Con el jefe de mi marido y él
MI JEFE MI MARIDO Y YO EN LA PUERTA DE MI CASA
Pasaron ya tres semanas y no me lo puedo olvidar, estábamos con mi jefe, soy secretaria en un consultorio médico, tengo 46 años, tres hijos mayores, bien delgada, muy buen culo según todos los que me conocen, buenas tetas por la edad, y dicen que tengo una mirada muy sensual, como les decía estábamos sentados en su auto estacionado frente a mi casa, charlando sobre el congreso de cardiología al cual habíamos asistido hoy mismo. Después de unos treinta minutos aparece parado justo al lado del coche mi esposo, que regresaba de jugar al fútbol con sus amigos, era Viernes por la noche, más o menos las 12.30, se agacha un poquito, para poder saludar, queda con su cabeza a la altura de la ventanilla del auto del lado del acompañante donde estaba sentada yo.
Como están, bien, etc. Los saludos de rigor, los presento (no se conocían) y las preguntas de siempre, como les fue, quieren pasar, invítalo a tomar algo, en ese momento y sin darme cuenta Jorge mi jefe muy zarpado, pone su mano sobre mi rodilla, Carlos si se da cuenta pero ni palabra, estábamos conversando sobre el trabajo y noto que mi jefe no solo no saca la mano de mis rodillas sino que abre su palma y comienza una caricia morbosa, como de amigos íntimos de hace mucho tiempo sobre mi pierna, la situación se tensa, creí que mi esposo que fijo sus ojos sobre la maniobra, iba a hacer algún comentario, pero nada. Yo vestía una minifalda negra muy ajustada y estaba sin medias, un pullover de strass gris atornasolado, tenía el pelo suelto y sandalias al tono.
Mi jefe me enloquece, es un cincuentón delgado, muy buena percha, algo canoso, viste a la última moda, realmente le tengo ganas desde hace mucho tiempo, la misma que le tienen todas las compañeras del servicio, pero mantenía el modo casada madre de familia que me cae muy bien.
Ya en este momento, la situación era clara, Carlos mi esposo viviendo una fantasía de aquellas, yo con mi sueño realizándose, y mi jefe caliente como el que más, aclaro algo que al final es de manual, mi marido compensaba alguna que otra infidelidad cometida.
Sigue la conversación sin ningún parámetro ni línea fija, cualquier tema servía, el clima, el fútbol, economía, mientras, les cuento, Alberto se percató de que mi marido tenía intenciones de no cortar el clima, y se jugó, comenzó a mirarme a los ojos sin importarle mi esposo que a su vez hacia lo mismo, los excitaba mi reacción. Creo que ya estaba completamente mojada, disfrutaba mi posición.
MI jefe empezó a subir su mano por mi pierna, caricia de por medio, gesto que estaba dentro del campo visual de mi marido, cuando llega a mi entrepierna, yo ya tenía palpitaciones, instintivamente comencé a abrir mis piernas, no las podía dominar, con esa sola mano iba levantándome la pollerita a lo que Carlos lo ayudo desde el otro lado, la sorpresa de ambos, una tanguita de leopardo quedo al descubierto, ya los dedos de Alberto, luego de jugar un poco sobre ella, me la comienza a correr dejando a la vista una conchita muy bien depilada, bien mojada en sus jugos, mi marido atino a meter mano y Alberto no lo dejo, hoy es mía le dijo seriamente apartándole la mano. Sus dedos estaban ejecutando una sinfonía para piano con los labios de mi concha, completamente mojados en mis jugos, llevo la mano a su boca, luego de chuparlos me los puso en los labios y por supuesto me los metí para mojarlos más, al segundo volvió a meterlos en la vagina, ya no jugando con los labios sino introduciendo primero el índice para excitar mi clítoris, lo mismo con el dedo mayor y por fin los dos juntos, ya estaba por hacerme acabar y por fin me dejo de tocar, mientras mi esposo desabrochaba el sostén y los dos botones superiores del pullover, para dejar a la vista mis pezones, tampoco los pudo tocar, no lo dejo, solo podía mirar y calentarse viendo como excitaban a su mujer. Alberto se agacho un poquito y chupo mis tetas. En ese momento no di más, expandí mi brazo y comencé a manosearle la bragueta de su pantalón que dejaba notar su excitación, me ayudo un poco a desabrocharlo y sacar su pija al palo, fue un trabajito que me dejo hacer después a mi solita con mucho cariño y placer, ya le estaba yo haciendo una paja con mi mano izquierda, los ojos tanto míos como de mi jefe estaban en la cara de Carlos, el cual no movía una pestaña, la situación se manejaba sola, nadie era dueño de nada, ninguno de los tres tenía algo que decir, en ese momento mi jefe saca su mano de mi entrepierna ya mojada al máximo y me toma del cuello, hace una pequeña presión para que me incline sobre su entrepierna, era lo que faltaba, hacerle una meme a mi jefe en presencia de mi marido, no me pude resistir mucho, pasaron segundos y tenía una tremenda pija al palo en mi boca, traté de ser lo más dulce posible, pero él comenzó a los empellones, se estaba enloqueciendo, su mano derecha seguía jugando con mis pezones duros como carozo de aceituna.
De repente Carlos se retira unos centímetros, saca su cabeza que estaba en la ventanilla y nos dice que me espera en un par de horas, mi marido me entregaba para que me cogieran. Al momento estaba yo recomponiéndome como podía, me acomode la tanga, el corpiño, estire mi pollera, abroche los botones de mi pullover y corpiño y hasta abroche la bragueta de mi jefe, ya estábamos en camino. No tardamos de llegar a un hotel cercano, el tipo busco el más cercano.
Cuando entramos en la habitación, casi no habíamos cruzado palabra, nada. Una vez dentro me tomo de la cintura y me apoyo contra la puerta de entrada y comenzó a desvestirme muy lentamente, el saquito primero, luego me bajo la pollera, el corpiño después, ahí se detuvo unos minutos para acariciarme las tetas y besar nuevamente mis pezones, cosa que me vuelve loca, me excita al máximo, así como estaba en tanga y zapatos me ayudo a acostarme en la cama quitando primeramente la colcha, recuerdo que ni pase al baño, estaba yo completamente mojada, pero caliente y feliz. Al pie de la cama comenzó a quitarse la ropa el, cuando quedo en bóxer se me acerco saco su pija y sin medir palabra la puso en mi boca, les comento que estaba chorreando, el muy cretino casi había acabado en el auto, unos jugos salían de su pene sin ser semen, no lo pensé y tampoco me dio tiempo, de una me la deje meter hasta el fondo, una vez que eso paso, me tome el tiempo de dedicarme a semejante pija, la empecé a lengüetear de a poquito de abajo a arriba, dándole vueltas a la cabecita, adentro la cabeza y rápido sacarla, otra vez adentro y a fuera, de repente hasta el fondo, hasta que la saca y me dice que no da más, me da vuelta y me pone boca abajo, ahí me asuste un poco, no estaba preparada para que me hagan el orto ya, pero no se puso sobre mí y me hizo sentir el palo en la raya del culo por un buen rato, yo más caliente no podía estar, y me seguía sobando, minutos así y me da vuelta otra vez, ya boca arriba comienza a recorrerme primero con la mirada y luego con las manos y más tarde besos y lengua, todo termino cuando después de meterme la lengua en la concha y comérmela, le pedí que me cogiera de una, que no aguantaba más y parece que el tampoco, con su pierna separo las mías, se montó y en segundos la sentí adentro, bien adentro y toda, hasta los huevos me hubieran entrado, mojados los dos entro como embaselinada, por suerte aguantamos los dos, pase mis piernas por sus caderas y lo abrace con las mismas para que no se soltara, y se empezó a mover con ritmo, un movimiento acompasado, nos empezamos a besar, la lengua hasta la garganta, chupones en el cuello, mas besos de lengua, y por fin empecé a gemir como hacía tiempo no lo hacía, no había vecinos ni hijos, solo un tipo fallándome como un animal, como lo estaba disfrutando. Sin darme cuenta pasaron como dos horas, no sé cuántas veces acabe, perdí la cuenta, estaba casi ronca de los grititos. Nos duchamos, realmente cuando nos metimos en la ducha me la quiso poner otra vez, pero yo estaba muerta, lo único que lo calmo es la promesa de repetirlo, y seguro iba a cumplir mi promesa. Nos vestimos y como a las 4:30 de la mañana me dejo en la puerta de mi casa, donde todo había comenzado.
Algunos temas al margen, primero no había salido a la mañana pensando que me iban a coger ese día así y menos mi jefe, segundo cuando llegue a casa mi esposo me esperaba despierto y solo me pidió que me desnudara delante de él y me acostara en bolas y no me toco, pero lo disfruto, se le notaba en la cara, tercero se sacó el tema de las infidelidades de el que eran un peso, no me enamore de Albert, lo disfrute.
PD Mi jefe se quedó con la tanguita leopardina como trofeo.