En casa solo estaba mi padre y yo, después de discutir con él terminamos en mi cama haciendo algo que nunca me espere. Termino con su verga dentro de mi

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Era una noche de octubre, llegué a mi casa después de estar trabajando toda la tarde como edecán en una feria. Eran las 11:00 P.M. y en casa solo estaba mi padre. Mi madre y hermanitos habían ido a visitar a mi abuela como de costumbre.

Él estaba sentado viendo la televisión en la sala,  y yo al verlo ahí subí directamente a mi habitación .La situación siempre se pone tensa cuando nos encontramos solo nosotros en la casa, así que trato de hacer como que él no está y retirarme de su vista.

Me acuesto en mi cama, pero me estoy muriendo de hambre, no había comido nada en 6 horas (Solo una cervecita hahah) y solo espero a que mi padre se largue a su cuarto a dormir y así poder bajar a servirme un poco de leche y lo que sea que encuentre en el refrigerador.

Hace un calor insoportable, así que me desvisto y me quedo únicamente en mi diminuta tanguita. El sudor me escurre y al ver que mi padre no se retira a su habitación, decido bañarme. El agua esta tibia, pero aun así me baja este calor, bueno, a medias porque el otro calor no me lo quita nada.

Hace un mes que no veo a mi novio. Está molesto conmigo y aunque me muero de ganas de estar con él, mi orgullo es más grande y no lo he buscado, pero esto tiene una grave consecuencia…estoy que me retuerzo de ganas de verga.

Salgo de la ducha, solo me pongo  una camisa de algodón que apenas me cubre mi culito. Sigo esperando a que este cabrón se vaya a dormir, pero mientras espero recostada en mi cama, sin pensarlo, mi mano solita comienza a acariciar mi puchita. Nunca he sido muy fanática de la masturbación y en parte es por orgullo. Una chica con mi cuerpo y mi cara (aunque soy flaquita siempre he sido la razón de miles de obsesiones) merece vergas, no deditos. Simplemente soy demasiado atractiva como para estar un viernes por la noche masturbándome en el cuarto. Que hagan eso las feas y gordas, pero yo, 47 kilos de proporción, de una piel morena de seda, una futura modelo de pasarela; yo necesito un hombre…y sobra quien me dé una buena cogida.

No soporto más el hambre (además creo que el televisor está apagado) así que agarro valor y bajo las escaleras…¡SI!, bajo descalza, con solo mi camisón. Él sigue viendo las noticias en el televisor, paso enfrente de él obstruyendo por un momento la pantalla y obviamente me ve con esa mirada de odio habitual. No me soporta…ni yo a él. Solo estoy esperando que comience a regañarme por cualquier razón. Hace años nuestra única y esporádica conversación es para regañarme por llegar tarde, por pasar horas en el auto de mi novio, por no darles mi dinero  o por vestir…como me gusta.

Abro el refrigerador y siento como sus ojos recorren todo mi cuerpo (la casa es pequeña y cocina, sala y comedor están prácticamente juntos  sin duda bajo su pantalón hay una erección al 100%. Ningún hombre que viera lo que él está viendo reaccionaria de otra manera. Así que sin pensarlo, sin saber para qué o por qué me agacho a tomar la botella de leche.

Seguramente esa posición hace que se suba la camisa y él pueda contemplar ese culito petite, un par de nalguitas paraditas y perfectas que Dios o el diablo me dio. Tomo un par de bananas y las devoro mientras tomo directamente de la botella. Se me escapan unas gotas y se deslizan por mi mejilla hasta llegar a mi cuello. Un minuto después han desaparecido las bananas y casi un litro de leche. Suficiente alimento para mi pequeña pancita. Me limpio con la manga de la camisa y me dispongo a subir a mi habitación, pero en eso…

Además de vestirte como una puta, te comportas como perra.-Dijo mi padre-

Como me vista o comporte es mi problema , no el tuyo. –Respondí rápidamente-¡Cállate hija de la chingada!, te la pasas todo el puto día en la calle y solo vienes a tragar y dormir .

¡Que te valga!

(Él se para totalmente enfurecido)

¡Que te calles hija de tu puta madre, haz de querer que te ponga unos chingadazos!

HAHAHA ¿apoco crees que te tengo miedo? Ya estoy acostumbrada a tus golpes desde que tenía 6 años.

¡CALLATE CABRONA! síguele y te pongo unos vergazos.

¿Podrás? –le respondo yo-

(Digo eso con  expresión sarcástica mientras subo las escaleras mostrando mis largas piernas y en esa perspectiva hasta un poquito de mis deliciosos tesoros).

Mi padre se quedó con una expresión de duda. No esperaba esa respuesta y lo desconcertó tanto que su furia desapareció y quedó parado en media sala como un estúpido que no puede comprender algo muy simple.

Me echo en la cama enojada y con ganas de llamarle a mi novio para que venga por mi e irnos a la chingada de aquí. Le marco y no responde. ¿Qué estará haciendo este cabrón?, seguro ya está dormido el muy guevón. ¿O andará de cabrón con otra vieja? Le marco de nuevo, pero en eso mi padre abre la puerta.

Me ha dado el susto de mi vida, se le nota nervioso, pero decidido.

Ya le estás llamando a tu pinche noviecito. ¡Dame ese teléfono! –Gritó mi padre-

Se abalanza sobre mí e intenta quitarme el celular, pero yo lo pongo tras mi espalda. En ese momento el queda sobre mí y me da una bofetada. Me quedo como estatua, no sé qué hacer.

Después de unos segundos que parecieron años intento quitármelo de encima rasguñando su cara, pero él me sujeta las manos y me da un beso en la boca.

Yo volteo la cara para evitarlo, pero en eso baja su mano y la pone entre mis piernas. Pataleo un poco pero el sigue besándome el cuello e introduce sus dedos en mi puchita.

Todo está hecho ya, se rompió ese hijo delgado que nos tenía distanciados hace 7 años. Me quedo quieta mientras el sube mi camisa y deja mi cuerpo totalmente desnudo. Prosigue a chupar mis pezones y meter sus dedos en mi boca…los cuales por alguna razón desconocida o por habito comienzo a lamer y chupar.

Se levanta de la cama y comienza a desvestirse. Yo me quedo ahí mirando, sin pensar, solo dejando que ocurra lo que hace mucho tiempo quería evitar y quería sufrir.

Queda a la vista su cuerpo flacucho y también esa verga tan conocida, delgada y larguísima.

Se acuesta sobre mí.Yo me volteo, cosa que parece no importarle, ya que me pone de ladito y cuando menos imaginé ya la tenía toda dentro de mi vagina. Comienza a darme su verga duro y rápido. Yo comienzo a  gemir y gemir, y también levanto mi patita, lo acepto.

No tardo en venirme (soy de esas pocas que sin mucho esfuerzo comienzo a aventar chorros como manguera de bombero, quizás es por lo delgada que soy). Sigue así por largo rato, tapándome la boca y cada cierto tiempo una bofetada o pellizco en mis pezones. Me comienzo a aburrir y en eso tomo su verga con mi mano y le digo:

-Pégame. Pégame como a una puta

No cabe duda que mi padre no esperaba que ya estuviera convertida en una mujer tan desinhibida y tan caliente.

Me tomó fuerte del cuello, asfixiándome, pero sin parar de atizarle verga a mi rajita.En momentos él se daba un descanso y yo aprovechaba para bajarme y comerme toda su verga.La masturbaba y mamaba para que siguiera dura y después yo solita me daba la vuelta y con mi manita la metía en mi cuevita.

Me canse de estar d eladito y clave mi cara en el colchón , pare mi culito bien alto y rogué

¡Métemela atrás! –le dije-

Imagino la cara de mi padre, no la pude ver pero imagino su expresión de sorpresa-alegría-enojo, de saber que su hijita es una putita que necesita más que sexo vaginal para satisfacerse. (Aunque no me la mete en mi anito pequeño y suavecito).

¿Papi, porqué me dejaste?

¿De qué hablas?

No nos hagamos pendejos, ¿por qué dejaste de venir a mi cama hace tanto tiempo?

Cállate puta .Eres una estúpida -dice esto mientras comienza a golpearme con el puño en la espalda y cuello-

Mi madre lo sabía, yo la vi cuando abrió la puerta y yo te la estaba chupando. Solo dio la media vuelta y cerró la puerta. – le digo mientras el sigue bombeandome-

¡Cállate putita! No te quiero ver más con ese cabrón que solo sale contigo para cogerte.

Desde los 6 a los 11 años venías a tocarme y después simplemente ¿me odias por salir con mi novio?-Le pregunté-

Mi padre no respondió nada…no era necesario. Sabíamos que solo teníamos que concentrarnos en lo que estábamos haciendo. Me puso de perrito y me la metió en mi puchita.

Papi, móntame, estoy flaquita pero si resisto, clávame tu verga en mi culo…destrózalo a vergazos -le dije totalmente perdida-

Él se limitaba a obedecer y yo no paraba de hablar. No cabe duda que el caliente de mi novio me había convertido en una cerda.

Chíngate mi culo, te lo regalo. -Dije esto mientras levantaba más mi culito empinado-

Me estuvo taladrando el ano unos 10 minutos (me encanta sentirme así, con un hombre montado en mí y yo cargando todo el peso como una yegua con un jinete encima) y cuando noté que se iba a venir me quité, me puse de rodillas en el colchón y comencé a  hablar mientras tomaba con mis manos sus testículos.

Papi, dame tu lechita, quiero tu lechita calientita, la beberé toda.-Le dije-

Comencé a mamar esa verga que tan bien conocía, pero que en ese momento me parecía solo había visto en sueños. Pasaba mi lengua desde los huevos hasta la punta, chupaba su glande con ternura, me la metía toda en la garganta…Veía en mi mente a ese pequeñita de 6 años chupando esa misma verga y lista para sentir su leche escurrir como tantas veces en mi camita, pero que jamás me acabó de romper. Él tardaba en venirse así, que me bajé y comencé a lamer su culo dispuesta a dejarlo limpio, pero eso solo duró un poco tiempo, ya que parece que jamás esperó ese nivel de vulgaridad en mí, y acto seguido echó 2 chorros de mecos calientes que cayeron en mi ojo y mi boquita.

Estaba tan fuera de este mundo que con mis dedos tomé todo lo que escurría y me lo tragué. Intenté coger su pene para limpiarlo con mi boca, pero él me dio un tremendo puñetazo en la cara, caí al suelo y estando ahí me dio una patada en el estómago y salió de mi cuarto.

Me quedé ahí enfurecida con mi padre ¿Cómo era capaz de violarme otra vez? ¿Ya sería todo? Tomé mi teléfono y llamé a mi novio para que fuera por mí…..la noche apenas comenzaba.

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