Camila después de mucho tiempo le confeso a su amiga que es hombre y mujer al mismo tiempo. Lo que las llevo hacer algo inesperado

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Este es un relato totalmente ficticio basado en una extraña forma de intersexualidad, con apenas 300 ó 400 casos conocidos en el mundo, y que puede presentar una gran gama de manifestaciones corporales en quienes la sufren: un pequeño pene sobre un clítoris, la coexistencia de ambos, uno al lado del otro, testículos, genitales externos femeninos, pechos, curvas de mujer, etc… Todo en un solo individuo… Esta ambigüedad sexual en cualquiera de sus formas suele ir acompañado de desequilibrios psicológicos y graves problemas emocionales… Son personas a las que podría decirse que su condición es ser de “sexo ambiguo”.

Camila Parker salió de la ducha y miró su imagen de cuerpo entero que se reflejaba en el espejo que había en la parte posterior de la puerta del baño… La mayoría de las mujeres envidiarían poseer los atributos femeninos que Camila tenía… Pechos grandes y duros, estómago plano, piernas largas y delgadas, culo apretado, un rostro encantador con pelo castaño agradecido… Y, por supuesto, unos grandes labios vaginales a la entrada de su suculenta vagina.

Sin embargo, después de veinticuatro años, muchas veces Camila rompía a llorar cuando se miraba al espejo, porque había algo extra que jamás hubiese deseado tener… Justo encima de su vagina, donde la mayoría de las mujeres tenían un clítoris más o menos grande, ella tenía un pene completamente desarrollado.

Desafortunadamente para Camila, ella era una de la minoría de personas que nació con un conjunto de órganos sexuales masculinos y femeninos, y aunque nadie, aparte de sus padres y doctores, la habían visto alguna vez, desnuda, Camila estaba frustrada y tenía sus razones para ello.

Su cuerpo apestaba sensualidad, y aunque los hombres la llamaban constantemente para salir con ella, ésta procuraba evitar al máximo las citas por miedo a fracasar cualquier posible relación, incluso antes de que comenzara si conocieran este hecho.

La idea de no poder tener nunca una relación íntima con otra persona la entristecía y la hizo sentirse muy sola… Y aunque sus padres eran muy comprensivos, eran de poca ayuda, y sus conversaciones telefónicas con ellos parecían ser aún más difíciles de llevar.

Ella necesitaba desesperadamente a alguien con quien hablar, un amigo o amiga con la que pudiera confiar, pero, por desgracia, no había nadie… Bueno, había una chica nueva en la oficina que había comenzado a trabajar hacía un mes, y aunque al principio Camila fue un poco reticente a establecer amistad con ella, Anna, que así se llamaba su compañera, finalmente rompió las defensas de Camila y consiguió que se reunieran a tomar unas copas después del trabajo.

Camila se sorprendió agradablemente al descubrir que realmente disfrutaba de estar con Anna, y pronto las dos fueron inseparables… Iban al cine, de compras, cenaban juntas y hacían innumerables cosas que las amigas hacen entre ellas.

A medida que se conocían cada vez más, Camila se preguntó si tal vez, sólo tal vez, Anna sería la única persona con la que podría hablar sobre su «problema»… Y lo que la llevó a la conclusión fue cuando Anna, estando en su casa, le preguntó por qué una chica tan guapa como ella no buscaba tener una relación con un hombre.

Camila estaba tratando de explicárselo cuando de repente se echó a llorar y le dijo entre sollozos:

– «¡Es porque soy un bicho raro… Nadie me querrá nunca… Incluso mis padres creo, realmente, que tampoco me quieren!»

Anna estaba un poco aturdida al escuchar algo así de lo que parecía ser una mujer normal y entonces le preguntó:

– «¿De qué demonios estás hablando, Camila?… No te entiendo»

Fue en este momento cuando Camila decidió que era ahora o nunca… Así que se puso de pie, se desabrochó los vaqueros, se los bajó y luego lentamente se bajó las bragas.

La mandíbula inferior de Anna se abrió tanto que casi golpea el suelo cuando vio el pene y las pelotas colgando de la entrepierna de Camila.

– «Dios mío, Camila», tartamudeó… «¡Eres un hombre, no?!»

– «¿Crees que lo soy, Anna?», preguntó Camila, mientras levantaba sus genitales masculinos para exponer su coño a su aturdido amiga.

– «¿Qué está pasando aquí?», murmuró Anna… «Parece que tienes los dos genitales».

– «Sí… Tengo los dos sexos», respondió Camila en voz baja antes de que el torrente de lágrimas brotara de sus ojos.

A pesar de que Anna no estaba segura de lo que estaba viendo, tenía fuertes sentimientos de cariño por su amiga y la abrazó.

Camila respondió enterrando su rostro en el hombro de Anna y sollozando incontrolablemente, segura de que su amiga nunca lo entendería y la abandonaría.

Después de varios minutos más de emotividad, finalmente Anna consiguió que Camila se calmara y le contara toda la historia.

Anna escuchó atentamente mientras Camila le contaba los años de vergüenza y miedo a que alguien descubriera su secreto, y cuando ella terminó dejó escapar un profundo suspiro y le dijo:

– «Ahora me siento bien… Por fin me he quitado de encima este secreto… No puedes imaginarte cuánto tiempo he pensado en que llegaría este momento».

Anna extendió la mano y le dio unas palmaditas a su amiga en el brazo y le respondió:

– «¿Te puedo hacer una pregunta?»

Camila asintió con la cabeza afirmativamente y Anna le preguntó:

– «Cuando te calientas… Sabes lo que quiero decir, no?… ¿Se te pone dura y estás húmeda al mismo tiempo?»

– «Sí», respondió Camila… «¡Parece un hecho ilógico, pero puedo sentir mi polla y mi coño deseando estar satisfecho»… «Mi coño crepita por todas partes, mientras que mi polla se pone dura como una piedra».

– «¿Puedes eyacular,» le preguntó Anna… «Quiero decir, ¿puedes disparar semen?».

– «Oh, claro… Eso no es problema, en absoluto», continuó Camila… «Puedo actuar como un hombre o una mujer… Y en ambos casos me siento maravillosamente satisfecha»

– «Me gustaría volver a verlo todo con más detalle… ¿Me lo enseñas?… Es que, con todo tan rápido, no tuve antes la oportunidad de mirarte bien?», le dijo una Anna ahora muy curiosa.

Camila se sentó en el sofá y separó sus piernas, para que Anna pudiera inspeccionar su entrepierna con sus dos sexos.

– «Guau», opinó una fascinada Anna… «¡Ambos parecen completamente naturales!»

– «Si… La única diferencia es que mi polla mide sólo 11 cm cuando está tiesa, a diferencia de otras pollas que son más largas y gordas», le confesó Camila… «¡Pero mi coño es exactamente como el tuyo!».

– «¿Puedo tocarte?», le dijo casi suplicándole, Anna… «Es realmente excitante todo esto que estoy viendo… Me siento muy caliente»

Excepto por los doctores y su madre, ningún otro ser humano había tocado la entrepierna de Camila, y sintió una descarga eléctrica en el cuerpo al pensar que alguien la iba a tocar de forma sexual, por lo que contestó excitada:

– “Claro, adelante… Me gustaría que lo hicieses”, le dijo Camila.

Antes de que la mano de Anna pudiera siquiera hacer contacto, la polla de Camila comenzó a ponerse notablemente tiesa.

– «Dios mío, Anna», gimió Camila… «¡Nunca antes nadie me habían tocado así… Siento un placer increíble!»

Antes de que Camila pudiera pronunciar otra palabra, Anna se inclinó y metió la pequeña polla en su boca y chupó con fuerza, causando un efecto en Camila que casi se desmaya de la emoción

– «¡Dios mío!», volvió a gemir Camila… «Lo haces muy bien… Méteme también un dedo en mi coño, Anna, que está deseando ser tocado!»

Anna ya no necesitó más… Rápidamente enterró dos dedos en el coño chorreante de su amiga de doble sexo… En menos de un minuto, Camila estaba vaciando su carga de semen en la boca caliente de su amiga chupapollas, que tragaba cada gota como si fuera el última leche que tragaría en su vida, mientras chorreaba flujo por su coño.

Luego, Anna se puso de pie y sin decir una palabra se quitó toda su ropa, revelando un cuerpo completamente exuberante y femenino.

La polla de Camila comenzó de nuevo a endurecerse al ver a esta criatura erótica frente a ella, y no ofreció ninguna resistencia cuando Anna la ayudó a quitarse la blusa y el sujetador, quedando ambas mujeres totalmente desnudas.

– «Quiero que me folles con tu polla», le pidió Anna… «¡Estoy caliente como una gallina!»

– «¿Te la meto en el coño o en el culo?», preguntó Camila

– «Dónde más te apetezca», respondió Anna.

– «Pues, te voy a dar por el culo», dijo Camila

Al escuchar esto, Anna se recostó rápidamente con las piernas separadas y con sus manos separó las nalgas como una señal de invitación abierta a su amante hermafrodita.

Camila se colocó sobre Anna de forma que su polla encontrara el orificio anal pero su coño estuviese pegado al coño de Anna… De esta forma las penetraciones anales se complementaban con las refriegas de sus coños, lo que provocaron gritos de excitación y lujuria por parte de ambas.

Esta fue la primera vez que Camila se había follado a otra mujer… Y a esta copula le siguieron otras muchas más y de muy diversas formas… A Camila le resultó maravilloso lo resbaladizo que encontró siempre el interior del coño de Anna al sentir ésta su polla dentro… Ambas mujeres estaban siempre en un estado de celo sexual y sus genitales disfrutaban de la situación… Con sus grandes coños prácticamente pegados y refregados, Anna encontró muchísimo placer al verse incrementada con las embestidas que Camila le daba con su pequeña polla tanto en el culo como en el coño… Y disfrutaba cuando Camila se corría en su boca o no podía contenerse más y le lanzaba una carga tras otra de semen dentro del coño o culo, lo que le provocaba intensos orgasmos en su peludo coño, que no quería Camila que se lo afeitase, dejándola totalmente agotada pero muy feliz.

Un día, mientras disfrutaban del sexo, Anna le dijo:

– «¡Soy toda tuya y quiero que guardes tu verga para mí sola!»

Camila se inclinó, le dio a su amiga un beso profundo y le respondió:

– «Esta verga que tienes metida, sólo es y será siempre para ti.

F I N

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