El placer de fingir estar dormida

Rate this post

Este relato me sucedió el día de hoy, mi nombre es Daniela, tengo 26 años, soy de Manizales (Colombia), mido 1.57, no soy flaca, pero tampoco gorda, soy tetona, y muy caliente.

Mi hermano tiene un amigo, este se llama Sergio, tiene 22 años, es alto, delgado, personalmente no gusta, aunque hoy necesitaba saciar mi calentura, cuando él llegó todos en casa salieron, entonces le dije que me dolía un tobillo, sí me podía sobar, él dijo que sí, entonces saque la crema y empezó a darme masajes. El día de hoy tenía un shorts amplio, cachetero ajustable, una blusa y brasier. Le dije Sergio tengo un poco de sueño, me contestó Dani si quiere se acuesta, yo le voy haciendo el masaje, le respondí, gracias.

Me dirigí a la cama él se sentó, yo me acoste boca abajo, Sergio empezó su masaje, ya no solo en mis pies sino que subía hasta mis rodillas, yo finjo que me dormí, él me toca el hombro y me dice -Dani, como no tuvo respuesta, lo escuché decir -Se durmió.

Sus manos empezaron a subir cada vez más, bajaba, subía, rozaba los labios de mi vagina, estuvo así por un buen rato, yo ya me sentía muy mojada.

Bajaba y subía sus manos por mis piernas, corrió mi calzón y empezó a tocar mi vagina por encima, masajeaba mi clítoris, y metió un dedo dentro, lo metía, lo sacaba, abrió más mis piernas y metió otro dedo más, mi vagina estaba que chorreaba de lo excitada que estaba, finjí que por estar profundamente me voltee y quedé de medio lado, él sacó sus dedos y sentí como masajeaba mí abdomen hasta que empezó a tocar mis pezones, los pellizcaba, de reojo pude ver como abrió su pantalón y sacó su pene para empezar a masturbarse.

Sergio me ubica boca arriba, agarra mis piernas y las pone en su hombros, baja mi short y empieza a meter nuevamente sus dedos, siento como mete hasta 4 de ellos, los mueve dentro de mí, los saca y vuelve a meter, de nuevo coloca mis piernas en la cama, las abre y me mete la verga hasta el fondo, me bombea tan rico y tan fuerte que mi cabeza pega un poco con la parte superior de la cama, no emito ningún sonido para que no se entere que estoy despierta. Sergio sigue con su mete y saca, tocándome el clítoris, las tetas, parece desesperado, yo le doy mis jugos y él me deja toda su leche dentro, me limpia, me pone el short, se para de la cama y se dirige a la sala de la casa, espero al rededor de 10 minutos, le pregunto, – ¿Me hiciste el masaje el masaje?, Sergio me responde -sí, ví que estaba dormida y no quise despertarla cuando terminé, espero que deje de doler.

Todo fue muy normal, él no me dijo nada, tampoco le confesé que me di cuenta de todo, pero por un momento bajó mi calentura.