Ese día no me resistí, ese día me deje llevar y me entregue. Pase a ser solo suya, tomo mi cuerpo por primera vez para llenarme de placer
Me encontraba en su casa sentada en la mesa del comedor corrigiendo un documento, el siempre me había gustado así que accedí a ayudarlo con esa papelería, el llegó se acercó a ver como iba el proceso, puso sus manos sobre mis hombres y dijo:
-Va muy bien eh
– Si, a casi está lista.
Bajó su cabeza casi a la altura de mi rostro y susurró:
-Muchas gracias
– no hay de que
Estaba muy exitada pero trataba de disimular, el sabía que ese día me haría suya, y no voy a negarlo yo también por eso había aceptado ir a su casa ayudarle.
Llevaba un vestido rosa, muy casual como de verano, no llevaba sostén, tenia una manguita amarilla y unas sandalias, por si acaso.
El fue a la cocina y regresó con dos vasos con limonada, me dijo_
-perdona que solo te ofrezca limonada pero no se cocinar.
-no te preocupes, no tengo hambre.
Me levanté de la silla y tomé el vaso, el me vio y dijo
-Que bien te queda ese vestido
– Muchas gracias
– has de traer locos a todos
– mmm no lo creo
hubo un silencio incomodo, baje la mirada, creo que esa era mi señal
dando luz verde a que hiciera su movimiento, el entendió y se acercó lentamente y sin decirme ninguna palabra, puso su manos sobre mi rostro y me besó.
Yo correspondí el beso, dejé a un lado el vaso de limonada, y dejé que fluyera, que pasara lo que tenía que pasar.
Su respiración comenzó a acelerarse, al igual que la mía, puso sus manos sobre mi cintura, y delicadamente me empujó hacia la mesa,
no dejaba de besarme, y yo poco a poco empezaba a mojarme, no podía negarme, era lo que había querido desde hace un par de semanas.
Sus besos eran cada vez más apasionados, me sentía cada vez más débil, podía sentir la fuerza de sus manos apretando mi cintura, me encantaba sentir sus labios, como su lengua entraba a explorar mi boca, mis manos traviesas se hacían camino dentro de su camisa explorando su espalda.
Sus manos levantaban mi vestido, dejando al descubierto mi tanguita amarilla, yo ya no podía poner resistencia, estaba rendida a el, mi cuerpo le pertenecía, cuando por fin dejó de besarme, se encargó de bajar el vestido y dejando mis tetas al descubierto, mis pezones estaban durásemos, el volteo a verme y sonrió, para luego degustarse con mis tetas, chupando y mordiendo los pezones que delataban mi excitación.
Sus dedos hacían cirurculos sobre mi ya humeda vagina, yo estaba a punto de estallar, quería que me penetrara, que hiciera conmigo lo que quisiera, mis manos bajaron hasta su entre pierna, y pude sentir lo duro que estaba, me encantaba saber que estaba así por mi, acaricié el bulto que palpitaba dentro de su pantalón, me di la vuelta dejando mis nalguitas encima de su pena, aún resguardado por su pantalón, el puso sus manos sobre mis tetas mientras besaba mi cuello, yo estaba a su disposición, frotaba su pene con mis nalagas encima de su pantalón, sentía su palpitar, sus ganas de querer demorarme.
aún estando en esa posición, subir mi vestido, dejando mis nalguitas frente a el, bajó mi tanguita hasta las rodillas, y quedé totalmente sumisa esperando su tan ansiada penetración, escuché como desabrochaba su pantalón, como lo bajaba, yo estaba lista para ser penetrada, quería sentirlo dentro de mi, pude sentir su pene rosando mis nalguitas, lo rosaba sobre mi vagina, anunciando su penetración, sus manos abandonaron mis tetas para posicionarse sobre mi cintura, para luego sentir como introducía su pene totalmente erecto dentro de mi, mi tanguita cayó al piso, levante una pierna poniéndola sobre la mesa, ya había sacado la puta que llevaba adentro, el metía y sacaba su verga despacio, delicadamente, pero cada vez era mas fuerte, era suya, me tenía solo para el, me gustaba que la endureciera cada vez que la introducía, podía sentir sus venas, era tan delicioso, después de un par de minutos de penetrarme lentamente, comenzó a acelerar, sus envestidas eran más y más bruscas, sentía que en cualquier momento acabaría, pero no me importaba yo quería que se corriera dentro de mi, que disfrutara, yo era completamente suya…