Con su esposa en la casa, el cabrón me folla en el garage

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¡Hola! mi nombre es Aaron y tengo 24 años. Tengo tiempo pensando en si debería publicar mis relatos, algunos verdaderos y otros un poco más ficcionales. Este es mi primer relato, espero sea de su agrado. Sientanse libres de comentar o enviarme algún correo. ( relatos de aaron @ gmail. com)

Recién había cumplido 18 años y aun que ya no era virgen tampoco tenía un hombre fijo para quitarme las ganas cada que las tuviera. Cómo era típico de mi (en ese entonces) entre a la aplicación naranja para disponerme a encontrar un macho que pudiera saciarme.

A mis 18 era bastante delgado, tenía una buena definición en brazos y pecho, pero lo que más le encantaba a mis hombres era mi culo redondo y levantado. Tengo unos ojos grandes y verdes que a más de uno hacen suspirar,mis labios son carnosos, mi piel es morena clara y todo mi cabello y vello corporal ( el cual es bastante) es negro.

Eran como las 4p.m y encontré un hombre aproximadamente de unos 35 años, era un poco misterioso y después de una no muy larga conversación me envió solo una foto de su verga, ( la cual se veía muy apetecible.) al principio me dio desconfianza no saber cómo se veía, pero estando poseído por el demonio del sexo no lo pensé mucho y me dirigí a la dirección que me envió. Cuando llegue me pidió que aparcara a unas casas de ahí para que no vieran mi SUV fuera de su casa. ( lo cual me pareció un poco paranoico, ya que los vecinos no podrían asumir que íbamos a follar solo por que aparqué justo frente a su casa..) me dio indicaciones muy específicas, iba a abrir un poco el garage yo tenía que entrar rápido y subirme a la parte de atrás del vehículo blanco que ahí se encontraba, (un poco raro otra ves pero pensé que de una fantasía se trataba.) así lo hice, esperé unos minutos hasta que el también entró.

Efectivamente era un hombre de aproximadamente 35 años, tenía el cabello rubio oscuro y unos ojos verdes que le lucían muy bien con su tez blanca. Tenía unos labios un poco delgados y rosados pero enmarcaban una sonrisa muy cálida que me ponía como loco. Aun que sus brazos, hombros y pecho se notaban trabajados tenía una pancita de señor que no me molestaba en lo absoluto.

Al entrar al vehículo se presentó con una sonrisa amable y me dijo que su nombre era Pedro, (nombre que obviamente cambió con propósitos de privacidad).

-Pedro: Sere breve, no tengo mucho tiempo. Estoy bastante ocupado y si accedí a verte es por que con solo ver tu cara me puse burro. Así que hagámoslo de una ves para volver a lo mío.

Apenas termino de hablar y me lance a besarlo, me senté sobre el y puse sus manos en mis nalgas. Me devolvió el beso con mucha pasión y lengua.

Con un movimiento rápido se sacó el pantalón y dejó a la vista una hermosa verga de unos 18cm bastante ancha y rosada que ya estaba empapada de precum. Me acosté en el asiento trasero bajándome el short para exponerle mi culito y comencé a mamar su verga. Se notaba que estaba disfrutando pues soltaba aire como si se un toro se tratara.

Yo: ya metemela, te necesito dentro de mi.

Pedro: estaba esperando que dijeras eso putito, siéntate y enséñame de que es capaz ese culo.

Le escupí en su herramienta y con un movimiento rápido me acomodé sobre el para ensartarmela. Me entro toda de un golpe y era más el placer que sentía, que el dolor. Estaba fascinado con su pene, me llenaba justo cómo quería ser llenado. Comencé a cabalgarlo rápido, su pene estaba masajeándome la próstata lo que tenía gimiéndome como si de una porno se tratará. Estaba abrazado de la cabecera del asiendo del copiloto y no paraba de gemir.

Pedro: calla puto de mierda!

Yo: no te prenden mis gemidos?

Pedro: Si! De puta madre me prende, pero nos van a escuchar!

Yo: cómo dices?

Pedro: mi esposa, mis hijos y mi suegra están en la cocina, así que cállate la puta boca de una vez!

Me quede helado con lo que me acababa de decir, pero en ningún momento dejé de cabalgar la verga de mi macho, y lo que me había dicho me tenía más caliente aún, el hecho de que podíamos ser sorprendidos por su esposa o alguno de sus hijos me tenía con la verga a punto de explotar.

Pedro: ya voy a preñarte mi putito, te voy a llenar tu culo apretado de leche.

Me agarró del cuello y me jaló hacia atrás, me tenía con su pecho pegado a mi espalda, su boca succionando mi cuello y su verga bien presionada a mi próstata. Ambos estábamos empapados de sudor, sentir como nuestras pieles mojadas rozaban me tenía al borde del orgasmo.

Pedro: quiero que eyacules tu primero, me encanta sentir las contracciones del culo en mi verga.

Me comenzó a masturbar con su mano y aceleró la cogida en mi culo. No tarde ni un minuto cuando mi pene comenzó a soltar semen, era muchísimo y mi hombre estaba fascinado con lo que mi culo le hacía a su pene. Tomo mi semen con sus dedos y lo puso en mi boca.

Pedro- me vengo, oooh si… te preño el culo.. ohhh siii que rico!!

Me quede tirado sobre el unos minutos en lo que me reponía. Yo sabía que era momento de irme así que saque su pene aun un poco duro de mi culito y me dispuse a vestirme. Le di un beso y le pedí que me abriera para emprender mi huida.

¡Gracias por haber llegado hasta aquí! Espero les haya agradado y les interesen más de los relatos que tengo para ustedes. Saludos!