Ellos tienen una relación de padre e hija envidiable, son perfectos frente al mundo. Pero cuando están solos disfrutan de su cuerpo

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Marcos era un hombre bastante atractivo para su edad, después de todo, aun para sus 37 años de edad tenía un buen aspecto físico, claro, trabajaba como maestro en un gimnasio para gente riquilla, así que, su trabajo era bastante bueno y particular, sin embargo, aunque ya pasaban de las 3 de la tarde, entrando en su casa no pudo escuchar la tan típica música adolescente que el ya esperaba, ya fuera de bandas de rock, canciones románticas o últimamente, canciones de algo llamado anime, cosas que gustaban a su única hija de 19 años

Suponiendo que aun no volvía de la escuela se permitió sentarse en el sofá a beber un poco de cerveza mientras llegaba su hija, prendiendo la tv, no tardo mucho para escuchar la puerta siendo abierta, giro apenas un poco la mirada para ver a quien ya suponía y la única con la que vivía, Emili era su hija y lo único que le quedaba después del fallecimiento de su esposa dando a luz y sin embargo, ya con 19 años, la “niña” se veía bastante bien, con una altura de 1.65, largo cabello negro hasta la mitad de la espalda ondulado, piel blanca y unas curvas de envidia, con un culo redondo y grande que rebotaba cada que la hacía saltar y un pecho bastante bien dotado que incluso en sus toscas manos quedaba suficiente para apretar con gusto. Daba gracias que la niña usara siempre ropa holgada y un suéter largo que cubría sus buenos atributos o hubiera tenido problemas con los bastardos que la quisieran toquetear

-hoy me ganaste papá-  dijo la chica llegando a su lado y uniendo en un rápido beso los labios de ambos, el hombre sonrío tranquilo asintiendo, notando la sonrisa picara de su hija y como acariciaba su mejilla de un modo muy diferente al que debía de ser el de una chica con su padre

-dame 5 minutos, voy a refrescarme y comemos-  responde tranquila, ganando un nuevo asentimiento por parte del mayor y subiendo rápidamente hasta su habitación; no tarda mucho cuando vuelve a bajar, esta vez con un pequeño conjunto, su cabello suelto hace resaltar mas su piel, ahora solo ocupa un par de tacones rojos, una mini falda a cuadros parecida a las estudiantiles y un pequeño top sin sostén, además de apenas una cosa de nada de maquillaje, solo los ojos apenas resaltados, sonríe a su padre y se coloca enfrente suyo dando un giro rápido para que este pueda verla por todos los ángulos posibles. Quedándose de espaldas al mayor se levanta y sienta con cuidado en sus piernas viendo la televisión, pegando su trasero lo mas que puede a la cadera de su padre, comienza a moverse de delante hacia atrás, su padre masajea un poco su trasero mientras levanta la pequeña (muy diminuta) falda para ver que solo portaba una diminuta tanga “un hilo dental” sonriendo, acaricia desde las piernas de su hija, subiendo hasta su cintura y finalmente llegando a su pecho donde con gusto presiona los pezones aun sobre la corta ropa haciéndola gemir lujuriosa. Emili se levanta por fin de las piernas de su padre y gira para sentarse ahora frente a frente

Sonriendo sin decir una sola palabra, se acerca para quedar lo mas cercas puede del bulto que comienza a mostrarse entre los pantalones de su padre, aun restregándose de delante hacia atrás y luego en pequeños saltos asimilando las cabalgadas futuras a pasar, Marcos sonríe ante la perversión de su hija y como esta va desabrochando los primeros botones de su camisa de botones hasta abrirlo por completo, acaricia su pecho lleno de pelos rizados y finalmente se hace un poco hacia atrás para que sus manos aun juguetonas pasen hasta su cinturón; su mano derecha, la que mejor sabe ocupar se mantiene entretenida abriendo tanto el cinturón como el cierre del pantalón de mezclilla mientras que la mano izquierda frota con suavidad he insistencia su bulto. No demora mucho antes de que se escuche el cierre ser abierto y pronto el miembro ligeramente erecto de su padre salir de entre los pantalones y los bóxers, Emili se relame los labios y se acerca, dejando abajo la verga de su padre se sube sobre ella aun sin penetrarse, una vez más, el va y ben comienza, toda la extensión de la verga de Marco puede sentir la concha de Emili mojándolo ligeramente, ahora, su hija enreda sus dedos detrás de su nuca mientras hace los movimientos con las caderas

-vallamos a la habitación-  habla por fin Marcos, notando un asentimiento de parte de su hija, ambos se levantan, es Emili quien va primero a las escaleras, muy cercas de su padre quien, al poder ver la gloriosa vista que la contraria le entrega no pierde oportunidad y manosea su trasero redondo e incluso la nalguea para que resuene por la casa. Giran a la izquierda y por fin llegan a la habitación de su padre, al entrar, Emili se va a los pies de la cama y comienza a tomar su top negro

-no te quites la ropa-  ordena Marcos, Emili gira a verlo y con una sonrisa emocionada asiente a las ordenes regresando la poca ropa a su lugar, Marcos por su parte se ha desprendido de toda ropa quedando desnudo, dejando ver su bien trabajado cuerpo y como se acomoda en el respaldo de la cama, mira a su hija quien espera órdenes y sonriendo de medio lado golpea a su lado derecho de la cama en ligeras palmaditas

-ya sabes cómo te quiero-  menciona, Emili asiente y se sube encima de la cama, solo que esta vez, dándole el trasero a su padre y dejando su pecho en la cama. Marcos observa con deleite el trasero de su hija mientras amasa sus globos de carne, toma de la parte de atrás el pequeño hilo dental y lo jala para que quede lo mas pegado a su hija quien gime gustosa y sorprendida, sonriendo una vez más, Marcos se acerca para dar una larga y lenta lamida desde la concha hasta el culo de su hija, centrándose en el culo, se aleja unos momentos para observar lo rosado que es y luego escupe en este, metiendo sin piedad su dedo medio hasta el fondo, creando un nuevo gemido de parte de su hija

-vamos mi pequeña puta, pídemelo-  habla Marco, sintiéndose superior, notando como incluso su excitada hija mueve su culo como un cachorro necesitado y asiente

-si, por favor, lo quiero-  pide entre jadeos de placer, Marcos saca aquel dedo de su interior y con fuerza le da una nalgada que resuena y que se marca en la piel de su trasero, Emili gime con fuerza y dolor irguiéndose un poco pero regresando a su antigua posición, sintiendo como una vez más aquel dedo entra de golpe en su culo y comienza a entrar y salir lentamente a simulación de penetraciones

-pídemelo como te enseñe pequeña golfa-  ordena Marco introduciendo de un modo más rudo aquel dedo en su hija quien, moviéndose y apretando las sabanas de la cama gime ligeramente adolorida

-por favor, amo, esta zorra quiere ser follada… por su verga-  suplica moviendo su culo, por fin gana una sonrisa de parte de su padre y que le de otra nalgada pero mas suave que la anterior

-que zorra tan puta y obediente tengo-  se burla introduciendo un segundo dedo en su culo y soltando gruñidos de placer

-tu culo me absorbe delicioso, pequeña puta insaciable y zorra, golfa barata de mierda, seguro que ya quieres mi verga en tu culo partiéndote en 2 puta imbécil-  a cada palabra dicha ambos se excitaban aun más de lo ya estado, Emili comienza a hacer su culo hacia atrás para tener más contacto con esos dedos en su interior mientras gime

-si, párteme como la puta que soy, quiero tu verga en mi culo papá-  pide ciega de la excitación

Marco se ha vuelto loco con su última frase, saca por fin ambos dedos del culo de su hija y se levanta de la cama para quedar arrodillado frente de esta, pasa su verga caliente y dura como piedra entre las nalgas de Emili y por fin dirige la punta húmeda hacia su culo entrando lentamente, después de todo no la preparo bien, pero poco les importa en ese momento, solo el poder sentirse mutuamente, cuando Marco tiene la mitad de su polla en el culo de su hija toma todos los cabellos de esta para jalarla hacia atrás y elevar su rostro, saliendo casi por completo de ella, se impulsa una última vez entrando de golpe y completo, ganando un gemido bastante chillante de la chica que solo puede gemir y llamarlo entre padre y amo

-eso mi puta, gime como la golfa de mierda que eres maldita prostituta barata de esquina-  masculle por lo bajo comenzando a penetrarla rápidamente. Pronto en la habitación se escucha la combinación de los gemidos de Emili junto al golpetear húmedo de las carnes de ambos en un PLAP PLAP PLAP incesante, con la mano libre Marco ha pasado a tomar uno de los pechos de su hija y jalarlo hacia un lado contrario, apretando con fuerza y halando su cabello aun más hacia atrás para que sea ella sola quien se termine ensartando sobre su verga, los minutos se vuelven eternos y placenteros para ambos hasta que, cansado de la pose, Marco empuja a Emili sobre la cama y este se baja, tomando ahora ambas piernas de su hija la jala a la orilla de la cama, abierta de piernas y viéndose directamente a los ojos, sonriendo con malicia y lujuria Marco vuelve a penetrarla por el culo moviéndose de un modo frenético, ahora tomando ambos pechos y apretándolos tan fuerte puede, moviéndolos de un lado para el otro con gusto al ver como rebotan, de cuando en cuando golpeando también sus nalgas y finalmente aferrándose con fuerza a esta, inclinándose para besarse de un modo fogoso y lujurioso, Emili se corre apretando sus paredes, succionando aun más la verga de su padre y obligándolo también a correrse con fuerza

Un fuerte gemido de placer se hace presente en ambos, Marco se ha corrido en el interior del culo de su hija y esta por fin puede levantar la cabeza para ver como su padre sale lentamente y se sienta a un lado de la cama con las piernas abiertas, Emili no necesita ordenes, se levanta de la cama y se arrodilla frente a las piernas de su padre para comenzar a lamer su polla y quitar residuos de semen, la mirada picara y aun lujuriosa de la chica no ayuda cuando por fin descubre sus pechos y con ellos comienza a darle un suave masaje a su padre en su verga volviendo a endurecerlo, el hombre sonríe divertido acariciando los desordenados cabellos de su hija

-¿otra ronda mi putita?-

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