Disfrutando en la discoteca con una buena verga en la boca

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(Mientras escribía este relato estaba escuchando la canción de The Weekend – Earned it (que no paraba de repetir una y otra vez, pero fascinada) y si gustan lxs invito a escucharla para una mejor «experiencia» o como quieran ustedes decirle jsjs. (Me disculpan sí tiene algún que otro error en la ortografía)

Eran aproximadamente las 8 de la noche de un sábado y había quedado con varias amigas para ir a una discoteca para emborracharnos y simplemente disfrutar.

Después de darme una ducha empecé a buscar que me iba a poner, primero pensar que lencería ponerme ya que quería algo sensual que me hiciera lucir bien. Escogí una morada con tiritas negras que hacía verme más sexy y se ajustaba muy bien a mi cuerpo. Después elegí un vestido de color vino que acentuaba mis curvas y apretando mi trasero y con un ligero escote, después seguí con el maquillaje y ya opte por algo más casual al igual que el peinado.

Ya lista solo esperaba a que llegaran mis amigas por mi, sabía que hoy se iba a pasar muy bien y estaba decidida a ligarme a alguien ya que tenía semanas sin estar con un hombre. Cuando estaba tomándome fotos empecé a escuchar gritos y varios pitidos del carro de mi amiga Laura.

Baje con cuidado las escaleras para no caerme por los tacones que tenía y cuando llegue a ellas me subí rápido para ya irnos y dejar de hacer tanto ruido no se fueran a quejar mis vecinos. A eso de las 10 ya estábamos en la discoteca y se notaba un gran ambiente con mucha gente esperando por entrar, por suerte nosotras ya somos conocidas aquí así que solo con que nos vean nos dejan entrar. La música llegaba desde afuera y cada vez más cerca del lugar retumbaba de manera fuerte en mis odios sin poder escuchar voces a mi alrededor. Había mucha gente por todos lados y bailando como si su vida se fuera en ello. Amaba estar aquí y cuando menos me di cuenta ya estaba en la barra bebiendo tequila.

Laura.— Niñas, hoy va hacer una gran noche!- dijo de manera muy emocionada y gritando para poder oírla bien

Karen.— Hay que disfrutar como nunca pequeñas perras!-

Todas chocamos nuestro chupitos y bebimos el contenido de un solo golpe. Sentía como el tequila quemaba mi garganta, era la mejor sensación del mundo. Después de cuatro o más nos fuimos juntas a bailar, todas estábamos en plan amigas nada más pero pronto cada una fue invitada por alguien a bailar, y yo no me quedé atrás, alguien me agarró de la cintura y hizo que le empezará a bailar así mismo, sin vernos las caras, con el reguetton que sonaba movía mis nalgas sensualmente para el, amaba sentir el «restriegue» (por decirlo de la manera más vulgar posible) de alguien tras mi trasero, esa fricción de ropa y ropa me encantaba y me hacia enloquecer, y a veces cuando se excitaba y sentir como se le ponía duro me mataba aún más, si era posible.

Seguimos bailando dos o tres canciones más de la misma forma, hasta que ya muy acalorada y cansada deje de moverme y quite su mano de mi cintura, al igual que yo dejo de bailar y fue ahí cuando me di la vuelta y nos vimos cara a cara, era muy guapo a decir verdad, tenía la mandíbula marcada, unos ojos que denotaban excitación y unos labios rojos que provocaban comercelos todo. Quizás está ya sea la persona que me hará disfrutar toda la noche.

Fui bajando por todo su cuerpo hasta que me detuve en su parte baja y se notaba un ligero bulto bajo esos pantalones, sin decir nada solo volví a conectar sus ojos con los míos y le di una pequeña sonrisa, y me voltee y fui haciéndome camino hacia la barra para poder refrescarme un poco. La verdad, esperaba que el me estuviera siguiendo, estaba muy lindo y tenía ganas de ver lo que escondía en su pantalón y que me llenará de placer.

Voltee hacia mi lado derecho donde alguien estaba pidiendo algo y era el, tenía un perfil hermoso, todo el se veía tan provocativo, no sé si era el tiempo que ya tenía sin estar con un hombre o si es que estaba maravillada con lo guapo y sensual que se veía. Volteó a verme y esta vez el fue el que me dedico una sonrisa a mí.

—Hola, me llamo Alex, ¿Y tú?

—Verónica, mucho gusto Alex

—Antes te habían dicho que bailas muy, muy bien.- dijo de manera coqueta, ladeando un poco la cabeza y con una sonrisa.

—La verdad es que si me lo habían dicho, no te miento. Tu también bailas muy bien.- le dije haciendo los mismos gestos que él.

Sin decir más cada uno empezó a beber una cerveza, sin poder dejar de mirarnos, de manera descarada hizo todo un recorrido por mi cuerpo, y yo no me quedé atrás he hice lo mismo que él.

—Te ves muy linda con ese vestido, Verónica.- ligeramente fue acercando una mano hacia mis piernas, primero colocándola en mi rodilla después hacían mi muslo que ahí es donde se detuvo.— Me pregunto cómo te verás sin el.

—Puede… que aún mejor, quién sabe, solo hay una forma de saber.- Agarrando su muñeca hice que la subiera aún más, levantando mi vestido y que la punta de sus dedos rozaran mi vagina que ya se sentía un poco mojada.

Sin decir ni una sola palabra quitó su mano de ahí y se levantó y hizo que yo también lo hiciera, me agarró de las muñecas y empezó a caminar, no sabía a dónde pero se notaba con paso decidido y sabía a dónde quería ir. La gente nos apretaba y el me agarraba fuerte para que me soltará y así perdernos. Llegamos al baño, específicamente al de las mujeres, dónde no había nadie nada más que nosotros, cerró la puerta tras nosotros y agarrándome de la cintura hizo que nos unieramos en un beso, húmedo, con lengua y mordidas. Camino sin separarse de mi hasta que mi espalda choco con el lavamanos, me agarró del trasero para subirme, se metió entre mis piernas y ahí las entre lance para que no se fuera, y dudo que pensara en hacerlo. Hizo un recorrido de mis labios hasta mi cueño, dónde seguro dejo más de una marca, sentía mi vagina húmeda completamente, moría por sentirlo dentro de mí. Fui yo primero quien empezó a devestirlo, quitándole de manera acelerada su camisa.

¡Este tipo si que estaba buenísimo!

Ahora fui yo quien le besaba el cuello y daba pequeños y húmedos besos por todo su alrededor, el metió sus manos bajo mi vestido, llegando a tocar mi ropa interior, lo empuje un poco hacia atrás para poder bajarme del lavamanos y sin decir nada me fui quitando el vestido, de manera lenta y provocativa para él. Cuando me lo termine de quitar no perdió tiempo en besarme y yo volví a besar su cuello, bajando por su pecho y lamiendolo todo, bajando por sus abdominales dónde hice lo mismo, pasaba mi lengua lentamente y dejando pequeños besos. Dándole una mirada me quite los tacones antes de ponerme de rodillas a el sin dejar de mirarle a los ojos. Le desabroché el pantalón y sin dejar de mirarlo le baje estos mismos junto a sus bóxers y su pene salto directo a mi cara, lo agarre con mi mano y se sentía durísimo y se notaban mucho sus venas, por suerte no era de esos hombres que tenían un monto de vellos. Solo lo tocaba y le daba besos en toda la puntita, veía como soltaba pequeños suspiros.

—Quieres que me lo meta todo a la boca?.- Pregunté seductoramente, sin dejar de mirarlo mientras que con mi mano subía y bajaba de manera lenta por toda su verga

—Sí putita, quiero que te tragues toda mi verga como bien debes de saber hacerlo.- Sin que dijera nada más volví a darle pequeños besos en su glande, pero esta vez con la lengua daba pequeños círculos al rededor.- No me hagas sufrir más, mejor métetelo todo, que te encantará hacerlo.

Y como si fuera una orden la obecedí, encantada por meterme su pene en mi boquita, lo metía y sacaba lento, dejándolo todo babeado y también con ayuda de mi mano seguí los movimientos que hacía con la boca, cada vez lo hacía más rápido, no le quitaba la mirada de encima, me encantaba ver la excitación en su rostro y como soltaba gemidos casi inaudibles. Puso una mano de el mi cabeza y me agarró del cabello y el empezó a guiar mis movimientos, de manera lenta hacia que me metiera toda su verga, que no era nada chiquita, lo dejaba todo babeado y hacia que me quedará con el pene hasta la garganta un buen rato causandome pequeñas arcadas y qué mis ojos se pusieran llorosos, cuando empezó a hacerlo más rápido y de manera brusca, cómo botaba mucha saliva y la manera que metía y sacaba su pene de mi garganta causaba un ruido muy excitante.

—Quieres toda mi lechita, verdad putita.- para dejarme responder saco su verga de mi boca pero me empezó a dar golpecitos en mis cachetes con su verga.

—Síii, quieres que me llenes mi boquita con toda tú leche para tragarmela como la puta que soy.

—Como la puta que eres.- Intentaba darme más duro con su verga en la cara.- Te vas a tragar todo.- Sin decir más me agarró fuerte del cabello y me metió toda su verga hasta la garganta, haciendo que me ahogara un poco pero ni se inmutó en querer sacarmela.

Seguía haciendo que me la metiera más y más, si es que era posible, toda su verga y sentía como de mi vagina salían mis flujos, cómo pude me metí un dedo y tanta era mi excitación que solté un gemido por empezar a tocarme. El soltaba gemidos y me agarraba más fuerte del cabello.—Ya me voy a correr putita, sigue te tocando más rápido, quiero ver cómo te metes tus dedos a tu vagina mojada.- Y tal y como me ordeno me fui tocando más rápido, manteníamos nuestras miradas una con la otra, mientras el me metía y sacaba su verga yo me estaba tocando. Sentí que ya me iba a venir y no podía aguantar más, el aceleró más sus embestidas con mi boca y con un fuerte gemido empecé a sentir como me llenaba toda de su leche, saco su verga y la siguió jalando para sacar hasta lo último de él.—No quiero que botes nada, quiero ver cómo te tragas todo.- Mientras me tragaba su leche yo me ponía en una mejor posición para poder seguir masturbándome delante de él y ya estaba nada de llegar al orgasmo…

Éste ha sido primer relato que espero y lo disfrutarán tanto como yo al escribirlo. Quizás y haga segunda parte, y comenten que tal les pareció. Graxxx