Cuando entramos en su casa él puso un CD de salsa, y cogiéndome fuertemente contra su cuerpo, volvió a meter su pierna hasta rozar mi pubis con su muslo

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Nos hemos apuntado a un club que tiene de todo, en principio la idea era hacer piscina y un poco de gimnasio, pero a la semana me dijo que le gustaría aprender salsa.

¿ Salsa?….pero si nunca has querido bailar, ni siquiera en las bodas….pues por eso tonto, ya  va siendo hora de que aprenda, además más vale tarde que nunca,…… vale, dije convencido que se avergonzaría el primer día.

Cuando llegó el día y entramos en el parquet comprendí el porqué de su interés, el profesor…….un cubano de unos 28 años, un metro ochenta de altura y que movía su cuerpo como las anguilas, ella se había equipado para la ocasión con una faldita corta, y un suéter con un generoso escote, por el que se podían ver sus maravillosas tetas de talla cien, ponía todo el interés conmigo por bailar correctamente, pero la verdad es que eso no es su fuerte.

A los diez minutos se nos acercó Oswaldo, que ese era su nombre y me dijo, amigo permítame que le de unas clases a su esposa para que, por lo menos aprenda a defenderse en los primeros pasos, por supuesto le dije que sí, la tomó de la mano, y veo que desaparece por una puerta que había en la sala,

Como me había quedado sin pareja, los seguí, y estaban en otra sala pero la puerta tenía miradores de cristal y podía verlos, al principio me daba risa ya que ella ponía sus brazos en el pecho de él, y sacaba el culo hacia atrás como los patos.

De pronto él paró y le dijo…….si quieres que te enseñe tienes que dejarte llevar, y no pelear con tus codos, porque así no podré enseñarte nada, a ella le subió un poco el pavo, y bajando su mirada dijo bueno vale, entonces él pasando su brazo por la espalda de ella, le plantó la mano en el culo y la atrajo hacia él, hasta que le metió su pierna y algo más que estaba pegado a ella, entre las suyas, y a partir de ahí empezó un movimiento de cintura que al parecer le  estaba gustando, cuando dieron un par de pasos más sonó el timbre y tuvieron que separarse, algo que pareció no agradarle a ninguno de los dos.

Cuando me vieron ella estaba colorada como un tomate, y Oswaldo me dijo, señor si quiere que su esposa aprenda más rápidamente, le sugiero que ella acuda a mi casa y yo le daría unas lecciones particulares……sin cobrarles nada por supuesto, ya que me han caído muy bien, y como vivo aquí cerca no perderían mucho tiempo.

Por mí no hay ningún problema le dije, pero si empezáis hoy no puedo acompañaros, porque tengo que hacer una cosa.

Ella dijo cuanto tardarás cariño?…..como una hora le contesté, bien pues cuando acabes pasas a por mí, porque es lo que va a durar la primera lección, no Oswaldo?…si, por supuesto, para ser el primer día no hay que abusar.

Yo me  fui y ella pasa a contaros lo que ocurrió en esa hora:

Cuando entramos en su casa él puso un CD de salsa, y cogiéndome fuertemente contra su cuerpo, volvió a meter su pierna hasta rozar mi pubis con su muslo, a mí me estaba subiendo la temperatura con aquel roce en mi vagina, subíamos y bajábamos restregando nuestros cuerpos con lujuria, el me dio la vuelta y empezó a restregarme una cosa muy dura por el culo…..Oswaldo, que es lo que estás haciendo?….Te estoy dando lo que viniste a buscar, pero….. ni pero, ni leches, y bajándose los calzones sacó su vergota al aire, y me la puso en la mano, yo de espaldas como estaba me asusté al notar su tamaño en mi mano, pero mi calentura era superior, y poniéndola entre mis muslos empecé a mover mi culo haciéndolo rotar, a veces su cipote aparecía por delante, otras veces notaba como hacia fuerza hacia arriba y en sus vaivenes me separaba los labios, los cuales estaban empapadísimos por el gusto que me daba, el bajándome los tirantes me dejó las tetas al aire, y dándome la vuelta me miró con lascivia mis tetas….pero a mí se me iba la vista hacia su polla, un cacharro de no menos de 22 centímetros,  pero con un cipote que en su punta era como un cono, pero que iba ensanchándose hasta llegar a un grosor de unos 8 centímetros de diámetro, cosa que me pareció brutal, ya que a mi marido le mide unos 4 centímetros, de modo que no sabía si mi coñito dilataría  lo suficiente para que aquello me entrase, se sentó en una silla e hizo que me agachase para mamársela, a mí el coño se me hacía agua, y aunque lo intenté no pude meterme aquel cipote en la boca, por lo que me dediqué a lamerlo a lo largo de su venosa polla hasta llegar a los huevos, los cuales introducía en mi boca primero uno, y después el otro, después bajé un poco más y le hice un beso negro en toda regla, a lo cual el dijo……tia eras la mujer más golfa que me he tirado a la cara, y te voy a meter un pollazo para que no me olvides, cogiéndome de la cara me levantó y empezó a morrearme con sus gruesos labios que casi me tapaban la cara, su lengua se introdujo en mi garganta hasta la campanilla, y espatarrada como estaba encima de él, empezó a restregarme el cipote por la puerta de mi chochito, el cual se abrió, y como si fuera un aspirador su capullo era absorbido por mi coño, joderrrrr que gusto me estas dannnnnndo cariñoooooo, me estás partiendo en dossss, ahhhhhhh……que buenooooo!!!!, en un momento dado el me cogió de la cintura y empezó a empujar……….ayyyyyyy……. brutoooo que me haces dañooooo, el siguió empujando hasta tropezar con mi matriz…………paraaaaa cabrónnn, eso no!! Pero al mismo tiempo su dedo gordo empezó a deslizarse por mi clítoris, hijo putaaaaaa……que gusto me estas dandoooooo, Oswaldo sabía cómo satisfacer a una mujer y conforme estaba llegando al orgasmo y teniendo apuntado su cipote en mi matriz aumentó la presión y yo presa de un orgasmo brutal me deje llevar y conforme empujaba empecé a morrearlo, pero me faltaba el aire, me matassssss,……. que gustoooooo…….mi matriz empezó a ceder y fue abriéndose  al empuje de su polla yo notaba que se iba abriendo ajustándose a su cipote y cuando por fin me corrí gritando que gustooooooooo……me dassssss, me mueroooooooo, y entonces de un empujón me traspasó la entrada de la matriz, Diosssssssssss. Que gustoooooo mi matriz apretaba su polla ahora como para que aquel cipote no se escapara, y de pronto noté como si su verga tuviera vida propia y empezando a latir soltaba chorros y chorros de esperma.

Sacándola me dijo límpiala cariño, y se la lamí hasta que se quedó como una patena.

En eso sonó el timbre, era mi marido, el cual preguntó, que tal ha ido la lección? Y Oswaldo le dijo…..amigo tienes una mujer que aprende deprisa, pero le harán falta algunas lecciones más.

Sin problemas amigo cuando quieras

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