Dos amigas: Laura y Julia frente a inesperadas vivencias, frente al deseo
‘-Voy enseguida-contestó Julia. Eran las 8 de la tarde, de un lluvioso día 14 de diciembre, y qué frío hacía. Laura me había dicho que tenía que decirme algo importante, así que pillé lo primero que encontré en el armario y marché apresuradamente hacia su casa.
Julia vivía en una urbanización algo apartada, hacia la zona norte, por lo que tenía que coger el coche para ir a ver a su amiga, que vivía en un popular barrio céntrico de la ciudad. Tenía suerte esta vez, y no se encontró con mucho tráfico de entrada (cosa que era común). Laura y ella se conocían desde niñas. Desde siempre habían sido las mejores amigas, a pesar de la disparidad de carácter entre ambas. Laura es muy extrovertida, la típica chica popular del insti a la cual todo el mundo quiere acercarse. Julia es más bien lo contrario, tímida y callada, sin llegar a ser una antisocial, claro, aunque irradia un halo de ternura que, unida a su belleza, la hacen parecer encantadora a ojos de los demás. Y ambas chicas se contaban todo, hasta los detalles más íntimos de sus respectivas experiencias sexuales.
Laura estaba desde hace unos meses muy deprimida. Su último novio, Adrián, la había estado engañando, cosa que no se puede entender, teniendo en cuenta como es ella (rubia, ojos verdes claros, con unas tetazas que vuelven locos a los tíos y cinturita de avispa). Lo peor es que la tía con la que se la estaba pegando a Laura no era ni la mitad de sexy que ella, la típica tía que se pasaba el día subiendo fotos de Instagram de su culo y sus tetas operadas, para suplir la falta de atractivo de su cara, y que encima iba de flipada con la gente presumiendo de lo buena que estaba.
Durante ese tiempo Julia estuvo muy cerca de Laura (es lo que hacen las buenas amigas). Había días enteros que no paraba de llorar, y sin embargo había otros en que actuaba como si nada (es un poco bipolar), y en esos días no hacía más que coquetear con el primero que le pasaba por delante de sus ojos, aunque finalmente no llegaba a hacer nada más con ellos que calentarles la polla un rato. Luego le daba por llamar a su ex para gritarle, o bien le pasaba fotos de ella desnuda para excitarle. Después, tras sufrir uno de sus bajones, tiraba de su amiga Julia, que siempre se dignaba a escucharla, a llevarla a casa cuando se emborrachaba, o a quedar con ella aun cuando no le apeteciera.
Julia también tenía su público (morena, ojos marrones claritos, buenas tetas aunque no tan grandes, de curvas pronunciadas y un trasero de campeonato), pero debido a su carácter más reservado, no salía de fiesta tan a menudo. Tenía esa tendencia natural a resguardarse un poco de los demás, cobijándose tras sus amigas más extrovertidas, pareciendo en ocasiones ser su sombra. Desde siempre había sentido cierta envidia sana por Laura, no sólo porque acaparaba toda la atención, también por su forma de ser tan dinámica y atrevida. Esa actitud que tiene la gente que parece que va a comerse el mundo, y a la cual el mundo parece responderle con éxitos varios. Para Julia esa forma de comportarse le era imposible de realizar, incluso queriendo hacerlo. Tenía miedo a hablar en público, sobretodo en grupos más amplios de su ratio de conocid@s. No es algo extraño teniendo en cuenta la represiva educación que le han dado sus padres, que son gente muy religiosa y autoritaria. Hasta los 18, no la habían dejado salir de fiesta salvo contadas excepciones. Tenía 19 años, y apenas si había tenido alguna experiencia sexual. Y eso que tenía la atención de unos cuantos babosos fantaseando con ella en el instituto.
Ambas eran aplicadas en cuanto a estudio se refiere. Laura había optado por estudiar periodismo, y Julia por medicina, cada una en una universidad diferente. Laura se había marchado a vivir con varios compañeros de piso, amigos de su grupo de baile, pues su carácter rebelde e impulsivo le hacía querer buscar su propia independencia. Además trabajaba a tiempo parcial de camarera en el centro de la ciudad. Julia seguía viviendo con sus padres. Ambas seguían conservando sus amistades comunes.
Ese día de diciembre, Julia aparcó cerca de la casa de su amiga. Nada más llegar la recibió con una sonrisa. Iba con un vestido ajustado que marcaba muy bien su hermoso cuerpo. Estaba maquillada y sus labios teñidos de un carmesí intenso. Sin saber por qué, Julia se sonrojó al verla. –Hola cielo, pasa. Mis compañeros no están, vendrán en un rato-. Julia se adentró en el piso. Ya había estado allí antes, en la fiesta de cumpleaños que dio su amiga en casa hace poco. Era un piso coqueto de tres habitaciones, conectadas por un pasillo estrecho y con un salón comedor bastante amplio.-Bueno Lau, tú me dirás. ¿Qué es lo que era tan urgente que no me podías contar por teléfono?-.
Tía-contestó Laura-¿te acuerdas de la representación de baile que hicimos el mes pasado? Pues bien, esta mañana me ha llamado un productor de cine que casualmente estaba viendo la obra, y va a hacer una peli-musical en la cual necesita gente que sea expert@ en baile moderno. Me ha dicho que le he llamado la atención, y quiere hacerme una prueba dentro de tres días. ¿Qué te parece?
-Aaaay, ¡enhorabuena tía!-contestó Julia. Ambas se fundieron en un tierno abrazo.-Esto hay que celebrarlo. Los chicos han ido a por unas botellas-dijo Laura.- La última vez que estuviste vinieron casi todos, asi que los conoces, y no tienes excusa para irte-. Está bien-contestó Julia- me quedaré un rato, tampoco mucho, que mañana tengo una exposición en clase. Además sabes que a mis padres no les gusta mucho que salga en temporada de estudio.- ¡Así me gusta!-dijo Laura-. Olvídate por un rato de las obligaciones, y quédate con tu amiga que te quiere y te necesita. Que no todos los días se tiene la suerte de que te llamen para una peli. Ya verás que te lo pasarás bien. –Vale-dijo Julia- pero te repito que solo un rato. –Bueno-replicó Laura- tu quédate y ya se irá viendo.
Al rato llegaron sus compañeros de piso, los cuales también estaban en el grupo de baile de Laura. Uno es Miguel, acompañado de su novia. Un tipo alto y musculado, guapo, con barba de tres días. El otro es Carlos, menos agraciado, aunque sí mucho más simpático y afable. Le acompañaba un grupito de 5 personas más. Todos saludaron alegremente a Laura; se notaba el buen rollo que había entre ellos, síntoma de una buena convivencia en casa.
La fiesta estuvo bastante animada. Todos bebieron más de la cuenta, y a pesar de la timidez de Julia, estuvo todo el rato hablando y bailando con el resto. El tiempo pasó rápido. Cuando ya el sopor y la primera luz de la mañana empezaron a invadir a la gente, se fueron retirando, quedándose solas en el sofá las dos amigas. Julia no había podido evitar durante toda la noche lanzar miradas furtivas a Laura. La veía muy atractiva con ese vestido, y esa idea la estaba dejando aturdida por dentro. Ella no era lesbiana, jamás había sentido atracción por otras mujeres, y además le parecía algo obsceno. Así que no se explicaba cuál era la razón de sus lujuriosos pensamientos. Igual es la influencia del alcohol, ayudada por lo fumada que iba. Suponía que lo que sentía era en realidad admiración por su amiga. Era muy guapa. No le extrañaba nada que se hubiesen fijado en ella para la película. Alguna vez en el pasado había fantaseado con ella, aunque levemente, no sin después sentirse culpable por ello. No obstante estaba bastante borracha, así que a medida que había ido bebiendo durante la fiesta, iban desapareciendo sus inhibiciones.
Tía, la fiesta ha estado súper bien. Tus compis de piso son un amor-dijo Julia.-Anda, la primera de las muchas que vamos a hacer en este piso, jeje. Pero venga, cuéntame. ¿Te ha gustado alguno de los tíos que han venido?. Te he visto coqueteando con Juan. Tía, que tiene novia. Serás guarra jaja. ¿Desde cuando eres tu tan lanzada?-dijo Laura. Sólo hablábamos-dijo Julia. Además, preferiría liarme con Carlos. Es un chico muy majo. Juan es un chulo y un poquito gilipollas, la verdad. El típico tío que se cree que van todas detrás de él. -Eso es cierto-dijo Laura- pero cuando le conoces no es tan gilipollas. Además, a mi ese punto de chulería me pone.
Siguieron un rato conversando hasta que Julia avisó de que se marchaba ya. –Julia – dijo Laura.-Me alegro mucho que sigamos siendo las mejores amigas, aún después de vivir lejos la una de la otra. Eres alguien muy importante en mi vida. Siempre que te he necesitado, has sabido estar ahí. Te quiero mucho amiga-. Laura le lanzó una tierna mirada a Julia.-Jajaja, ya estamos sentimentales-contestó Julia.-Sabes que eres mi mejor amiga, y que siempre estaré ahí, tontita-. Ambas se fundieron en un largo abrazo. Julia empezó a notar cómo se le aceleraba el corazón. Estaba temblando, muy nerviosa, y su amiga lo notó. –Juli, ¿te pasa algo?. Estás tiritando. En un breve instante, un fugaz deseo se le cruzó por la mente a Julia, y sin pensarlo, agarró a Laura tiernamente de la cabeza y la besó. El beso duró unos segundos. Súbitamente, Julia se separó. –Lo siento, no sé en qué estaría pensando-. Tranquila-contestó Laura susurrando, mientras le acariciaba el pelo. Ambas se miraron fijamente a los ojos, y volvieron a unir sus labios, solo que esta vez el beso se volvió apasionado, y las lenguas empezaron a enredarse entre sí. Tras otro breve instante, Julia se separó. No sé qué estoy haciendo-dijo Julia. Cielo-contestó Laura- No es la primera vez que me lío con una chica. No te lo había contado antes por miedo a tu reacción, a sentir tu rechazo por tus valores conservadores, pero creo que soy bisexual. Lo supe el año pasado. Además, desde hace unos meses no puedo dejar de pensar en ti, creo que me gustas. Lo que no sabía es que a ti te gustaba yo, que te sentías atraída por mí, y eso me hace feliz-.
¡Tía, que dices!. Lo siento, ha debido ser cosa del alcohol. Esto me pasa por beber más de la cuenta. Me voy-dijo Julia visiblemente sonrojada.- Qué vergüenza. Adiós-. Tras estas palabras, Julia agarró su bolso, se levantó del sofá y salió abruptamente del piso. Mientras bajaba las escaleras del portal, escuchó la voz de Laura llamándola. Cuando removía nerviosamente las manos buscando las llaves de su coche, giró la cabeza y vio que Laura había bajado también a la calle. Julia, por favor, no te vayas así-dijo Laura, que fue acercándose hasta el coche. -Estás borracha, y no sabes lo que dices. Mejor hablamos mañana-contestó Julia.-¿ Y por qué no hablamos mejor ahora?¿ Así es como vas a tratar a tu mejor amiga? por favor Juli-dijo Laura- sube a mi casa, y lo hablamos tranquilamente. Ambas se detuvieron enfrente del coche. Julia estaba hecha un flan. Miraba todo el rato de un extremo al otro de la calle, temiendo que otros pudieran estar escuchando su conversación. Vale-dijo Julia. Fue entonces cuando Laura se acercó a ella, y agarrándola por la cintura, guió sus labios a los suyos. Dime que quieres que me aparte-dijo. Sin decir nada, Julia se lanzó directamente a besarla. Se sentía dominada por una fuerza que le era imposible de controlar. Los suaves labios de su amiga, carnosos, su aliento y la forma en que la besaba, hacía que en su interior se encendiera el deseo. Solo con sentir el roce de las grandes tetas de Laura sobre las suyas ya sentía su coño mojado. Laura la acarició suavemente el culo.-Cielo, subamos a mi casa mejor, y continuamos esto. No lo pienses, vamos. Está bien-dijo Julia. Esto es una locura- añadió, entre suspiros.
Mientras regresaban al piso, no pararon de besarse y tocarse. El miedo de que algún vecino bajase a primera hora de la mañana y las viese, lejos de disuadirlas, las ponía más cachondas. Laura metió despacio la llave en la cerradura, con cuidado de no despertar a ninguno de sus compañeros. Una vez dentro, ambas se encaminaron de puntillas hacia la habitación de Laura. Nada más cerrar la puerta se abrazaron intensamente, morreándose sin apenas dejarse respirar, como dos amantes que no se volvieran a ver. Laura llevó sus manos hacia las tetas de Julia. Lentamente, entre besos, fue quitándola la ropa hasta dejarla en sujetador y bragas. Dios, que cuerpazo tienes nena-dijo Laura. Lamió el cuello de Julia, y le desabrochó el sujetador. Al primer contacto de los labios de Laura sobre sus pezones, Julia soltó un gemido. -aaaarghh, si, dios, cómetelas enteras amor…..mmmmm…..joder…..- Laura no dejaba de lamer esos preciosos pechos, alternando entre una teta y la otra, absorbiendo los pezones como si estuviera mamando de ellos. Después fue bajando lentamente por su vientre, deteniéndose en su ombligo, dando círculos alrededor con su lengua. A medida que se iba encaminando hacia el monte de venus, mantenía sus preciosos ojos verdes fijos en Julia, estudiando sus reacciones. Julia se sentía arder por dentro. No dejaba de gemir y de suplicar con la mirada.-Lau, cómetelo ya, no aguanto más……Laura le quitó las bragas con la boca. Se dio unos segundos para contemplar tan bello coño, con su triángulo de pelitos perfectamente perfilados. Acercó su nariz e inspiró fuerte-..mmmmm………-murmuró Laura. El olor a coño embriagaba sus sentidos. Sintió su coñito palpitar violentamente. Al primer lengüetazo, Julia tembló de placer. Entonces Laura metió su lengua en su coño, y se dedicó a lamer sin prisa, saboreando el dulce néctar que se le ofrecía.-jodeeeer…….aaaaahhhh……siii……….Lau………cariño. ……….Laura se iba calentando cada vez más, pero no aumentó su ritmo, quería disfrutar de ese coñito cuanto pudiera, ahora que por fin lo tenía en su boca. Empezó a penetrarla suavemente con la lengua, quería dejar el clítoris para después. Los gemidos de Julia aumentaron.-Nena, gime más flojito, que nos van a escuchar-dijo Laura. Julia se sentía en el cielo. Nunca antes había sentido un placer remotamente similar. La lengua húmeda de su amiga, su aliento cálido, su boca….. …Agarraba fuertemente del pelo a Laura, acercándola a su coñito, haciendo fuerza para que su lengua no cesase su contacto. Por fin Laura se dedicó al clítoris. Nada más rozar con su lengua el dulce botón, Julia empezó a contraerse, sus piernas a temblar sin control, mientras hacía un esfuerzo monumental para no gritar. Notaba correr ríos de placer por su sistema nervioso, y una explosión sin control se apoderó de ella. De inmediato, Laura notó como se corría, y bebió todos los jugos que manaron abundantemente de su chocho. No dejó de lamer hasta que hubo exprimido la última gota de su líquido celestial. Sin darse tregua, ambas se fundieron en un fogoso beso, probando Julia el regusto de su coñito, cuyo sabor se le antojaba ahora probar.-…………….Dios Lau, quiero comerte el coño, saborearte entera………….-Julia le quitó el sujetador a Laura. Contempló admirada su enorme busto, y se lanzó a degustar las enormes tetazas de su amiga, atrapando sus duros pezones. Laura empezó a gemir suave. Julia, como poseída, se centró en lamerle las tetas deseando que el tiempo se detuviera, para poder tenerlas eternamente para ella. Después de un buen rato, Laura le indicó a su amiga, bajándole la cabeza, el lugar donde quería recibir placer. Julia, tras quitarle sus braguitas, se lanzó ansiosa a comer lo que le pareció un coño precioso, totalmente depilado. El corazón le latía apresuradamente. Iba a ser la primera vez que probaba un coño, y estaba más excitada que nunca. Sin pensárselo introdujo su lengua en él, aunque con algo de miedo. Tras las primeras sensaciones en su lengua, el goce pudo más y la lamió entera. El coño de Laura sabía muy bien, mejor que las pollas que hasta ahora se había comido. Se dedicó a lamérselo con desesperación, de abajo a arriba, lateralmente, moviendo su cabeza, en pequeños círculos, succionando su clítoris……… Alternaba las lamidas con dos de sus dedos que metía rápidamente. Laura le mantenía el pelo recogido a un lado para que no la molestase–Nena, méteme un dedo…..mmm………… Por el culo, lo necesito……………- Julia introdujo otro de sus dedos en el culito de Laura, la cual dio un pequeño respingo, pero que luego se introdujo en su ano con facilidad. Al momento volvía a gemir, con cuidado de no alertar a nadie.
Para ser la primera vez con una chica, su amiga lo hacía muy bien. De hecho, la comía el coño como pocos han hecho. Se notaba que estaba disfrutando. Con el dedo en su culo y la lengua en su coño, no tardaría mucho en correrse.-aaaahhhh……………..Cielo, voy a llegar………….aaahhhhh……………-Julia aceleró el ritmo, deseosa de que Laura se corriese en su boca, cosa que no tardó en ocurrir.-Amor, me corroooooooo…………..jodeeeer siiiiiii…….……………..Una explosión de néctar golpeó con violencia la boca de Julia, que desesperada lamía y recogía todo líquido que del coño de Laura salía, no queriendo desperdiciar nada.
Julia le dio la vuelta a Laura, poniéndola a cuatro patas. Continuó un rato lamiendo la vagina de su amiga desde atrás. Suavemente, empezó a acariciar la entrada de su recto con sus dedos.-Amor, quiero comerte el culo, quiero probar su sabor.-Laura se dejó hacer, poniendo su culo lo más en pompa que era capaz. Julia le introdujo dos dedos de golpe mientras seguía comiendo coño. Intentó penetrar su vagina con la lengua, mientras retorcía sus dedos en el glorioso baile del mete-saca que ejercía cobre su ano. Laura tenía los ojos cerrados, disfrutando de la doble penetración. Al momento Julia añadió un tercer dedo. Luego dejó la vagina y retiró los dedos del ano de Laura, llevándoselos a la boca. Le gustaba su sabor. Sin perder tiempo, aprovechando que el culo de su amiga estaba abierto, introdujo su lengua lo más que pudo. Un intenso sabor amargo inundó su sentido del gusto, y Julia notó como su chichi se encendía de nuevo. Movió su lengua en círculos en el interior de su ano, degustando las paredes, que se expandían y contraían a su paso. Laura volvió a gemir-………joder Juli, que puta te vuelves cuando te sueltas, sigue asi, amor…….Las palabras de Laura excitaron a Julia, quien aumentó el ritmo de su anilingus mientras le introducía dos dedos a Laura. Un segundo orgasmo poseyó violentamente a su amiga, y luego un tercero, y un cuarto. Laura se levantó y fue a por los labios de Julia, deseando probar el sabor de su culo.
Siguieron un rato liándose, hasta que entre besos y caricias quedaron una encima de la otra inversamente, por lo que empezaron un 69. Los lametones iban encadenados, mientras los gemidos se ahogaban en sus respectivos coños. Continuaron comiéndose un rato, y de repente escucharon pasos por el pasillo de camino a la cocina. Parecía que uno de los compañeros de piso de Laura se había despertado. –Laura, tía, creo que ahí hay alguien, que nos van a oír………. En efecto, la persona en cuestión se había detenido, pues no se escuchaba ya paso alguno.-…Tranquila- susurró Laura- seguro que andará medio fumado de la fiesta…., sigue amor, que estoy a punto. Procura gemir bajito y ya está.
De inmediato Laura enterró su cabeza en el coño de Julia, ante lo cual ella hizo lo mismo. Tras un buen rato lamiéndose mutuamente, sus cuerpos empezaron a convulsionar, y ambas empezaron a correrse a la vez.
Después, entre caricias y jugueteos, se quedaron dormidas, abrazadas la una a la otra. Entre el pequeño hueco sin cubrir de la cortina, se filtraban los rayos del sol propios del mediodía. Carlos, que desde hace unas horas no podía dormir por los ruiditos que salían del cuarto contiguo, había salido hace un rato de su cuarto a la cocina a picar algo, cuando le pareció que los ruiditos que escuchaba de la habitación de Laura eran gemidos, y, además, parecían dos gemidos femeninos diferentes. Todos los chicos se habían marchado a sus casas, y Miguel estaba con su novia en su cuarto. Entonces, ¿Quién estaba con Laura?. No recordaba cuando Julia se marchó para su casa, y además de los gemidos de Laura, a quien conocía, estaba casi seguro que los otros gemidos eran de aquella. La polla instantáneamente se le puso dura bajo su pantalón. Sin hacer mucho ruido, caminó despacio hacia la puerta de la habitación, y puso la oreja suavemente. Estaba claro, Laura y Julia estaban follando, gimiendo flojito, y debían estar disfrutando de lo lindo. De puntillas se fue a su habitación. Una vez dentro, con la oreja pegada al muro contiguo a la habitación de Laura, escuchando todo, se hizo la mejor paja de su vida, eso sí, controlando de que no se le escuchara…………