Cuando mamá ayuda a su hijo a cumplir sus necesidades sexuales

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El atrevimiento de mamá

Hola, soy Jeff y tengo 19 años… Vivo con mi madre que ahora tiene 46 años… Estamos muy unidos y hacemos prácticamente todo juntos… Los dos jugamos a videojuegos, vemos películas de todo tipo e incluso nos intercambiamos relatos de sexo.

Por supuesto que nos hemos visto desnudos muchas veces… Como sólo tenemos un baño, siempre la veo al ducharse, afeitarse u otras muchas cosas, sin pudor alguno por esconderse… Ni yo tampoco.

La razón por la que estamos tan unidos es porque tenemos relaciones sexuales entre nosotros… ¡Exacto!… Somos incestuosos… Hacemos el amor y también un montón de otras cosas sexuales.

Todo comenzó hace aproximadamente un año cuando ella volvió de una noche de fiesta con sus amigas… Yo estaba en su cama masturbándose… Era temprano… Serían sólo sobre las 22 horas.

– «¿Con quién estás pensando mientras te masturbas, hijo?», me preguntó mi madre sonriendo al sorprenderme meneándome la polla.

– «¡Mamá!… ¿Qué estás haciendo en casa tan pronto?», le respondí mientras guardaba mi polla.

– «No te avergüences, Jeff… Sé que todos los hombres necesitan masturbarse o meter su polla en el coño de una mujer de vez en cuando… Anda, sacatela otra vez y termina», le respondió su madre.

– «OK… Gracias, mamá… ¿Puedo tener algo de privacidad?», le pregunté.

– «No… En realidad tengo una mejor idea», me dijo mientras se acercaba a la cama… Una vez allí, me abrió los pantalones y sacó mi polla.

– «¿Mama que estas haciendo?», le pregunte un tanto asustado.

– «Déjame ayudarte, hijo… Déjame hacer algo por ti que nunca olvidarás», respondió mamá mientras comenzaba a acariciar mi polla.

Tengo que admitir que desde hacía tiempo sentía una pequeña atracción por mi madre, pero cuando ella comenzó a menearmela, tuve más que claro que la deseaba.

Comenzó a masturbarme lentamente durante unos minutos… Sus manos eran mucho más suaves de lo que jamás hubiera podido imaginar, lo cual me enloquecía de excitación y me gustaba mucho.

Nos miramos todo el tiempo a los ojos, no con lujuria, sino con amor.

Estaba sudando y cuando vio que miraba hacia sus pechos, me cogió la mano y la puso sobre su teta derecha… Ella tenía unas bonitas tetas, que siempre se las habia visto aunque no tocado, y eso me endureció un poco más la polla.

– «¿Te gustan las tetas de mamá?», me preguntó sonriendo.

No pude responderle… Sólo estaba concentrado y disfrutando con lo que se avecinaba… Iba a correrme en aproximadamente un minuto a ese ritmo… Yo estaba palpando sus tetas y como quería más, le dije:

– «Mamá, ¿puedo verlas?»

– «Por supuesto, cielo», me respondió mamá.

Soltó mi polla y se quitó la blusa, quedando desnuda de cintura hacia arriba… Comprobé que, efectivamente, no llevaba sujetador, ya que cuando la estuve palpando me dí cuenta que no lo llevaba.

Tan pronto como me ofreció sus tetas, volvió a coger mi polla con su mano y en breves instantes, mientras le tocaba las tetas, tuve una corrida de las más grandes de mi vida… Disparé 4 buenos chorros de semen.

– «¡Guau!, mi niño… Que chorros de semen has disparado», me dijo.

– «Gracias mamá, te amo», le contesté.

– «Yo también te amo, Jeff», dijo mamá mientras se acostaba a mi lado y seguía acariciando mi polla.

– «¿Cómo se te ocurrió masturbarme, mamá?», le pregunté.

– «Bueno… Te he visto masturbándote en otras ocasiones y siempre he querido ayudarte para que te corrieras a gusto y hoy me he decidido hacerlo», respondió mamá.

– «Gracias… Lo hiciste muy bien», dije mientras volvía a poner mi mano en una de sus tetas y acariando su pezón.

– «Por lo que veo parace que te gustan mis tetas», respondió mamá.

Luego me incliné muy lentamente hacia ella y me dirigí hacia sus labios… Ella se dio cuenta y me preguntó:

– «¿Quieres un beso de mamá?»

No respondí… Sólo acerqué mi cabeza a la suya y lo siguiente fue que ella me dió un beso apasionado en mis labios.

– «¿Te ha gustado?», me preguntó.

– “Si… Me gustó mucho… ¿Puedo darte otro?», le pregunté.

– «Claro, pero tienes que hacerme un favor», me respondió.

– «¿Cuál?», le pregunté intrigado.

Se apartó y ví que se quitó los pantalones cortos junto con la tanga que llevaba… Me mostró su coño afeitado que brillaba un poco porque estaba muy mojado.

– «Te meneé tu polla y ahora yo quiero que me jodas con tus dedos… Estoy muy caliente y necesito correrme también», me dijo.

No tuve ningún problema con eso… Estaba un poco nervioso por ser la primera vez… Puse mi mano derecha en su coño mojado y se empapó de inmediato… Metí un par de dedos dentro de su coño y comencé a follármela.

Ella puso su cabeza pegada a mi oreja y la escuchaba escapar unos pequeños gemidos de placer mientras le metía y sacaba los dedos de su coño… Su mano derecha continuaba acariciando mi polla para que volviera a ponerse tiesa.

Acerqué m iboca a uno de sus pechos y comencé a mamar… Ella, con su otra mano, me lo ofrecía para que se lo mamase a gusto… Los dos estabamos disfrutando mucho, totalmente deshinibidos.

– «Jeff, mamá se siente bien, muy bien… Me estás dando mucho placer… ¿Notas lo mojada que estoy?», me dijo.

– “Si, mamá”, le respondí mientras le metía profundamente mis dedos dentro de su coño y ella respondía con gemidos más altos.

– «Joder, joder, joder, Jeff!… Qué bueno», gritó mi madre mientras la veía respirando y exhalando rápidamente y moviéndose mucho… No tenía idea de que ella era tan caliente… Sus gemidos ahora eran gritos fuertes.

– «¡¡¡¡Me cooorrrroooo!!!!», gritó al final.

Mi mano y las sábanas quedaron empapadas del flujo y orina que soltó.

– «¿Me das tu mano para que saboree todo?, me preguntó.

Le llevé mi mano mojada a su boca y ella no tuvo ningún problema para lamer cada gota que tenía en ella… Después, cuando terminó, puse mi cabeza sobre sus grandes tetas y siguió dandome de mamar.

Llevamos nuestra relación a un gran nivel de erotismo a pesar de que todavía no habiamos tenido relaciones sexuales reales, pero ambos sabiamos que eso muy pronto ocurriría.

No sabía qué decir y no queriendo que esto terminara, le dije:

– «Supongo que debería masturbarme más a menudo en tu cama… ¿Me dejas, mamá?»

– «Claro, pero con una condición… Cuando te corras, suelta el semen sobre mi sabana… No lo limpies… ¿de acuerdo?», me respondió.

– «¿Quieres decir que quieres meneármela otra vez mamá?», le pregunté.

– «Si ti quieres, sí… Es bueno que una madre y su hijo exploren todos los deseos sexuales para lograr el máximo de placer», respondió.

Nos besamos en los labios durante unos minutos y luego follamos por primera vez… Me puse encima de ella y lentamente inserté mi polla en su coño… Por supuesto, nunca me sentí tan a gusto… Supongo que fue porque mi polla se metía en el coño de mi madre y no en el de una mujer diferente, además de que no usaba condón.

– «Sabes que tienes una gran polla», me dijo.

– «Gracias mamá», le contesté.

Me incliné y la besé de nuevo en los labios… A partir de aquí, nos besamos apasionadamente durante unos 5 minutos y ella envolvió sus brazos a mi alrededor, mientras mi polla permanecía dentro de su coño y notaba sus contracciones y mojaba mucho, señal del placer que le estaba dando… Yo apenas pude resistir tanto placer y, tras bombear detro y fuera durante un breve tiempo, comence a correrme soltando chorros de semen en el interior de su coño.

– «¿Te has corrido dentro de mí, Jeff?», me preguntó.

– «Sí, mamá», le contesté.

– «No recuerdo la última vez que un hombre se corrió dentro de mí… Se siente muy bien», me dijo.

Me incliné y la besé de nuevo.

– «Jeff, no estoy tomando la píldora», me dijo.

– «Bueno, si quedas embarazada, seré el padre de mi propio hermano», le contesté.

– «Seguro», me respondió sonriendo.

Luego nos besamos una vez más y nos acurrucamos abrazados.

– «Ya han pasado muchos años desde que dormiamos en la misma cama… ¿Quieres acostarte con mamá otra vez?», me preguntó.

– «Me encantaría», le contesté mientras volvíamos a besarnos.

Y así comenzó todo… Ahora tenemos relaciones sexuales casi todos los días y nuestra vida sexual es maravillosa, incestuosa, tal como nos gustaba tenerla… Un joven de 19 años se esta acostando con una madura de 46 años, y ella era la mejor folladora que podría encontrar para darme todo el placer que quiero.

Mamá tiene amigas de más o menos su misma edad, por lo que también podemos consideradas maduras… Una en particular, llamada Sally, que tiene 46 años, descubrió que estaba embarazada… Ya tenía 3 hijos y ahora otro en camino, pero había algo interesante en ese embarazo.

Le contó a sus otras dos hijas, y a mi madre, que el padre era su hijo Gary, que también tenía mi edad.

Pensé que eso era bastante sorprendente porque no tenía idea de que estuvieran follando ya que nunca vi ninguna señal de que pudieran ser una pareja también de incestuosos como nosotros.

– «No puedo creer que Gary y su madre lleven follando más de un año… Creí que éramos la única pareja incestuosa de la zona», dijo mamá.

– «Sí… Han estado follando bastante tiempo y de no quedar embarazada, nadie lo habría sabido», le contesté.

– «Precisamente quería decirte unas cosas», me dijo mientras me abrazaba y besaba.

– «Te amo… Dime que pasa, mamá», le contesté mientras respondía a sus besos y abrazos.

– «Sally me dijo que ahora que sus hijas lo sabían, le daba vergüenza follar con su hijo en casa y me pidió si podían venir a la nuestra… Le dije que hablaría contigo antes de decirle nada.»

– «Naturalmente que pueden venir, pero tienes que dejarles claro que aquí tienen que estar desnudos y follar delante de nosotros, igual como lo haremos nosotros… Nuestra casa es pequeña y tendremos que follar en la misma cama y al mismo tiempo si nos apetece», le contesté.

– “Eso es muy fuerte, hijo… Nos calentaremos muchisimo… ¿Lo has pensado?… Vamos a follar con espectadores y cómo espectadores… Eso jamas lo hemos hecho ninguno… ¡¡Uff… Uff!!”, dijo.

– “Claro que lo he pensado… Y también lo he hablado con Gary, que me lo pidió, pero no me atreví a decirtelo si tú no me lo planteabas antes, porque sabía que Sally había hablado contigo.”

– “¡Oh!… Vaya sorpresa me has dado… ¿Entonces, les decimos que sí?

– “No vayas tan deprisa que quiero poner mis condiciones?, le dije.

– ¿Condiciones?… ¿Cuáles, hijo?, me preguntó intrigada.

– “Se lo dije a Gary y él aceptó… Si me apetece, me follaré yo también a Sally?”

– “¿Qué?… Eso significa que yo…”

– “Exacto… Gary te follará a ti, pero si lo hace por el coño tendrá que utilizar condón.”

– “Hijo, tú has pensado eso… Vas a ver a tu madre, que por complacerte, va a ser follada por otro… ¿De verdad quieres eso?”, me preguntó.

– “Sí… Me gustará verte follando con otro… No se hable más, mamá.”

Y esa misma semana, Sally y Gary vinieron a visitarnos una tarde-noche… Nos desnudamos los cuatro y fuimos al dormitorio… Sally mostraba ya su barriga de embarazo y a pesar de ello, Gary se la follaba con fuerza… Nos escitaba verlos mientras nosotros follabamos también… Pronto perdimos la vergüenza peroese día no hubo nada de intercambio aunque follamos mucho las dos parejas y nos corrimos repetidas veces… Fue todo muy placentero y nos gustó.

Cuando mamá y yo estuvimos sólos, ella me dijo:

– «Llevamos follando desde hace más de seis meses y los dos nos queremos mucho… He pasado desde masturbarme en mi cama antes a follar contigo casi a diario… Ahora no nos consideramos madre e hijo, sino amantes… Y como amante te digo, ¿podrías tener un bebé conmigo cómo lo va a tener Sally?, me preguntó mamá.

No sabía qué decir a eso… Esto no era como pedirme que donara un riñón… Esto eran algo que nunca había esperado que me dijera y pidiera con total seriedad.

– «Siempre quise tener otro bebé… Lo quise durante muchos años, pero nunca supe con quién podría tenerlo… No iba a decirte que quería otro bebé después de que tu padre muriera… Ahora tenemos na bonita relación algo aquí y no creo que encuentre a alguien mejor que tú para tener un bebé a pesar de que me entregas a Gary para que me folle y disfrute con mi cuerpo… Significaría todo para mí si me preñaras», me dijo.

Me quedé completamente sin palabras… No sabía qué decir más que esa palabra de tres palabras que se moría por escuchar… Así que se las dije.

– «Sí, mamá… Te dejaré preñada.»

– «En serio… ¿Lo harás?», me pregunto feliz y enamorada.

– «Sí… Lo haré», le contesté.

Entonces comenzamos a besarnos con tanta pasión que pensé que nuestras lenguas estaban a punto de fusionarse en una sola y extraña lengua… Me puse encima de ella y coloque mis manos debajo de sus nalgas presto a clavarle de nuevo mi polla en su coño.

– «¿Así que quieres meter tu polla en mi coño?», me preguntó sonriendo picaramente.

– «Sí… Te la voy a clavar otra vez, por cuarta vez esta noche», le contesté.

Ella abrió y dobló lentamente sus rodillass todo lo que pudo para ofrecerme lo más abierto posible su coño, dispuesta a que le metiera profundamente mi polla en su interior… Poco a poco inserté mi polla en su viejo y húmedo coño sin condón… Se la metí toda y empecé a follarmela con fuerza… Nos mirábamos a los ojos mientras me la follaba y pronto le eché al menos cuatro buenos chorros de semen en su interior.

Después de correrme nos besamos muy apasionadamente durante unos minutos seguidos… Después de besarnos miramos el uno al otro de nuevo y luego, de repente, ella se sintió mal.

– «Tengo que vomitar», me dijo.

Se levantó y corrió hacia el baño… Por supuesto, yo fuí detras de ella y la ví vomitar… Cuando terminó, me miro sonriendo y me dijo:

– “Cariño… Creo que me has preñado.”

A la mañana siguiente un test confirmó la buena noticia… Esa misma tarde llamaron a Sally y Gary para decírselo… Quedaron en que el viernes tarde-noche vendrían a celebrarlo… Mamá comprendió entonces que Gary podría follársela como quisiera.

Y esa noche, mientras veía a su hijo Jeff sentado en el sillón con las piernas abiertas y a la preñada Sally arrodillada entre sus piernas dándole una gran mamada, ella estaba mirandolo a cuatro patas sobre la cama, con las piernas abiertas siendo penetrada por Gary.

– “Gary, sin prisas, fóllatela y que sienta lo gorda que tienes la polla.”

Pronto, y durante la noche, todos escuchamos los jadeos de mamá y vimos sus convulsiones cada vez que se corria… Ella sabía que, a partir de ahora, iba a tener que complacer la lujuría de su hijo, que sin duda iría en aumento, pero lo amaba y lo complacería haciendo todo lo que él quisiera.

Ha pasado el tiempo y ahora ella está de 6 meses… Su barriga ya va aumentando… No sabemos el sexo del bebé… Yo quisiera una niña y mamá, un niño… De momento mientras esperamos que llegue el momento, continuo follandomela, dandole por el culo y corriendome en su boca, que le encanta… Y no olvidamos a Sally y Gary, que ahora están ocupados con su nuevo bebé, pero que de cuando en cuando nos ’visitan’.

Cuando veo a mamá pienso que le hice un gran favor sin siquiera saberlo y ahora es muy feliz… Me lo agracede y mucho… Ambos lo disfrutamos, aunque a veces lo disfrutamos cuatro.

F I N