Compartiendo mi cuerpo con mis amigos

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Hola mi nombre es Alejandra tengo 28 años y al pasar de los años siento que soy más puta, porque ya no controlo mis instintos sexuales y no tengo filtro morales que me permitan disfrutar todo el sexo. Tengo muchas historias que contar pero la de hoy puntualmente es la forma como hice un plan perfecto para cogerme a mi mejor amiga.

Ella es una mujer conservadora, con piel canela, cabello oscuro y ojos color miel, sus senos que no son tan grandes me encantan, además sus piernas largas la hacen ver una mujer muy deseable para todo el mundo, entre ellos yo.

Julieth está casada hace seis años con Manuel, un hombre diez años mayor que ella, el en muchas ocasiones se me insinúa y me hace miradas libidinosas.

Tener un hijo tan joven le quito todo su tiempo impidiéndole disfrutar las delicias del amor, convirtiéndolo en el centro de su mundo reprimiendo todos sus deseos que creo debe tener escondidos.

Cuando su esposo me hace esas miradas a mí me gustan, porque ya lo dije, no tengo filtros morales en cuanto al sexo, pero en el fondo me da cagada con mi amiga, porque ella lo entrego todo por esa relación y yo quisiera quitarle esa venda para que explore su sexualidad.

Desde hace mucho tiempo he empezado a sentir un tipo de atracción por mi mejor amiga y es que tiene unos labios tan provocadores que solo deseo poder besarla y tocar cada parte de su cuerpo, así que no aguante más y me propuse hacerla caer.

Yo tengo un amigo que está buenísimo, tiene un cuerpo y un paquete que solo de recordar me mojo mis pantis y me hace fantasear, así que él era mi chivo expiatorio perfecto para cumplir mi plan 😈😈.

Un día decidí hacer una reunión en mi casa y los invite a los dos, ese día me puse minifalda, unos tenis casuales para que no le robaran protagonismo a mis piernas y una blusa corta que resaltaban mi cintura y abdomen marcado, me alise el cabello y fui dispuesta a todo.

La primera en llegar fue Julieth quien venía de trabajar y no estaba en su mejor presentación, traía la chaqueta de la empresa para la que trabajaba y un jean negro desgastado por el uso diario, su cabello estaba recogido y se veía muy cansada, le ofrecí un guarito para que se pusiera más cómoda, al principio no quería pero después de insistirle accedió y se tomó uno doble. Mi intención era emborracharla para cuando llegara mi amigo estuviera contenta y así fue, empezó a tomar y ponerse feliz, luego de varios tragos llego Matías, con su sonrisa hermosa que siempre lo caracterizaba al llegar le brinde aguardiente, mi amiga le llamo la atención lo apuesto que estaba mi amigo, así que ya había caído en mi trampa.

Los emborrache durante toda la noche, me había aprovisionado de varias botellas, entonces el trago no era un problema, después de varias horas empecé a bailar de una forma muy sexi haciendo que él se pusiera caliente e insinuándole a mi amiga que yo estaba igual.

Al principio ella disimulaba y no prestaba atención pero después de un rato la veía muy entretenida en el culo de mi Matías.

Le susurre al oído a mi amigo para que bailara con Julieth y le di como instrucción bailar con ella de una forma que le diera la espalda a él, accedió a mi plan y bailando con mi amiga decido unirme al baile, el desde atrás le tocaba las caderas de forma sensual y yo bailaba muy provocativa, así que decidí besar a mi mejor amiga mientras mi amigo tocaba su culo descaradamente, ella por los tragos no decía nada y se dejaba llevar, mi amigo subía sus manos le agarraba los senos y yo estaba literal comiéndome su boca, tener a mis dos mejores amigos en ese momento era para mí una fantasía soñada, así que fui más allá, direccione a mis amigos a mi habitación para estar más cómodos, Julieth trato de poner resistencia pero un beso mío ayudo para que accediera.

Al entrar a la habitación, Matías y yo empezamos a desnudar a mi amiguita, ella claramente estaba muy excitada, lo digo porque después de retirar hasta su última pieza de ropa y al introducir mis dedos en su vagina quedaron impregnados con su delicioso jugo natural, me excite tanto que accedí a realizar de todo, por primer vez le hice un oral a una mujer y no era cualquier mujer era mi mejor amiga, estaba tan mojada que pasaba mi lengua sobre su clítoris podía escuchar como gemía sin control, mientras mi amigo no perdía tiempo subió mi falda hasta mi espalda, corrió mis pantis y me penetro suavemente, su penetración era suave pero intensa y con sus dedos tocaba mi clítoris , yo solo podía disfrutar y gemir cada vez más duro.

Lo que más me excito, fue ver la vagina de mi mejor amiga tan cerca y mojada bañando mi cara y al mismo tiempo sentir aquel pene duro y venoso entrando y saliendo de mi de forma tan natural, me sentía en el reino celestial, eso me llevo al clímax por completo.

Desde ese día no nos hemos vuelto a ver pero planeo nuestro próximo encuentro con un panti rojo y mucho deseo por sentir esa jugosa vagina en mi cara y el pene de Matías dentro de mí.