Descubriendo la sexualidad con mi querido abuelo

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Mi nombre es Alicia soy aún muy joven para entender muchas cosas pero lo que si sé es que me gustan los hombres mayores. En mi casa vivimos mi padre, mi madre y yo, desde hace algunos años note que mi cuerpo llamaba la atención de los hombres y me di cuenta cuando mi propio padre me miraba diferente. En mi casa no es extraño ver a mi madre en pelotas paseándose por las habitaciones buscando su ropa, y por lo que a mi concierne no me molesta mucho. Cuando estoy en casa suelo llevar poca ropa pues me gusta andar cómoda.

En algunas ocasiones cuando me levanto para ir al baño no cierro la puerta esperando ver la reacción que causa esta situación en mis padres, pero las reacciones que disfrutó más son las de papá es muy divertido verlo tratar de evitar verme en el baño sentada.

Por las mañanas me levanto de la cama en bragas y alguna playera vieja que me sirve de pijama, mi madre siempre me despierta temprano para que desayunamos en familia antes que se vayan a trabajar. Un día no me apetecio cambiarme de ropa así que baje las escaleras así como había dormido, en bragas y con una camiseta de no sé qué grupo inglés sin sujetador debajo.

La reacción de mi madre al verme caminar en esas fachas me hizo mucha gracia pues enseguida me pidió que me cambiara pero la verdad es que no tenía ganas de hacerle caso, la reacción de mi padre fue de sorpresa pues su princesa que soy yo había dejado de ser una niña y ya me había convertido en toda una mujer.

Pude notar lo incómodo que estaba por la situación pero no dejaba de ver mis tetas moviéndose debajo de mi blusa, te he de confesar que me sentí halagada por la actitud de mi padre y hasta un poco caliente

Después de este pequeño incidente las cosas han cambiado en casa mi mamá se la pasa más tiempo desnuda por la casa y a mi padre lo he descubierto varias veces viéndome las nalgas o tratando de ver mis pezones a través de mis playeras. Creo que por alguna razón ellos me ven más como un adulto.

Hace unos días mientras dormía me dieron muchas ganas de ir a orinar, no estoy acostumbrada a levantarme en medio de la noche para hacer mis necesidades pero esta vez no pude evitarlo, de camino al baño la puerta de la habitación de mis padres estaba abierta, pensé que dormían pero la televisión estaba encendida y los gemidos de mamá se escuchaban con fuerza, mi curiosidad me arrastró a asomarme por la puerta abierta. Lo que vi me dejó helada o más bien calentada. Mi madre montaba a mi padre en la posición de la amazona invertida, ver su rostro rojo de placer me pareció excitante, en ese preciso momento mi padre abrió los ojos para darse cuenta que su princesa los estaba viendo follar, pero no dijo nada, continuó moviéndose y cerró los ojos. Un electrizante momento para mi, saber que mi padre me había visto me dejó con el corazón acelerado pero eso no fue todo.

Mi madre se empezó a mover para cambiar de posición y fue inhabitable para las dos encontrarnos una frente a la otra, nuestras miradas se cruzaron y ella tampoco dijo nada solo me sonrió mientras se mordía el labio inferior y me cerraba un ojo mientras que con su dedo me hacía una señal para que guardara silencio. Ver a tus padres hacer el amor no es algo que deseas en la vida pero a veces esas cosas pasan. Por mi parte decidí ver un poco más, mi madre se puso de frente a su marido y comenzó a cabalgar su miembro, yo tenía una posición inmejorable, podía ver la verga de papá entrar en el coño de mi madre. Esa imagen la guarde para mi, de pronto los gemidos de los dos amantes se intensificaron y llegaron al orgasmo ante mi mirada furtiva. Salí de mi enajenación y seguí mi camino hacia el baño antes que me regañaron por estar de mirona.

Al llegar al baño me senté en la taza para hacer mis necesidades, el chorro de orina cayó en el agua, pero al secarme con el rollo de papel me di cuenta de lo mojada que estaba solo por el simple hecho de ver a mis padres follar por unos segundos, mi mano se deslizó en medio de mis piernas y comencé a tocar mi clitoris, sin darme cuenta ya estaba con las tetas al aire y mis dedos metidos en el coño, un leve crujido de la duela me hizo reaccionar, lo primero que vi fue una silueta parada en el umbral del baño, mi padre estaba frente a mí completamente desnudo con el pene erecto apuntando hacia mi. Su reacción fue taparse de inmediato pero era demasiado tarde había visto su miembro en todo su esplendor, lentamente saqué mis dedos de mi coño me levanté de la taza de baño, me puse de espaldas a mi padre y me agaché sin flexionar mis rodillas mostrándole toda mi cola, me puse mis bragas y salí del baño, pase a un lado de él sin decir una sola palabra.

Después de este incidente tan placentero las siguientes noches fueron diferentes, en algunas ocasiones podía escuchar a mis padre haciendo el amor con la puerta abierta sin importar que yo estuviera en la otra habitación, los gritos de placer eran para mí una invitación a verlos de nuevo pero trataba de contenerme la mayor parte del tiempo lo conseguía masturbandome durante las seciones de sexo de mis padre.

Mi padre dejó de disimular al momento de verme en bragas, y la verdad sea dicha yo disfrutaba de todo, pero lo que sí cambió para siempre mi vida fue la visita de mi abuelo.

Hay mi precioso abuelo, el solo hecho de hablar de él me chorrea el coño, mis padres tuvieron que salir a otra ciudad pues los padres de mi madre habían tenido un accidente, claro que no era nada de gravedad pero mi madre estaba preocupada y deseaba verlos. Mis papás no querían dejarme sola con la responsabilidad de estar sola en casa, ellos me conocían muy bien y sabían que si me dejaban solo podían regresar y encontrar la casa destruida así que decidieron que mi abuelo el padre de mi papá me cuidara y vaya que sí lo hizo.

Él y yo nos llevamos una diferencia de edades de 35 años yo tengo 20 y el 55 la verdad es que nos llevamos bastante bien y platicamos de sus experiencias personales, por qué para mí lo más valioso es la experiencia en los adultos. El primer día que estuvimos solos lo acomode en la habitación de mis padre y esperando que estuviera cómodo le enseñe cómo utilizar la smart tv. Papá era un hombre bastante poco convencional y siempre tenía contratados los canales para adultos en su televisión así que también le expliqué al abuelo como podía utilizarlos. El tipo no hizo ningún gesto cuando en la televisión aparecieron dos mujeres dándose cariño, yo no podía evitar sonrojarme por el hecho que estaba acompañada.

Esa día todo transcurrió con normalidad pero a la mañana siguiente me levanté como era habitual en mis diminutas bragas, salí de la habitación y lo primero que veo es el rostro de mi abuelo sonrojado, una de mis tetas se había salido de mi blusa de tirantes y mi abuelo están disfrutando del espectáculo. Al darme cuenta de lo que están pasando me disculpe con él y le dediqué una sonrisa picarona mientras trataba de ver por todos los medios si había provocado en él algo más que un simple bochorno, mi mirada se posó en su entrepierna pero su pijama no me permitió ver nada.

Por la noche las cosas cambiarían, desde mi cuarto escuché el inconfundible sonido de los gemidos de las películas porno, mi abuelo estaba disfrutando a su edad de este tipo de placer pensé yo. Pero yo seguía con la duda de cómo sería su miembro, me levanté de la cama y me dirigí a la habitación de papá y mamá de nuevo encontré la puerta abierta y ahí fue cuando la sorpresa de mi vida se dio. Ver a mi abuelo acostado en la cama completamente desnudo masturbandose frente a la televisión cambió para siempre mi forma de verlo. Su miembro estaba mucho más grande y gordo que el de papá, me impresionó al ver cómo se jalaba el prepucio con fuerza, mientras que con la otra mano masajeaba sus bolas peludas.

Por alguna razón no me pude resistir a la visión que tenía delante de mí, me acerqué lentamente a la cama deseando ser atendida por ese hombre mayor que yo, el viejo no se molestó en detenerse mientras yo daba ahí, pero yo me di cuenta que si quería algo de mi abuelo era necesario tomarlo.

Mi coño estaba mojado, era la primera vez que veía a un hombre mayor masturbarce de esa manera, mi mano se acercó al miembro de mi abuelo que me veía a los ojos sin decir una sola palabra mientras los dos escuchábamos los gemidos de la actriz en la televisión, dejamos que nuestros cuerpos hablaran por nosotros. Mi mano se posó por encima de los dedos de mi abuelo acompañando los movimientos salvajes que hacía sobre su miembro, él delicadamente quitó su mano para que yo pudiera sentir su herramienta, sentía como mi pequeña mano no podía envolver por completo el grosor de su miembro, pero mi abuelo me ayudó con su mano moviendo al ritmo que él deseaba nuestras manos.

Mi abuelo aprovechó la cercanía de nuestros cuerpos para acariciar mi espalda, yo sentía sus dedos rasposos recorriendo mi espalda, estaba disfrutando de tanto de esta nueva experiencia que como pude con mi otra mano comencé a tocarme por encima de mis bragas, mi abuelo no perdió más el tiempo, empujó mi cabeza contra su pene, el trato que estaba recibiendo por parte de él me hacía sentir tan puta que no podía contenerme de hacer lo que él me decía con su cuerpo. Me acomode mejor de rodillas sobre la cama para sacar mi lengua y chupar el glande de mi abuelo, mi cola quedó apuntando hacia su cara, para este momento mis bragas estaban mojadas de tantos jugos que sentía que chorreaban, los dedos de mi abuelo empezaron a hacer lo suyo con mi coño, con su dedo índice y pulgar comenzó a pellizcar mis labios vaginales. Era una sensación diferente pero placentera al mismo tiempo. Mi boca no podía contener tanta carne dentro de ella por lo que opté por chupar con fuerza el glande de mi abuelo mientras masturbaba con mi mano el resto de su falo.

De pronto sentí un placer que nunca antes había experimentado, los dedos de mi ahora amante habían encontrado mi clítoris y lo presionaban con las bragas puestas, la textura de la tela me causaba más placer pero los dedos de mi abuelo no se detuvieron. Con sus manos bajo mis bragas hasta mis rodillas dejando expuesto mi sexo, sus dedos empezaron a penetrar mi coño, de pronto los movimientos se detuvieron pero no por mucho tiempo con uno de los dedos de mi experimentado amante se había colocado en la entrada de mi ano mientras con un dedo hacía círculos por encima de él el otro penetraba mi vulva.

De pronto la mano de mi abuelo se posó sobre mi cabeza, la empujó con fuerza forzando la entrada de su miembro en mi boca enseguida sentí su semen llenándome la garganta, era la primera vez que alguien se corría en mí de esa manera dentro de mi boca, el sabor de su semen me gustó tanto que no dude en tragármeloo como una perra en celo. Mi boca llena de verga y mis agujeros siendo penetrados por los dedos de mi abuelo me tenían súper caliente. Pensé que esto sería todo pero el aguante de mi abuelo me sorprendió, su miembro no había perdido su ereccion aún después de haber eyaculado en mi boca, me jalo del cabello para meterme la lengua en mi boca, fue un beso muy caliente, me obligó a sentarme sobre él, mientras su miembro se deslizó por en medio de mis labios vaginales para después a placer de el me penetro con fuerza el coño, el grosor de esa verga me lastimo pero el placer era lo mejor que había disfrutado en toda mi vida.

Su verga me penetró con tanta fuerza que no pude evitar gritar de placer con sus manos grandes el abuelo me sostuvo por las caderas obligándome a dejar caer mi peso sobre su cadera, la penetración era muy profunda y mi coño no se acostumbraba del todo al tamaño de ese miembro yo seguía gritando mientras el abuelo disfrutaba de verme y escucharme, los dedos del abuelo buscaban darme más placer así que con un movimiento hábil colocó sus dedos en mi ano para comenzar a estimularse desde atrás, la experiencia, siempre la experiencia es mejor que la juventud.

Mis tetas golpeaban la casa de mi abuelo cada vez con más fuerza provocado por las fuertes embestidas, con su lengua empezó a lamer mis pezones, hasta que labios se abrieron para succionar mis pezones provocando que me corriera con su verga dentro de mi, pensaba que mi abuelo era lo mejor que me había pasado en la vida. Lo bese de nuevo desesperada tratando de encontrar más placer.

El abuelo me obligó a desmontarme de su miembro todavía erecto, me sentía completamente extrañada por la energía sexual que él tenía. Me tomó de la cintura y me jalo hasta la orilla de la cama, dejando expuesto mi coño y sobre todo mi culo, el señor se arrodilló detrás de mí, su lengua recorrió mi coño lamiendo mis jugos para después terminar en mi ano metiendo su lengua en mi interior, sentir esa lengua dentro de mí me estaba volviendo loca, tanto que abría mis nalgas con mis manos ofreciéndole con más ganas mi orto.

Mi abuelo se levantó y apuntando su miembro a mis nalgas no se lo pensó más y metió la cabeza de su miembro en mi ano, me sorprendió tanto que no pude hacer nada, mi cuerpo reaccionó abriendo más las piernas y con las manos abriendo más las nalgas, el abuelo empujaba con fuerza su miembro dentro de mi culo, el placer no tardó en llegar a mi cuerpo, yo sentía como me estaba rompiendo el orto por primera vez y saber que era mi abuelo que lo estaba haciendo me volvía loca y lo están disfrutando, sentir el peso del cuerpo de mi amante sobre mi me hacía sentir como una hembra siendo poseída por un macho semental.

La mano de mi abuelo llegó hasta mi cabello él lo jalaba al mismo ritmo que metía su miembro dentro de mi, ahora ya llevaba metida la mitad de su mienbro en mi y no tenía intenciones de detenerse y yo tampoco quería que se detuviera, mi mano derecha pasó por debajo de mi cuerpo y por en medio de mis piernas hasta alcanzar mi clítoris, mis dedos empezaron a moverse con ritmo, sentía mi orto lleno de carne caliente. Ya los huevos de mi abuelo topaban con mi coño, mis jugos empapaban sus bolas y el movimiento comenzó a ser más intenso el hombre empujaba con fuerza hasta que no pudo más y reventó dentro de mi llenandome el orto con su semen, los espasmos de su verga llenándome el culo provocaron que no aguantara más y me volví a correr pero en un orgasmo diferente más prolongado que el primero y más caliente.

Cuando mi abuelo terminó de eyacular dentro de mí pude escuchar su voz por primera vez en toda la noche.

-eres más caliente que tú madre-

Sus palabras rompieron el silencio pero provocaron que deseara saber cuál era su historia con mi madre.