Así fue la segunda vez que folle con mi hijito

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Después de la cogida que le di a mi hijo, el chamaquito cambió para bien, me refiero a que ya acomodaba su cuarto, echaba su ropa a la lavadora y se levantaba a tiempo para ir a la escuela, y eso que aquella vez ya tenía una semana. Obviamente nuestros roces eran algo distantes, y se le veía que el aún estaba desconcertado, tal vez pensaba que había sido un sueño, porque me veía raro, no con morbosidad como antes, más bien con pena, para mi edad yo ya no tenía pena de lo que había hecho, me gustó y no estaba arrepentida.

Entonces pensé, como mi hijo no quiere hablar de ello, creo que es mi responsabilidad como madre hacerle ver como están las cosas, así que el viernes de aquella decidí hacerlo, esperé hasta la noche claro, fui a su habitación, para esto yo estaba completamente desnuda sólo cubriéndome con mi bata de dormir, entré a su habitación, parecía estar dormido pero la luz del pasillo lo despertó un poco, me vio con tal asombro que lejos estaba de querer dormir, le pregunté si podíamos hablar un momento y accedió.

Nos sentamos sobre su cama y le pregunté que si estaba bien, ya que lo notaba distante conmigo desde aquella noche, el me respondió que se sentía raro porque fue algo que el deseaba pero que no esperaba que yo tomara la iniciativa, reí un poco cuando dijo eso, yo le comenté que por qué no me había dicho antes, a lo que me respondió que se ponía nervioso, ya que le excitaba más el estar cerca de mi.

Al momento de decir eso, pude notar una tremenda erección en su bóxer, la cual hacia que mis pezones saltaran y sobresalieran de mi bata, a lo que el no pudo ocultar su mirada de asombro, le pregunté que si le gustaba como se marcaban mis pezones y el afirmó con la cabeza sin decir nada, le dije que se notaba ya que su verga estaba erecta y el se apeno y trató de cubrirla con sus manos, así que tomé sus manos y las puse bruscamente sobre mis tetas diciéndole que lo único que cubrirá serán las mamilas de su madre, aproveché que estaba sosteniendo mis tetas para sacarle la verga del bóxer y empezar a masturbarlo.

Mientras hacía eso le ordenaba que masajeara las tetas de la puta de su madre, le decía varias cosas como que era un cabron con un buen trozo viola vaginas que sólo servía como mi herramienta de placer, y el sólo decía que yo era su mami hermosa, empecé a mamar su pitote, el cabron dejó mis tetas para tomar mi cabeza y empujarla más porque estaba por venirse, así que dejó salir un río de leche en mi boca.

Yo aún no estaba satisfecha, así que con el pretexto de terminar cogiendo, lo tomé de su verga y le dije que nos bañáramos porque todo estaba bañado en su semen, nos metimos a la regadera y empecé a acariciar su pito mientras nos besábamos, logrando poner dura esa cosa, le ordene que me cogiera y que cuidadito de el si se venía rápido, y el cabroncito me tomó de las piernas, me levantó y me puso contra la pared mientras me enterraba la verga, era una bombeada tras otra mientras nuestras lenguas jugaban, cuando se cansó de sostenerme se tiró y empecé a darle sentones mientras veía su cara de aguantarse la venida, repetimos esas posiciones así que le dije que para terminar me la metiera por el culo.

Casi me rompe el chamaquito el ano, me empujaba muy duro así que sabía que terminaría en mi culo, y así fue, lleno de esperma mi ano, entonces lo tomé, lo puse de rodillas y le dije que se tragara y limpiara la leche que escurría de mi ano, que rico beso negro podía sentir, cuando terminó, lo puse de pie y yo de rodillas le ordene que metiera su verga en mi boca y empezará a orinar, para limpiar el semen que dejó por mamársela, yo ya estaba descontrolada y con placer bebí toda la orina de mi hijo.

Salimos de la ducha y antes de regresarlo a su habitación, le dije que íbamos a seguir teniendo sexo cuando no estuvieran sus hermanos o estuvieran dormidos, y que me gustaría que me agarrara el culo o las tetas y me dedeara de vez en cuando, que no tuviera miedo o pena, me dijo que si, nos besamos y cada quien para su cuarto.

Después de esa noche, las cosas cambiaron con mi hijo, cuando estaba en la cocina se tomaba su tiempo para pasarme les dedos debajo de mi falda y embarrar su pito entre mis nalgas, además de tener sexo cada viernes, las cosas iban bien, aunque algo más quería en mi vida y tenía una hija más…