Cuando dos personas que se odian tiene que estar muy juntos en el tren, ocurre lo inesperado
Otra vez en el puñetero tren, siempre, pero siempre lo cojo en hora punta, pero es que siempre se me pegan las sabanas.
Subo en el tren, al principio esta casi vacio, pero los asientos están ocupados.
Poco a poco el tren se llena, hasta que casi no se puede uno mover, en ese momento una señora entra en el tren luchando contra la multitud.
Ella esta al lado mio, es guapa, pero con cara de mala leche, por desgracia, los empujadores de la compañía ferroviaria consiguen que nos apretemos más.
Ella queda pegada a mi, con los brazos hacia abajo, nota con su cadera mi paquete, me lanza una mirada de odio.
-¿Qué haces? – trata de decirme a gritos, pero está afónica, seguro que gritó a su pobre marido anoche.
-es usted la que toca – le dije igual de harto, hay que joderse, estar apretado aquí y la señora me esta tocando los cojones, en ambos sentidos.
-¡deje de tocarme pervertido! – me decía con su voz ronca.
-con gusto, simplemente vayase lejos de mi – le respondí.
Ella intentó darme una bofetada, pero se desequilibró al parar el tren y producirse un intercambio de pasajeros.
Tiene las tetas enormes y firmes, lo sé porque ese intercambio de pasajeros ha hecho que se pegue cara con cara en mi, es un poco más baja que yo y me mira con odio con sus ojos verdes de gata malfollada.
-alejese – le dije seriamente y con mala leche.
-este es mi sitio, vete tu – me dijo cabreada.
Sus pechos pegados a mi torso estaban apretados a mi, su vestido era elegante, pero carecia de sujetador.
-¿vas a ponerle los cuernos a tu maridito? – le dije sonriendo.
Parece que acerté, porque ella acercaba su mano peligrosamente a mi paquete para romperme los huevos con sus uñas.
Me intenté mover mientras con la mirada le decía, ni se te ocurra puta.
Pero ella sonreía diabólicamente.
Pero otra parada y otro intercambio de pasajeros me salvó, intenté alejarme de ella, pero esa arpía parecía que me perseguía.
Pero la gente entró empujándonos.
Como hemos quedado.
Se ve que llevaba falda pero sin bragas, definitivamente esa mujer quería ponerle los cuernos a su marido, pobre el desgraciado de su amante.
¿Cómo lo se?
Porque con el gentío se le levantó la falda y su raja del culo se quedó encajada en mi paquete, ella quedó atrapada con los brazos hacia abajo, pero no solo eso, mis manos acabaron en sus pechos sin posibilidad de cambiar de postura.
Intentaba moverse para arañarme, apretarme los huevos o yo que se, pero la gente la impedía moverse y ….
Joder, esas nalgas me estaban haciendo la paja de mi vida.
-cabrón malnacido, dejame – decía ella con su voz ronca.
Joder el traqueteo y los intentos de moverse de la chica me la pusieron dura y lentamente, con los movimientos de culo se me bajó la cremallera.
Entonces el tren paró y hubo oscuridad.
-señores el tren estará parado unas horas por un desperfecto, disculpen las molestias
Hay que joderse
Y la muy gilipollas no para de moverse para deshacerme de mi, lo único que hace es empeorar más las cosas.
Paró cuando notaba mi polla acariciar sus labios vaginales.
Ahora ya no me miraba con odio, sino que me suplicaba, me pedia que no la penetrase.
¡hay que joderse! ¿horas en esa posición? Preferiria que me clavase las uñas.
Pero el tren se puso en marcha antes de lo previsto, con el mensaje de.
-la averia ha sido corregida más pronto de lo que se pensaba, agradecemos su paciencia.
El arranque hizo que la penetrara, estaba dentro de ella y el traqueteo hacia que nos moviéramos en un vaivén.
La chica lloraba de impotencia, me la estaba follando y yo no lo tenia previsto.
Ahora no aguantaba más, no me bastaba el traqueteo, decidí hacer el vaivén, ella lo notó y no paraba de maldecirme.
Empecé a acariciarle los senos con dulzura, aceleré el ritmo.
Y terminé dentro de ella.
Llegué a mi parada mientras me alejaba de esa idiota que lloraba desconsolada.
Si, creo que será un gran dia.