Es muy raro, pero de un momento a otro termine convirtiéndome en la novia de mi mejor amiga y si soy hombre

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Hola chicos y chicas.

Hoy les voy a contar como pasé de ser un mejor amigo a la putita y sexy novia de mi mejor amigo.

Todo comenzó cuando tenía 17 años, Alex mi mejor amigo de la secundaria y yo seguíamos frecuentándonos a pesar de que ya no íbamos a la misma escuela, un día, nos mandó un mensaje de texto a todos sus amigos más cercanos de la época en donde nos confesaba estar confundido y que comenzaría experimentar relaciones amorosas con hombres. Al recibir este mensaje sentí un sobresalto pues desde que nos dejamos de ver a diario, cuando nos volvíamos a ver me di cuenta que yo estaba sintiendo algo especial por Alex, aunque no lo sentía como un chico, sino como una chica, yo quería ser su novia y nunca me había atrevido a confesarle lo que sentía. Entonces pensé que sería mi oportunidad, aunque también podía rechazarme, pues el dijo que quería tratar con hombres y yo quería ser su novia travesti y no su novio.

Después de que recibí su mensaje, no me quiso ver por dos semanas, quizá por pena o por miedo al rechazo de su recién descubierta sexualidad, sin embargo, a la primera oportunidad de vernos, me decidí a confesarle lo que sentía. Entonces quedamos de vernos en su casa, fuimos a su cuarto a ver la tv (tenía cable, entonces solía invitarme y a otros amigos a ver programas que no podíamos ver por la tv abierta) y al principio todo se tornó incómodo, se veía bastante tímido y no podía sacarle plática, ya que a cada pregunta o comentario que hacía sólo me respondía cosas secas como si o no. Normalmente nos acostábamos sobre su cama, sin destenderla ni taparnos ni nada, cada quien de un lado y desde ahí veíamos la tele, también tenía un par de sillas para cuando llevaba más invitados, esta vez, él se sentó en su cama y me invitó a sentarme en una silla.

Después de media hora sin poder entablar una charla, toqué el punto que al parecer quería evitar, le pregunté por el mensaje que mandó. Al principio se exaltó mucho y me dijo que como podía llamarme su mejor amigo si me ponía a juzgarlo, yo lo traté de calmar y diciéndole que no lo estaba juzgando, sólo quería platicar un poco más sobre aquello, conocer el por qué de su decisión para entenderlo mejor y le recordé que nos habíamos apoyado desde la secundaria y esta no sería la excepción. Se calmó y se recostó sobre su cama, acto seguido yo me senté a su lado para escuchar mejor.

Después de explicarme sus motivos, le dije que era muy valiente, ya que yo también tenía un secreto parecido y no me había atrevido a contarlo así como él, pensó que me burlaba y se enojó, pero seguí hablando y le confesé que desde que comencé a ser un adolescente me di cuenta que me sentía un tanto diferente, yo no veía a las chicas de la forma que mis compañeros y amigos lo hacían, yo las veía bonitas y las envidiaba y envidiaba sus ropas y accesirios tan variados y bonitos, le dije que me sentía atrapado en el cuerpo equivocado, que yo quería ser una chica por fuera tanto como me sentía ya por dentro. Me preguntó si era verdad o si sólo lo decía de broma o por tratar de hacerlo sentir mejor, y le dije que era toda la verdad, le conté de como a unas cuantas casas de donde vive, en donde vive mi prima (en realidad no somos familia, pero nuestras mamás son grandes amigas y crecimos como primos)me vestí por primera vez con ayuda de ella, y como se convirtió en mi confidente de aquel secreto. Después le confesé a Alex que desde hace algún yo sentía algo por él, y él se quedó atónito. Aunque rápidamente le dije que yo quería ser su novia, que me quisiera como mujer y no como hombre.

Para ese momento, yo ya estaba recostado a su lado, el estaba de la cabecera hacia abajo y yo estaba con las rodillas en dobladas a los pies de la cama, por lo que mi cara quedaba cerca de su pecho, y antes de que dijera cualquier cosa, con mi mano me atreví a sentir su miembro, aquel cosa era enorme, yo lo había visto un par de veces en el orinal de la secundaria y aunque nunca no lo vi con morbo, esta vez recordaba con lujuria aquel animal. Comencé a acariciarlo y me acerqué lentamente y le di un beso sobre la ropa. Alex se hizo para atrás y creí lo peor, pero sólo fue para sacarlo de sus pantalones, al liberarlo aquella bestia se erguía erecta ante mis ojos alcanzando unos 20 cm de largo y unos 4 de grosor, él me tomó por la cabeza con una mano y con la otra dirigió su pene hacia mi cara, no pude evitar saborearme todo aquello y le di un pequeño y tierno beso en la cabecita, seguido de un par de lamidas, pero antes de seguir, me detuve y le dije que aquello no iba como yo quería, no así, no siendo un hombre, él insitió y me acercó de nuevo la cabeza, y no pude evitar darle un par de lamidas, aquello era lo más delicioso que he probado en la vida, con su viscoso liquido pre-semen que me llevó la lengua a un éxtasis de sabor, entonces salí corriendo de ahí, Su mamá me vio y le dije que sólo iba a comprar botanas, le dije que iba corriendo por que los cortes comerciales no durarían para siempre.

Corrí un par de calles hasta la casa de mi prima, le dije sin detalles que había conseguido un macho al fin, y que era el que quería, le pedí un poco de ropa para transformarme y un poco de labial, mientras me lo guardaba todo en una bolsa le dije que después le contaría bien y me fui corriendo de ahí con la bolsa medio llena, pasé a la tienda por unas botanas para despistar y volví a casa de Alex tan rápido como me fue posible. Él estaba ahí con un semblante un poco triste por mi huida, pero le dije que volví con la botana y le pregunté por los comerciales mientras le guiñaba el ojo, ambos corrimos a su habitación y cerramos la puerta tras nosotros.

Le pedí voltearse, ya que una dama decente no se cambia frente a sus amigos, sonrió y se volteó de mala gana, me puse una tanga y un corpiño negros que combinaban aunque no iban a juego, seguido me puse un vestido entallado azul rey que no me quedaba nada mal pues tengo complexión delgada, me puse medias negras y me puse labial, no hizo falta peluca pues en aquel entonces tenía el cabello medio largo (con el estilo emo del 2010) por lo que parecía una chica emo de cabello corto. Por las prisas y falta de material, quedé a medias como chica, pero aún así ya no me veía como un chico, sino como la mujer que era por dentro, y estaba lista para convertirme en una mujer de verdad de la mano de mi mejor amigo.

Cuando volteó me vio sorprendido, le dije que no dijera nada, me arrodillé ante el y le supliqué que me disculpara por haber corrido así, mientras le bajaba el pantalón para liberar a la bestia. En cuanto estuvo afuera abrí la boca y la metí tan adentro como pude, comencé a succionar y a succionar hasta que casi él me dijo que estaba por venirse, estuve a punto de seguirla ordeñando, pero había esperado mucho por aquel momento y mi colita se sentía muy caliente y hambrienta. Entonces me puse en cuatro sobre su cama, bajé mi cabeza y le pedí que me penetrara, le dije que le entregaba mi virginidad y que fuera amable.

Me dio un beso negro, librico bien mi ano y puso la cabeza de su animal en la mi entrada trasera, comenzó a tratar de meterla con fuerza y aunque me dolió no dije nada, pues ya quería tenerla adentro. Siguió tratando hasta que mi ano cedió y sentí como aquel enorme pene se iba abriendo paso dentro de mi, cuando llegó hasta el fonde le pedí que se quedara un momento así para recordar a detalle como se sentía tener el culo lleno. Después de unos segundos comencé a moverme, y aunque me dolía, también gozaba mucho, luego él comenzó a moverse de adelante hacia atrás y sentí como mi flácido pene escupía un orgasmo que nació desde mi ano. Estuve apunto de gritar y sólo mordí la almohada, el siguió penetrándome hasta que se vino dentro de mi, sentí toda su lechita caliente corriendo por mi recto, después nos acostamos sobre el suelo para no manchar su cama, yo me acosté boca abajo para que su semen no se saliera de mi, mientras estábamos en el suelo, me pidió ser su novia, le dije que si y me lancé sobre su pene para limpiarle los residuos de aquella rica y tibia lechita. Después de eso me cambié y nos relajamos para salir de ahí lo más normales posible. Pero yo ya era la chica más feliz del mundo.

Semanas después su mamá me ayudó a ser la novia perfecta para su hijo, pero ese es otro relato con final feliz que contaré en otra ocasión.