Cumplí mi fantasía, un día que no sabía que hacer compre todo y fui a buscar a mi marido a su oficina para darle la sorpresa

Valorar

Hola a tod@s.  

Quiero enfatizar desde el inicio de este relato no es una vivencia mía como las anteriores, esta solo es una de mis tantas fantasías, que espero que esta en especial pueda llegar a lograrse ya que solo imaginarla ¡uf! No sé ni que siento. En fin, aclarado esto comencemos.  

Quiero primero explicar y describir el lugar lo más detalladamente para que puedan tener una mejor imaginación sobre lo leído a continuación; imaginen un edificio muy grande, de varios pisos de altura, en uno de los pisos hay una oficina la cual está en el centro de ese piso, es grande, porque ahí esta unos de los jefes mayores, es la única oficina cerrada que hay, y en vez de tener paredes de concreto, está rodeada de vidrios que, a las personas de a fuera les es imposible echar una mirada a ver que hay dentro, pero quien está dentro de la oficina puede ver todo lo que hay fuera de ella detalladamente (¿excitante no?). Lo que hay afuera de esa oficina son muchos escritorios de secretari@s que rodean esa oficina como si fuera una isla. Descrita la escena ahora sí, comenzamos.  

 

Era un día cálido de primavera, donde el sol no es muy fuerte y el aire es fresco, perfecto para ir a pasar el día fuera de casa. Me levanto a las 9 de la mañana y me doy cuenta que mi marido ya se había ido a su trabajo, yo, estaba completamente desnuda con mi cabello rodeando mi rostro, con ganas de que él hubiese estado para repetir la maravillosa sesión de sexo que habíamos tenido en la noche anterior. Solo de acordarme todo lo que en la noche había pasado nuevamente un calor extremo invadió mi cuerpo, en especial a mi sexo, quise omitir ese llamado ya que mi cabeza algo había empezado a tramar. Me levanté de mi cama y me fui a bañar, mientras el agua recorría mi cuerpo sentía una electricidad que pasaba por todos los rincones de mi piel y terminaba nuevamente en mi sexo, por segunda vez, me volví a contener. 

Salí del baño, seque mi cuerpo y me puse una ligera bata de seda blanca, seque mi cabello con ayuda de un secador, abrí mi closet y empecé a buscar que era lo que me pondría, pensé primero   -¿a dónde irás?- ,   le llame a mi marido y le pregunté que si tenía tiempo de ir a comer juntos, él me dice que está muy ocupado y que por esta ocasión le será imposible, que nos veíamos en casa para cenar o en alguna parte que yo quisiera, según esto habíamos quedado de vernos a las 6:00 de la tarde en un restaurante italiano cerca de su trabajo. Colgué el teléfono y termine haciendo cara de puchero ya que mi plan de ir a comer con él se había arruinado, pero pensé dentro de mí, bueno, tengo tiempo para hacer mis cosas y darme una vuelta por la plaza e irme a poner guapa para él. 

 

Seguí en búsqueda de mi outfit y el día de hoy me apetecía ir vestida muy formal y elegante, así que busqué un vestido negro entallado con finos tirantes a mis hombros, unos tacones cerrados de color nude y un bolso clutch (bolso semejante a una cartera) del mismo color, para terminar con un reloj grande color dorado, un ligero y pequeño collar dorado que no sobre salía a mi escote con un pequeño detalle de un corazón y unos pendientes pequeños pero brillantes. A pesar de que mi vestido no tenía escote y era a la altura de la rodilla, me miraba fabulosa, ya que mis pechos grandes sobre salían del vestido y cada una de mis curvas se resaltaban debido a que este era muy entallado, mis pechos y mi cintura se miraban fenomenales y que decir de mis caderas.  

Me mire al espejo y solo imaginaba a mi marido desvistiéndome y comiéndome a besos por todo mi cuerpo, por tercera vez, pare mi impulso, me perfume con mi perfume favorito chance de Chanel (si quieren saber a qué huelo, búsquenlo) y satisfecha por mi atuendo busque las llaves de mi choche y salí de casa rumbo a una plaza cerca del trabajo de él. 

 

Al llegar a la plaza fui directamente a un salón de belleza para esto ya eran casi las 11:00 am, pedí que peinaran mi cabello de manera suelta, que lo dejaran lacio, pero con mucho volumen y que me maquillaran de una manera muy sutil porque quería llevar mis labios rojos (mi labial preferido y lo que me caracteriza), sin duda alguna quede completamente hermosa, era imposible no voltear a verme, era la elegancia andando, era toda sensualidad. Me fui del salón muy satisfecha y al ver la hora me quise morir, serían apenas la 1:00 pm, ¡Pffff! ¡Dios mío! ¿Qué haría en tantas horas?, me fui a dar una vuelta por la plaza y entre a un Starbucks para hacer tiempo y comer algo ya que siendo medio día no había comido nada.  

Pedí mi bebida favorita del lugar: un latte descafeinado tibio con leche de soya, a lo que acompañe con una galleta de avena, mientras estaba sentada pensaba en que hacer porque aún faltaban horas para ver a mi esposo y lo que menos quería era regresarme a casa porque sabría en lo que terminaría y en esta ocasión prefería esperar a mi hombre. Me levanté del lugar y vi que frente al café había una tienda de lencería fina, mis ojos se abrieron como plato y caminé derecho hacia el lugar. Al entrar había muchos conjuntos hermosos, para todos los gustos, yo empecé a mirar cada uno imaginándome que sería buena idea comprar uno para el encuentro que tendríamos en la noche mi esposo y yo, busque algo muy sexy a la vez elegante, no quería romper con el estándar que traía ese día, de mujer fina y elegante, pero toda una puta por dentro.  

 

Encontré justo lo que buscaba, un conjunto negro de encaje, a través del bralette se podían observar mis pequeños pezones rosas e inclusive se veía el pequeño piercing de mi pezón izquierdo, la tanga era muy pequeña, tapaba apenas mis labios, y el ligero hacia toda una combinación la cual sabía que él no podría resistirse. Eran las 2:50 pm y me dirigí rápidamente hacia mi casa, apenas entre a la sala del departamento y empecé a desvestirme para ponerme el conjunto que había comprado, no quise entrar a la habitación porque sé que solo sería una tentación y para esto ya se me había ocurrido llegar de sorpresa a la oficina de mi marido. Entre al coche, volví a perfumarme y pintarme los labios, acomode mi cabello y tome marcha para su oficina.  

Llegué al edificio y entre al estacionamiento, al bajarme muchas miradas se posaron sobre mí y sus caras no eran precisamente de amistad, sus miradas eran de lujuria y deseo, a mí eso me calentó muchísimo más, porque era como si supieran lo que estaba tramando hacer. Subí por el elevador y me encontré con un amigo y compañero de trabajo de mi esposo, me saludo muy cordialmente e inclusive más elogiador de lo normal, me preguntó que si me dirigía con él a lo que respondí que sí, el «amablemente» se ofreció acompañarme hasta el cuarto piso que era donde se encontraba mi esposo, noté sutilmente por los espejos del ascensor que no dejaba de ver mi cuerpo con cara de deseo, y su mirada se posaba sobre mis pechos, llegamos al piso y me despedí de él gentilmente y dándole las gracias por el acompañamiento. Al entrar al piso me di cuenta que realmente estaban ocupados porque veía a la mayoría caminar como locos de aquí para allá y los que estaban en su escritorio tecleaban rápidamente, hacían llamadas o contestaban los teléfonos porque estos no paraban de sonar, por un momento pensé en marcharme porque pensé, si ellos están ocupados mi marido lo ha de estar muchísimo más y solo le seré estorbo. 

 

Iba a darme la vuelta y en ese momento una de las secretarias de mi marido me toma del brazo y me saluda muy amistosamente a lo que respondo igual y me pregunta si venía a ver a su jefe lo cual asenté con mi cabeza, pero le dije que sería mejor marcharme porque note que estaban muy ocupados. Ella muy linda me dijo que en efecto estaban muy atareados pero que no me fuera sin pasar a saludarlo ya que me elogio que ese día me veía muy guapa y que sería una lástima que fuera hasta allá y no me mirara, que puedo decir, me convenció. Camine hacia su oficina y toque la puerta y  no tuve respuesta, volví a tocar y nada, nuevamente pensé es mala idea, está muy ocupado pero dije:  – Ok, una vez más- ,  a la tercera tocada escuche un    –pasen-  y abrí la puerta con cuidado y note que él hablaba por teléfono, me senté sobre un sofá que estaba en su oficina y espere a que terminara su llamada, él volteo en su silla me vio y me aventó un beso, con señas me dijo que esperara y solo moví la cabeza diciendo que sí y le sonreí.  Mientras él hablaba note que todo se podía mirar desde ahí adentro, tenía tantas veces que había ido a esa oficina y creo que jamás me había dado cuenta de ese detalle, incluso me pare del sillón y fui directo hacia la pared de vidrio y vi lo que vi al principio, gente corriendo de un lado a otro, personas sentadas frente a un ordenador con cara de angustia, otros llamando por teléfono de manera sobre saltada, y justo cuando alguien hablaba frente a mí, se me ocurrió sacar mi lengua y hacer un gesto para ver si era posible que me miraba, no vi reacción alguna a mi cara así que levante mi brazo y saque mi dedo medio para ver si ahora si podía hacer una gesticulación debido a mi majadería, pero no, nada, me quede asombrada que realmente ellos no podían ver nada de lo que sucedía aquí adentro. 

 

Me volteo y viene mi esposo hacia a mí con cara de duda y me pregunta que sí que hago, a lo que respondo que nada, que solo observaba a los trabajadores. El me abraza como si fuera su salvación y me dice que le da gusto verme ya que ha tenido un día muy estresado, lo consuelo y sobo su espalda, el abrazo fue largo, duro como tres minutos, y al retirarse ve mi rostro y se aleja un poco más para ver todo mi cuerpo, una cara de deseo se le escapa acompañado de una sexy sonrisa de lado. Me dice que me veo hermosa y me da un profundo beso que me hiso estremecer, seguido de una buena nalgada que dejo un poco adolorido mi glúteo. Le dije que había ido porque le tenía una sorpresa y de inmediato sonrió y al mismo momento puso su sexy cara de pregunta, le pregunte si estaba muy ocupado y me respondió que para mí jamás. Caminé hacia la puerta y puse el seguro, su sonrisa de hizo aún más grande y abrió sus brazos en señal de que quería abrazarme, nos abrazamos y comenzamos a besarnos muy apasionadamente, yo había estado caliente todo el maldito día desde que me levanté, no podía más pero no quería arruinar el momento así que me fui despacio. 

Él comienza a recorrer todo mi cuerpo con sus manos, primero mi cintura, mis caderas, mis glúteos, mis senos, aprieta y estruja todo mi cuerpo, me pega hacia él y gimo, lo tomo de la mano y lo llevo a la silla de su escritorio, lo siento y abro mis piernas para subirme arriba de él, nota como las ligas de mi ligero sobre salen, me mira morbosamente y nuevamente pega sus labios con los míos para entregarse a un apasionado beso, toma mis glúteos moviéndolos para que se restrieguen en su pene que ya a esta altura podía sentirse muy duro, toca mis piernas, las aprieta, sube a mis pechos, los masajea y busca el cierre de mi vestido que está en mi espalda y comienza a bajarlo lentamente, baja la mitad de mi vestido dejando mis pechos afuera y clava su rostro robre estos para besarlos, morderlos y chuparlos.  

 

Me levanto de sus piernas y me retiro por completo el vestido para mostrarle mi lencería, empiezo a moverme lentamente y paso mis manos por mis pechos, mi cadera, mi conchita, le doy la espalda y bajo ligeramente para que pueda tener una vista más panorámica de mi rajita ya que la tanga era bastante pequeña y mis labios se llegaban a comer la tela, volteo a ver su reacción y noto que él se lleva ambas manos a la cabeza e inhala y exhala profundamente. Vuelvo a ir nuevamente con él, pero esta vez recargo medio cuerpo en su escritorio, abriendo mis piernas y dejando mis pompas y vulva a su vista, comienza a morder y besar mis pompas y clava su rostro en medio de ellas, hace a un lado la diminuta tela y comienza a masajearme la rajita, primero estimula mi clítoris y baja muy lento a mi vagina para meter uno de sus largos dedos, era algo que no me esperaba aun así que salte y pegue un grito –¡shhh!-  es  lo que respondió a ello, yo voltee hacía enfrente y veía a la gente que pasaba por ahí como si nada y no podía creer que estaba ahí frente a ellos teniendo sexo y no podían verme si yo podía verlos a todos.  

Sacaba y metía lento su dedo, yo disfrutaba como loca, después de un rato metió otro de sus dedos y acerco sus labios a mi rajita para comenzar a comérsela, me chupaba como un bebe a su teta, estaba extasiado y yo también, no quería que parara nunca. Saco sus dedos y seguía con su lengua recorriendo toda mi raja, me excitaba que me describiera como se encontraba mi vulva en ese momento, estaba rosa, hinchada, jugosa, llena de jugos y mi clítoris parecía el botón a florecer de una rosa color rosa, empieza a lamer mi culito y se queda ahí comiéndoselo un rato mientras me sigue tocando mi botón rosa. Me quita la tanga y me voltea hacia él, me carga, me sube a su escritorio y me abre las piernas en su máximo esplendor para comerme de nuevo la raja, él se quita su camisa mientras hace eso y se desabrocha su pantalón y se deshace de él, me mira a los ojos, el bien sabe lo que quiero, quiero tenerlo adentro de mí, hasta el fondo, se quita el bóxer y rápidamente sin pensarlo pone su pene en la entrada de mi vagina y  de una la mete toda hasta el fondo, yo grite ante esa reacción y note como alguien que pasaba frente a la oficina volteó sin gesto alguno y siguió su camino, comenzó a darme muy fuerte por la vagina y para que no estuviera gritando hundió sus labios con los míos y no dejaba de besarme apasionadamente para ahogar mis gemidos, paro con sus embestidas y me baje del escritorio para arrodillarme frente a su pene y comerla toda, estaba demasiado excitada así que lo lento y suave para mí ya no funcionaba, se la comía toda de una manera rápida y frenética, me la metía toda, la sacaba, hacia lo mismo y jalaba y chupaba rápidamente. 

 

Me propone irnos al sillón y es lo que hacemos, me subo al sillón y me pongo de rodillas levantando el culo para que el comience azotármelo, vuelve a meter su pene por mi vagina y comienza a embestirme bestialmente, me dolía, pero a este punto no me importaba era un dolor con demasiada satisfacción de por medio, gimo demasiado y el trata de callarme, pero era imposible si seguía con ese ritmo, a lo que opta por taparme la boca fuerte con su mano. Yo alce mi mirada y mire como algunos de los trabajadores se estaban yendo, pero aún quedaba la mitad de ellos, por un momento vi y sentí todo en cámara lenta, como ellos iban pasando frente a mi mientras iba sintiendo cada ruda embestida que me daba mi marido y como a pesar de estar a escasos metros de ellos dividiéndonos una pared de vidrio tan frágil y delgada no podían ver como su jefe me estaba dando como a una puta. Regrese de la cámara lenta para vivir el ahora y estallar en un delicioso orgasmo, él siguió, pero de una manera más suave y delicada. me voltee, lo bese en la boca y en la punta de su nariz, él se sentó a un lado mío y nuevamente comencé a darle sexo oral, me comía su pene, sus huevos y el jalaba de mi cabello; se paró rápidamente como si alguien lo hubiese visto y nuevamente me subió al sillón y me puso en la posición anterior, pero esta vez su pene no entraría en mi vagina si no en mi ano.  

Me chupo mi hoyito durante unos minutos y tomo de los líquidos que seguían saliendo de mi vagina para llevarlos a mi ano y colocó en la entrada de mi ano la cabeza de su pene y poco a poco empezó a meterla, él sabía que por más caliente que ambos estuviéramos y aun que yo le digiera que me la metiera toda de una no debía hacerlo, ya que por su tamaño el dolor me duraría días e iba ser una lata estarme escuchando mis quejos sabiendo que era algo que yo quería. Al tener la mitad dentro de mi agujero comenzó a él mete y saca, él sabía que me encantaba que me diera por atrás así que siempre se encargaba de hacerme disfrutar al máximo ese momento. Empezó suave y ya que noto que estaba mi cuerpo más relajado y muy excitado empezó con una velocidad media y constante, me jalaba el cabello, me azotaba las pompas, ambos estábamos ya al borde de un orgasmo y empezaron sus embestidas a ritmo brutal, tapo nuevamente mi boca con su mano y siguió dándome muy duro y fuerte para después de varias embestidas termináramos los dos, el por supuesto se vacío completamente en mi colita, sin fuerzas me quede en esa posición y el me abrazo por detrás para después cargarme e irnos a sentar en su silla. 

Él sentado y yo arriba de él, ambos desnudos, besándonos, ya no apasionadamente, si no dulcemente, acariciando nuestros cuerpos desnudos, sintiéndonos el uno al otro, no tardó mucho en volverse a endurecer su amiguito, yo solo sonreí y volví a besarlo. De nueva cuenta metió su pene en mi vagina, este entro como si nada, -yo a este punto estaba chorreando jugos hasta por mis piernas-, solo entro, no hiso nada por moverse ni yo por moverme, disfrutamos así, pegados los dos, acariciándonos el uno al otro, besándonos, diciéndonos cosas al oído, una que otra vez empujaba su pene para que no me olvidara que lo tenía dentro de mí. Después de estar un buen rato así y ya que no había prácticamente nadie en la oficina, me levante, me cambie, me limpié lo más que pude y cuando estaba a punto de ponerme la tanga, lo pienso y se la doy a él, le digo que se quede aquí con ella para que se acuerde de mi cuando no esté cerca y tenga un tiempo de ocio en la oficina, él la toma con una sonrisa y me avienta un beso. Me despido de mi amado y le digo que lo espero en el restaurante en donde habíamos quedado, ya para esto faltaban 15 minutos para las 6:00 pm hora en la que habíamos quedado citados.  

Trato de peinar mi cabello lo más que pueda ya que este quedo hecho un desastre, retoco mi maquillaje y salgo de su oficina, al salir varios me ven porque evidentemente no salí como entre y puede que más de uno haya escuchado mis gemidos, lo cual paso a importarme muy poco. Sali del edificio con una gran sonrisa porque había logrado mi cometido y el líquido que salía ligeramente por mi culito lo comprobaba.  

 

Espero les haya gustado bastante, como dije es una de mis fantasías y a ser honesta creo que es la mayor, el estar en un lugar teniendo sexo donde no me puedan ver, pero yo a ellos sí. Me despido por un tiempo, realmente no sé cuánto, puede que sean semanas, meces o quizá mi tiempo me dé para subir uno que otro relato pronto en un tiempo de ocio, si me ausente no fue por que quise, he estado con muchos pendientes y en estas próximas semanas vienen más y más demandantes de mi tiempo. Así que creo que este será mi mejor, más épico e insuperable relato jaja (hasta ahora), ya que en las casi 6 horas que me tomo hacerlo, pasaron un sinfín de sucesos, vino a mí mi cuñada diciéndome que mi hermano y ella se dejarían (es horrible lo sé), vinieron mis padres a visitarme, me masturbe dos veces, escuche el disco AM de los Artic Monkeys y me lo acabe como 4 veces… jajaja, en fin, espero sea de su agrado, les aprecio mucho y gracias por el tiempo que me han dedicado al leerme, sigo pendiente de sus correos. Un abrazo a tod@s.  

 

Deja una respuesta 0

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *