El día que obligue a mi mamá a tener sexo
Follada a mamá
Mamá trabajaba de camarera y estaba separada de papá desde hacía unos años… Ella mide aproximadamente 1,60 m, pelirroja, grandes pechos y un buen culo que se mantiene duro.
Esto que voy a contar sucedió cuando yo tenía 19 años y mi madre 41.
No pensé en follarla hasta que la vi follando con uno de sus amigos… Una noche llegué a casa a las 4 de la madrugada y escuché un gemido bajo mientras caminaba por el pasillo hacia mi habitación.
La puerta de su dormitorio estaba entreabierta… Miré hacia dentro y la vi siendo follada por un hombre de color que conocía, llamado Jason.
Él me vio mientras su polla se deslizaba dentro y fuera del coño mojado de mi madre y me sonrió… Traté de dejar de mirar, pero me excitaba ver sus tetas saltando mientras él se la follaba con su gran polla tiesa en su coño goteando.
Sin ningún pudor, saqué mi polla dura y lentamente comencé a masturbarme… Vi los labios del coño de mi madre y la gruesa polla de Jason entrar y salir, teniéndola cada vez más tiesa… Al cabo de unos minutos le dijo Jason a mi madre:
– “Oooh, me voy a correr… No puedo aguantar más”
– “S, sí, córrete”, le respondió mi mamá, totalmente deshinibida.
Jason disparó toda la carga acumulada en sus testículos dentro del caliente coño de mi madre… Vi que tenía su polla tan profundamente metida en el coño de mi madre que sus bolas estaban pegadas a su peludo coño.
Y también vi que mi madre se estaba corriendo, porque, además de estar teniendo espasmos en su cuerpo, podía ver los jugos saliendo de su coño.
Eso fue todo lo que necesité para correrme… Disparé mi carga de semen en la puerta y el suelo… Luego, me fui a mi habitación y me acosté en la cama… Me sentí culpable por lo que hice… Unos 20 minutos después escuché a Jason irse.
Me levanté y fui a ver si todo estaba bien… Me acerqué al dormitorio de mamá y miré… Ella estaba acostada allí con el coño bien abierto… Todavía le caían jugos de semen por la grieta del culo… Jason se la debió haber follado muy bien, porque seguro que repitió más de una vez.
‘¿Estaba durmiendo o estaba demasiado bebida?’, me pregunté.
Hice la prueba y le grité:
– “¡Mamá!… ¡Mamá!… ¿Estas bien?”… No hubo respuesta.
Fui a la cama y la cubrí con una sábana… Cuando me iba, no podía dejar de pensar en su coño, así que volví y la zarandee de nuevo… Ella no me respondió.
Cogí la sábana y la aparte, dejandola totalmente desnuda y mostrando su coño.
Me arrodillé y besé los labios de su coño… Lentamente comencé a lamer y chuparle el coño… Gimió mientras se lo comía.
Mi polla estaba muy dura y me sentía muy caliente… Me puse de pie y me metí entre sus muslos.
Tiré de su culo hasta ponerlo al borde de la cama y ella continuó sin moverse… Miré hacia abajo y vi como yo deslizaba la cabeza de mi polla dentro de ella… Casi me corrí cuando sentí la humedad de su coño y mi polla se hundió profundamente en ella hasta que mis bolas golpearon su culo.
Me la follé sin importarme si se despertaba o no… Ella gimió cuando mi polla la folló duro… Su coño se calentó y parecía que estaba chupandome la polla.
Al poco tiempo sentí mi carga de semen salir disparada… Empujé mi polla dentro, lo más profundo que pude, y descargué cada gota de semen que estaba en mis bolas… Mantuve mi polla dentro de ella hasta que se suavizó y se deslizó fuera.
Tiré de la sábana para cubrirla y volví a mi habitación.
¡Qué a gusto me la follé!… ¡Espero volver a follarla!
F I N