Cómo gane con una vecina madura y una hija adolescente cachonda

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Vecina e hija

Como me beneficie a una vecina madura y a su adolescente hija.

En aquella época vivía en unos apartamentos que estaban alquilados.

Yo vivían en una 4ª planta de un edificio en el que las entradas de los apartamentos daban para un patio, con un pasillo al que daban todas las entradas, por lo que se convertía dicho pasillo en una zona habitual, donde la gente salía a fumar, hablar por el móvil o simplemente observar el patio y a la gente. Había niños jugando y madres hablando entre ellas.

Yo era conocido por hacer diversos arreglos, con lo que me arreglaba el mes, u obtenía otros beneficios, soy joven, de buena figura, reservado y estoy bien dotado. Mi polla mide 24 cm y aguanto bastante, por lo que algunas señoras, ya me “pedían” que les arreglara lo suyo cuando pudiera.

La hija.
Una vecina que me pidió que le “arreglara” su “avería” era la de al lado de mi piso y esta tenía una hija de unos 16 años, que estaba buenísima y era más puta que las gallinas.

No sé si su hija había, follado o no, pero dudara que sus agujeros fueran vírgenes, ya que fijo la veía meter tíos mayores en su casa, cuando su madre no estaba.

Todo empezó un día, que la chica se me acerca y me dice que se le ha roto el portátil y que quiere que se lo repare. Yo queriendo estirar la cuerda para ver hasta donde llegaba, le dije que cobraba tal cantidad, a lo que la chica me dijo que eso era demasiado.

La miré, no había nadie en el pasillo en ese momento, por lo que le insinué, que igual ella podía pagarme de otra manera. Dio un pequeño suspiro y diciendo algo como todos los hombres son iguales, me dijo que si, y se fue hasta la puerta de su casa invitándome a entrar.

Cuando entre, me llevo a su habitación, me enseño la computadora y comprobé que era un archivo mal instalado, no requeriría mucho trabajo, pero claro ella no tenía que saberlo. Primero arranqué en modo seguro y le mostré que arrancaba la máquina, pero me puse, a murmurar y hablar, de que complicado era esto.

Ella se me acerco por atrás y se apoyó en mi espalda y sus manos jugaron con mi pecho y fueron bajando hasta mi miembro. Le indique que necesitaría alguna motivación para reparar el equipo. Dije esto haciendo para atrás la silla, he indicándole que se pusiera debando de la mesa, entre mis piernas.

Ella dudo un poco, pero tenía clara las ideas. Se puso de rodillas y empezó a juguetear con mi miembro, mientras yo aprovechaba para explorar su equipo y ver si había algo interesante. La muchacha jugaba con sus manos dejándome el miembro a tope, en pocos minutos. Ella notando mi empalme y calentón, tiro de mi hacia adelante, indicándome que me quería quitar los pantalones, levante un poco el trasero y mis shorts y calzoncillos se escurrieron sin dificultad hasta mis tobillos, ella con mi pene a su disposición, empezó a agarrármelo con sus manos, que no abarcaban todo el tronco, por lo que con las dos, desde el tronco, hacia la punta, empezó a moverlas, desde abajo hacia arriba, le daba besos, en la punta, y poco a poco, y no dejando de jugar con las manos, fue metiendo el prepucio en la boca, no le cabía mucho más, en su boquita. Con su lengua, fue dándole vueltas a mi prepucio, como si fuera a desenroscármelo, mientras apretaba desde la base del tronco, hasta la cima de mi mástil.

La cabrona, sabía lo que hacía y tenía practica en mamarla, se le notaba la experiencia, ya que, en apenas, unos minutos, me tenía apunto de correrme. Yo seguía explorando, como podía, mientras esta púber, me exprimía la polla. Mis líquidospreseminales, ya se los había tragado, y después de encontrar algunas fotos, provocadoras, que subí a una cuenta anónima, decidí correrme, para no alargar más el tema. Me había costado, pero logré mantenerme, hasta que tenía todo echo.

Cuando lo tenía terminado, y el equipo arreglado, me deje caer en la silla, le agarre la cabeza, por su melena y sujetándole la cabeza, para que no escupiera, dispare, varios chorros de semen en su boquita, que se tragó, creo que, por gusto, porque no dejo de presionar mi troco, y chupar, para no dejar una gota dentro de mis huevos además de lamerme bien la punta, para que no se quedara nada dentro.

Me subi los pantalones, ella se levantó y se sentó sobre mis piernas, probando el equipo y diciendo que estaba contenta porque le funcionaba.

Mientras ella probaba el equipo yo estaba sobándole sus pechos, adolescentes, que ya despuntaban que sería un pedazo de mujer.

En esas estaba cuando oímos la puerta. Ella siguió igual y al poco oímos a su madre, diciendo su nombre e indicando que había llegado.

Yo que estaba empalmado de nuevo, y la chiquilla lo debía notar, le dije, que si no me iba, a lo que me indico que mejor esperar un momento, para que mi madre no se lo tomara a mal.

A los minutos, me dice que ya me puedo ir.

Me levanto, ella sigue a lo suyo, chateando y mirando cuentas de redes sociales. Yo me dirijo a la puerta de la salida y salgo del piso. No sé dónde estaba la madre, pero me gusta mi nueva vecinita.

Cuando llegue a mi casa, descargue las fotos subidas y empecé a clasificarlas. Puede ver fotos de la hija y también de la madre. Me da que a las dos les gustaba también el pescado, no solo la carne, por las fotos que veía. Había de todo, tríos, parejas, sado.

Quien más recibía era la madre, que en todas las fotos que veía, era la que estaba recibiendo el tratamiento de masoquismo.

Por lo que decidí que me quería tirar a la madre, que estaba muy buena, por lo menos de cuerpo, ya que la cara apenas se la veía. Tenía el pelo negro, la piel blanca, un cuerpo por lo que podía apreciar, delgado y poco pecho, pero un buen culo y caderas marcadas.

Por las horas de las fotos, deduje, que su actividad, era por la noche y empecé a estar fuera el tiempo suficiente, para observar, que algunos días, entraba algún hombre o mujer, a sus sesiones, u otros no había nadie, por lo que deduje que se bastaban ellas solas.

La madre
En una de estas su hija se me acerco, y poniéndose a mi lado, yo estaba mirando o hacia que miraba hacia afuera, al rato de estar pegada a mí, me dice que pienso de su madre.

Le digo que no la conozco y que no sabría decirle.

– No, como mujer- me repite

– Pues veras, tiene buen cuerpo, pero no sabría decirte mucho más, no la conozco, cono te conozco a ti- le indico

Ella sonríe y me dice:

– ¿La quieres conocer como a mí? –

– ¡Claro ¡- exclamo.

Ven a casa y me coge de la mano y me lleva hasta la puerta de su casa.

Cuando entro me lleva a una habitación que no es la suya, y me encuentro a su madre, creo que es su madre por la figura, atada y amordazada y con los ojos tapados.

La hija me hace un gesto de silencio con el índice en los labios. Se desnuda y me señala a su madre.

Está atada con las manos a la espalda, la boca amordazada y una macara que le tapa la cara y no la deja ver.

Su hija la arrastras hacia los pies de la cama, poniéndola con los pies en el suelo y el culo y conejo que están abiertos, en una especio de traje de latex o similar, es lo único que se le ve. Solo puedo ver esos dos agujeros.

Puedo ver su sexo brillante, la hija me hace señales de desvestirse y yo la imito. Estamos los dos en pelotas, con su madre delante mía.

La chiquilla me coge la polla y me la acerca a los labios vaginales de su madre, sin llegar a meterla, solo la roza. Oigo un gemido de su madre, noto el ansía, ya que mueve el trasero, para meterse mi polla. Su hija, de repente, le da una palmada fuerte en el culo. Oigo otro gemido, pero sigue siendo de placer.

La hija me indica que repitiera lo mismo, acerqué la punta de mi miembro a sus labios y los restregué por ellos, sin llegar a meter nada, solo rozarlo, la madre actuó igual. A lo que, alentado por la hija, reaccioné igual, pero con midiendo mis fuerzas, le di un cachete en una nalga y otro en otra. Con cada cachete, la madre gemía. Su hija, se puso debajo de nuestros miembros, lamiendo los jugos que fluían de la madre y lamiendo el miembro y las pelotas. La muchacha cogió mi miembro y empezó a meterlo poco a poco en el conejo de su madre. Yo que quería disfrutar del momento, iba despacio, y le iba dando cachetes según metía cm, a cm. Los gemidos y contracciones, de la madre eran geniales. Entre las lamidas, de la hija y las contracciones y gemidos de la madre, me estaba costando no correrme. Esa mujer sabía cómo usar su coño, estaba al rojo vivo y palpitaba mientras me exprimía el tronco de mi virilidad.

Agarrándola delas caderas, le metía, de un golpe, toda la polla, haciendo que gimiera más que nunca, de dolor y placer, mientras le di varios azotes, en su trasera, con mis manos, empecé un loco mete saca, ya que sabía que me iba a correr, pero cuando estaba a punto, decidí, aguantar y parar, a lo que empezó a gemir, entre lloro y ansiedad y volví a arremeter con nalgadas, mientras tenía mi polla dentro, y volvieron los gemidos, la hija que no había parado de lamer, ambos sexos, saco con sus pequeñas manos, la polla de la gruta húmeda de su madre y metiéndosela en la boca, se tragó la lefa, que no quería dejar salir, pero que la muy experta, supo hacerme correr, con su lengua. Su madre gemía y lloraba, se veía que la habían privado de un placer que ansiaba.

Con semejante, platos delante de mi, no tarde en tremparme de nuevo, y esta vez, se la meti, de golpe de nuevo. Nuevamente le di algunas palmadas en sus cachetes y le empeze a dar follada a ese cuerpo que pedia guerra, con los gemidos y el chorreo de flujo que le salía. El chapoteo era increíble. La hija, volvió a lamer, pero esta vez, solo la almeja de su madre, con mi tronco dentro. Era delicioso, sentir, la lengua de esa niña, mientras se la estaba metiendo a su madre. Despues de unos buenos 15 mintuos, dándole polla, a la mujer, y notar varios orgamos por su parte, decidi correrme dentro de ella, y asi, lo hice, mi leche, salía a borbotes, en su interior, mientras su hija, siguía lamiendo lo que salio de allí, entre los fluidos de ella y los mios, al final, saque la polla, bastante mas flácida, del cochete de la madre, la hija, me labio y limpio la polla, mientras ponía la pala en la ranura de su madre. Despues de limpiarme, se pne a 4 patas, y empieza a lamer, la almeja de su madre metiendo lengua y sorbiendo.

Yo aprovecho las circustancias, y meto un dedo en la raja de la hija, jugando con su clitorios, desde atrás, presionando ligeramente, como si fuera un joystick, con mi medio. Ella empezó a gemir, por lo que en un momento las dos mujeres estaban gimiendo, yo al rato me recupere algo y decidi meter mi polla en el conejito de la joven, por lo que decidi tratarla igual que a la madre.

Metí unos cm, y le di nalgadas en su culete, y así, fui poco a poco, no se la pude meter entera, por lo que empecé a moverme entrando y saliendo, mientras le daba embestidas.

Estuve así un rato, ya que me costaba ahora correrme más y cuando vi que la niña caía rendida, decidía correrme para dejarlas descansar.

Desde ese día, me llevo muy bien, con mis vecinas, pero esa es otra historia

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