Después de varios años, me vuelvo a encontrar con Alberto, mi ex. Y recordamos viejos tiempos

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Alberto mi exnovio me llamó a mi casa, contestó Arturo mi marido, le dijo que no estaba, le pregunté que quien era me dijo que un tal Alberto. Arturo estaba muy enojado y celoso.

-Arturo no tienes por qué enojarte, Alberto es un amigo que me ayudó mucho.

-Pues no me gusta que te hablen.

-Vas a empezar de celoso, crees que soy una puta.

-No mi amor, perdóname.

Me di la vuelta y me fui a encerrar a mi cuarto. El trato de entrar pero no pudo, gritaba, me rogaba que lo perdonara, no le conteste, solo podía pensar en estar otra vez con Alberto, tenía como 8 meses que no me acostaba con él y ya no aguantaba. Alberto es un excelente amante, sabe cómo hacerme explotar de placer.

Después de un rato Arturo dejo de rogar y por lo visto salió de la casa, aproveche para hablarle a Alberto.

-Hola Alberto.

-Hola Pam, tengo muchas ganas de verte.

-Y yo a ti mi amor, me tienes muy olvidada.

-Es que tuve algunos problemas y me fui de la ciudad un tiempo.

-¿Y ya se arregló todo?

-Sí, solo fue un malentendido.

-Qué bueno corazón, ¿te acuerdas del hotel Monarca?

-Claro Pam, jamás olvidare el lugar donde pasábamos horas teniendo sexo.

-Pues te veo ahí a las 10 de la noche.

Eran como las 4 de la tarde, como a las 6 regreso mi esposo, con un ramo de flores, me pidió perdón

-Por favor Pam, perdóname.

-No déjame en paz.

Me fui a ver televisión, él estaba arreglando el garaje. A las 7 me fui a arreglar. Me bañe, perfume mi cuerpo, me puse una tanga negra, un minivestido entallado negro, y tacones negros. Tome mis cosas, iba hacia la salida de la casa y mi esposo estaba en la cocina, al verme así vestida corrió hacia la puerta y me dijo que a donde iba.

-Me voy a andar de puta, voy a ver a mi amante.

-No me digas eso amor, yo te amo.

Empezó a llorar.

-Para que lloras, siempre te he sido fiel pero tú crees que soy una puta.

-Mi amor te amo, perdóname. Se tiró al piso a rogar.

-Voy con unas amigas, pero para que te digo si no me crees nada.

-Perdóname mi amor, toma te doy dinero para que invites a tus amigas.

De su cartera sacó 2000 pesos, le di las gracias y me fui.

Al llegar al hotel saludé a doña Rosa

-Hola

-Hola Pamela, ¿hoy a quien le toca?

-A un ex

-Mi hijo me ha preguntado por ti, que cuando se ven.

-Cuando él quiera, con la verga que se carga su hijo sería tonta si no quedara con él.

Me dio la llave del cuarto, subí, de una habitación salió una pareja, un señor de unos 55 años y una chica como de 20, al pasar el señor me dijo –que pedazo de culo, me reí y seguí al cuarto, como 15 minutos después llegó Alberto.

-Hola Pam, cada día estas más buena.

-Y hoy soy toda para ti.

Me empezó a fajar, me gusta mucho como me aprieta las nalgas, le agarré el pene por arriba del pantalón.

-Espera quiero pedir algo de tomar, el cornudo de mi marido paga.

Pedimos una botella de vodka y jugo de uva, nos servimos unas, platicamos un rato.

-¿Sigues igual de puta?

-No igual, cada día peor.

-¿Cuándo andábamos me engañabas con Leandro?

-Sí, con él y varios más, ya sabías que soy bien puta.

Me quito el vestido, me quito la tanga, está la guardo, me dijo que de recuerdo. Muchas veces así se habían quedado con mis tangas, gastaba mucho dinero en tangas.

No me dejo quitarme los tacones, me dijo que me quería coger con ellos puestos.

Se desnudó, acaricie su pecho, se lo bese, se lo chupe, después bese su boca mientras le agarraba las nalgas.

-Me pones bien caliente Alberto.

Me hinque frente a él, tome su dura verga, le di un beso en la punta, después le pase la lengua por el tronco y la cabeza, me gustaba su sabor a macho, su verga dura y venuda.

Me la metí en la boca, la saboree, después la metía y la sacaba, ese trozo de carne estaba muy caliente, la mojaba con mi saliva, me la saque, le baje el prepucio, pase mi lengua por su cabeza.

-Me encanta tu verga.

Me metí la cabeza, y le pasaba la lengua muy suavecito, no duró nada con ese masaje, se vino en mi boca, tres tiros de semen, mi boca llena de leche, me lo trague todo.

-Cada vez mamas mejor.

-Es que he practicado mucho.

Me acostó en la cama, me chupaba las tetas, mientras empezó a dedearme la vagina, me mordía los pezones.

-Más, maaaaas, que rico.

Me beso el abdomen, después bajo a mi vagina, metió su lengua en mi concha, lo tome de la cabeza, busqué que acelerara la penetración con la lengua.

-Aaaaahhhhhh.

Acabe en un delicioso orgasmo. Él se lo comió todo.

-Y tú qué bien usas la lengua.

Se acostó a mi lado, me besó.

-Métemela ya, que no aguanto.

Me la metió poco a poco, sentí como se iba abriendo mi vagina, como aquel duro y caliente pene entraba. Cuando termino de metérmela, se quedó quieto.

-Muévete, párteme en dos.

Empezó a moverse muy lento, me lo hacía muy tierno.

-Muévete rápido cabrón, quiero que me hagas venir.

-Yo no tengo prisa Pam, que el cornudo se espere.

-Sí que se espere, mientras mi macho me da verga.

Nos volteamos, él se acostó y yo me monte en él, brincaba como una loca sobre aquella verga, sentía como a cada brinco mi vagina se abría para recibir a aquel pito que tanto placer me daba.

Mis tetas iban de abajo a arriba mientras esa verga entraba y salía. Me agache a besarlo. Acariciaba su cabello, lo seguía besando mientras me llenaba de verga.

-Que rico, que macho eres, como coges a tu hembra.

Sentí que me llego el orgasmo, mi vagina se contrajo, mis pezones estaban tan duros que dolían, grite su nombre.

Él se vino dentro de mí, sentí como me inundo con su semen caliente, me acosté sobre él. Lo volví a besar. Me pare me serví otro vodka. El me comentó que se tenía que ir. Yo me quede para bañarme, me arregle otra vez y me regrese a casa.

Al llegar le dije a mi esposo que otra escena de celos y lo dejaba, él me prometió que ya no pasaría. Jamás lo ha cumplido.

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