Así fue como perdí mi virginidad a los 24 años

Valorar

Perdí mi virginidad a los 24 años. Desde entonces no he querido parar de sentir esa sensación tan rica entre mis piernas.

Mi primera vez fue con un amigo. Apenas teníamos hablando un mes cuando lo hicimos. Cuando nos escribíamos hablamos de sexo, pero casi nada ya que yo no había tenido ningún tipo de experiencia sexual, y pensaba que la gente exageraba cunado hacen cualquier cosa por sexo.

Las cosas que él decía me daban curiosidad, el hablaba sobre cómo se sentía, de sus experiencias y poco a poco empezamos hablar de lo que él había hecho a lo que él me haría, y paso de querer que mi primera vez fuera de en cuento a solo querer hacerlo. Me invito a su casa y yo acepte.

Cuando llegué sabía perfectamente lo que pasaría, pero en el momento me puse super nerviosa y no sabia que hacer. Estaba sentada en el sofá y el se paro delante de mí y pude notar su miembro erecto. Se bajo los pantalones y dejo al descubierto su miembro completamente erecto, era la primera vez que tenía algo así delante de mí. Yo nunca había besado, ni he tenido novio, ninguna cita estaba completamente nerviosa y no sabía que hacer.

Él se quedó parado esperando que yo hiciera algo, pero no sabía que hacer, y él lo sabía así que el metió su pene en mi boca. Era la primera vez que yo estaba en una situación así. estaba nerviosa, pero podía sentir como mi entrepierna se mojaba mientras él se movía hacia adelante y hacia tras. Y lo saque de mi boca porque sentía que me ahogaba lo tome con mi mano y empecé a moverla el se quejaba un poco así que yo ya no podía con mi excitación y lo volví a meter en mi boca para darle placer pero solo la punta y mientras pasaba mi lengua por la punta de su pene lo tome y empecé a mover mi mano escuche como su respiración se empezó a acelerar y me dijo que se iba a venir así que se vino en mi boca.

Y pude sentir una leche caliente y rica que no pensé dos veces en tragarme la. Pero paramos ahí porque yo, aunque estaba muy excitada no me atrevía a más. Seguimos hablando por mensaje durante días, pero cada vez con más libertad hasta que el me invito a salir.

Pensé que iríamos a comer, pero el tenía otros planes y me llevo a su casa, me decía que se moría por escucharme gemir, empezó a besarme apasionada mente y solo con eso me excite tanto que sin importar los nervios deje que me quitara la ropa y me tirara en el sofá abrió mis piernas y empezó a pasar su lengua por mi clítoris y yo solo me quede quieta pero no podía evitar gemir.

-Aaahhh

El. -Me encanta como gimes.

De momento empecé a sentir dolor me asusté, pero me dijo que no me preocupara.

– ¿Qué haces?

El. – Metí mis dedos, no puede aguantarme, ¿te gusto?

-Me duele.

El. -No te preocupes relájate y disfruta.

-aaahh. Mmm que rico. Métemelo quiero ser tuya.

-Aaaww duele

El. -Tranquila te va a gustar y me pedirás que no pare

Antes de que lo volviera a meter pude ver su pene lleno de sangre, pero eso no me detuvo yo quería más a si que deje que me penetrara y aunque al principio me dolió luego empecé a sentir tanto placer que me puse encima de el para mover delante hacia a tras rápido mientras lo miraba y veía que a él también le gustaba. Luego me puso en cuatro empezó a moverse cada vez más rápido era tan excitante cuando me pegaba que no pude aguantar mas y me vine. sentí cosquillas, corriente por todo el cuerpo y cansancio.

Deja una respuesta 0

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *