Cómo me converti en la amante de papá

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hola a todos y todas soy Sandra, tengo 44 años y vivo en un Uruguay pero de ascendencia española.

Hoy les contaré cómo acabé siendo la amante de mi papá.

Vivíamos en un apartamento mi papá, mi mamá y yo, soy hija única y siempre lo agradeceré.

Mis papás me educaron como dicen allá a la vieja usanza, las mujeres a las labores y para atender a los hombres y los hombres a trabajar y mantener la casa, y sinceramente creo que aún mantengo ese pensamiento.

Recuerdo que mi mamá llevaba unos días enferma, pues no sé podía levantar de la cama porque le daban vértigos, pues asumí yo el rol de mi mamá en las labores del hogar. Pues como buena mujer educada, me levantaba a las 6, preparaba el desayuno a mi papá para que se fuera al trabajo, luego mi desayuno y el de mi mamá. Después de desayunar me iba al colegio hasta las 2 lo cual me tenía que ir corriendo a casa a preparar la comida y preparar la casa para que mi papá encontrara la casa limpia y la comida caliente.

Mi papá llegaba a las 4 y siempre en encontraba la casa limpia y la comida lista, nunca fallé siempre me las arreglaba para tener todo listo.

Así estuve varios días pero un día todo cambió, como de costumbre me despertaba y preparaba el desayuno a mi papá y luego el de mi mamá y el mío pero esa vez fue todo distinto pues mi mamá quiso que desayunar con ella en la cama que quería hablar conmigo, y así hice, preparé el desayuno de las dos y se lo llevé a la habitación:

+ Mami, el desayuno – le dije entrando por la puerta

* Que buena hija eres ocupándote de todo – me dijo con una sonrisa en la cara

+ Así me educaron mami, me siento bien haciendo las cosas – dije sentándome al lado de ella dejando el desayuno entre las dos – Bueno mami, que querías hablar que debo recoger e ir al colegio – le dije sirviendo el café

* Hija es una cosa seria – me fijo algo apenada

+ Jo mami me tienes preocupada dímelo ya – le dije tomando su mano

Me miró a los ojos con sus ojos vidriosos:

* Verás yo… no puedo atender a tu papá – me dijo

+ Lo sé mami, por eso yo me ocupo de todo – le dije orgullosa

* Eso quería yo decir papá… bueno es hombre… y tiene necesidades… –

+ Ya mami, yo le hago todo para que esté feliz – le respondí rápido

* Hija los hombres tienen que tener todas sus necesidades cubiertas y yo como su mujer se las cubrí todas y ahora solo le podía cubrir una pero ahora no puedo – me dijo triste

+ Mami no me seas así dímelo ya – dije extrañada.

No sabía por donde iba, ahora con el tiempo sí:

* Es que ya no puedo hacerlo con tu padre – me dijo sollozando

No dije nada, me quedé en silencio mirándola dudando:

* Serías capaz…si tú estás dispuesta en satisfacer a tu papá en la cama? – me dijo sin mirarme.

+ Mamá cómo voy a satisfacer en la cama a papá? Yo no soy su mujer – dije algo enfadada

* Bueno hija, olvidalo, ya veré qué hago – me dijo pensando

Terminamos de hablar, recogí todo y me fui al colegio. La jornada fue normal, pero no me podía creer lo que me pidió mi mamá, ser la amante de mi papá? como es posible, mi cama era pequeña, no entraríamos y si me gusta, que haría cuando mi mamá se recupere?. A raíz del recreo esos pensamientos me venían a la cabeza y lo peor, que luego lo vería.

Mi papá tenía por aquel entonces 43 años, la verdad era guapo, y su cuerpo estaba cuidado pues trabajaba en un trabajo rudo y de fuerza física y eso hacia que se mantuviera fuerte.

Mis pensamientos no eran de rechazo eran más y después el qué, después ya nada? Volvería con mi mamá y yo sin más? Sería como un trapo?. Pensándolo ahora eran más celos que repudio pues mi papá era guapo. No sé qué se despertó en mí, si una atracción a mi papá por pensar tanto en él y su cuerpo o por el echo de mi educación de satisfacer al hombre, sea por lo que sea me decidí a acceder.

Terminé el colegio y corriendo fui a casa, pero antes de ponerme ha hacer los quehaceres de la casa fui ha hablar con mi mamá;

+ Hola mamá – dije sonriendo

* Hola hija, que tal el colegio? – me dijo devolviéndome la sonrisa

+ Bien, bien, pero pensé que tienes razón, debo ser la que satisfaga a papá en tu lugar – dije sentándome en la cama

* Hija no debes hacerlo si no quieres – me dijo preocupada

+ Mamá, si papá no está satisfecho no estaríamos siendo buenas mujeres y pues si tú no puedes seré yo quien lo haga – se lo dije mirando a sus ojos

Mi madre como pudo me abrazó y rompió a llorar:

* Gracias hija – me susurró

Corriendo fui a preparar la comida y limpiar la casa, pues ahora quién sería mi hombre debe llegar y ver todo impoluto y después si el desea tomar posesión de su nueva mujer, de mí.

Mi papá llegó puntual, y como siempre se fue a duchar y ha saludar a mi mamá. Cuando vino al salón le serví la comida como siempre pero me quedé ahí para hablar con él:

+ Papá estuve hablando con mamá – dije de pie mirando como el comía

* De que hija? – me dijo después de un sorbo de cerveza

+ De ti, ella me dijo que no podía satisfacerte en todo y pensándolo bien me pondré en su lugar y yo lo haré – le dije mirándole

* No entiendo – me dijo sorprendido

+ Papá cuando quieras coger como mamá no puede mi habitación está abierta – le dije directo, me di cuenta que mi mamá no le consultó solo me dijo

* Pero hija? – me dijo mirándome

+ Soy mujer y ahora la mujer de la casa y debo atenderte en todo, cuando desees solo avísame y accederé a atenderte en ese aspecto – le dije con orgullo

* Está bien hija si tú quieres así será – me dijo mirando a su plato de nuevo

Me fui a la cocina a lavar los platos, con las piernas temblando, pues acaba de decir a mi papá que abriría mis piernas para él, siendo virgen. Mi papá me llamó:

* Hija pensándolo… llevo mucho sin hacerlo – me dijo

+ Quieres hacerlo ahora papá? – le dije algo nerviosa

* Si hija si – me dijo mirandome

+ Vamos a la habitación – le contesté

Se levantó y nos fuimos a la habitación, había llegado el momento, tendría que entregarme a mi papá por voluntad mia y por mí mamá, algo deseosa pero con miedo

+ Papá soy virgen nunca lo hice – le dije desde la puerta

* Lo haré suave – me dijo quitándose la ropa

Entré en la habitación y me quite las mallas las braguitas y los tirantes que llevaba dejando a la vista de mi papá mi cuerpo desnudo sin saber que hacer. Mi papá me agarró de la mano y me recostó sobre la cama. Estaba muy nerviosa y más cuando le vi el miembro a mi papá, dios eso era enorme, media unos 22-23 cm fáciles, eso iba a estar dentro de mí, me puse blanca, un escalofrío recorría toda mi espalda.

Mi papá se acomodó encima de mi u mirándome a los ojos me dijo: estás segura hija? Yo solo asentí y con muchísimo cuidado empezó a meterme su miembro en mi panochita. Sentía como su cabeza enorme se abría paso, como abría más y más mi panochita, se sentía muy rico la verdad, mi papá iba con cuidado y se agradecía. Poco a poco la fue metiendo hasta el fondo, ahí sentí muy rico tanto que de mi boca salió mi primer gemido. Mi papá sonrió y empezó a meterla y sacarla, sin prisa pero si pausa para que mi panochita fuera adaptándose a semejante miembro.

Mi panochita se empezó a mojar pues en ese instante sentía como mi papá metía todo su miembro y sus testículos rebotaban contra mí. Empecé a gemir fuerte, mi papá empezó a bombear más fuerte y rápido, con cada embestida mis senos rebotaban, mis manos fueron a la espalda de mi papá la cual empecé a arañar al sentir a mi papá suspirar de placer.

De mi boca solo salían gemidos que inundaban la habitación, mi papá me estaba haciendo su mujer, y yo lo estaba disfrutando. Estuvimos así un buen rato mi papá subió la intensidad de las embestidas, ya no solo se movían mis senos, todo mi cuerpo estaba a merced de los movimientos de penetración de mi papá, yo estaba en una nube de placer hasta que sentí como me venía un sentimiento inmenso de placer con abundante flujo, mi primer orgasmo ahogado por mis gritos de placer. Mi papá sonrió y subió la intensidad de sus movimientos hasta que la sacó casi entera y me la metió de una. En ese momento empecé a sentir como un líquido empezaba a llenar mi panochita, se había venido dentro mia y se sentí muy rico, mi papá me miraba con los ojos vidriosos de placer sacándola cuando terminó:

+ Gracias papá, fue muy rico, cuando quieras repetimos – le dije cuando cayó a mi lado mientras estaba yo sintiendo su corrida.

Mi papá no dijo nada nada más recuperarse un poco salió de la habitación dejándome ahí abierta de piernas en la cama recuperándome. Al rato noté como su semen recorría mis muslos a lo que fui al baño para echarlo, pero vi que su semen tenía un color rojizo, lo cual entendí años después que me partió el himen, pero no dije nada, estaba en la gloria siendo la amante de mi papá.

Espero que os guste, muchas gracias por leerme. Estaré a vuestra disposición en los comentarios y en el Gmail, pero no contestaré a personas groseras ni pasaré fotos. Si gusta subiré la continuación de este relato lo más pronto posible

Besos