Así es cómo conocí a una familia muy diferente

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FAMILIA DE AVANZADA

Por aquellos días me había puesto de novio con una chica muy linda que vivía en el mismo barrio que yo.

Nuestras familias, por supuesto se conocían de años. Éramos buenos vecinos, aunque de algunas cuadras de distancia, pero allí, en aquel barrio todos sabían quien era el otro.

Desde principio fui bien recibido por aquella familia de religiosos protestantes.

Así los catalogaban en el barrio. Por supuesto que la iglesia aquella contaba con mas feligreses, del lugar y de otros lugares de la ciudad.

Mis padres nunca plantearon como un problema la religiosidad de los padres de mi novia, ni de ella, jamás fue un teme relevante, ellos en realidad y yo tampoco no teníamos una religión adoptada.

Comencé a frecuentar la casa de mi novia, primero, algunas tardes de sábado. Luego una noche me invitaron a cenar. Así paulatinamente fue yendo y viniendo hasta terminar casi todos los días allí en horarios distintos y sin ningún tipo de traba.

Yo mismo me sorprendí, pues tenía entendido que aquellos religiosos, eran bastante estrictos en cuanto a los noviazgos y esas cosas.

Estos padres parecían tener otro tipo de pensamiento. Siempre me trataron muy bien y amablemente.

Tal es así que comencé a concurrir a las reuniones que realizaban en el templo y a su vez empecé a tener contacto con muchas personas que antes no conocía.

Mi suegro siempre estaba sonriendo y de buen humor, parecía que nada lo afectaba. Mi suegra era una hermosa mujer, con un cuerpo muy lindo para su edad. También siempre tenía un humor increíble. Después estaba el hermano menor de mi novia un chico de siete años, muy tranquilo y despierto.

Una noche de tantas en la mesa de la casa de mi suegros, me dice el pastor Enrico

__Mira Lauti…todos los años hacemos con la congregación unos retiros…

__¡Ah, que bien!__ conteste sorprendido

__¡Bueno este año queremos llevarte allí…lo pasaras realmente bien!!__ no sé porque me pareció que el tono de «realmente bien» fue una acentuación muy notoria.

__¿Usted cree?__ pregunté tontamente

__¡Sí Lauti, van jóvenes de todos lados, es mixto, tu sabes y hay actividades realmente muy lindas!__ otra vez percibí ciento tono en «realmente muy lindas»:

__¡Está bien, creo que iré!

__¡Excelente!__ exclamó mi suegra Flor.

__¡Te va a gustar amorcito!__ dijo dulcemente mi querida novia Ceci.

Así con todo eso una mañana temprano partimos a un lugar en medio de la nada. Cuando llegamos pensé que moriría en ese lugar. No era lejos de la ciudad, pero era en pleno campo.

Había muchas personas. La casona era grande y había varios condominios. Tal vez estaríamos separados para dormir mujeres y varones cada uno por su lado.

Entre charlas y gritos y risas nos fuimos acomodando. Como pensé mujeres para un lado, varones para el otro.

Del ala nuestra el lugar era confortable. Estábamos además separados por edades. Había cinco jóvenes mas conmigo. Teníamos un líder que pronto se presentó como Lucas. Un treintañero jovial y bien puesto.

Aquel día fueron las presentaciones. Las reglas. Lo que podía hacer y no. Bueno todo muy estricto, al menos eso fue lo que pareció en un momento.

Habían pasado dos días de la llegada. Veía a mi novia Ceci solo en parte del día y no tuve mejor idea que hacerle saber que no podía ir bien al baño, que estaba atorado. Ella sabía de aquel problema mío. primero se río bastante y luego pasó.

Por la noche estaba yendo a las duchas que eran individuales y estaban separados de los baños.

Se me cruza el pastor Enrico.

__¡Hola Lauti!

__¡Hola pastor!

__¿Como estas?

__¡Bien!__ dije sin saber lo que se venía.

__¡Sabes que no debes mentir Lauti!

__¿Perdón?

__¡Sé lo que te sucede!

__¿Qué?__ y recordé y mi cara debe haber transmitido el mensaje

__¡Ves!¡Aha!…¡Solo quiero ayudar!

__¿Como?

__No te preocupes…todo saldrá bien!! ¡Ven conmigo!__ lo seguí dudando, pero a la vez me gustaba el misterio.

Entramos en la habitación del pastor.

__¿Está es su habitación?__ pregunté sorprendido y cada vez mas ansioso.

__¡Si! ¿Te gusta?

__¡Si es bonita y grande!!__ camino y abrió una puerta. Era un baño enorme. Con jacuzzi, bañera blanca y grande, una parte para ducharse y un inodoro al lado, todo brillaba.

__¡A ducharse!!__ escuché que decía imperativo el pastor Enrico.

__¿Yo?

__¡Sí, tu, ya deja esa actitud, te estoy ayudando!!¡Desvístete!__ empecé a quitarme el jogging y la remera, luego me di vuelta y quite mi slip. Sentí como que el hombre detrás jadeaba. Había un raro ambiente de excitación, yo me estaba calentando ante aquella situación.

Giré mi cuerpo y mi asombro se debe haber notado en mi cara, allí estaba desnuda la esposa del pastor Enrico, hemos, con unas tremendas tetas que yo había adivinado cientos de veces aunque ella siempre se vistió de manera recatada.

Los dos estaban parados frente a mi, observándome, risueños, los rostros sacados de calentura y lascivia. Ella, la señora Enrico, masajeaba el duro pijón de mi suegro, el pastor Enrico que estaba también en pelotas.

__¿Te gusta lo que ves??__ pregunto la señora del pastor

__¡Ehh!!__ balbucee con mi verga que se levantaba de a poco como un resorte indomable.

__¡Se nota que si cariño!!¡¡Mira como se le nota!!

__¡Uy papi, mira esa hermosa pija que se come nuestra hijita!!

__¡Ya deja esa actitud de sorpresa!__ dijo el pastor

__¡Es que no lo esperaba!__ ellos se acercaron, mire la figura exquisita de la mujer del pastor, y la bamboleante verga amenazante y díscola.

Ella se paro frente a mi y acaricio mi mejilla y luego mis tetillas, fue bajando su dedo, lo paso por mi vientre hasta tocar mi pija que ya estaba dura y erguida. La tomo. La masajeó y mordió mis labios todo en un solo movimiento. Yo gemí y ella sonrió. Llegó hasta mis bolas y las sopeso, ella largo un suspiro y beso mi cuello, pasando su lengua. La calentura me iba tomando velozmente.

La señora Enrico bajo suavemente, acariciando mi cuerpo estremecido y ardiendo, se metió a la boca mi verga que estaba a punto de reventar, por la excitación, sentí su lengua jugando con la cabeza brillante de mi poronga. Le dio lengüetazos, hasta meterlo por fin hasta el fondo de su garganta. En ese momento siento la mano del pastor que se posa en mis nalgas y las acaricia suavemente.

__¿Te gusta Lauti como te chupa tu suegra?__ pregunta apretando mas fuerte mis nalgas fibrosas

__¡Ohhh, si, si, ahhh, es estupenda, ahhh!__ exclamo yo y el dedo del pastor se pone a jugar en mi agujerito cerrado. Mi calentura toma proporciones desconocidas con la otra mano acaricia mis pectorales hinchados y duros. Eso me vuelve loco, la lengua de la mujer pasa de largo a largo por mi brioso mástil .

Acto seguido estoy tirado en la cama, de espaldas y la mujer del pastor sigue mamando mi poronga alzada. En tanto, el pastor, chupa y besa mis pectorales, haciendo que me enloquezca de caliente, además, el hombre, hurga en mi anillo y ya tienen un dedo dentro de mi y eso hace que arda en el infierno.

La señora de Enrico me monta lentamente, disfrutando la daga. Se la hunde en su vagina mojada, chorreante de flujos y jugos. Empieza a subir y bajar, jadeando y gozando. Su esposo la arenga y la mira gozar y eso enciende su placer mas profundo.

El pastor se acerca y acerca su espada erguida, la veo de cerca, me la ofrece, la pasea suave por mis labios, por mi boca, la mete, la mojo, chupo, se siente su dureza.

__¡Oh pequeño bribón, chupa este helado, es para ti, mira el chico, mujer, ahhh!

__¡Es bueno cariño, te lo dije, que era caliente!!¡Ohhhh!!!__ aullaba la mujer clavándose la vara hasta el fondo.

Yo estaba atragantado y no podía hablar. El pedazo del pastor llenaba por completo mi boca, que salivaba el tronco grueso de aquel hombre que bramaba de lujuria. Casi llegaba al punto de ahogarme de tener aquel pedazo en mi boca.

Sentía que no aguantaría mucho tiempo mas aquella desquiciada situación de sexo y locura.

__¡Ohh si dame tu pija Lauti…me darás tu leche…anda dámela…si, dame!!!

__¡Que puta eres mujer!!

__¡Me encanta!¡Hace rato que quería coger a mi yerno!!!__ así en medio de aquel diálogo empecé a largar mi semen dentro de la concha húmeda de la señora del pastor. Los escupitajos se metieron en su interior, ella se agachaba sobre mi y buscaba mi cuello y mis orejas para morder y lamer, de forma salvaje.

__¡Ohh querido….estabas lleno…me has regado de tu néctar y me encanta!!!__ el pastor empezó a apurar y a meter mas rápidamente su carne en mi boca, gemía, resoplaba y sacando la pijota de mi interior empezó a regar mi cara, mi boca, y mientras esto ocurría, la mujer, lamía y se comía los jugos que se chorreaban en mi cuerpo, totalmente excitado y muy caliente. La mujer limpio el arma de su marido que buscaba desinflarse, pero ella no lo dejo hasta que quedara sin resto alguno de aquella acabada.

La esposa del pastor, luego, comenzó a besarme en la boca. Besos profundos, calientes, chocaba su lengua con la mía. Mientras acariciaba suave mi alicaída herramienta. Tocaba mis bolas, jugaba con ellas, sin dejar de comerme la boca.

Es claro que a mi me gustaba aquella situación, no me desagradaba en lo mas mínimo. De repente sentí una lengua allí abajo. Era el pastor Enrico que viboreaba con su lengua mi creciente erección, se metía a la boca mi verga, las disfrutaba, mientras su mujer me seguía besando y pellizcando los pezones que se erguían endiablados.

En eso, la puerta de la habitación se abrió intempestivamente, miré y era mi novia que abría grandes sus ojos.

__¡Mamá…papá!!

__¿Qué pasa querida?__ preguntó risueña su madre

__¿Porqué empezaron sin mi??__ mi sorpresa ya no tenía fin. Esa que estaba desnudándose era mi novia. No podía creer. Era hermosa, igual ya la conocía en pelotas pero esa escena infló mi poronga del todo, a lo que mi suegro le vino muy bien porque no dejaba de chupar.

Mi novia se acercó a nosotros y beso en la boca descaradamente a su madre, acarició sus tetas hermosas y las guio a mi boca. Me prendí aquellas mamas grandes y de pezones duros que parecían botones de tan erectos que estaban. La madre gemía, yo estaba muy caliente. Comía aquellas tetazas mientras mi vara estaba tan dura como roca.

__¡Oh eres increíble chupando mis tetas!!__ decía la esposa del pastor

__¡Si madre, es muy bueno y tu eres muy putona!!

__¡Oh, Shhhh ven aquí!__ y las dos se prendían en un beso profundo y largo. La boca del pastor seguía mamando mi estaca rígida.

Luego de los besos entre madre e hija, la mujer del pastor me metió sus tetazas otra vez para que yo las chupara y mordisqueara. Mi novia bajo hasta la poronga de su padre y la metió en la boca, arrancando gemidos de placer entrecortados del pastor. A esa altura ya nada me sorprendía.

__¡Oh si bebe chupa a tu padre, así, ahhh,, sigue así!!!__ gemía y repetía el pastor Enrico. Luego seguí chupando mi manija.

__¡ A ver hijita, monta a tu padre de una vez, que yo quiero que Lauti me la meta otra vez!!!

Mi novia automáticamente se montó en la pija del padre y empezó a cabalgar, en tanto, el padre, daba gritos de placer.

Por otro lado, la madre de mi novia, acarició mi poronga recia y bien parada, la masajeo unos momentos. Se movió y poniéndose en cuatro me señalo su culito. Allí metí mi lengua, ella gimió y se retorció muy caliente. Mi saliva chorreó enseguida, y se fue abriendo, gustosa, sabroso, agujero ardiendo, el ojete explotaba en deseos.

Urgente me coloqué detrás. Acaricie con mi poronga aquella entrada. Presioné. Empujé y levemente fue entrando la cabeza. La esposa del pastor dio un gritito, resopló, pero hizo sus caderas hacia atrás para que siguiera entrando la vara en su jugoso ojete.

Mi novia cabalgaba en tanto sobre su padre. Agachaba su cuerpo y le daba las tetas frescas para que las sobara y chupara. El pastor se las metía en la boca y las mordisqueaba, llenándolas de baba.

Iba y venía dentro de aquel túnel. Me aferraba a las tetazas de la mujer caliente. Mordía su cuello, lamía sus orejas.

__¡Flor tienes un culo hermoso!!

__¿Te parece?__ preguntó mi suegra

__¡Sí es tremendo!!…¡Ceci amor tu tienes un bello trasero también!!__ aclaré sin dejar de entrarle al ojete sublime de mi suegra. Mi novia Ceci me miro sonriendo, mientras se mordía los labios cabalgando al padre que se aferraba a las caderas de la hija.

__¡Quiero que lo llenes con tu leche cariñito!!!__ gemía y pedía mi suegra.

__¡Que puton eres Flor!!¡Ahhhh!!!__ agregaba el pastor Enrico.

Yo aceleraba mis bombeadas. Veloz.

__¡Si, si, anda riégame, dame tu leche amorcito, vamos, vamos!!__ apreté mis mandíbulas, y exploté dentro de aquella cola que reclamaba mis jugos. Mordí la nuca de aquella hermosa mujer que me había dado su cuerpo de forma maravillosa.

El pastor sacudiendo su cabeza y mi novia sobre el, saltaba exprimiendo los jugos del padre. Chorrea entre las piernas. Golosa. Las mujeres rebalsaban de jugos. Se cruzan entre ellas y se abrazan, salvajes, se besan y se chupan las tetas, insaciables. Ceci de pronto se cruza conmigo y me da su boca. Nos besamos un momento. El pastor y Flor, su mujer, también se besan profundamente. Quedamos tirados, un poco exhaustos.

Luego de a uno vamos a ducharnos para sacar los jugos que tenemos por nuestros cuerpos. Ha sido un encuentro increíble. A todos nos ha dado apetito, así que nos vamos a comer, además de que ya era hora. Habían empezado a preguntar por el pastor Enrico y su esposa.

Mi novia se escabullo, tal y como había llegado al sector de mujeres.

Yo volví a mi cuarto luego de comer. La noche se había venido encima.

Las miradas que cruzamos en aquel campamento desde aquel momento fue distinta.

Por supuesto que todo siguió cuando volvimos al barrio. Siguió mas ardiente, con variantes.

Por los avatares de la vida luego nos separamos con mi novia. Cada uno tomo rumbos diferentes, pero guardo un grato recuerdo de ella y su familia de avanzada.-

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