Cumplí una gran fantasía sexual con mi mejor amiga

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Cuando conocí a Yennifer, toda nuestra relación se formó en una gran amistad llena de confianza y cariño; pero pronto me sentí confundida con mis sentimientos por ella. Prefería estar con Yenni por sobre mi novio, quería cuidarla y a veces cuando se ponía vestidos muy cortos me hacía mojar. Entonces me dí cuenta que ella era mi amor prohibido, era tan excitante masturbarme pensando en Yenni. Debo admitir que mi mejor amiga tiene un culo de infarto y unas tetas que no son tan grandes pero si le favorecen mucho, su rostro es muy bonito y bueno ella es mucho más hermosa que yo.

Yenni, tenía un novio muy imbécil que la trataba tan mal y por lo que me contaba la dejada insatisfecha sexualmente. Sentía tanta rabia por ese tío y no tratarla como la reina que es. Un día Yenni llegó a mi casa, estabamos solas y me empezó a contar que su estúpido novio la había engañado; así que empecé a consolarla y le dije que fueramos a mi cuarto a ver una película en Netflix.

Ella se recostó en mi cama, traía una falda cortita y se lograba ver sus tanguitas rojas; eso me puso a mil y me era imposible concentrarme. Así que elegimos una película al azar y me acobijé con una sabana, así que disimuladitamente me tocaba pensando en esas tanguitas rojas que marcaban bien la forma de su vagina; y Yenni mejoró su humor conforme avanzaba la película y yo me tocaba hasta venirme. Entonces Yenni se fue a su casa, y así continuamos diariamente… ella venía a ver películas y yo me tocaba viéndola.

Un día Yenni, me sonrío con picardía y me dijo:

– ¿Vemos una porno?

– Si, si eso quieres. – le respondí.

Entonces ella busco una película porno lesbica, eso me ponía más excitada de lo que ya estaba, y disimuladitamente empece a acariciar sus piernas, subía de las rodillas hasta su muslo y así en un juego lento. Así que empecé a acariciar su trasero, esperaba que Yenni me dijera algo, que me detuviera. Pero ella estaba ensimismada en la película, entonces empecé a acariciar su abdomen y ella me miró:

– ¿Quieres tocarme?

Empalidecí, no esperaba que ella me descubriera y entonces asentí atontada.

– Dale – me dijo sin pensarlo dos veces.

Entonces se levantó de la cama y se quitó su falda dejando al descubierto unas tanguitas blancas. Luego se quitó su camisa y sus brasieres blancos le quedaban de maravilla. Me acerque a ella y empece a acariciar sus muslos subiendo lentamente hasta su vagina, se humedecio al instante entonces decidí atraerla hacia mi y acerqué lentamente mis labios a su vagina. Joder, que ella estaba empapada y yo aún más, así que lamía su vulva y luego comencé a lamer su clitoris con una gran fuerza y ella gemía.

– Oh, Que rico.

Entonces decidí parar, yo también me desnudé y Yenni se acercó a mis tetas y comenzo a besarlas y chuparlas. Estaba que no podía, ella me tenía loca.

Así que la tire a la cama, y me subí encima de ella dejando que nuestras vaginas se encontraran y se humedecieran, comencé a moverme y nuestros clitoris se estimulaban juntos estabamos tan humedas y yo estaba muy cerca de venirme, así que me acerqué a Yenni y comencé a besarla con loca pasión hasta que al fin me vine y junto a mí ella también llego al orgasmo.

Nos rescostamos en la cama, y ella me dijo:

– Yo sabía que te tocabas bajo las sabanas.

– Siempre pensaba en ti.

– Ya lo sabía, por eso siempre venía en faldas y vestidos usando también mis tanguitas para excitarte más.

-Te amo tonta.

– y yo a ti.

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