Después de tanto tiempo hablándolo, nos encontramos mi suegra y yo. Todo para tener una noche de sexo salvaje como tanto querían

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El viaje con Noemí (mi ex suegra) a Posadas fue de casi 20 horas. Nada más comenzar el viaje y cuando se hizo de noche decidió que era bueno descargar toda mi excitación de meses esperando encontrarme con ella con una fellatio que me dejo temblando las piernas durante un buen rato.

El resto del viaje nos pasamos hablando de todo un poco aunque algunas horas solo abrazados, ella sobre mi pecho y yo acariciándole el cabello; a veces dormitando, a veces solo por estar juntos. En alguna ocasión ella pretendió jugar un poco con “su juguetito” como le llamaba a mi pene pero le daba un golpe en la mano diciéndole “prohibido tocar mas durante el viaje” a lo que terminábamos riéndonos como niños.

El autobús hace una parada a poco de entrar en la ciudad y ella se bajo allí ya que le queda cerca la casa de la hermana, quedamos en que le iba a enviar un mensaje donde me alojaría aunque tenía ya alguna idea por haber buscado en internet antes de ir.

Encontré un lugar cerca de la playa, un complejo de varios apartamentos pero no del tipo edificio sino de casas pequeñas aunque con amplios jardines y piscina compartida en el centro. Para 2 personas es un lugar bastante cómodo y amplio, con 2 habitaciones, cocina, baño con una tina grande, comedor/sala de estar y un pequeño lavadero. El euro tiene mucho valor en Argentina por lo que no me costaba mucho; ya habíamos planeado que me quedaba 6 días y volvíamos juntos en autobús hasta Buenos Aires. Toda la logística de conexiones y horarios fue una odisea pero valió la pena.

– Estoy en este lugar, te espero para cuando puedas que espero sea pronto.

– Ya he hablado con Susi y pasado mañana estoy con vos.

– hablaste con tu hermana?

– nunca le cayó bien Jorge y sabe de lo nuestro aunque no sabe que eras novio de Cora y cuando la conozcas ni mención de ella, nos conocimos en Itu pero en los últimos años antes que me fuera a BsAs y no tuvimos nada en ese momento sino que empezamos lo nuestro hace unos meses por internet. Ella siempre vivió en Posadas así que no sabe nada de Cora y sus novios ni te conoce.

– muy bien! Anoto las instrucciones!

– voy a ir con ella porque se quiere asegurar que voy a estar bien así que prepárate.

– ok, voy a esconder los látigos, cadenas y la mesa de tortura.

– tonto

– bueeeeno, la pistola entonces, a veces me la dejo en la mesa.

– te quiero, me voy a preparar las cosas con Susi, chauuuuu

Me quedaba un día y me puse a hacer una lista de lo que tengo que comprar y pensar que hacer con tanto tiempo libre; me traje mi laptop para seguir con algunas de mis actividades diarias y no dejar mucho trabajo esperando y busqué direcciones de los lugares a donde quería ir a comparar algunas cosas; eran las 5 de la tarde así que decidí salir a ver la zona y empezar a buscar las cosas para lo que quería preparar. Un par de horas más tarde y unos cuantos euros menos a cambio de unas cuantas cosas y alimentos, estaba de vuelta.

Con el cambio de hora y sobre todo que en la televisión no había nada interesante me fui a la cama a las 10 de la noche, estaba ya a mi limite siendo que todavía mi cuerpo pensaba que eran las 3 de la mañana, jet lag que le dicen.

– hola amor –llega su mensaje.

Me di cuenta que desde que nos encontramos me dijo “mi amor” un par o 3 de veces, no es que me desagradara, sino que nunca usamos ese término para llamarnos, me pareció algo nuevo y no estaba muy seguro como sentirme; me agrada la sensación pero también pensaba que iba poder llegar a ser algo difícil de controlar y traería consecuencias. Vivimos a miles de kilómetros el uno del otro y además su situación no es muy esperanzadora debido a su familia. Estaba claro que lo nuestro estaba evolucionando más allá de un mero deseo sexual y aunque consideraba la posibilidad del amor, también me asustaba: es difícil estar enamorado de alguien que sabes que no puede cambiar el curso actual de su vida. Me di cuenta que estaba reaccionando sobremanera a tan solo una palabra así que aunque solo fue un pequeño momento, tenía que responder.

– hola corazón, que tal los preparativos?

– agotada, entre el sueño y la regla y que fuimos a comprar de todo estoy muerta.

– pobrecita mi amor veni que te hago unos masajitos y te hago cariñitos.

– mmm si me hacen falta unos masajes, tengo los hombros y la espalda a la miseria.

– déjame que te saque la ropa menos las braguitas y acuéstate boca abajo si?

– pero solo masajes eh!

– por supuesto amor, que poca fe me tenés!

– te conozco y me conozco jajaja

– yo me desnudo, es mas cómodo, con mis rodillas junto a las tuyas por fuera puedo hacer presión para el masaje y que sea más efectivo.

– no te propases…

– para nada mi amor, empiezo por los hombros, se sienten bastante duros, te duele aquí?

– poquito, se sienten bien tus dedos, sabes lo que haces.

– el frio que vas a sentir es el aceite en la espalda, solo es un ratito ya que proporciona calor también.

– bueno bueno, masaje era no caricias, me gustan tus caricias pero me prometiste un masaje.

– es para esparcir el aceite, no me seas impaciente. Así te gusta? Así desde la cintura hasta arriba en los hombros y volviendo hasta abajo y subiendo de nuevo…

– que es eso que siento en mi cola? Parece algo calentito y duro…

– nada, cuando me inclino hacia adelante para masajearte en los hombros mi pene se recuesta un poquito, así, sentís?

– y eso que masaje me proporciona?

– no sé, dejame probar, así, subiendo y bajando mmm que rico es para mí al menos sentir como roza en tu rayita..

– se siente rico, si, dejame que abra un poquito las piernas así se acomoda mejor quieres?

– mmm siiii, exquisito, que es eso calentito ahí debajo? Que placer… me encanta rozar el capullo en ese sitio

– mueve un poco mas tus rodillas y dejame abrirme un poco mas y sabrás que es, puedes meter esa cabecita en su interior si te gusta

– siii mi amor que bueno se siente entrando todo, me encanta como levantas la colita para que entre bien…

– poneme aceite en el agujerito de más arriba queres?

– lo estaba pensando mientras lo veía tan lindo, así te gusta? Te voy a masajear el interior con un dedo, así, uy que calentito está…

– ay papi que rico, meteme algo más grande por favor que mis dedos se encargan de lo otro…

– que culito mami, acabo en un momento cielo…

– llename amor dame todo

– me encantan los masajes con final feliz

– atrevido, se suponía que era solo un masaje… ahora estoy toda mojada por tu culpa…

– no tenes toallas por ahí?

– tonto, me voy a dormir que me dejaste tontita.

No me quise masturbar para guardarme para el día siguiente, donde por fin tendríamos algunos días para disfrutar juntos.

Estuve preparando algunas cosas con las que quería sorprender a Noemí, ya eran las 11 de la mañana cuando suena el timbre. Y ahí estaba ella con su hermana. Nos saludamos y presentamos todos, las hago entrar y nos sentamos; recorren la casa para ver que todo está en orden, nos sentamos a tomar algo, una charla de rigor para poner al tanto a Susi de como ocurrió todo y como llegamos a lo que llegamos. Todo fue muy cordial y divertido pero quería que se vaya de una vez la hermana, una hora y media más tarde por fin se retiraba.

La despedimos y cuando cierro la puerta Noemí me esperaba justo detrás de mí, me abraza y me dice “por fin solos”.

Nos besamos, acariciamos, tocamos. Ella me empuja hacia la puerta y ya nos empezamos a desvestir. Nuestros labios siguen buscándose mutuamente al igual que las lenguas; vamos subiendo de tono, lo que había empezado con cariño estaba siendo ya lujuria. Cuando me baja el pantalón imagino lo que viene después pero me niego.

– No no no no, es una vez cada uno –le digo mientras la levanto agarrándola suavemente de la cabeza

– malo –me dice con cara de niño que le han quitado el caramelo.

La levanto de las nalgas y la llevo hacia el sofá donde la bajo para que quede acostada casi a lo largo. Me dejo caer al piso cubierto con una alfombra por casi todo el comedor y le acaricio las piernas y le agarro un pie para besarlo. Ella se ríe alegando cosquillas pero que no tardan mucho en desaparecer cuando las caricias y los besos se hacen más intensos, recorriendo toda la piel posible de las piernas.

– ves que por mucho que me querías espantar con defectos imaginarios me encantan –le digo recordándole las veces que cuando le daba un piropo por sus piernas ella decía que en persona no son tan lindas sino con varices.

– mas te vale que ahora no te arrepientas –me dice ella mientras se acariciaba los pechos.

Ahora mis besos llegan a sus muslos por el interior, muy cerca de su sexo que comienza a despedir un perfume exquisito, puedo ver como tiene un brillo producto de la lubricación que ocurre cuando está hambriento por recibir algo que lo penetre. Su sexo húmedo llama a mi boca que no tarda en acudir a su llamado, mi lengua juega entre sus pliegues buscando el clítoris apenas cubierto, lo muerdo con los labios, lo succiono como esperando que libere algún liquido. Durante minutos me deleito saboreando su concha ardiente hasta que reacciona casi violentamente con un talón en mi espalda y se contrae, los espasmos de placer y gemidos intensos me tienen hechizado de placer

– así mi amor, disfruta como lo hice yo, me encanta verte gozar –le digo sin descuidar su clítoris ahora con mis dedos.

Pero mi interés está en saborear a Noemí, sigo con mi boca besando, chupando, pasando la lengua y su concha empieza a desprender un liquido espeso, con un sabor que nunca había probado, me encanta, lo succiono y me lo bebo, quiero mas, la incito a mas, un par de dedos se introducen en su concha buscando en el interior lo que dicen les provoca el mayor placer, creo encontrarlo, froto los dedos y arrastro los dientes y los labios por el clítoris inmenso ahora, mojado, que me parecía que hasta palpitaba; ella me cierra sus piernas sobre mi cuello con fiereza, pero no abandono, quiero mas de su placer y lo consigo, un torrente de liquido comienza a salir de la concha mientras ella emite un grito de placer que me hace sentir que he conseguido mi propósito: darle mucho placer a la vez que me otorgaba placer a mi mismo degustando cada perfume, cada liquido y cada gemido resultado de su goce.

Ella me agarra del pelo violentamente llevándome la cabeza hacia arriba

– veni aca no pares cojeme fuerte –me ordena mientras me muerde los labios y pidiendo que le de mi lengua –haceme probar a mi también!

Intercambiamos saliva, mi verga dura está rozando su concha mojada y no cuesta mucho que entre, empujo un poco y está completamente dentro, sus uñas se arrastran por mi cuello y mi espalda y sus piernas son como un candado cerrado en mi cadera; cada movimiento mío hacia afuera la levanta y casi ni sale la pija, no quiere dejarla salir un centímetro, embisto hacia abajo sintiendo como el capullo toca fondo adentro, el colchón me vuelve impulsar hacia arriba con ella colgada de mi cadera y así repetimos durante muchos segundos. El capullo rozando apenas adentro está ardiendo, es una sensación increíble, no es el roce prolongado del viene y va de una penetración normal, es un pequeño movimiento que lo hace todo más intenso, el interior de su concha sabe apretarme bien para que siga así durante un buen tiempo pero ya no aguanto más.

– no te salgas –advierte ella sabiendo que no aguanto más.

Y llega la explosión. Intensa, bestial, descomunal. Me doblo levantando mi cabeza apoyándome en la cama aunque sin separar desde mi vientre hacia abajo, no me deja salir. Ella aprovecha y me muerde un pezón, lo chupa, lo besa desesperada, lo muerde de nuevo, una sensación de dolor pero con mucho placer me invade y sigo llenándola de leche hasta que caigo exhausto.

Mi corazón late a mil, su pecho pegado al mío me hace sentir que el de ella también. Nos besamos, nos acariciamos, nos besamos mas, seguimos acariciándonos eternamente. Sus piernas aun me tienen prisionero pero no quiero escapar.

– qué locura, hace mucho que no me sentía tan mujer.

– y aun nos quedan algunos días y algunas cositas preparadas.

– qué tenes preparado?

– ya verás, espero que te guste.

– no seas malo, quiero saber.

– te voy a hacer el amor tiernamente y te voy a cojer con lujuria.

– si eso ya sé, pero cuál es la sorpresa?

– Ya lo sabrás, por lo pronto vamos a ducharnos y nos vestiremos para salir a comer y quien sabe a que más.

Luego de un rato de mimos y cariños fuimos a la ducha. Nos acariciamos mientras nos enjabonábamos, sus manos me acariciaron la pija con cariño y no tardó en reaccionar; mis manos acariciaban su culo y su concha y no tardó en reaccionar. Pronto ya estamos besándonos mientras nos masturbamos mutuamente. Con la mano libre y llena de jabón se dirigió a mi culo y comenzó a tantearlo, poquito a poco fue metiendo un dedo hasta tenerlo dentro completamente, me hizo dar un respingo de placer. La envidia me invadió así que comencé a hacer lo mismo con su ano. Nos mirábamos con deseo mientras nuestros dedos nos culeaban bien adentro y a la vez nos masturbábamos. Los movimientos se hicieron más y mas rápidos y no falto mucho para que acabáramos. Primero fue ella que cuando le comenzó el orgasmo se inclino como si las piernas no le respondieran, estuvo unos segundos así hasta que se dio cuenta que había dejado de masturbarme así que se arrodillo y siguió con ambas manos solo que ahora mas cómoda empezó a meterme 2 dedos y a buscar la próstata, no paso mucho cuando me llego el turno de doblarme de placer, escupiendo leche en todo su pecho.

Estuvimos más de 10 minutos duchándonos realmente esta vez. Nos secamos mutuamente, nos vestimos y salimos a buscar un lugar donde comer.

Aun faltaba mucho y estábamos muy deseosos de que llegara la siguiente experiencia.

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