Con mi papá y un amigo

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Desde hace unos meses vivía con mi papá, no teníamos una relación muy cercana que digamos, él era callado y yo estaba ahí mayormente por que necesitaba donde quedarme. Pero de vez en cuando platicábamos y me parecía que era una persona interesante. Ya estaba en sus 50s, me tuvo joven, yo habré tenido unos 25 cuando paso ésto. Usaba el pelo corto, casi militar, tenía orejas prominentes pero una mirada inquisitiva, se notaba que de joven había tenido buen cuerpo, de vez en cuando iba al gimnasio y tenía brazos fuertes. Desde que se divorció de mi mamá, no se había vuelto a casar, aunque ella sí, tampoco nunca le conocí una novia o hablaba de ello.

Uno de mis mejores amigos venía de visita un fin de semana, iba a otra ciudad pero hacía escala en la nuestra así que lo invité a quedarse, mi papá no tuvo problema. No eramos amigos sexuales, ni nada por el estilo, pero si compartíamos historias, nudes que nos mandaban, fantasías y aventuras. Él ya sabía que estaba viviendo con mi papá, pero era una buena oportunidad para conversar, pasar unos días juntos. Mi papá era tan reservado que no se me ocurrió que iba a ser un problema.

Fui a traerlo al aeropuerto el viernes en la tarde, hacía un calor infernal, salió del aeropuerto bañado en sudor, había perdido la costumbre de éstos calores. «¿Tu papá no se va molestar porque me quede con ustedes», «Para nada, puse un colchón en el piso de mi habitación, mi papá es más callado, por su trabajo no pasa en la casa y cuando pasa está siempre viendo TV en la sala, no te preocupés», «¿No te da miedo que lo seduzca?», broméo, me reí: «No, no creo que seas su tipo, aunque nunca le he conocido novia ni se volvió a casar». Llegamos a la casa, entramos a la casa, el primer nivel era una bodega, subimos las gradas para llegar a la sala, mi padre estaba viendo televisión, «Papá, te presento a Ricardo», «mucho gusto, me han hablado bien de tí, que bueno que te vas a quedar», mi amigo le dio la mano, lo saludó, le contó un poco de lo que hacía, «vamos a instalarte a mi cuarto», le dije. Con un tonó incómodo e inusual mi papá preguntó: «Si quieren, después podemos pedir algo de comer o salir aquí cerca a comer algo», «Claro» respondió rápidamente mi amigo, podemos ir más tarde.

Entramos a mi habitación, yo todavía un poco confundido por la propuesta, sorprendido más que nada, la verdad no sabía mucho de mi papá. Mi amigo empezó a abrir la maleta, sacar su ropa, «¿Te molesta si me doy una ducha?», me preguntó. Salimos y le mostré el baño, me regresé a mi habitación a pasar el rato en redes sociales. Pasaron unos 20 minutos y escuché cómo hablaban con mi papá en la sala, no entendía lo que decían. Abrió la puerta y entró solamente con la toalla amarrada en la cintura. «Dice tu papá que si queremos salgamos tipo 8, que conoce un restaurante cerca que nos va a gustar», «Perfecto» respondí mientras él se quitaba la toalla y se quedaba desnudo. No era la primera vez que lo veía desnudo, lo había visto desnudo en los videos que me mandaba donde otros hombres lo estaban penetrando, donde me enseñaba como le chorreaba la leche después de una orgía del culo, cómo su ex lo había dejado bañado en semen. Él había visto videos similares míos, pero era primera vez que lo veía así en persona. Se acostó en el colchón inflable a ver su teléfono. «Quiero sexo» me dijo, «veamos que hay en Grindr». Siempre habíamos fantaseado con la idea de compartir un hombre, hacerlo venir juntos y ser hermanos de leche.

Escuché como Grindr se volvía loco mientras me quedaba dormido. Me desperté ante el sonido de risas en la sala. Mi amigo estaba platicando bien amenamente con mi Papá. Me vestí y salimos los tres al restaurante que mi Papá conocía. Creo que habló más con Ricardo que lo que jamás había hablado conmigo, al parecer trabajaban en la misma área, mi papá con muchas historias de «antes ésto se hacía así» y Ricardo con muchas historias de «ahora se hace así». Yo casi no hablaba, pero la estaba pasando bien. La comida estaba deliciosa, el vino estaba mucho mejor, como yo no tenía que parar para platicar tomé de más. Ricardo y mi papá casi tuvieron que cargarme hasta el carro, por las gradas y a mi cama. Me dormí sin problema. Entre el alcohol y la confianza me desnudé, me desperté erecto y desnudo a media noche, no me fije en la hora pero Ricardo y mi papá seguían hablando en la sala. Me puse un calzoncillo y salí al baño. Estaban sentados uno al lado del otro en un sofa. Mi erección era evidente pero no le puse atención, los vi a los dos verme pero siguieron platicando como si nada pasó. Regresé a mi cama, tiré el calzoncillo y decidí masturbarme aunque todo me daba vueltas. Se abrió la puerta, era Ricardo, se desnudó y se acostó a mi lado. «Tu Papá es un éxito» me dijo. Se empezó a masturbar él también. Yo me vine primero, poca leche cayó sobre mi estómago, Ricardo se vino unos segundos después, fuerte, lo escuché gemir, parte de su leche cayó sobre mi. Nos quedamos dormidos.

Al día siguiente me desperté temprano, tenía que ir a varias reuniones de trabajo, había intentado safarme de ellas por la visita de Ricardo pero no lo logré, volvía a media tarde, ya todos lo sabían. Ricardo quedaba desnudo con semen seco sobre su cuerpo. «¿Vas a salir?» me preguntó mi papá que estaba en la sala. «Sí, tengo que trabajar, vuelvo tipo 3 o 4; Ricardo ya sabe». Pensé que Ricardo dormiría todo el día, luego pensé que como se estaba llevando tan bien con mi papá seguramente saldrían juntos.

Durante las reuniones no dejaba de pensar en lo bien que se estaban llevando, había escuchado a mi papá hablar más que nunca, se reía, Ricardo también. Terminé mis reuniones algo tarde. Conduje a mi casa lo más rápido que pude para salir con Ricardo, le había escrito que iba camino a casa pero no me contestaba, quizá seguía durmiendo. El coche de mi papá estaba frente a la casa, abrí la puerta y escuché gemidos, mi primera reacción era que Ricardo había traído a un hombre a la casa, pero el coche de mi papá estaba ahí, subí las gradas confundido cuando llegué a la sala y vi algo que me confundió tanto como me excitó. Mi pene se puso duro como una piedra, pero estaba aturdido. Ricardo estaba desnudo en cuatro sobre el sofá. Un pie en el suelo y la otra pierna apoyándose en el asiento, detrás estaba mi papá desnudo, sudado, sus piernas se veían fuerte, tenía un buen culo, sus brazos más definidos de lo que pensé, era primera vez que lo veía sin camisa. Estaba agarrando a Ricardo de la cintura mientras le bombeaba el culo, los dos me vieron, «¿Qué putas?» exclamé. «No te preocupes» me dijo Ricardo, «Es para que dure más con vos». Mi papá asintió. Sus bolas se veían deliciosas, grandes, hinchadas, su pene que no había dejado de entrar y salir del culo de Rick se veía grueso, venoso, no se había puesto condón. Los dos estaban sudados, estaban gimiendo cada vez más fuerte, mi pene estaba duro, sentía como que si me iba a desmayar. No sabía si de la sorpresa o de que toda mi sangre estaba en mi verga y en mi ano que palpitaba de ganas. «Ve a asearte, sigues tú» me dijo mi papá en un tono que sonó como orden. Eso me excito más. Tire mis cosas en el piso y casi corrí al baño. Dejé la puerta abierta, quería escuchar todo. Rick gemía cada vez más fuerte, ¿lo estaba bombeando más rápido?, me aseé como nunca, quería que pudiera comer de mi culo, quería estar limpio, me abré tardado unos 10 minutos, pero caminé a la sala, desnudo, a medio secar pero extremadamente excitado. Mi papá se había sentado en el sofá, Ricardo lo motaba dándole la espalda a él pero viendo hacía donde mi, me vio a los ojos: «pisa bien rico» me comentó. Mi pene iba a explotar, Ricardo empezó a rebotar más rápido y más fuerte, «me vas a hacer venir» dijo mi papá, volteé a verlo y vi que me miraba fijamente, lo escuché gemir, quejarse, se estaba viniendo, no me quitó los ojos de encima, Ricardo había cerrado los de él, estaba disfrutando sentir toda la leche inundarlo.

«Tu turno» me dijo, mientras se levantaba de mi papá, la erección no bajaba, seguía duro, Ricardo se sentó al lado de él, yo me senté en sus piernas, quería verlo mientras lo montaba, guié su pene a mi ano, lo sentí caliente y sudado, la tenía gruesa, bastante gruesa, me sorprendió lo gruesa que era. «Te va a costar» comentó mi amigo, «a mi me costó un poco pero luego entró, duele al principio» se rió «pero ahorita ya está bien lubricado». Su semen lubricó la entrada, era cierto, dolía un poco. Mi papá cruzó sus manos por todo mi cuerpo, me acarició el estómago, el pecho, me acarició los pezones, sus manos estaban calientes, yo había cerrado los ojos para concentrarme en que su verga me entrara sin partirme en dos. Tenía la verga caliente y húmeda. Mi amigo había hecho eso, se sentía deliciosa y me gustaba más por saber que había estado adentro de él. De repente sentí una tercera mano sobre mi, abrí los ojos y vi a Ricardo estirando su mano para masturbarme, «se te estaba durmiendo la verga, yo te ayudo para que no se te baje». Frotaba todo mi pene y jugaba con su pulgar con mi glande, era todo un experto en masturbar. Puse las manos en el pecho de mi papá, no sabía si esa verga se terminaba hasta que sentí que estaba toda adentro. Gemí. No me resistí mi impulso y me doble para besar a mi papá. No se resistió, no dijo nada, me regresó el beso, un poco tímido pero luego sentí su lengua entrar en mi. «Espérate a que te coma el culo» me dijo mi amigo, estaba un poco envidioso, a mi no me comió el culo. Empecé a subir y a bajar, dolía, era inmensa, pero estaba lubricada y me iba a ir acostumbrando. Me acomodé para poder bombear más, saltar más, empecé a hacerlo más rápido, ya mi culo se había acostumrbado a su pene, entraba y salía fácil. Ricardo me seguía masturbando. Mi papá se inclinó para besarlo a él, las manos de mi papá encontraron a la Ricardo en mi pene, los dos me estaban masturbando, mi papá empezó a gemir.

«¿Te gusta más su culo?» le preguntó mi amigo, «Los dos están igual de ricos» respondió, «No, no, tenés que elegir uno» le dijo, «éste está más apretado» le dijo. Mi papá me dio una nalgada al decir eso, me excitó demasiado. Yo seguía saltando, ya sintiendo placer, placer de verlos a los dos besarse y placer de los dos masturbándome juntos. «Me van a hacer venir» los interrumpí, «mejor vamos a la habitación» dijo mi papá.

Nunca había entrado a su cuarto, pero no noté mucho. Me puse en 4 al borde de la cama. Pensé me iba a seguir penetrando pero no, se puso de rodillas y me empezó a comer el culo. Ricardo se acostó a mi lado. «Rico, ¿verdad?» me preguntó. Yo gemía del placer. «Tu amigo no se ha venido» me dijo mi papá, «chupásela». Ricardo se acomodó frente a mi, se acostó dejando su pene frente a mi cara. Ese pene no era nuevo para mi, pero comérmelo sí, me metí la punta a la boca de un solo, le di vueltas con mi lengua y escuché como gemía del placer. Tenía algo de envidia, Ricardo tenía el semen de mi papá adentro de él, yo lo quería. Empecé a lamer sus bolas mientras lo masturbaba y sentí el olor del semen, me volvió loco, quería comérmelo. Sin pensarlo enterré mi cara en el colchón para poder alcanzar con mi lengua su culo, sentí un poco el sabor, él gimió un poco. «Date vuelta» le ordené, me sorprendió el tono pero Rick obedeció, abrió sus piernas y me ofreció su culo, en el cual enterré mi lengua. No había mucha resistencia, ya tenía el esfinter estirado, el sabor era delicioso, sabor a leche fresca, todavía un poco caliente, el estaba gimiendo, mi papá me seguía violando con su lengua, su lengua también era grande, sabía lo que estaba haciendo, mi pene sobre la cama estaba por explotar. De repente sentí que mi papá se levantaba, me volvió a penetrar, él de pie detrás de mi y yo acostado boca abajo, con el culo parado comiendole el ano a mi amigo. Nunca había sentido tanto placer. Ese culo estaba caliente, sabía delicioso y estirado. Habré estado así horas. Ricardo se puso en cuatro y yo aproveché para acariciarle el pene. Se volvió a dar vuelta para ofrecerme su pene duro, estaba soltando chorros de precum, «que rico lo hacés» me dijo. Yo no podía hablar por tener su verga hinchada en mi boca. Mi papá cada vez estaba bombeando más fuerte. «Te la quiero chupar a vos» me dijo Ricardo. Mi papá me puso boca arriba, siguió penetrándome mientras mi pene erecto quedaba hacía arriba. Ricardo se puso encima de mi y me la empezó a chupar. Era un maestro chupandola. Lo hacía rápido. Parecía que no necesitaba respirar. Yo le seguí chupando el pene a él, los tres estabamis gimiendo extremadamente fuerte, casi gritando. De repente Ricardo empezó a gritar, estaba eyaculando en mi boca, su semen sabía delicioso. Tenía en mi cara su semen y el de mi papá que le había escarbado del culo con mi lengua. Se quitó de encima de mi, dejó de chupar, mi papá estiro su brazo para recordar los chorros de semen que habían caído en mis mejillas y me los dio para que me los comiera. «Ya me voy a venir» me anunció, empezó a embestir con más fuerza, una fuerza sorprendete, y de repente sentí como me llenaba de leche, eran chorros impresionantes, su verga palpitaba con fuerza dentro de mi, sentí que me estaba llenando con libros de semen y me encantaba.

«Solo faltas tú» me dijo Ricardo. Yo estaba exhausto, Ricardo estaba acostado boca arriba, «solo falto yo» le respondí, con eso me levante, me puse frente a mi amigo, le levanté las piernas y lo penetré. Le dejé ir toda mi verga de un solo, él no se quejó, estaba súper estirado y dispuesto, mi papá se acostó a nuestro lado para besarlo y jugar con sus pezones. No tuve que bombear mucho, su culo estaba lubricado por el semen de mi papá y mi saliva, pensar eso me hizo eyacular como nunca, grité, vi luces, me desplome sobre ambos, los tres nos abrazamos y nos quedamos dormidos del placer y cansancio.