Deseos

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Alfredo salio de su oficina como todas las tardes, pero ahora la mente la tenia en otro lado. Algo lo impulsaba a lo que iba a hacer y no sabía como enfrentarlo. Tomó la vía rápida a su casa en una de las mejores colonias de León, Guanajuato, dándole vuelta al asunto que desde hacia cinco días le quitaba el sueño. Recordó su vida de casado cuando con 19 años embarazo a su novia Frida y tuvieron a Magda, la bebé mas hermosa que jamás viera. Fueron años duros que logró superar con la ayuda de sus padres y sus suegros, pero al final terminó su carrera de Ing. Civil y pudo independizarse con el tiempo, logrando ser dueño de una constructora. Magda creció entre mimos y lujos mientras el se alejaba cada día mas de Frida y sin darse cuenta su hija cumplió 20 años y se caso con Felipe, medico de gran futuro, hijo y heredero de médicos, dueños de una clínica muy prestigiada en la ciudad de Tijuana. La fiesta fue magnifica, aunque también fue la causa de su posterior divorcio, pues ahí Frida conoció al doctor Ramírez, viudo, de buena posición económica, que en cuanto vio a Frida la comenzó a cortejar. Seis meses después de la boda ella le pedía el divorcio y Alfredo se quedo solo, con cuarenta años y sin ganas de enamorarse de nuevo.

Volvió a su vida de soltero, tuvo varias amantes, entre ellas su joven secretaria Amira, que por estar casada no le exigía nada. Llego con 22 años y tres meses de casada y a las cuatro semanas Alfredo ya se la estaba cogiendo. Le gustaba su culito y mas le gustaba como gritaba cada vez que la penetraba analmente, por lo general todos los días. A veces en su club deportivo levantaba «señoras» aburridas con las que pasaba un buen rato y con algunas llego a acompañarlas en algún viaje que hacían con permiso de sus maridos. Así pasaron seis años donde se divertía y no se comprometía hasta que cinco días atrás recibió la llamada de su yerno Felipe con voz alterada.

-¡Suegro! ¡¿Está en su casa?!

-Si hijo, ¿Qué pasa?

-¡En media hora estamos ahí y le explico!

Alfredo se quedó preocupado pues el tono de Felipe era más bien agresivo, a los veinte minutos tocaron a la puerta de la reja y Alfredo fue a abrirles en persona. Ante el estaban Felipe y Magda, mas un montón de cajas y maletas, el con cara de enojado y ella con los ojos bajos. Alfredo les dio entrada y al llegar a la sala Felipe lo soltó.

-¡Aquí le traigo de regreso a la puerca de su hija! ¡Ahí se la dejo a ver a que pendejo se la enjareta de nuevo!

-¿Qué pasa hijo? ¿Por qué esta situación?

-¡Su hija es una puerca tortillera, una lesbianas follando que me engañó!

-¡Esperate, bajale de huevos que no esta sola!

Sacándolo de la bolsa del saco, Felipe le entregó un sobre, donde venían fotografías de Magda teniendo relaciones sexuales con otras mujeres.

-¡Ahí tiene las pruebas de las marranadas de su hija! El divorcio ya esta en trámite y yo me largo.

-¡Pues largate a chingar a tu madre y jamás pongas un pie aquí!

-Felipe salió azotando la puerta.

Alfredo volteo a ver a su hija que no levantaba la vista del suelo, mientras le escurrían una lagrimas por las mejillas, al verla llorar pudo mas lo paternal y le ofreció los brazos a su hija que se abrazo a el diciendo.

-Que vergüenza papá……………que vergüenza.

Alfredo seco las lagrimas de su hija diciéndole.

-No te preocupes por nada, aquí estas en tu casa y nadie te ofenderá. Papito esta contigo.

A sus veinte y seis años Magda era una real hembra de hermosas formas en el apogeo de su belleza. Rubia, piel muy blanca y ojos verdes. Podía volver loco a cualquier hombre, por lo que Alfredo no entendía muy bien su homosexualidad, decidió no hablar del tema, al menos por unos días, pero ahora, cinco días después, consideraba que era el momento de hablar con su hija, así que todo el camino fue pensando como abordaría el tema.

Al llegar a casa tenia el periódico deportivo preferido, las pantuflas listas, los cigarros en la cómoda y un café caliente. En esos cinco días Magda se había dedicado a el en cuerpo y alma, pero temía el momento de las explicaciones. Alfredo dejó pasar un rato y cuando Magda se dirigía a la cocina a preparar la cena, entonces el se acerco a ella y le soltó la pregunta.

-Hija.

-Si padre, dime.

-¿No te gustan, los hombres?

Magda bajo la mirada y se tomó unos segundos para contestar.

-Si………Si me gustan………pe…..pero también……..las mujeres.

-¿Entonces eres bisexual?

-No se………cuando estaba en la prepa tuve varios encuentros con mujeres pero pensé que eran pasajeros……….. Después vino esto…..lo hice con varias……hasta que me enrede con la hermana de la amante de Felipe que fue la que tomó las fotos.

-¡vaya, ya veo por donde fue el golpe! ¿Y no has pensado en rehacer tu vida?

-no se papá………..por ahora estoy bien aquí………..no quiero estorbar tu intimidad y mas adelante voy a buscar…….

-déjate de tarugadas. Aquí es tu casa y no me estorbaras jamás.

-gracias papi.

-no entiendo a los jóvenes, ahora es muy común «probar» relaciones homosexuales y para mi son jotos aunque ellos se sientan muy machos haciéndolo.

-Mi sueño es encontrar un hombre que me acepte como soy y que esté dispuesto a compartirme con una mujer, mi situación ideal seria que entre los tres nos diéramos el placer y el amor de pareja.

-entonces no seria pareja, seria un trío.

-pues si.

-Bueno, dejemos pasar el tiempo a ver que pasa, cuando tengas algo decidido házmelo saber por favor.

-te juro que serás el primero en saberlo.

El tiempo pasó y Magda tomó el papel de la dueña de la casa, lavaba la ropa, hacia la comida, atendía a su padre, pagaba las cuentas, en fin, parecía la esposa de su padre. En las noches en camisón se metía a la recamara de su padre, se acostaba con el, se recargaba en su hombro y se ponía a ver los programas que su padre veía. Poco a poco fueron creando una relación de intimidad sin darse cuenta, pequeños detalles como rozamientos, ligereza en el vestir de Magda, platicas sobre sexo, caricias un poco atrevidas o hasta quedarse dormidos con sus cuerpos en contacto. Alfredo sentía cada día mas atracción hacia su hija, ya no la veía como la niña que siempre fue para el, si no como una hermosa hembra. Al mes de estar ahí de pronto ella exclamó.

-Soy la mujer más feliz del mundo, me quedaría a tu lado toda la vida.

-yo seria muy feliz si te quedaras.

Un día Magda visito a su padre en la oficina y ahí conoció a Amira. De inmediato nació una corriente de simpatía entre las dos. Magda sabia que era la amante de su padre y sintió curiosidad por platicar con ella. Quedaron de salir juntas y así lo hicieron al día siguiente, yéndose a tomar un café. Magda se dio cuenta que Amira la admiraba, lo que le gustó mucho pues de pronto una idea loca se le metió en la cabeza. Así salieron tres veces más y en la última Magda abordo a Amira.

-¿desde cuando te acuestas con mi padre?

Amira acusó el golpe y en un principio no supo que contestar pero Magda la tranquilizó.

-no te preocupes mujer, al contrario me parece muy bien que sean amantes pues eres una buena mujer, es mas, no me molestaría que se casara contigo.

Amira ya tranquilizada entro en confianza y soltó todo. Desde los gustos sexuales de Alfredo hasta las «medidas» de su pene. Magda se sentía feliz de saberlo todo y así se separaron.

Esa noche fue a la recamara de su padre con el camisón mas transparente que encontró y sin nada abajo. Por primera vez Alfredo se dio cuenta que su hija tenia un hermoso culo y grandes tetas. Magda se recargo en su hombro como todas las noches y se dispuso a ver televisión. De pronto una teta se salio del camisón e hizo contacto con el brazo de su padre, el cual no reacciono ante el hecho y Magda hizo como si no se diera cuenta. Las sensaciones fueron brutales para Alfredo, que de inmediato tuvo una erección que no sabia como ocultar, lográndola controlar con muchas dificultades ante la sonrisa picara de su hija.

-No modo princesa, no soy de palo.

-A mi no me molesta que te pase.

-Bueno, somos padre e hija y no debemos pasar ciertos límites.

-A mi no me molestaría pasarlos. Eres un hombre muy guapo, atlético, viril. A cualquier mujer le gustaría ser tu amante y yo como tú. No soy de palo.

-mejor cambiemos de tema.

Magda se sentía plena y deseosa, sabia que deseaba a su padre y no sabia como provocarlo. De pronto cayó en el fetichismo. Cuando recogía la ropa de su padre para lavarla empezó a oler sus truzas esperando encontrar rastros de semen y aun el olor de su orina la excitaba. Empezó a masturbarse oliendo la ropa de su padre. Después decidió provocarlo y dejo su ropa interior en la recamara de su padre, que al verla esa tarde le pregunto.

-¿Y esto, que hace aquí?

-Es que por lo general me cambio en tu recamara viendo películas y a veces se me olvida.

-Ah……..esta bien.

Magda al mismo tiempo inicio un asedio en contra de Amira a la que en una de sus salidas le pregunto.

-Amira……… ¿No te gustan las mujeres?

Amira se salio de onda en un principio pero al final contesto.

-No lo se. Antes de casarme tuve un par de encuentros y no me desagradó, pero desde entonces no lo he probado.

-es obvio que me gustas y me interesas. Eres hermosa, buena persona, ardiente. Me gustaría que fueras como mi hermana y……..mi amante.

-¿Y tu padre?

-¿Mi padre? …………….¿Porque no incluirlo en esto?

-¿Y crees que el quiera?

-¿Por qué no? Mira, tu le das mucho placer y creo, es mas, estoy segura que te quiere, aunque el no lo acepte. Pero yo puedo darle algo que nadie más puede darle y que todo ser humano en el fondo desea.

-¿que?

-El placer del incesto. Mira, hagamos un trato. Si consigo hacer el amor con mi padre te unes a nosotros y formamos una familia. ¿Aceptas?

Amira lo pensó unos instantes y después dijo.

-esta bien, acepto.

-Pues entonces ve tramitando tu divorcio, porque esto va en serio.

Durante tres o cuatro días Magda llegaba a su casa buscando su ropa interior que dejaba en la recamara de su padre y siempre la encontró o en donde la dejaba o en la ropa sucia. La olía esperando encontrar algo y no hallaba nada. Hasta el quinto día en que fue y saco sus pantaletas del cesto de la ropa sucia y entonces lo encontró. Sus pantaletas estaban llenas de semen y posiblemente no tenía más de media hora en que su padre se había masturbado con ellas. No pudo evitar olerlas y lentamente con su lengua las lamió. Por primera vez saboreo el sabor del esperma de su padre y le gusto, le gusto mucho. Salio del cuarto de lavado y en la sala encontró a su padre sentado, con su bata de baño, leyendo el periódico y saboreando su café. Se acerco a el y le dio un beso en la boca como era costumbre entre ellos desde que ella era niña.

-¿estas contenta princesa?

-Si papá, no te imaginas cuanto.

-¿Y eso?

-Cosas mías.

Toda la tarde estuvo provocativa, dejándose ver en diferentes poses y actitudes, hablando de sexo y mandándole el mensaje a su padre de que ya había llegado el momento. Alfredo no entendía muy bien su actitud pero estaba cada vez mas excitado. En el fondo los dos sabían que llegarían a hacerlo, aunque no sabían cuando. Bueno, el no sabia cuando.

Esa noche como todas se prepararon para ver televisión en la cama, pero ahora Magda no traía camisón si no un neglille transparente que dejaba ver sus formas, Alfredo estaba en pijama y se acomodo de una forma diferente, con la espalda recargada en la cabecera de la cama. Magda se acomodo recargando la cabeza en el vientre de su padre y podía ver la erección que esta tenia. Alfredo le acariciaba los hombros y la cabeza como hacia todas las noches y de pronto Magda se decidió. Llevo su mano al borde de la pijama de su padre y la bajo un poco, liberando al pene inhiesto y duro que brincó como buscando pelea. Ante el asombro de Alfredo empezó a acariciarlo suavemente con la mano y luego deslizo su cuerpo hasta metérselo en la boca. Su padre no sabía como reaccionar, pero el placer pudo más y las sensaciones eran únicas, jamás las había sentido en su vida. La boca húmeda y calida de su hija le provocaba espasmos de placer, la experta lengua de Magda le recorría el pene a lo largo y bajaba hasta los huevos, no comprendía como le cabía tanta verga dentro de la boca. Sin darse cuenta reacciono a las caricias de su hija y llevo su mano al trasero de ella, le levanto el neglille y empezó a acariciarle el culo bajando sus dedos hasta la raja. Magda acuso la caricia y redoblo las suyas, hundiendo a Alfredo en un torbellino de sensaciones que lo volvían loco.

De pronto sucedió. Comenzó por los dedos de los pies y de las manos, subió por los brazos y las piernas llegando a su pecho, su estomago, su cerebro. El orgasmo era brutal, majestuoso, bestial, y así fue el estallido de su semen brotando como ardiente lava por su escroto e inundando la boca de su hija. Magda trago todo lo que pudo, pero no evito que algo escurriera por la comisura de sus labios. No se saco la verga de la boca y continúo mamando ante los retortijones de su padre, que no soportaba las sensaciones en la punta del pene.

-¡para…….para hija………por favor……para, que me matas!

Magda detuvo su ritmo pero no se saco la verga de la boca y aun continúo acariciándola y besándola durante algunos minutos, mismos que Alfredo aprovechó para volver al mundo. De pronto levanto la cara y se miro a los ojos con su padre. Ninguno volteo o bajó la mirada y a continuación se besaron. Un beso tierno y profundo con sabor a semen. Fue como aceptar la situación y decirse que de ahí en adelante serian amantes, que nada los separaría. Ella fue la primera que hablo.

-¿me aceptas tal como soy?

-Con tus virtudes y tus errores. Eres mi hija y ahora mas que eso.

-¿aunque sea bisexual?

-aunque seas asesina, puta, degenerada, ninfomanía o lo que sea.

-te amo padre.

Durante un rato estuvieron acariciándose, haciéndose arrumacos, besándose, hasta que la excitación provoco otra erección en Alfredo. Entonces Magda le dijo tiernamente.

-tengo algo para ti.

-¿Si? Que es.

-Algo que yo se que te gusta mucho y ahora me alegro de que nunca se lo di a Felipe.

-No me digas que me mas a dar tu cu……

-Si papito, mi culito será tuyo de ahora en adelante.

Magda diciendo y haciendo. Se volteo boca abajo quitándose el neglille y presento su hermoso culo a la vista de su padre que casi sufre un infarto. En su vida se había tirado muchos culos y uno de los más ricos era el de Amira, pero este era único. Era el culo de su hija, de su princesita, de su niña. Una blancura marmórea, una redondez perfecta, una suavidad deliciosa y en el fondo su hermoso orificio anal, rozado, pequeño, apretado. Alfredo acerco su cara al ano de su hija y aspiro el olor de su culito. Fue algo delicioso oler ese anito virgen que su hija le ofrecía para su placer y disfrutó de su aroma, aplico su lengua en el (*) sintiendo como se relajaba el esfínter e introdujo unos centímetros adentro, lo que provocó una oleada de placer en Magda, que levantó mas las nalgas para no romper el contacto. Así estuvo por unos minutos besándole, lamiéndole y chapándole el culito hasta que escuchó la voz de su hija.

-¡ya papito, ya metemela por favor!

Alfredo sentía que la verga le estallaba pero tuvo el control necesario para colocarse atrás de su hija, abrirle las nalgas, apoyar el glande en la entrada rectal y empujar suavemente.

-¡Uggggggg despacio papito, que es mi primera vez.

Alfredo sintió como se habría el esfínter de su hija, como entraba la verga abriendo camino en el ducto virginal, como el ano de su niña abrazaba su verga, la calidez de sentirse adentro de ella. De pronto empezó a murmurar.

-mi princesita adorada……….mi niña preciosa…………mi reinita hermosa……….papito te hará muy feliz……….papito te quiere mucho……..

Magda aguanto la tremenda verga de su padre y cuando se sintió relajada empezó a mover las caderas y poco apoco a disfrutar de la enculada. No supieron cuanto tiempo duraron pero lo disfrutaron plenamente, Magda sentía cosas que nunca se imagino sentiría, Alfredo estaba loco de placer, de lujuria, de amor. Se olvido de todo, de Amira, de la bisexualidad de su hija, de que era el culo de su hija, de todo menos de disfrutar esa oportunidad que la vida le daba. Le besaba el cuello por detrás, le agarraba el cabello, le mordía la espalda y ella le pedía más. Magda se sentía empalada pero también disfrutaba enormemente, sabia que esto la unía definitivamente a su padre y se sentía feliz y la felicidad le produjo el mejor orgasmo de su vida. Empezó en su ano y subió por su estomago hasta su cerebro, estallando en su vagina que empezó a producir fluidos, las contracciones de su culo se reflejaron en la verga de su padre que acuso los apretones y también le vino la leche a borbotones. Fue como si le pusiera una lavativa a su hija por la cantidad de semen que expulso. Los dos gritaron, se rieron, lloraron y terminaron besándose y lamiéndose la piel. Cuando recuperaron la conciencia se abrazaron y se quedaron dormidos.

Al otro día y los días siguientes se repitieron los encuentros sexuales a diferentes horas. Alfredo se olvido un poco de Amira pero Magda fue preparando la unión de los tres. Amira había metido demanda de divorcio y el esposo comprendió que no era hombre para ella, por lo que no puso inconvenientes y menos al no pedirle nada. Amira se salio de su casa y se fue a vivir a un hotel por unos días y así, una semana después de que Alfredo le rompió el culo a su hija, esta lo dejo tres días sin sexo y Amira lo mismo, por lo que este andaba desesperando por cogerse a cualquiera de los dos.

El gran día llego. Magda metió las cosas de Amira y las acomodo en su casa. Fue por ella a la oficina y la escondió en casa, por lo que cuando Alfredo llego ni en cuenta de lo que su hija tramaba. Cenaron temprano y Magda le dijo a su padre.

-esta noche tengo una sorpresa para ti.

-¿ya pasaste los días de regla?

-Si, aparte vamos a hacer cosas nuevas que te gustaran.

– A ver si es cierto pues ando desesperado por cogerte.

-calmado papi, en la noche te resarcirás.

Esa noche antes de acostarse Alfredo se baño a la espera de la sorpresa que le deparaba Magda y así llego el momento esperado. Magda apareció «desvestida» con un liguero negro, un corsé que dejaba al aire sus hermosas tetas, sin pantaletas, pero encima un neglille transparente. A Alfredo casi le reventaba la verga de lo dura que la tenía, de por si su hija le gustaba hasta vestida, ahora disfrazada así lo volvía loco. Magda se acerco a el, lo beso y le acaricio la verga, así estuvo durante unos minutos que a Alfredo le parecieron segundos. De pronto le dijo a su padre.

-ahora viene la sorpresa.

-¿Qué no eras tu vestida así?

-bueno, pero también tengo otra cosa.

Magda se separo de su padre y salio de la recamara, retornando cinco minutos después trayendo de la mano a Amira vestida igual que ella en color blanco. Alfredo estuvo al borde del infarto. Ahí estaba su hija con su piel blanca y tersa enfundada en un liguero negro y su amante de piel morena no menos tersa en un liguero blanco. Los contrastes eran deliciosos.

-bueno papito, aquí nos tienes a las dos dispuestas a hacerte feliz. Amira y yo pensamos que podemos ser una familia y cuando llegue su divorcio te cases con ella. Las dos queremos tener hijos contigo y así agrandar nuestra familia. Ni tú ni yo tendremos que buscar afuera si la tenemos a ella.

Alfredo se acercó a ellas y las beso en la boca. Primero a Magda y después a Amira y luego ante el asombro de el, ellas se besaron tiernamente, lo que excito a Alfredo sobre manera. Las dos se dieron lengua un buen rato y después Magda le chupo las tetas a Amira que le correspondida a besos y caricias. De pronto las dos se acercaron a Alfredo y se pusieron a mamarle la verga lo que casi lo hace terminar. De pronto Amira se coloco en cuatro patas pidiéndole sexo anal y Alfredo ni tardo ni perezoso se coloco detrás de ella, penetrándola analmente. Ahora era Magda la que se excitaba y se coloco detrás de su padre y le acaricio el culo con su lengua despertando sensaciones desconocidas para Alfredo. Hicieron todo lo que se les ocurrió durante varios minutos, pero el momento cumbre fue cuando Alfredo enculaba a Amira y Magda sacando un consolador, penetro analmente a su padre, lo que le provocó tal endurecimiento de la verga que Amira disfruto plenamente, llegando los dos al estallido. Esa fue la primer noche de una vida de sexo y pasión entre los tres que tuvo sus consecuencias con dos embarazos de cada una, lo que hizo a Alfredo abuelo y padre de dos niñas y dos niños, que fueron criados como hermanos, esperando que algún día siguieran sus pasos.

Pacosuarez.

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