Después de mucho tiempo consigo hacer realidad mi fantasía más oscura
Hola! Les quiero comparti algo que me sucedió con mi fisiterapeuta…
un día normal, llegué a consulta por una cervicalgía, y al llegar al sitio, me encontré con que el fisioterapeuta viejo no estaba, en su lugar, me encontré con que el nuevo terapeuta era un muchacho de mí edad, al vernos hubo una conexión automática entre ambos, hubo mucha empatía, y coordinamos los masajes en la espalda a diario.
El primer masaje, me lo dió en un lugar abierto, pero los masajes subsiguientes, el fisioterapeuta decidió comenzar a dármelos en un consultorio solitario y a puerta cerrada…. Los primeros masajes en dicho consultorio, fueron sentada en una silla, con media espalda desnuda, el untaba sus ricas manos con crema y comenzaba a darme mi tan deseado masaje, más que masaje, yo lo sentía como caricias, había muchísima tensión entre esas cuatro paredes, el y yo.
Con sus masajes profundos, se me escapaba uno que otro «ay, que rico»… Y el me preguntaba: ¿te gusta? A lo que yo le respondía: ¡si y mucho!…. Así transcurrieron varios días, y uno de esos días, el me propuso sobar toda mí espalda, y para hacerlo, yo debía acostarme totalmente desnuda de mí cintura para arriba, ni siquiera con sujetador (sostén), desnuda, se podrán imaginar, dios que momento.
Procedí a pedirle que se diera la vuelta, para quitarme la blusa y acostarme sobre la camilla, me acosté y fue allí cuando el comenzó a acariciar mi cuello, mi espalda alta, mi espalda baja, y yo sentía que mí cuerpo se estremecía, claro, me controlaba a tal punto que no se lo demostraba, pero el también estaba nervioso y yo podía percibir su deseo hacia mi. Bueno el masaje culminó, yo me vestí y nos despedimos con un beso en la mejilla, pero de un modo algo insinuador…. Salí de allí con un deseo irreprimible por ese hombre….
Al día siguiente, nuevamente me toco mí masaje en la silla, yo me quejé de dolor y el me propuso repetir el masaje en la espalda completa y yo acepté…. Comenzó el tan deseado masaje, subió, bajó, apretó, me relajó, me elevó, se me escaparon algunos «me gusta, que rico, wow»…. Cuando de pronto sentí sus uñas recorriendo mí espalda de forma íntegra, me recorría los brazos hasta mís manos, entrelazando sus dedos con los míos, lo hizo varias veces, mientras me susurraba al oído que yo le gustaba, al no sentir negativa de mi parte, sino más bien algo de aprobación entre mí timidez, comenzó a rozar con sus dedos, los laterales de mí cuerpo, poco a poco, como midiendo que tan lejos lo dejaba llegar, y cada caricia que me hacía me elevaba más y más, sus susurros se convirtieron en besos suaves en mís orejas, dios me erizaron completa.
Mientras me besaba por el cuello, sus manos lentamente comenzaron a rozar los laterales de mis senos, los cuales no se veían, ya que, yo estaba boca abajo por el masaje. Por reacción, levanté solo un poco mí torso, dejando que sus manos llegaran libremente a la totalidad de mís senos, que sensación tan placentera, tan sublime, tan excitante…
El ambiente se tornó absolutamente atrevido y caliente, de pronto decidimos detenernos, antes de que pasara algo más allá. Le pedí por favor que se diera la vuelta, para vestirme, el se volteó y yo podía sentir su respiración acelerada, me vestí y el se volteó nuevamente hacia mi. Y comentamos: «que locura todo esto»…. Y de pronto nos comenzamos a besar apasionadamente, wow con la mala suerte de que besa riquísimo, lo que me hacía imposible negarme a esos labios…. Hubo una armonía perfecta entre su boca y la mía, sus manos comenzaron nuevamente a acariciar mí cuerpo, esta vez con menos pudor y con más decisión, sus manos recorrieron mís zonas más íntimas, de una forma magistral, no paraba de besarme, mientras estimulaba al mismo tiempo mí cuerpo, se comenzó a quitar su camisa y yo terminé de hacerlo, el me quitó mí blusa y exploté de placer cuando sentí mis pechos en su pecho caliente, me acarició mis senos exquisitamente y luego intervino su deliciosa boca, ufff, que forma de hacerme sentir…
En ese momento, yo sabía que el sexo era inminente, aunque internamente, yo tenía una lucha entre lo correcto y lo que yo deseaba, lo correcto era parar y no seguir, pero lo que yo deseaba, era sentir a ese hombre en su máxima expresión. Y sí, reconozco fui débil, y no quise detener nada. El sin decir una sola palabra y yo sin decir una sola palabra, comenzó a desabotonar su pantalón, y a bajar suavemente el mio, que ya estaba desabotonado, como lo mencioné anteriormente, el me acarició lo más profundo de mí cuerpo.
Hubo un momento en el que lo correcto quiso salir a flote y dije en voz baja y de forma muy insegura «no», «para»… Pero… Ya era demasiado tarde, mi cuerpo lo pedía a gritos, la humedad de mí cuerpo delató mi gran deseo por el, estaba empapada y el lo disfrutaba tocándome. Terminé con mi pantalón y mi ropa interior abajo, el igual, sus manos seguían acariciando mís partes, su boca estimulando mís senos, mis manos explorando su espalda, mis uñas recorriendo su piel, nuestros labios fusionados de manera perfecta, dieron al fin la bienvenida al momento más deseado.
Me dí la vuelta, me incliné hacia la camilla que allí estaba puesta, apoyé mis manos sobre la pared, volteé mi mirada hacia el, sus ojos se clavaron en los míos y sucedió, su cuerpo y el mio, se convirtieron en uno solo, que vibraba y se movía de forma perfecta, combinando cada compás de movimiento, cada gemido silencioso, cuidándonos de no ser descubiertos… Que delicia, ese hombre fue todo un toro, fuerte, enérgico, rico, apasionado, me elevó, mientras más lo sentía, sentía que más lo deseaba. Que gusto tan grande, me hizo sentir una mujer deseada inmensamente. Luego de un largo rato de hacernos sentir el máximo placer, acabamos, sentí como ese hombre explotó de placer…. Nos vestimos, aun estábamos nerviosos. No podiamos creer lo que habiamos hecho. Cerramos todo con un rico y apasionado beso lleno de satisfacción y deseando nuestra próxima sesión de fisioterapia……
Ahora cada día que nos vemos, existe una complicidad, un secreto que ambos compartimos, ya que para todos, somos simplemente un fisioterapeuta y su paciente…