El joven vive en la casa de un militar con su mujer y toda la familia de ella, eso termina siendo lo mejor y peor que le paso a su vida sexual

Valorar

Q

uiero pedir deisculpas por la tardanza y por los posibles fallos que haya cometido. Pero sobre todo a los comentarios.

para los que empiecen a leer esta mini saga, aconsejarles que empiecen desde el principio, pues si no igual no la acaban de pillar, y dar las gracias a todos que leen mis relatos.

Hubo un silencio entre los dos, se oía a la gente de fondo hablando de sus cosas mientras que el silencio por primera vez reinaba en nuestra mesa, Vero se levanto para ir al lavabo a lavarse las manos aún llenas de mi leche, la vi caminando invadiendo el espacio con su perfume, en una hora estaba descubriendo cosas que en mi vida hubiera imaginado, por supuesto que mi suegro no era un santo, pero no sabía que tenía que ver mi madre o mi mujer en todo esto, me daba miedo el saber más, pero lo necesitaba, me quedé mirando mi móvil, no sabía si llamar a Laura y pedirle explicaciones o  esperar a llegar a Madrid y más relajado tener una conversación con ella.

Vero regresaba del lavabo, la verdad es que estaba preciosa, pude observar a los camareros como la seguían con la mirada, Vero lo sabía y se dejaba gustar, llego a la mesa, se sentó.

-Pides algo de comer Juan. Me dijo como si no hubiera pasado nada.

-Claro. Dije levantando la mano para llamar al camarero.

-Bueno, ¿Qué vas a hacer con Manuel? Pregunté.

-Como te he dicho, me voy a separar, mi madre  está muy enferma y mi padre murió el año pasado, con lo cual ya no me pueden presionar, por supuesto intentare sacar lo máximo de Manuel, pero eso será difícil, ya sabes que lo tienen todo muy atado.

-Siento lo de tu padre Vero, respecto a Manuel quizás pueda ayudarte.

-¿Cómo? Me pregunto abriendo los ojos.

No me pude resistir y atrayendo su cabeza la bese, su boca se abrió al momento dejando que su lengua se juntara con la mía, era un beso especial, como si mi cuerpo necesitará ese beso para subsistir, nos separamos y juntando nuestras frentes le dije.

-No te olvides que todo pasa por un programa de informática, puedo saber muchas cosas simplemente apretando una tecla, tu déjalo en mis manos, pero necesito saber más, necesito que me respondas tantas preguntas. Dije manteniendo la mirada en esos ojos marrones.

-Juan, piensa que la verdad hace daño, hay cosas que debieran quedar guardadas, a veces en la vida cruzas líneas que jamás hubieras pensado traspasar.

– Si eso lo comprendo, pero no todo el mundo tiene un precio, pero Vero en nuestra familia pasan cosas que no son normales. Dije

-Pasa la noche conmigo. Me soltó de golpe apretándome la mano, no distinguía entre una propuesta o una súplica, pero sé que sentí una descarga eléctrica invadió todo mi cuerpo, sentí mis pulsaciones revolucionadas, era un momento que me podía marcar, para mí no era una simple conquista, esa mujer me tenía cogido por el corazón, sabía que si me iba con ella, no podría irme a la mañana siguiente como si no hubiera pasado nada, no quería que fuera simplemente una más, no eso con ella no valía, ella sobrepasó la frontera entre sexo y amor, y yo podría ser cualquier cosa pero conocía la diferencia entre lo uno y lo otro.

-No tengas miedo, no te pediré que te cases conmigo. Me dijo al descubrir mi lucha interna.

-Jajá.. Solo te pido una noche, sabes que siempre me caísteis bien, y que tus vicios empezaron con Manuel, siempre te comportaste como un buen amigo, ¿sabes? A veces tengo celos de Laura, creo que no te merece, eres fiel y eso hoy en día es difícil encontrar, estás aquí intentando que la mujer de tu amigo no se separe, cuando  sé  perfectamente que desearías llevarme a la cama, no crees que ya has hecho bastante por tu amigo.

-¿Y qué pasa con Manuel y Laura? ¿Qué les decimos?. Pregunte mirándola a los ojos.

– ¿Te haces las mismas preguntas cuando te acuestas con Susana?  Y  respecto a Manuel tranquilo seguro que tiene alguna reunión. Dijo dibujando unas comillas con ambas manos, al momento nos reímos los dos con la idea.

-Deja que llame a unos amigos, tienen una casa en la playa donde podremos estar tranquilos, di al chofer que se vaya. Decía con un guiño, la verdad que sus ojos cada vez me tenían más atrapado, era como si hubiera tejido una tela de araña en la cual cada vez que me movía estuviera más enganchado. Acabo decidiendo por los dos. Mire el móvil buscando señales de Laura, quizás si hubiera habido algún mensaje o llamada de esta las cosas hubieran tomado un rumbo diferente.

Llame a mi chofer diciéndole que estacionara el coche y se tomara dos días libres, ella estaba hablando supongo que con sus amigos, no escuché lo que decía, pero por la forma de hablar se notaba cierta comadrería entre ellos, llame al camarero para pagar, necesitaba que me diera un poco el aire, demasiadas emociones en muy poco tiempo me daba la sensación de que me faltaba el aire, llego el camarero y cuando iba a pagar.

-Invita Manuel. Dijo dando la visa al camarero y mostrando una sonrisa pícara.

Salimos del restaurante  de la mano como si fuéramos novios y nos dirigimos al estacionamiento donde estaba mi coche ya sin chofer.

Conducía por la costa, bajamos las ventanillas para que el aire del mar entrará, se impregno el ambiente con su perfume, la melena pelirroja se movía al compas del aire que entraba, coloco una mano sobre mi pierna acariciándome el muslo suavemente, echo el asiento hacia atrás y descalzándose coloco un pie encima del salpicadero, su minifalda  se acorto quedando a la vista su triangulo guardado por un tanga blanco.

Como queriendo cerciorarse de que estaba a su lado movía su mano deslizándola por mí muslo, mantenía la vista en el horizonte donde el sol se empezaba a ocultar, el silencio reinaba en el coche solo roto por el poco transito de coches, el apartamento estaba en Roses, es un pueblo de la costa dorada, normalmente la gente de allí es de poderío, empresarios, políticos y gente de la jet set. Vero me contó un poco de nuestros anfitriones, eran Mijaíl y Tatiana un matrimonio ruso, de unos cincuenta y cinco años más o menos, el había sido del KGB, cuando la perestroika abandonó el cuerpo y se dedicó al tráfico de armas, al cabo del tiempo compro un club de futbol para poder blanquear el dinero, y actualmente su trabajo era gastarse toda su fortuna. Los conoció en una fiesta organizada por Manuel, pues se dedicaba a su seguridad, enseguida congeniaron y se hicieron amigos con Vero, según ella eran de las pocas personas que no debían pleitesía hacia su suegro o a Manuel, por lo tanto su casa era segura, lo que pasaba allí, allí se quedaba, es mas actualmente ellos tenían su propia seguridad con lo cual esa casa estaba fuera del radar de Manuel, ni siquiera sabía que existía.

– Son un poco peculiares. Jajá Ya te darás cuenta cuando lleguemos.

-¿A qué te refirieres, con peculiares? Pregunté mirándola con una media sonrisa.

– Bueno digamos que son un poco liberales, pero tranquilo son buena gente. Decía mientras me miraba y dibujando una sonrisa intentando darme seguridad.

Al llegar pude ver el poderío de nuestros anfitriones, era una villa preciosa, un camino alumbrado con antorchas que llegaba a la mansión, en la puerta había dos coches de alta gama nuevos, salieron a recibirnos dos muchachas de color,vestían con unas batas blancas que trasparentaban su cuerpo, apenas tendrían veinte años, saludaron a Vero la cual nos presento. Nasha y Kande, eran dos de las cuatro chicas que tenían de compañía, ahora entendía lo de peculiares, Nasha tenía diecinueve años, con unos pechos generosos y sus nalgas eran las típicas de su raza, Nasha era un poco más alta y con menos pechos aun así era muy atractiva. Nos indicaron que los señores estaban en la cala,  que fuésemos a cambiarnos de ropa para estar más cómodos, Vero inició la marcha, se notaba que no era la primera vez que estaba en esa casa, me cojío de la mano y me llevó por unas escaleras a la planta de arriba, los retratos que se veían en la escalerasdemostraba que el tal Mijaíl había sido todo un personaje, pues sus retratos con personalidades lo demostraban, desde políticos pasando por futbolistas y acabando con el mismo papa, me llamó la atención que no vi ninguna con la que supuestamente era su mujer Tatiana,  al llegar Vero  entró en una habitación digna de un presidente, el parquet junto a los muebles de ébano acompañado todo esto con una inmensa cama llena de cojines, como si fuera su propia casa Vero abrió un armario y saco una bata de seda roja y la dejo sobre la cama, se me quedo mirando, como adivinando que es lo que me quedaría mejor, se dirigió nuevamente al armario y saco una camisola blanca  me la presento por encima calculando si me quedaba bien y.

– ¿Te gusta? Estarás mas cómodo que con el traje. Me dijo con cara de vicio.

– Me gusta, no es mi estilo, pero para una noche irá bien. Respondí con la misma cara.

Sin darme cuenta, Vero empezó a desabrocharse los botones de su camisa mientras me mantenía la mirada, despacio, sin prisa en acabar, queriendo que me fijara en todos los detalles, se saco la camisa quedando su sujetador blanco con encaje que hacia contraste con su piel morena, esa visión me estaba doblegando y si seguía no sabía si saldríamos de la habitación, continuo con su mini falda la cual en menos de dos segundos ya estaba en el suelo dejando ver su triangulo blanco, el cual comenzó a descender a la misma vez que mi verga ascendía, me estaba matando poco a poco, mi ropa tardo un segundo en caer al suelo y eso que yo iba con traje, una vez desnudo mi verga quedo al descubierto, Vero se la quedo mirando con cara de golosa, mis pies tomaron vida y fui a abrazarla era como un imán, nos besamos sin conciencia, buscando los rincones de nuestra boca, sentí la mano de Vero en mi verga y como empezó a masturbarme, mientras me decía al oído.

-Nos están esperando, ahora no podemos, después seré tuya. Me dijo soltando mi verga.

– Así como quieres que me presente, no la puedo disimular. Le dije mirando a mi verga.

– No te preocupes vamos a hacerte acabar pronto, ponte la camisola y ven. Dijo colocándose la bata sin atar, lo que dejaba todo su cuerpo a la vista, el movimiento de sus pechos al caminar era como el encantador de serpientes, no podias dejar de mirarlos, bajamos a una gran sala, se encontraban Nasha y Kande preparando una bandeja, mi tienda de campaña abría paso, las dos negras se la quedaron mirando a la vez que miraban a Vero.

-La podemos ayudar en algo. Dijo Nasha en castellano pero con un acento que no pude identificar,

– Pues si, este hombre necesita descargar la tensión y los señores me esperan, ¿le echáis una mano? Dijo Vero mirándome con cara de puta.

Al momento tenia a esas dos chicas arrodilladas y con mi verga en sus bocas, se la enterraban entera, se la sacaban y se la pasaban la una a la otra sin dejar de mirarme, luego Nasha se dedico a mis huevos y metiéndome un dedo en mi culo mientras Kande atendía chupandomela supongo que todo el calenton del día hizo que no tardara en correrme, eran unas expertas pese a su juventud, empezaron a masturbarme con fuerza hasta que me corrí dejando varios chorros de semen esparcidos por sus caras, el contraste que hacia mi semen blanco con el color de su piel me ponía mucho, nunca hasta ese momento lo había hecho con una mujer de color, me la estrujaron hasta que salió la ultima gota de semen y dándole una mamada me la dejaron bien limpia, y sin decir nada se levantaron desapareciendo por una puerta, oía las voces que provenían de la cala, y siguiendo el ruido fui a dar con la puerta que conducía a la cala, había una gran mesa de teka negra  en medio de la cala. Me acerque y pude comprobar que nuestros anfitriones tenían debilidad por las chicas de color, pues habían dos mas sentadas en la misma mesa, Vero estaba dándome la espalda mientras que los anfitriones me podía ver de frente.

Al llegar se levantaron.

– » Dobro pozhalovat, dobryy vecher» bien venido, buenas noches. Dijo Mijaíl.

-Buenas noches, os presento a un amigo Juan. Dijo Vero levantándose.

Bien venido a mi casa, mi casa es la casa de los amigos de Verónica, me dijo a la vez que me daba un abrazo, en ese momento comprendí la frase “el abrazo del oso”, era un hombre de casi dos metros, fuerte como una roca, prácticamente sin pelo, su mujer era también bastante alta, no tanto como el pero un metro ochenta seguro, rubia de ojos azules claros, sus pechos eran muy grandes y por mi experiencia eran operados, vestían ropas ibicencas, camisa larga y pantalones blancos, las dos chicas que estaban sentadas se levantaron y vinieron a saludarnos Leiza y Jina dos chicas más mayores que las anteriores deberían estar sobre los treinta, nos dieron dos besos y a continuación desaparecieron en el interior de la casa.

Nos sentamos y empezaron a conversar con Vero, preguntando cómo iban las cosas con Manuel, a los pocos minutos aparecieron Leiza y Jina en bañador haciendo toples corriendo hasta la orilla donde  se tiraron de cabeza al agua.

-Les encanta bañarse al anochecer, y a mí que lo hagan, jajá me dijo Mijaíl en castellano aunque con un fuerte acento ruso.

-Claro, para verles los pezones tiesos cabron jajá. Dijo Tatiana.

En ese momento comenzamos a reírnos todos, apareció Nasha con una bandeja con caviar y marisco, pude apreciar que vestía con una bata casi transparente abierta, iba desnuda debajo de esta, sus pechos aún no siendo muy grandes eran preciosos, albergaban unos pezones negros como el carbón que apuntaban al frente, al poco llego Nasha con la misma vestimenta, esta tenía los pechos más grandes y un poco caídos igual que Kande su coño estaba depilado y con labios carnosos,  esta traía champan y copas.

Una vez servidos Tatiana se levanto y alzando su copa.

-Por nuestros invitados. Bebió y lanzo su copa hacia atrás. Cosa que todos repetimos como en un ritual, menos mal que al estar en la arena creo que ninguna copa se rompió, más que nada porque no me imagino andar descalzo sobre esa arena.

La noche transcurría normal, los ocho sentados a la mesa, nuestras conversaciones transcurrían en temas de negocio, el cual Mijaíl se intereso bastante, ofreciéndome contactos si alguna vez los necesitaba.

Tatiana sin pudor alguno soltó.

-¿Al final te vas a separar Verónica? En ese momento se hizo un silencio, yo no sabía hasta que punto ellos estaban al corriente del asunto, permanecí callado esperando la respuesta de Vero.

Tras unos segundos de silencio que parecían eternos al fin contesto.

– La verdad es que todavía so se que hacer, tengo miedo de las represalias, ya sabéis del poder que tienen.  Dijo mirando a Mijaíl. Comprobé que se guardo nuestra conversación en el restaurante.

– Ya sabes que si quieres puedo llevarte a la otra parte del mundo, donde no pueda encontrarte. Le dijo Mijaíl.

Sonó mi móvil, era Susana, se me había olvidado por completo que teníamos una cena, Vero miro de reojo como intentando averiguar el autor de la llamada, me disculpe y levantándome de la mesa me escore para descolgar sin que los demás oyeran mi conversación, además no quería que Vero supiera que la autora de la llamada era Susana,  no tenía claro los sentimientos de esta hacia Susana.

–          Hola Susana, perdona me salió un asunto y me va a ser imposible llegar.

–          Joder, me podías haber avisado, ahora que hare con tanta almeja suelta. Dijo haciendo ver que estaba enfadada, aunque la conocía de sobras para saber que estaba fingiendo.

–          Vamos, seguro que puedes con ellas, jajá, mira te prometo que a partir de mañana estaré contigo hasta el viernes. Le dije intentando que sonara creíble, pues no sabía cómo iba a acabar la noche y ni mucho menos mañana.

–          Mas te vale, no vine a Barcelona para estar sola. Y de paso ¿con que zorra estas?

–          Huy, te noto un poco celosa ¿puede ser?

–          Ni por un momento te creas que me voy a poner celosa por ninguna zorra, por muy guapa que sea, ¿no me lo vas a decir? Siguió insistiendo.Dude en decírselo, pero la verdad, no me gustaba guardar secretos con Susana.

–          Estoy con Verónica, la mujer de Manuel, en casa de unos amigos. Al fin conteste.

–          Déjame adivinar, estas con Verónica y por supuesto no está Manuel, o sea te vas a follar. ¿no? Ironizo Susana.

–          ¿qué quieres que te diga Susana?

Se hizo el silencio entre los dos, no sé lo que estaba pasando por la cabeza de Susana.

– Solo te puedo decir que tengas mucho cuidado con esa mujer, es un lobo con piel de cordero, pero bueno ya eres lo bastante grande como para darte consejos. Sentenció.

– A que te refieres, Susana.

– Nada olvídalo, que lo pases bien, ya te guardo alguna almeja. Dijo colgando sin dejar que siguiera preguntando. No sabía que había sucedido, y estoy seguro que no eran celos, pues entre los dos siempre hubo una relación abierta. Colgué y volví a la mesa, estaban comiendo caviar, Mijaíl se lo ponía en el dorso de la mano y lo absorbía, decía que el buen caviar no podía tocar nada excepto la piel, pues si no le mataba el sabor, así que todos seguimos sus consejos, total que mejor que un ruso para hablar sobre cavia.

Al cavo de una hora llevaríamos una ocho botellas de champan, aún siendo ocho personas no dejaba de ser alcohol,  se nos notaba bastante alegres, ni me di cuenta de cómo paso pero de golpe vi una bandeja de oro en la cual no podría decir cuánto pero había una gran cantidad de coca, en la que habían cuatro canutillos que ya estaban pasando de manos a manos, la verdad es que las drogas nunca fue lo mío, pero por no quedar mal con mis anfitriones  decidí aceptar, creo que entro directamente en mi cerebro, por un momento pensaba que saldría disparado de la silla, al verme todos se pusieron a reír, supongo que mi cara era como un mapa, me  sentía flotar, todo se era a cámara lenta.

El tiempo era relativo , no controlaba  simplemente me deje llevar, así estuve un buen rato en el cual recuerdo risas de fondo, me pareció ver a una de las chicas de color que estaba arrodillada con la cabeza dentro de las piernas de Vero, las veía como entre una niebla, sentí decir a Mijaíl entre risas.

-Verónica, ¿Quieres saber cómo se toman en mi país el caviar? Preguntaba sin dejar de reír.

– Jajá, no pero estoy segura que lo voy a averiguar muy pronto. Contesto Vero.

Mijaíl se levanto y empezó a desnudarse, en un segundo estuvo en bolas, asomaba una tercera pierna  medio morcillona la cual la introdujo en la bandeja de caviar llenándola, y acercándose a Vero se la plantó en sus labios,  ella sin pestañear abrió su boca para dejar entrar ese pollon, empezando a saborear el caviar mientras la chica ya la estaba follando con dos dedos, mire hacia Tatiana y la encontré tumbada boca arriba con un coño en su boca mientras la estaban follando con un puño,  una de las chicas le metía la mano por completo en su coño, esta sacaba su boca del coño para gemir, sentí unas manos que me acariciaban mi pecho desde mi espalda, era Kande, agarrandome la camisola me la saco por la cabeza quedando desnudo, se sentó en mis piernas quedando mi verga rozando su vagina, empezó besando mi cuello, bajando por mi pecho entreteniéndose en mis pezones, a la vez  que movía en círculos su culo  sobre mi verga, esta empezó a  ponerse dura, ella notó la evolución y agarrándola se la fue introduciendo en su coño, movía las caderas como para acoplarse bien, entonces me morreo, a la vez que empezó a cabalgar sobre mi verga despacio sin prisa sintiéndola en el fondo de su coño, podía oír gemidos de fondo, gire la cabeza para ver a Vero, esta estaba encima de Mijaíl cabalgandoro , la estaba follando por el culo bestialmente, podían ver sus pechos como se movían al compás de las estacadas que estaba recibiendo, Mijaíl le agarraba una teta con una mano mientras que con la otra la agarraba de la cadera para poder clavársela con más fuerza,  Kande seguía cabalgándome , note que mis huevos se mojaban de los fluidos que le salían del coño, yo me iba a venir y le dije que se bajara, me quería correr en su boca, así lo hizo, se arrodilló abriendo la boca, se la metí hasta la garganta y le solté todo mi semen directamente al estómago , continuó mamando.

En ese momento sonó mi móvil que estaba sobre la mesa, alcance a cogerlo y ver que era Laura, intente despejar mi mente para que mi voz saliera lo más clara posible.

-Hola Laura. Fue lo único que me salía pues mi polla se estaba volviendo a poner morcillona pues Kande no la saco de su boca y continuaba mamando.

-Hola cariño. Dijo Laura, al momento la oí como asombrada y unos ruidos raros.

– Laura¿Pasa algo? Pregunté pues la oía muy raro.

– No, estoy bien, igual no……..tengo cobe….rtura, me…jor te…. Llamo mañana…..adiós cariño.

Para entender lo que pasaba al otro lado del teléfono les pongo una parte del relato.

https://todorelatos.com/relato/140527/

Buenas noches cariño. En ese momento apareció el amigo de Isabel, venia con la verga en una mano y en la otra su móvil, me quede parada, me puso el móvil enfrente y pude ver que me había grabado mientras Víctor me follaba el culo, era una toma desde la puerta de la cocina. Se acerco al oído. Abre la boca zorra. Me dijo lo suficiente bajito para que no lo oyeras, abrí y me metió la verga en la boca, la iba sacando para poder hablar contigo, la tenia medio tiesa, mame rápido para poder acabar pronto, se le iva poniendo gorda dentro de la boca, me apretaba la cabeza hasta que los huevos me tocaban en la barbilla, así hasta que note que se corrió, tenía una gran cantidad de leche, intente tragar lo máximo posible pero se me calló manchando mi camisa. _ Esta semana cada noche te tomaras mi lechecita. Se subió los pantalones y se fue. Me metí en la ducha, me sentía puta y eso me empezó a gustar.

Colgué y busque a Vero, se estaba tragando la verga de Mijaíl que por como arqueaba su cuerpo le quedaba poco para correrse, así fue el le saco la verga de la boca y empezó a echar chorros de leche sobre la cara de Vero, esta estaba con la boca abierta intentando alcanzar algún chorro, pasó su mano y recogiendo grumos de semen se los llevaba a la boca para saborearlo, desde luego que era una buena zorra, me acerqué a ella y cogiéndola por el pelo hice que se pusiera a cuatro, me arrodillé y empecé a chupar el agujero de su ano mientras que le acariciaba el clítoris, empecé a introducir un dedo y moviéndolo haciendo círculos, ella movía su culo  hacia atrás introduciéndose más  mis dedos, continúe la follaba y de vez en cuando le escupía para ir lubricando ese culo, por fin me la iba a follar, decidí que era el momento, hice que agachara más la cabeza para que su culo quedará más empinado hacia arriba, pase una pierna por cada lado y enfoque mi verga a ese agujero, ella me ayudó abriendo sus nalgas con las manos, fui introduciendo poco a poco, una vez pasó mi capullo empecé a darle más fuerte hasta que la tenía toda dentro, hay ya las sacudidas eran de escándalo , no dejaba de gemir y gritar, durante quince minutos le estuve castigando ese culo, ella se corrió, notaba que me venía y aumente los movimientos hasta que sentí como descargaba en su culo, nos quedamos enganchados sin movernos, parecíamos dos perros. Después de estar unos momentos nos separamos, Vero salió corriendo y se metió al mar, yo me quedé tumbado en la arena, mi cuerpo no podía más, me quedé mirando el firmamento mientras me llegaban aullidos de placer, gire la vista y allí estaba Mijaíl con una de las chicas dándole por el culo, era Nasha, la estaba castigando de lo lindo, veía como Mijaíl resoplaba dando embestidas contra esta, de vez en cuando la agarraba de las tetas para poder llegar más al fondo, esta gemía y suplicaba que le diera más fuerte, me giré buscando a Vero, seguía metida en el agua, empecé a notar como mi cuerpo se relajaba y los ruidos los escuchaba cada vez más lejos hasta dejar de oírlos.

De pronto notaba como subía un placer desde mi polla, abrí los ojos y me encontré en la habitación, por un momento no reconocí el lugar, no tengo ni idea de cómo llegué , mire hacia mi verga y me encontré a Tatiana jugando con mis huevos, tenía una perspectiva desde mi posición para poder ver bien las tetas, tenía mi verga parada.

-Buenos días, no te quería despertar pero anoche me quede con las ganas de probar tu verga. Dijo comenzando a mamar.

-¿Quieres verga puta? ¿Quieres tragarte mi leche zorra? Le dije mientras le hundí mi verga hasta el fondo de su boca, y sin dejar que se la sacara me puse de pie y comencé a follarla.

-Quita las manos puta, te voy a dar tu leche guarra. Dije mientras le follaba con fuerza, tenía los ojos en blancos, se la sacaba y se la volvía a meter hasta el fondo, la aguantaba dándole unos guantazos en sus mejillas, hasta que veía que se ahogaba, entonces se la sacaba, estuvimos diez minutos así .

-Me vengo zorraaa, me vengooo. Soplaba llenando su boca de semen, no sé que me había pasado, no sé cómo se lo tomaría la zorra rusa, pero joder como disfrute llenándola de semen, el cual no dejo que se escapara ni una gota.

-Jajá.. Como me gusta la leche de macho al levantarme. Dijo Tatiana me dio un beso en los labios y salió de la habitación.

Intentaba recordar lo sucedido la noche anterior, lo último que recordaba era estar tumbado sobre la arena, no había rastro de Vero ni tenía idea de que si compartimos la cama esa noche,  me puse mi camisola y salí en busca de los demás , estaban en la cala sentados en la mesa charlando, a diferencia de ayer habían montado una gran carpa para protegerse del sol, también descubrí a dos hombres que parecían mayordomos, no había rastro de las cuatro chicas de color, me dirigí  caminando a la mesa, el sol ya empezaba a calentar, no tenía ni idea de la hora que sería pero por la posición del sol serían más o menos las doce.

-Buenos días Juan. ¿Has dormido bien? Me saludo Vero con una sonrisa.

-Buenos días. La verdad es que no me entere de nada. Conteste pensando en el encuentro con Tatiana, no sabía hasta qué punto de liberal era Mijaíl.

-Siéntate y come algo, hay que recuperar fuerzas. Me dijo este, señalando una silla al lado de Vero. Tatiana salió al cabo de unos minutos y sentándose al lado de su marido se unió al almuerzo, en su rostro no había señal alguna de lo sucedido en la habitación.

Transcurrió el almuerzo normal, supongo que la resaca nos afectó pues reinó en muchos momentos el silencio.

-Vero, necesito que me cuentes todo lo sucedido en mi casa. Le recordé a Vero.

Se quedó mirando al mar. Y girando la vista hacia mi.

-Te lo contaré pero creo que no te va a gustar.

-Nosotros nos vamos para que podáis hablar tranquilamente. Dijo Tatiana cogiendo del brazo a Mijaíl y levantándose.

-Bueno pues si quieres saber, lo sabrás.

Estaba en el suelo con la cara llena de leche, despeinada y mi ropa toda sucia, desde luego no iba a ser mi mejor día, no sabía si levantarme o quedarme tirada en el suelo hasta que Manuel viniera a buscarme, le diría que nos fuéramos, que ese no eta lugar para mí, le contaría lo que su padre y amigos me habían hecho en un solo día, pero -¿y mi padre? por no decir¿ qué pensaría mi madre? me haría culpable de que los despidieran y tuvieran que buscar un lugar donde vivir, mi padre no lo soportaría pues llevaba toda la vida en el campo y no era hombre de piso o de trabajar encerrado en una fábrica, así que decidí intentar pasar esos dos días como pudiera y más adelante hablaría con Manuel para evitar que volviera a pasar lo mismo, me armé de valor y me dirigí a la casa andando  con lágrimas en los ojos, al entrar busque a tu madre o a Belén tu hermana, para haber si me podía duchar y cambiarme de ropa, oía a toda la gente en el salón de abajo , rogué que no viera Manuel para no tener que dar explicaciones, a la vez sufría pensando en que me estaría buscando pues prácticamente desaparecí nada más llegar y llevaba  casi una hora sin aparecer, por suerte vi a tu madre que estaba llevando unas botellas vacías a la cocina, al verme llegar note cierta mirada de pena, me acerqué y le dije.

– Buenas tardes, ¿un lavabo? Necesito asearme. Le rogué.

-El señor Pedro ha dejado una bolsa que es para usted. Dijo dejando las botellas encima de una estantería,- Sígame y le indicó dónde está su habitación.

Empezó a subir las escaleras que llevan al piso donde estaban las habitaciones, después de andar por el pasillo al final llegamos a lo que sería nuestra habitación , no se lo que tardaríamos a penas dos minutos ,pero para mí fueron eternos, al entrar vi una maleta pequeña de viaje, por supuesto que no la reconocí. Tu madre me indicó donde estaba el lavabo y se fue. Me quedé mirando la maleta, no sabía lo que me encontraría pues viniendo de mi suegro me podia esperar cualquier cosa, al abrira me vi  una nota de mi suegro.

Hola zorrita, esta noche quiero verte como eres, una zorra que lo unico que sabe hacer es dejarse follar, te he preparado la ropa adecuada para la ocasión.

Solo ponte lo que hay en la maleta, nada mas.

Y recuerda, si no te gusta siempre te puedes ir, pero no creo que lo hagas.

¿Verdad zorrita?

Estaba como un flan, me temblaban las piernas, claro que sabía que no me iría para ser la verguenza de mi familia, me habia traido un vestido corto con escote palabra de honor que apenas me cubria mis nalgas, por supuesto nada de ropa interior, cualquiera sabría que no llebava nada debajo,me metí en la ducha,, deje caer el agua por todo mi cuerpo como si con eso pudiera borrar todo lo sucedido,, la verdad no entendía nada, ¿ Tendría algo que ver Manuel? No se había preocupado de mi ni un segundo. Me vestí como mi suegro me había ordenado, junto con mi ropa había un pequeño neceser con colonia y un pintalabios rojo conbinado con unos zapatos de tacon de aguja..vamos que cuando saliera de esa habitación me convertiria en toda una puta, notaba algo de frío pues era finales de Septiembre y esas casas al ser tan grandes no es que sean muy acojedoras, le eche la culpa de que mis pezones se pusieran duros, aunque creo que mas bien era la situación, por un momento estuve apunto de irme, me asome a la ventana, necesitaba un poco de aire fresco, el día comenzaba a caer, pensaba en como solo en un día habia cambiado mi vida,pero las caras de mis padres volvieron,a aparecer, recapacite y me dispuse a bajar al salón con el miedo de no saber que sucedería esta noche, ni que pensaría Manuel.

 Pude oír el motor de varios coches, no sabía si faltaba alguien por venir, me asome a la ventana y pude ver que llegaban cuatro coches negros, todos de alta gama,, me quede mirando a ver quien bajaba de esos coches, empezaron a bajar, eran cuatro parejas de unos cincuenta años, desconocía si eran amigos de mi suegro, me  percate que todos iban elegantes como si fueran de gala, ellos traje y corbata y todas ellas con abrigos de piel que les llegaban practicamente a los tobillos, me extraño pues no creia que hiciera tanto frio como para llevar esos abrigos. No quise darle mas vueltas al asunto, bastante tenía con lo mio. Me mire al espejo,pude apreciar que mas puta no podía ir, así que intente dejar mi mente en blanco y lanzarme al vacío .Bajelas escaleras despacio, no quería que se acabarán nunca, notaba mis pezones rozar con mi vestido cada vez que bajaba un escalón, notaba el frio en todo mi cuerpo, el cual pese a este hacía contraste con el calor que se estaba creando dentro de mí,, me di cuenta de que no oía las voces que una hora antes había oido, parecía como si la casa estuviera vacía, al llegar a la planta baja apareció Belen, y dirigiéndose a mi.

-Buenas tardes Sra.Verónica, el Sr.Sergio me indicó que la acompañara a la gran sala. Me dijo con tono servicial, llevaba un traje de camarera, pantalón negro junto a una camisa blanca que pude apreciar que le iba un poco justa lo que le resaltaba dos hermosos senos. Empezo a bajar otra planta la cual llevaba a la bodega, no tenía ni idea a donde me queria llevar, al entrar en la bodega encendió la luz y aparecio una puerta medio oculta entre dos grandes barriles, abrio la puerta y directamente entramos a un salón, iluminado con candelabros haciendo que reinara un luz tenue, una chimenea ardia con fuerza, dos grandes troncos daban calor a la sala,, en uno de los laterales había una pequeña barra de bar, y  repartidos por la sala había sillones con una pequeña mesa, estaban separados creando isletas, aunque pude ver que todos estaban de pie.Manuel se acercó vistiendo un traje negro, en la solapa llevaba una insignia, parecía una  águila cogiendo una especie de serpiente. Sin levantar la voz me dijo.

– Donde estabas Vero, no te he visto en toda la tarde ¿te encuentras bien? Estas preciosa. Oía mientras buscaba a mi suegro con la mirada, el cual ya se acercaba despacio, como recreándose viendo a su puta.

_ No me encontraba muy bien, en el viaje, me he mareado un poco. Fue lo unico que decir.

-Te tengo que decir algo, la verdad es que no se como decirtelo.. Notaba en su voz una mezcla de nerviosismo y miedo. Sus ojos buscaban donde mirar para evitar mirarme directamente a los ojos.

-¿Que pasa Manuel? Yo tenía muchas cosas que contarle, pero prefería que empezará el, no me quería adelantar pues a lo mejor me ahorraba tener que contar todo lo acontecido en un día.

-Dime. Se que pasa algo, pero quiero que me lo digas tú, antes de enterarme por tu padre por ejemplo. Le dije mirándolo directamente a la cara con voz de autoridad, toda la que la situación me permitía.. Y me contó lo que nunca en mi vida me hubiera imaginado.

-Sabes que en mi familia nos gusta jugar al poker, anoche estuve jugando con Sergio, mi padre , y Antonio , junto a  esos cuatro hombres que ves allí . Dijo indicando con la mirada a un corro de hombres.

-Nos jugamos algo mas que dinero, fijate en las mujeres que van vestidas como tú. Dijo girandome para que pudiera ver al resto de invitados, la verdad no me había fijado pues al entrar iba tan pendiente de ver a mi suegro que no me fijé en los demas, cual fue mi sorpresa al ver a una de las mellizas vestida con la misma ropa que yo, y al seguir mirando encontre a la sobrina de Antonio también con la misma ropa, me giré de golpe a mirar a Manuel y..

_ Me estas diciendo.. No pude acabar la frase, mi cuerpo estaba ardiendo de furia..rabia me había apostado a las cartas como a una puta…

-¿Como has podido? Hijo de puta. Conseguí decir.

-Lo siento pensé que ganaba, cuando me vi perdido insistí en pagar con dinero o con otra chica, pero insistieron en que la apuesta era la que era.

-Entonces ¿ Quien me ha ganado cabron? Le solté notando que los presentes en la sala se callaron. En ese momento me daba lo mismo si me oían toda esa banda de degenerados.

Se acerco a nosotros mi suegro y conjiendome por la cintura me dio dos besos. Al sentir la mano por la espalda sentí un escalofrio.

-Estas preciosa Verónica, nos tenías preocupados. Dijo mi suegro con voz paternal. Me dí cuenta que el bullicio volvió a la sala.

-Gracias Sr. Pedro. No se preocupe. Le dije fijando la mirada en Manuel. El cual volvió a esquibarmela , mi suegro al percatarse de que todo el mundo volvia a la normalidad me llevo fuera de la sala disimuladamente, un vez fuera su cara cambió, empujandome a la pared, me agarró por el cuello con una mano y acercando su cara casi rozando a la mia..

_¿Que te pasa zorra?, ni se te ocurra montar un espectáculo, vas a ser mi puta hasta que lo diga yo. Me dijo con irá, sin ninguna duda sabía de su poder sobre mi, la mano que tenia libre se dirigió hacia mis piernas y subiendo mi vestido me introdujo dos dedos de golpe en mi coño, me hizo daño pues no estaba lubricada, empezo a mover los dedos dentro de mi coño, los movia despacito, me empecé a relajar, los sacaba y cojiendo mi clitoris jugando con el, al ver que me relajaba me solto el cuello y bajo mi vestido quedando este en mi cintura. Mis pezones que ya estaban  duros fueron agarrados por sus dedos jugando como si fueran botones, acercando su boca empezó a chuparlos despacio, no tenía prisa tenía todo el tiempo del mundo, había quedado claro que era su puta y podia hacer conmigo lo que quisiera.

El calor se apoderó de mi cuerpo gracias al movimiento de esos dedos en mi vagina. Sin darme cuenta empecé a seguir con mis caderas el compas , mis pezones seguian ocupados por esos labios maestros en el trabajo. Sentía que mis fuerzas me abandonaban y las piernas enpezaban a ceder, al darse cuenta empezó a follarme el coño con mas fuerzas, sentia como mis ingles se mojaban de mis fluidos vaginales.

-Así zorra, correte, no eres mas que una puta, y esta noche te irás contenta a la cama. Enseñándome su mano mojada de mis fluidos.

-Ahora vamos a entrar y quiero que te comportes como lo que eres, una puta, olvídate de Manuel está noche, quiero que te mantengas a mi lado, ¿entendisteis ? Intentaba escuchar lo que me decía pero mi cabeza no alcanzaba a entender lo que pasaba, no pude más que asentir con la cabeza, me levanto pues mis piernas habían cedido y estaba agachada, me recompuse el vestido, mi suegro me puso su brazo al entrar pude escuchar una ópera de Pavarotti que sonaba de fondo, del brazo de mi suegro nos dirigimos a un grupo de personas de las cuales pude ver a Sergio que estaba con un matrimonio, de reojo vi que la melliza que iba vestida igual que yo estaba con Antonio y dos matrimonios, al llegar donde estaba Sergio mi suegro me dejo y dando media vuelta pude apreciar que se fue con Manuel que estaba de pie en la barra, Sergio me tomo de la cintura.

– Señora, señor vean esta belleza. Dijo a la vez que me puso de espaldas a ellos para que pudieran apreciar mi culo.

Note como una mano me subía el vestido quedando mi culo desnudo.

-No está mal esta zorra Sergio, siempre cumples con tus putas, pero no crees que lleva demasiada ropa. Dijo la mujer, riéndose. Cosa que hizo que los tres empezarán a reír. Yo estaba callada pues mi suegro me lo había dejado muy clarito y la nota  de mi suegro estaba en mi mente, y si tengo que ser sincera toda esa situación me daba morbo, esperaba sentir una mano sobre mis nalgas, pero sorprendentemente no me tocaron, en cierta manera me sentí decepcionada, realmente necesitaba que alguien empezará, notaba que mis pezones estaban duros, y el picor en mi vulva cada vez iba siendo mayor, me giro Sergio quedando de frente a la pareja, aprecie que ella debía de tener unos cuarenta y pocos años, llevaba un abrigo de bisonte el cual debía de valer una fortuna, las joyas eran preciosas, su collar de perlas el cual se perdía dentro del abrigo, y los pendientes a juego, era alta uno setenta más o menos y llevando los tacones de doce centímetros la hacía más si cabe.

– Jajá. Ya saben las normas, hasta las doce no empieza el juego. Dijo Sergio con una sonrisa.

No tenía ni idea de lo que tramaban, pero la situación me ponía más cachonda, busque con la mirada a Manuel, no lo encontraba tampoco estaban ni Sofía ni su amiga, solo estábamos las tres chicas vestidas de rojo, hice los cálculos y tocaban muchos hombres para cada una, apareció mi suegro con una de las mellizas, al momento Sergio se disculpó y cojiendome del brazo me acerco a otra pareja de invitados, realizando la misma operación, me hizo dar una vuelta para enseñarme, esta vez fue el hombre quien levantó mi vestido para verme el culo, tampoco me puso una mano encima, yo estaba que no podía más, creo que nunca he estado tan caliente, ví  a Marta detrás de la barra, no recuerdo que conversación mantuvieron pues yo estaba como en una nube, vi de rejo que entraron tus hermanas  que salvo zapatos de tacón iban totalmente  desnudas, la gente ni se inmutó de ver a dos mujeres desnudas, y he de decir que tenían un cuerpo espléndido, ya sabes que su metro setenta las hace preciosas, se dirigieron a la barra a Cojer pequeñas bandejas de camarero,  habían pequeños vasos como de licor y empezaron a repartir, Belén se acercó a nuestro grupo a ofrecer un vaso, Sergio y el hombre tomaron uno, al llegar a la mujer, está se la quedó mirando y luego miro a Sergio.

-¿Puedo Sergio? Pregunto.

-Pues claro Inés, toda tuya.le dijo a la mujer.

Esta se acercó a Belén y posó sus manos en las nalgas , apretando mientras se mordía el labio inferior, Belén seguía con la bandeja en la mano sin decir nada, Inés girándola para mostrarle el culo de esta a su pareja, le abría las nalgas mostrando un agujero del cual asomaba un hilo, el marido empezó a estirar saliendo unas bolas del interior, Belén movía la cabeza hacia atrás, una vez sacadas las bolas la mujer se abrió el vestido mostrando un cuerpo desnudo, excepto unas medias no llevaba nada más debajo,puso un dedo en su cabeza y sin hacer ningún esfuerzo Belén comenzó a descender hasta quedar arrodillada en frente de la mujer la cual acercando su coño a su cara,, tenía un coño completamente depilado, Belén depósito la bandeja a un lado y agarrando suavemente las piernas de la mujer comenzó a lamer, cuando apareció mi suegro esta vez con una de las mellizas, volvimos a hacer el cambio y cojida del brazo de Pedro fuimos hacia otra pareja, en la cual al hombre lo estaba masturbando María tu hermana, pero lo hacía despacio como si no quisiera acabar nunca, esta vez era un matrimonio más joven tendrían cuarenta años más o menos, Pedro me giro y el hombre sin sacar la polla de María me subió el vestido y a diferencia de los demás metió su mano por debajo apretando la raja de mi culo fuerte, se paro en mi agujeroy comenzo a pasar la yema de su dedo por el hacienda el amago de introducirlo, yo me corri, no aguantaba más , cada vez me sentía más puta, necesitaba que me tocaran, no pasó de hay y retiró su mano, era como si estuviesen comprobando la mercancía, me giraron quedando de frente a ellos, pude ver cómo la mujer me miraba con cara de deseo. María seguía mamando, se la sacaba lo masturbava y volvía a introducirse la polla en la boca,apareció nuevamente mi suegro con la sobrina, e hicimos el cambio hacia la última pareja, al llegar descubrí un hombre mayor de unos sesenta y cinco años más o menos, me asombre pues su mujer era de color mucho más joven que el, por la forma que le hacía el abrigo debía de tener unos inmensos pechos, llevaba un abrigo de zorro blanco que la hacia resaltar, Sergio me giro y note las manos de ella que rodeándome la cintura con una mano fue directa a mi coño súper mojado mientras que con la otra fue a mi culo y jugando con el empezó a introducir un dedo y mirando a Pedro.

– Esta súper caliente esta puta Pedro, cariño la quiero para mí. Le dijo a su marido.

– Jajá si Elena esta es de Pedro, siempre me trae buen género, bueno ya sabéis lo que hay que hacer para tener a esta puta, sabéis que los turnos son de dos horas. Le Sergio dijo mientras le guiñaba un ojo.

-Pedro, yo quiero a la puta que está detrás de la barra, es una madura que veo que tiene buenas tetas, podrías hacer que viniera, necesito descargar un poco. Dijo el marido.

– Si esta buena, yo me la follo cada vez que vengo, a veces hago tríos con sus hijas, que son las camareras, pero no te preocupes hago que venga. Dijo Sergio a la vez que levantaba una mano y haciendo señas a Marta para que se acercara, al llegar a nosotros Pedro le dijo algo al oído y esta poniéndose de frente al hombre empezó a desabrocharse la camisa, Pedro aprovechó para meterme un dedo en mi culo el cual sentía con placer, necesitaba follar de una vez, no sabía hasta cuando aguantaría sin lanzarme a por una polla o coño en ese momento me daba igual, balanceaba el culo hacia atrás para notar ese dedo que pronto se convirtieron en dos, Marta se había desnudado por completo y ya estaba agachada esta vez el hombre se notaba que necesitaba descargar y comenzó a follarle la boca, mientras la mujer acompañaba la cabeza de María a la vez que me miraba con cara de puta, veía que las cosas se estaban calentando, no se si serían las copas o el ambiente cargado de morbo, los dedos de Sergio desaparecieron de mi culo justo cuando me iba a correr manteniéndome en un estado de calentura impresionante, me quería arrodillar para quitarle la polla de la boca a Marta y comérmela yo.

El hombre se notaba súper cargado pue sacando la polla de la boca de Marta se corrio llenándole las tetas, cuando acaba Marta se la volvió a meter en la boca para sacarla totalmente limpia, se levanto y desapareció saliendo de la sala, pude verla a los pocos minutos limpia, esta vez ya no venía vestida.

Era como estar en un sueño, toda aquella gente y yo entregada sin oponerme mientras continuaba sonando Pavarotti de fondo. Noté que Pedro hizo un gesto con la cabeza, debía de ser algun tipo de señal, pero los hombres empezaron a salir de la sala quedando solo las mujeres, la mujer negra aprovecho para atraerme hacia ella, podia notar su perfume, su piel brillaba dando sensación de calor, poso sus labios en mi oido empezando a meter su lengua..

_¿Alguna vez te las comido el coño a una negra? Pregunto a la vez que su lengua bajaba por mi cuello, haciendo que me estremeciera. Negue con la cabeza, apretaba mis puños para aguantarme las ganas de comerle la boca, todo mi cuerpo tenia la piel de gallina.

_Esta noche lo probaras, te va agustar tanto que no dejaras de comerlo. Decía mientras su mano tecorrian mis tetas y agarrandome un pezón empezo a apretarlo mientras que con la boca empezó a lamerme el otro.

_Seras una buena puta, cuando te vi supe que pedias sexo, vas a ser mi regaló. Seguía diciendo susurrando a mi oído, cuando sus labios se acercaban a mi cuello subía un escalofrío desde mi vulva a mi cabeza. Sin darme cuenta fui a buscar su boca, pero ella la retiro.

_ No. Puta todavía no te toca. Dijo apretando mas fuerte mi pezón. En ese momento se acerco Marta con una bandeja con bebida para ofrecerle a la mujer, esta le dijo que dejara la bandeja y viniera. A si lo hizo, al llegar la cojio y dandole un morreo sin dejar de mirarme a los ojos, me era imposible aguantar todo el fuego que llevaba, a continuación la puso delante de mi.

_Agachate puta, ponte de rodillas. Me dijo, me arrodille a la altura del coño de Marta, tenia un coño depilado, tenia los labios carnosos, se coloco en su espalda y pasando los brazos alrededor llevo sus manos a su coño abriendoselos, mostrandome esa fruta, pasaba sus dedos por los labios suavemente, notaba que mi boca se iba acercando poco a poco, podia oler su sexo, mis labios fueron abriendose para dejar paso a mi lengua, ahora le metia un dedo en su interior despacio, tomandose su tiempo, mi lengua estaba a punto de conseguir su premio, de golpe me puso un dedo en mi boca el cual empeze a chupar, lo movia dentro de mi boca, mientras seguia introduciendo esta vez dos dedos en el coño de Marta que movia las caderas buscando que los dedos entraran mas adentro. Me fue acercando mas mi cabeza a aquel coño, practicamente podía tocar esos labios, notaba mis fluidos bajando por mis ingles, cuando sacando sus dedos de mi boca y poniendolos en mi barbilla me indico que me levantará dejandome otra vez con la miel en los labios, sentia ganas de llorar.

Marta se retorcía de placer, pues la mujer le tenia metidos cuatro dedos en su coño y la estaba follando, mientras le buscaba su boca para juntar sus lenguas, Marta estallo en un gemido echando flujos por sus piernas, la mujer saco los dedos.

–          Abre la boca puta. Me ordeno

Sin dudarlo la abrí dejando que me métiera  los cuatro dedos, los cuales deje limpios.

Continuara..

LO SIGUIENTE LO DEJO PARA EL SIGUIENTE CAPITULO.

Deja una respuesta 0

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *