Mi asiento era el 5D y a mi lado había una señora napolitana, que por si no las conocen son las más escandalosas del mundo

Valorar

Hace unos meses tuve que coger un tren de larga distancia desde Roma hasta Venecia, el viaje duraba 3 horas, el tren se llamaba theredline. 

El caso es que me tocó uno de estos asientos de 4 personas con una mesa en medio. Pronto estaba sentado, al momento apareció una familia, el padre madre y dos niñas, una chica una mayor que otra.

– 6D, 5A, 5B Y 5C – dijo la madre.

Mi asiento era el 5D y a mi lado había una señora napolitana, que por si no las conocen son las más escandalosas del mundo.

Empezaron a discutir la madre con la señora levantando la voz, ellos no hablaban italiano y la señora no hablaba español. Me levanté y medie. La familia tenían asientos en el coche 9 y ese era el coche 6 por lo que uno de los miembros si tenía asiento en ese vagón el 6D el resto no; Me ofrecí para cambiar mi asiento pero tras deliberar la familia y darme las gracias dejaron a su hija la mayor allí sola y ellos se fueron a su vagón pidiendo disculpas a la señora y a mí por el alboroto.

Todos en sus asientos y comenzamos el viaje, estos viajes suelen ser aburridos y pesados así que lo que mejor hice fue dormirme. Estaba profundamente dormido cuando noto algo que me toca la pierna, abrí los ojos y miré, era el pie de la chica que estaba desnudo acariciando mi pierna, la miré y ella sonrió, desplacé la pierna para evitar que ella siguiera pero la señora napolitana estaba con las piernas abiertas y no me dejaba mucho margen para mover las piernas. La chica siguió acariciando mi pierna con su pie cada vez más arriba, yo intentaba escaparme pero era imposible solamente le ponía miradas y miraba alrededor nuestra, la señora napolitana estaba dormida y un señor que estaba a su lado estaba leyendo el periódico, el resto del pasaje estaba mirando la película que ponían.

Su pie llegó a mi paquete y comenzó a pisarlo suavemente comprobando que mi polla se había despertado y quería guerra. Se bajó el top que llevaba mostrandome su pecho derecho con su pezón rosado, el periódico del señor la tapaba del resto de pasajeros luego comenzó a mover el pie y por ende mi polla de arriba a abajo por encima de los vaqueros, yo no pude aguantar más y me levanté despertando a la mujer napolitana y la chica se recompuso poniéndose recta en su asiento y mirándome con una sonrisa. Me fui al vagón 5 que era el vagón restaurante. Allí me tomé varias cervezas para que se me bajar el calentón que llevaba.

A la media hora estábamos llegando a Florencia y hacíamos parada por lo que tenía que estar en mi asiento para que pasara el revisor. Cuando llegué a mi asiento ni la chica, ni la señora estaban supongo que se había bajado en Florencia así iría el viaje más cómodo. Cuando el tren se volvió a poner en marcha el asiento que estaba junto a mi se ocupó supongo por otro pasajero cuando me dí la vuelta para quitar mis cosas me encontré a la chica con su billete en su mano, ella se había ido al vagón de sus padres a por el billete, me esperaba un viaje largo aún quedaba una hora y media de viaje.

la chica sacó una manta de viaje del tren y se la puso encima y luego se durmió, pensé que estaba a salvo y también me dormí, cuando volví a notar un roce en mi cuerpo, exactamente en mi pierna abrí los ojos y la chica me había echado su manta de viaje por encima y se había puesto ella otra ahora estaba con sus manos hurgando en mi paquete, me había bajado la cremallera y tenía mi polla en su mano acariciándola de arriba a abajo, no podía zafarse y el señor de enfrente estaba dormido plácidamente, ella siguió acariciando mi polla haciéndome una fantástica paja, yo le decía que parara pero ella no lo hacía es más tomó una de mis manos y se la llevó a su entrepierna y la chica levantó su rodilla enseñándome que no llevaba bragas y fue allí donde posó mi mano tapándola con la manta.Yo empecé a acariciar su coñito y ella acariciaba mi polla cuando apareció el revisor en el vagón, no me moví de la postura ella sin embargo seguí masajeando mi polla con su mano. Cuando el revisor llegó a nuestro lado ella tenía su billete sobre la mesa mientras que el mío estaba en mi chaqueta que estaba colgada a mi lado sin levantarme tomé el billete ella seguía agarrada a mi polla no la soltaba, el revisor chequeó nuestros billetes y el del señor que se despertó.

La chica y yo estuvimos quietos hasta que el señor se volvió a dormir luego ella se apoyó sobre mis piernas haciéndose la dormida y comenzó a mamarme la polla delante del señor y en medio del tren. la chica mamaba bien la polla se la metía en la boca entera y luego la lamía de rechupete, era un de las mejores mamadas que me han hecho en la vida.

Tras un rato comiéndome la polla la chica se levantó y me besó dándome un pico me dijo “ quiero que me folles” yo asentí con la cabeza y guardé mi polla cerrando mi pantalón, ella se colocó bien la falda y nos levantamos sin despertar al señor de enfrente. Caminamos por el tren en busca de un lugar retirado, los baños eran muy chicos, seguimos pasando de vagón en vagón había vacíos pero muy luminosos sabía a dónde quería llegar y era a primera clase vagones del 1 al 4 , en muchos viajes he ido allí y se que son cubículos independientes y que habiendo pasado Florencia no habría parada hasta la estación de santa sofía en Venecia, esperaba tener suerte y que hubiera un cubículo vacío además ya había pasado el revisor así que no habría interrupciones de ningún tipo.

Tras recorrer todo el tren llegamos al vagón 4 y en el primero había varios señores dormidos pero en el siguiente estaba vacío. Nos metimos y la abracé y la besé.

Nos besamos como dos enamorados que llevan semanas sin verse me senté en un sillón y ella se sentó encima mío, la quité su top para ver más de cerca sus pechos, luego los lamía y mordí con mi boca, su pechos eran planos pero sus pezones eran rosados eso fue algo que me excitó mucho desde que lo ví al principio, luego le quité las bragas pero le dejé su falda para disimular si venía alguien, ella por su parte se sacó la camisa y abrió nuevamente mi cremallera sacando mi polla se su cautiverio, una vez fuera mi polla ella como una gallina se puso encima de mis huevos con mi polla dentro de su coño. Su coñito estaba húmedo algo que facilitó la entrada de mi polla pero sin embargo su coñito era muy estrello, no es que mi polla fuera enorme pero al cobijar su almeja a mi polla le costaba entrar, tras un rato de excitación entró la polla dentro de su coño.la chica comenzó a cabalgar cual amazona sobre mi polla, dando pequeños gritos, yo rápidamente le tapé la boca con mi boca, cuando se calló miramos y el grupo de señores de nuestra espalda seguían dormidos, continuamos follando como dos sátiros, ella tuvo el primer orgasmo humedeciendo toda mi polla y mis huevos y el asiento, luego la hice levantarse para darle por el culo. Ella se apoyó en la mesa que había entre los asientos y luego se dejó caer sobre mi polla poco a poco la fui bajando hasta que estuvo dentro mi polla, si con el coño estaba la cosa dura con el ano fue igual o mas peor pero finalmente su culo se abrió y mi polla entró hasta el fondo de su ano. Me la estuve follando por el culo durante un rato, tiempo que tuve que cerrarle la boca con mi mano para que no gritara y despertara a los señores de atrás. Finalmente acabé corriéndome en su culo llenándolo todo de semen mio, ella aún desnuda se sentó a mi lado y nos besamos lujuriosamente dándonos las gracias por ese momento. Sonó la megafonía del tren en 20 minutos estaríamos en Venecia se lo traduje y le dije que se fuera al asiento que yo iba en un rato, ella me dio un beso en la boca, el último y se marchó corriendo por el tren con su trasero supurando aún semen. Al rato me levanté me recompuse y fui a mi asiento. Ella se había marchado, supongo que con su padres cuando bajé del tren la vi irse agarrada a la mano de su madre, esa fue la última que la vi. Cuando me puse la chaqueta en el bolsillo encontré un pañuelo, o eso creía, eran su bragas con un dibujo de hello Kitty talla Xs esa no era la talla de una niña de de 18 años era de… bueno que mas dá lo importante es que viví un polvazo en un tren y eso nunca más me ha vuelto a ocurrir hasta hoy.

Deja una respuesta 0

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *