verga, a velocidad normal, el cerró los ojos y se dejó hacer. Después me moví en círculos, aumente la velocidad, cada vez más rápido.

P –Así papi, cógeme.

Me movía, empecé a brincar en su verga, puse mis manos sobre su pecho para ayudarme a mantener el equilibrio. El solo se dejaba hacer, disfrutaba de tener a su puta montándolo. Seguí moviéndome.

P –Papi quieres otra posición.

J –Sí, pero por favor ponte de perrito.

Me baje de él me puse de perrito, abriendo las piernas. Le dije con mi voz más puta.

P –Clávame tu vergota.

Él me la metió de un solo golpe.

P –Aaaahhhh Juan, que vergota, me encanta.

Él me tomó de la cintura y comenzó a cogerme muy rápido. Los golpes de nuestros cuerpos se escuchaban, la cama crujía, yo gemía muy fuerte. Él me grito que se iba a venir, que donde quería su leche.

P –En la concha lléname de tu leche.

Él se vino, echo mucha leche en mi concha. Salió de mí se acostó.

Yo me acosté, vi la hora, era tarde, ya era tiempo de llevarlo a su casa y regresar a la mía.

J –Quiero probar tu culo.

P –Mi amor ya no nos da tiempo, tengo que llevarte a tu casa y yo ir a la mía.

Él aceptó, nos vestimos, lo llevé a su casa y fui a la mía. Al llegar mi esposo me pregunto que como había estado la reunión, le comenté que muy bien, que le hablaría a una de las amigas con las que estuve para avisarle que ya estaba en casa. Salí al jardín, le hable a Perla.

Pa –Hola Perla, gracias la pasé muy bien con tu hijo.

Pe- Sí me medio platico, porque su papá llegó, pero está feliz, dice que lo único malo es que no pudo hacerte el culo.

Pa –Dile que la próxima vez lo dejaré entrar en mi ano.

Definitivamente esto creaba una mayor complicidad entre Perla y yo, ya no era solo su amiga, ahora también era la mujer de su hijo.

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Ernesto Sandoval Ruiz

Ernesto Sandoval Ruiz

que afortunado es el chaval y cómplices las dos tías como quisiera yo también estar en una orgifiesta y follar con las dos