El descubrimiento con un vibrador

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Sali a pasear un día y pase por un sex shop, me llamo la atención y entre.

Había muchísimas cosas que me agradaban, pero específicamente me gusto un vibrador rosado, de buen tamaño, nunca había visto uno así que lo compre.

Lo guarde en mi closet, para que mi madre no lo viera, estuvo hay como por 6 meses, hasta que un día me sentía muy caliente, no sabia como tocarme, ni como estimularme, en fin, nada de ideas me salían.

Decidí ver un par de películas nopor, a ver si me animaba.

Bueno el primer intento fue fallido, aunque estaba sola sentía que alguien me vería y me daba pena conmigo misma. Sentía que me auto cogería, la idea no me gustaba la verdad.

Pasaron dos semanas, llega a casa después de una fiesta en la que había asistido con mi hermana, por lo tanto, no me pude ir con el chico que me gustaba.

(Confieso que el alcohol me pone calientísima, hasta que los pies se me duermen).

Al llegar a mi casa puse una canción suave para relajarme, buscando dormirme y que se me pasaran las ganas, fue todo lo contrario.

Recordé que tenía guardada el consolador, lo agarre y lleve a lavarlo bien, apague las luces de mi cuarto, me lo lleve a la boca chupándolo suavemente, e imaginando el chico que me traía loca.

Luego sentí que se me empezó a humedecer la chocadita, saque el juguete de mi boca y lo baje suavemente rosando mis pechos, vibrando a una velocidad suave.

Cuando iba llegando al clítoris, sentí miedo, pero me decidí a ponérmelo justamente en el mismo. Al llegar a el clítoris me dio un calambre por todo el cuerpo, fue una sensación riquísima, le aumenté la velocidad y empecé a soltar gemidos.

En poco tiempo solté el primer chorro de jugo, fue peor quise mas y lo puse en posición vertical donde parecía una salchicha que mis labios abrazaban, con movimientos muy rápidos, adicional a las vibraciones que ya estaba fuerte.

Quise estallar, fue algo increíble. Mi cuerpo se puso tezo y sentí que caía en un lugar profundo, mis oídos se tapaban, pero era el cuerpo como contrayéndose, era la sensación de querer venirme y venirme, no quería parar.

Me hacía brochita, pasaba el nepe falso por mis labios con mucha suavidad.

Me coloque en cuatro, apoyada en mi cama y mis rodillas en el piso. Decidí introducirlo en mi vulva, con temor lo fui metiendo suavemente, la vibración y el movimiento adentro y afuera me arrechó mucho más, logré venirme tanto, ise un charco en el piso.

Termine agotada, eso destruyo mi mente.

Me volví adicta, solo quería llegar a casa para seguir consintiéndome. En cada oportunidad lo hago.