Dos amigas se encuentran, esto terminan yendo mas lejos de lo que pensaban y se dan cuenta la conexión que tienen

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Estabas sentada en la terraza de aquel bar, lo recuerdas Nuria?

Serian las cuatro de la tarde de un maravilloso día de octubre, yo bajaba por el paseo y me quede mirándote, al principio no te reconocí, pero enseguida me vino tu imagen a la mente, tú me sonreíste al tiempo que pasabas tu sonrosada lengua por tus labios.

Yo también te sonreí, y entonces me hiciste con el dedo un gesto como diciéndome que me acercara a ti. Eras Nuria, la antigua compañera en la universidad con la que tenía una gran amistad en el pasado. Nos pasábamos las horas charlando de todo tipo de temas.

No lo dude un segundo, me acerque, te di las buenas tardes, me indicaste con una sonrisa que me sentara contigo.

-Que tomas guapa – me dijiste.

-Lo mismo que tú, debe estar muy rico. Lo pediste al camarero.

-Que me mirabas?-dijiste- Parece que me conocías.

-No, al principio no te reconocí-le dije- miraba tus hermosos muslos, tus sugerentes pechos, y lo hermosa que eres.

-Tu también estas para comerte cielo, y vas vestida como para seducir a alguien como yo, me dijo ella con bastante descaro.

Nuria parecía mucho más atrevida, tenía ya unos 35 años y no se andaba con rodeos. Me contó que estaba casada pero verme de nuevo la había hechizado. Me contó que había estado varias veces con mujeres y había sido una maravilla.

-Encantada Nuria de encontrarte de nuevo, también estoy viviendo en pareja, estoy con un hombre agradable, cariñoso… y también he tenido experiencias con mujeres, antes de estar con él.

-Pues que podríamos hacer para acabar de pasar la tarde juntas, cosa que me encantaría Lucía.

-Podríamos tomar una habitación el ese hotelito que hay enfrente, se que son muy discretos, además si a ti no te conocen a mi tampoco-la dije.

-Seria maravilloso Lucía, tengo tiempo hasta las ocho por lo menos.

-Yo también, pago el servicio y nos vamos mi amor. Está claro que Nuria me había dejado pasmada con todas las cosas que me había contado, de ahí mi atrevimiento a invitarla con aquella proposición..

-Esperemos que sea el principio de algo duradero.

-Estas preciosa mi amor-te dije besándote fuerte en los labios y acariciando tu pelo- vamos juntas al hotel a pasar la tarde.

-Si Lucía, estoy deseando volver a disfrutar de tu compañía.

-Pero esta tarde me dejaras que de rienda suelta a mis fantasías, te parece bien.

-Como quieras Lucía, mi amor, esperaba verte de nuevo algún día.

Llegamos a la habitación del hotel, la hemos pedido y nos han dado una muy discreta en la planta superior.

Cuando entramos te dije:

-Siéntate en el sofá mi amor, voy un momento al baño.

Cuando volví me senté junto a ti y empecé a besarte y acariciarte el pelo y la espalda, empecé a quitarte la blusa , el sujetador, besando tus pezones y acariciándolos con la lengua, mientras mis manos cogían tus pechos ..

Acabe desnudándote, y te pedí que hicieras lo mismo conmigo. Me desnudaste suavemente besandome la piel que iba quedando desnuda con cada prenda que me quitabas.

Después, las dos desnudas, nos dirigimos a la cama. Nos abrazamos entrelazando nuestros cuerpos, uniendo nuestros pechos y besandonos con pasión desenfrenada

Empezé bajando primero a tus tetas, me entretuve succionando los pezones mientras gemías y te estremecías, bajando por tu vientre te bese el ombligo, me detuve en tú sexo chupándolo con dulzura antes alrededor, luego lamí tu coño haciendo circulitos alrededor del clítoris. sintiendo como te estremecías de gozo. Metí mis dedos ensalivados en tu culo penetrándolo con delicadeza, dejándolo suave… luego tus hermosas nalgas a las que daba bocaditos, toda tu espalda, mientras acariciaba tu nuca…tu pelo.

Te lamí todo el cuerpo al tiempo que te pedía que me hicieras tú lo mismo.

Y, que maravilla…como lo hiciste. Despertando todos mis sentidos, estremeciendo mi cuerpo con tus besos, caricias con tus manos y lengua, mi sexo se estremecía se incendiaba con el roce de tu lengua en los labios de mi vagina, en mi clítoris….amorrrrrrrrrrr.

Al fin nos pusimos en posición de hacer el 69, nos dimos placer mutuo hasta desfallecer.

Ya estábamos excitadísimas y no podíamos parar.

Repetimos varias veces. Hicimos el amor durante 3 horas seguidas el amor. Después nos despedimos dejándonos los teléfonos para no perder el contacto y, quien sabe si también repetir aquella tarde maravillosa.