Cuando nos quedamos a solas con mi primita
Actualmente tengo 20 años, y vivo en una ciudad diferente a donde está ubicada toda mi familia, por temas de estudio. Tengo una familia bastante numerosa, sin embargo, de entre toda la gente que se reúne en la cena navideña, mis ojos siempre se posan sobre mi prima. Su nombre Nicol, y es dos años menor que yo, es una chica con un tono de piel canela, con un pelo negro largo, y una sonrisa hermosa, si la vez de frente tiene unos senos muy pequeños, que realmente no llamarían la atención de nadie, sin embargo, tiene unas caderas y un trasero, bastante firme y bien formado que estoy seguro llama la atención y el deseo a más de uno.
Una noche faltando semanas para empezar nuevamente la universidad, me llama mi tía, la cual me da una noticia que no hace más que dibujar una sonrisa en mi rostro y me permite imaginar más de una cosa. Mi tía me comenta que su hija (Nicol) tomó la decisión de empezar su carrera universitaria en la misma ciudad en la que yo vivo, y para colmo de las coincidencias en la misma universidad que yo estudio. Me pide de favor que pueda ayudarla a adaptarse a la ciudad, ya que se mudaría dentro de pocos días.
Llega el día que recibo a mi prima y nos saludamos de beso en la mejilla. En aquel día después de ayudarla a instalarse en su nuevo departamento, prosigo a darle un tour por toda la ciudad. En si yo planeaba empezar a tener una relación más estrecha con mi prima, sin morbo incluido, pero claro con aquella pequeña esperanza de que surja algo más constantemente latente. Sin embargo, ante el inicio de las clases, mi plan se va disipando por descuido mío, yo empiezo a centrarme más en diferentes actividades, y no llegando a casi nunca ver a mi primita.
Pasaron aproximadamente unos tres meses desde que mi prima llegó, ella empezó una relación con un imbécil de su curso, un imbécil que conozco desde hace años, un mujeriego, ebrio, y adicto a distintas sustancias que no son del agrado de todos. Realmente no podía entrar en mi cabeza que tremendo mujeron este con semejante idiota. Sin embargo, pasó algo inesperado una noche. Recibí un mensaje de Nicol, que me preguntaba si estaba libre para ir a su casa a charlar.
Apenas llegue a su casa ella me recibió y noté que sus ojos estaban cristalinos revelando que estuvo llorando por mucho tiempo. Ni bien nos acomodamos en su sillón ella comenzó a contarme que había pasado. Resulta que el idiota de su, ahora exnovio le había confesado en medio de una discusión que la había engañado en más de una oportunidad y se jactaba de ello. Volvió a llorar, y empezó a desahogarse, yo sencillamente me dedique a consolarla y empezar a decirle lo idiota que fue su ex por haberla dejado.
Llegó un momento de silencio y ella simplemente se acostó en mi hombro dando paso a que la abrace con un brazo. Pero este silencio no era incómodo, todo lo contrario, el hecho de estar a lado de ella en esa situación me hizo sentir bastante cómodo y hubiera deseado que nunca terminase,
Aprovecho para contar un poco de como andaba vestida en ese momento, tenía su pelo amarrado con una cola de caballo, mientras en prendas a la vista solo traía una polera bastante ancha y un short bastante corto. Lastimosamente por el largo de su polera no se llegaba a ver absolutamente nada por encima de sus rodillas.
No entiendo como ese idiota pudo dejar a una mujer tan hermosa como tu- Dije rompiendo el silencio
Seguro ya se debe estar comiendo a una chica mucha más linda- Decía con un tono de voz que denotaba su tristeza
Cualquier hombre podría ver que eres sumamente hermosa, no creo que un idiota como el pueda conseguir a alguna mujer como tu, cualquiera solo podria soñar en tenerte a su lado, si es que yo tuviera la oportunidad…- Pare de hablar al darme cuenta que no solo estaba diciendo de mas, si no que estaba pensando mis deseos mas internos en voz alta.
Nicol se limitó a solo mirarme al rostro con una mirada bastante sorprendida, siendo que estaba nervioso a morir intenté disimularlo lo mejor posible. Paso unos cuantos segundos en los cuales mantuve contacto visual con ella, segundos que sentí eternos. Ella solo puso su mano en mi mejilla y me dijo:
Por favor termina lo que ibas a decir- Dijo sonriendo levemente
Yo sin saber de donde saque el valor para terminar la oración dije:
Si tan solo yo tuviese la oportunidad de poder besarte- Dije sonriendo y sabiendo que no habia vuelta atras
Ella simplemente acercó lentamente su rostro al mío, dando paso a que nuestros labios choquen por primera vez. Cerré los ojos y dejé que todo fluyese, siendo que disfruté aquel momento como ningún otro. Aquel roce de labios fue tomando su tiempo, siendo de unos segundos, a ser unos minutos. Ella me agarró de la mano mientras se ponía de pie, a la vez me jalaba y me dirigía para su habitación.
Una vez en su habitación aun de pie volvimos a besarnos, beso el cual inició siendo muy tierno, sin embargo rápidamente trascendió a la pasión y lujuria. Sentía como su lengua empezaba a abrirse paso entre mis labios, llegando a chocar con la mía, no hice esperar y empecé a jugar a lo mismo, empezando una guerra de pasión teniendo nuestras lenguas de protagonistas invadiendo la boca del otro constantemente. No aguante más, era ese el momento de poder sentir aquel tesoro que año tras año robaba mi mirada además de ser el deseo de más de uno. Pose mi mano en su cintura, y suave y lentamente atento a cualquier signo de negación por parte de ella fui bajando lenta y sutilmente. Cuando empecé a notar como mi mano llegaba a aquella parte que empezaba a levantarse lo supe, estoy palpando el culo que por años soñé tocar.
No podía más, el beso seguía cada vez con más pasión, y quería poder apretar ese trasero cual si fuera plastilina. Cuando mi mano llegó a estar completamente en aquellos espectáculos a la vista, me disponía a apretar, hasta que sentí su mano agarrar la mía posicionada en su más grande atractivo. La mire a los ojos, y dentro mío pensé que era muy bueno para ser verdad, estaba casi seguro que la iba a retirar de ahí, y me iba a pedir ir más lento o peor aún, retractarse de toda la situación, porque hay que recordar, SOMOS PRIMOS. Sin embargo, cuando ya me estaba empezando a resignar por los mil pensamientos que pasaron por mi cabeza en fracción de segundos me di cuenta que ella sencillamente sonreía, de la manera más dulce y a la vez perversa que podía imaginar. Movió mi mano y la posó exactamente en pleno centro de sus nalguitas, el mensaje era claro, ese era mi momento, el momento de que iba a disfrutar lo que desee desde que mis hormonas despertaron.
Levante suavemente su polera a la altura de su cintura dándome campo para poder explorar con total libertad esas nalguitas solo cubiertas por ese mini short que usaba para dormir. Empecé a apretar y amasar aquellos dos cachetes sintiendo como eran suaves y moldeables, pero a la vez firmes. Mientras seguía aquel toqueteo que disfrutaba tanto, baje lentamente mis besos hasta su cuello dando inicio a un nuevo juego. Conforme seguía humedeciendo su cuello y mis manos jugaba con sus nalgas, de su boca emanaba un muy leve gemido, a la vez sentía como movía de manera muy leve su cintura, específicamente su entrepierna, como si intentase evitarlo pero no pudiese.
Retire con cuidado su polera, dando espacio a poder apreciar lo que para mi sorpresa fue la total desundez de su pecho. Sin hacerme esperar empecé a besar, lamer y chupar sus tetas, no eran grandes sus senos, pero aun con ello para mi esta mujer era hermosa. Después de darme un breve banquete con sus pechos, la acosté en la cama, viendo su total desnudez siendo únicamente sus bragas las que quedaban ocultando su intimidad.
Desnúdate – Dijo Nicol de manera muy suave
No me hice esperar y retire todas mis prendas únicamente quedando mi boxer. Ella se sentaba de manera lenta y me agarró el paquete aun con el boxer puesto, mientras me miraba a los ojos con una sonrisa perversa, llena de deseo y lujuria. Pasó su lengua por encima de la prenda e inmediatamente lo bajó de golpe, dejándome totalmente desnudo. Salto de golpe mi rabo, y totalmente erecta, después de todo lo sucedido era imposible no encontrarme así. Empezó a masturbarm de una manera un poco brusca, sin embargo no importaba ya nada, estaba en el paraíso. Me dirigió una mirada acompañada de su pícara sonrisa antes de meterla en su boca y empezar el juego con su cabeza, intentando meterla entera, y después sacándola dejando solo la cabeza dentro.
No quería que terminara todo aun, y con el ritmo que estábamos teniendo no tardaría mucho, entonces aparté levemente su cabeza y la acosté en la cama. Ella sabía lo que seguía y yo también, retire de un tirón sus bragas, quedando totalmente desnuda. Me puse encima de ella, y la empecé a penetrar de una manera muy suave. Conforme iba entrando mantenía mi mirada en su rostro, mientras mas adentro llegaba más cambiaba su cara, abriendo su boca totalmente como queriendo decir algo pero sin salir palabra alguna. Después de llegar a lo más profundo que podía retiraba mi miembro de su cavidad dejando solo la cabeza y volviendo a penetrarla. Así sucesivamente, siendo cada vez más rápidos mis movimientos, saliendo y entrando. Conforme aumentaba el ir y venir, los gemidos de Nicol eran más fuertes. Sus brazos abrazaban mi cuello acercándome a ella, y finalmente uniéndonos en un beso bastante erotico.
Agarré sus piernas posicionándose encima de mis hombros y por la posición llevando sus rodillas hasta su pecho, sus gemidos que antes ya eran altos, pasaron a ser peticiones casi a gritos.
Por favor sigue follandome papi, me encanta que estés dentro mío- Gritaba Nicol en medio de sus gemidos.
En el ambiente solo se escuchaba como mi piel chocaba con la suya acompañado de sus gritos, en mi mente solo estaba que por fin cumplía aquel sueño húmedo que tenía desde que empecé mi pubertad.
Estaba apunto de explotar, solo la mire a los ojos y cuando le iba a hacer la pregunta ella respondió con una voz tierna, y dulce antes que siquiera saliera sonido de mi boca como si estuviéramos conectados.
“Suéltalo dentro mio, dámelos por favor”
No aguante más, lancé un grito ahogado y me vacíe totalmente en el interior de ella. Apoye mi cabeza en el pecho de ella y me deje descansar.